Discursos

EMBAJADOR JOSÉ LUIS VELASQUEZ PEREIRA, REPRESENTANTE PERMANENTE DE NICARAGUA ANTE LA OEA
PALABRAS DEL EMBAJADOR REPRESENTANTE PERMANENTE DE NICARAGUA ANTE LA OEA PRONUNCIADAS EN CELEBRACION DEL DECIMO SEPTIMO ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA TRANSICION DE NICARAGUA Y EL FIN DE LA GUERRA CIVIL

22 de febrero de 2006 - Washington, DC


El Pueblo nicaragüense celebra el 25 de febrero próximo el Décimo Séptimo Aniversario de las Elecciones de 1989 que finalizaron la cruenta guerra civil, dieron inicio a la transición democrática y liquidaron el experimento totalitario, iniciado el 19 de julio de 1979 por el Frente Sandinista.

En poco más de una década, el Pueblo Nicaragüense logro completar la hazaña de derrotar en las calles, en las montanas y en las urnas electorales a dos dictaduras de signos opuestos. Esta es una gesta que vale la pena recordar en esta fecha, puesto que en ambos casos se pudo realizar, con el decidido apoyo de la Organización de Estados Americanos.

Fue así que en 1979, todavía con el sabor de libertad en la boca, nos embarcamos en un proyecto político que prometió al pueblo: Pluralismo político, economía mixta y no alineamiento. Al cabo de pocos meses, un paulatino golpe de estado conducido por el Partido Frente Sandinista, termino con las esperanzas del pueblo nicaragüense y le precipito nuevamente por el abismo de la dictadura.

Durante los siguientes diez anos, el Pueblo Nicaragüense fue sometido a la violación constante de los derechos humanos que consta fehacientemente en los anales de la CIDH; a la destrucción y estatización de su pujante economía que había alcanzado tasas de crecimiento promedio del 7 por ciento durante tres décadas consecutivas; a una tasa de inflación del 30.000 por ciento anual, ni siquiera superada por la de la Alemania del periodo ínter guerras; al aumento exorbitante de la deuda externa de 1300 millones de dólares a doce mil; a la declinación del consumo popular que retrocedió a niveles de 1930; todo con el consiguiente deterioro del nivel de vida de los nicaragüenses, y el acelerado empobrecimiento de la población.

La estridente artillería populista se encargo de encubrir la crasa incapacidad de los nuevos gobernantes que lograron con éxito incomparable dilapidar la acumulación previa de capital social que había logrado el país muy a pesar de la dictadura somocista.

El burdo manejo político de la dictadura de los Somoza fue remozado con innovaciones extraídas del manual castrista que organizaba el poder total alrededor del eje conformado por el estado, el ejercito, y los organismos de masas, lo que constituyo el espinazo del control político impulsado por el nuevo partido y dirigido a asegurar la sustitución de la sociedad civil por el Estado.

No contentos con esto, impusieron sobre los hombros del ahora flaco y enclenque pueblo nicaragüense el lúgubre designio de ser la punta de lanza de la lucha antiimperialista mundial orquestada por la fracasada Unión Soviética para enfrentar a los Estados Unidos, durante el periodo de la Guerra Fría. De esta manera, la Nación Nicaragüense fue convertida en un peón sacrificable de la confrontación entre las grandes potencias, lo cual termino por acelerar la destrucción nacional y comprometer la posición de nuestros países hermanos de Centroamérica y el Caribe.

Así las cosas, el pueblo nicaragüense se rebelo contra el yugo opresor y nuevamente, como escribió Pablo Antonio Cuadra:

De dos en dos,
de diez en diez,
de cien en cien,
de mil en mil,
¡por los caminos [se fueron] los campesinos
a la guerra civil!

Al llegar el fin de la década de 1980, Nicaragua era un campo de batalla e inexorablemente era encaminada al fracaso y la desesperanza por la insensatez de su dirigencia. Fue en ese momento que Pablo Antonio Cuadra escribo su famoso poema 1984, con reminiscencias de Orwells, el cual resume la experiencia vital de los nicaragüenses que vivimos ese tiempo. Dice así el poema:

Vivo en un país entristecido
Por los cultivadores de fusiles.
Cualquier cosa se piensa
con los testículos:

Arriba, frentes ayer con lauros
O imaginaciones, ahora vacías
Y los ojos fijos en la mira del arma

Homo textuales consultan a Marx.
¿Qué dice el vidente de esta plusvalía de cadáveres?
En el esquema no cabe el buen Dios
pero si la felicidad
Y también el llanto
y el crujir de dientes. Inventa
paraísos y te quemará su infierno.
!Mi patria de campesinos
habitada por soldados! !Mi Patria
que hervía de poemas,
repitiendo consignas! Mi Patria
con su chorrera de niños
condenados a muerte.
¿Qué esperanza sentamos
en nuestra rodillas? Envejecimos
En la soledad. Estamos llamando
En el vació: !Manuel!
!Ramón! !Félix! !Federico!
Pero nuestros hijos
Han partido...!

50.000 mil muertos, el 1% de nuestra población, 10.000 prisioneros políticos pudriéndose en las ergástulas de la seguridad del estado, 800.000 mil exilados que votaron con los pies; mas de cincuenta mil millones de dólares en perdidas, y el retroceso de 50 anos fue el saldo que nos dejo la gestión del Frente Sandinista en la década de los anos ochentas.

Sacando fuerzas de nuestras flaquezas y ayudados por la comunidad internacional en especial por nuestros hermanos centroamericanos que lograron articular la iniciativa del Plan de Esquí pulas hicimos callar a los fusiles y hablar a los votos y con ellos por abrumadora mayoría derrotamos a la dictadura del Frente Sandinista en la urnas, eligiendo como presidenta de Nicaragua a la señora Violeta Barrios quien con el esfuerzo sobrehumano que solo una madre puede desplegar, en circunstancias muy adversas, logro iniciar el proceso de transición a la democracia que el día de hoy cumple su 17 aniversario.

Este proceso que inicio con la pacificación de la nación, la estabilización económica y la reinstucionalizacion del país, avanzo en 1995 hasta lograr importantes reformas constitucionales que equilibraron los poderes del estado y preparaban el camino para el avance de la democratización de los partidos políticos de acuerdo a las demandas de los nuevos tiempos.

A el contribuyeron también el cambio de correlación de fuerzas a nivel internacional que trajo como consecuencia el fracaso y el derrumbe estrepitoso de los llamados regimenes de socialismo real, en el este de Europa y en la Ex Unión Soviética.

Sin embargo, los enemigos de la democracia no se resignaron a su derrota, y desde un principio se organizaron para conspirar contra ella. El nombre que recibió esta conspiración fue “Gobierno desde abajo” Léase gobierno contra el mandato popular, expresión acunada por el señor Daniel Ortega para burlar sistemáticamente la voluntad soberana del pueblo nicaragüense que con una constancia de hierro le ha entregado tres mensajes abrumadoramente mayoritarios en los últimos tres comicios realizados. Este mensaje ha sido “ No le queremos como Presidente de Nicaragua”.

Haciendo caso omiso de esta decisión popular, haciendo uso del asesinato político, de pactos espurios que el señor Ortega ha reconocido recientemente cuando dijo y cito textualmente ‘el dominio, poder, influencia, jurisdicción y control que tiene el FSLN sobre todos los poderes del estado, a excepción del Ejecutivo, es gracias a una política de reversión de los reveses electorales, los que se han logrado gracias a pactos políticos con los gobiernos de Violeta Chamorro, Arnoldo Alemán…”

Ortega, traicionando los ideales de la revolución, ha logrado secuestrar los poderes del estado especialmente del poder judicial y ha falsificado la transición no en aras de la construcción del Socialismo sino en aras de la acumulación y concentración del poder en manos de una minoría armada y violenta que tiene en rehenes al pueblo nicaragüense.

Las cosas se complicaron mas con la elección del Señor Arnoldo Alemán como presidente en 1986 quien lejos de comprender que la trascendencia de su elección estaba indisolublemente ligada a la culminación del proceso de transición, por medio de impulsar la institucionalización del país, la modernización de los partidos políticos y la renovación de la clase política nacional interpreto su elección a la alta magistratura, como la restauración del somocismo. Los altos niveles de corrupción de la administración Alemán y sus consecuencias fueron entonces aprovechados por Ortega para establecer un sistema de chantajes en contra del Partido Liberal que termino siendo incapaz de impulsar el fin de la transición, y culmino con un alianza de facto de la clase política que comprende a ambos partidos, con el fin de mantener al pueblo nicaragüense en una situación de permanente crisis política de la cual solo ellos extraen poderosos réditos políticos y económicos.

En la actualidad, bajo el mandato electoral del Presidente Enrique Bolaños, que ha desplegado sus mejores esfuerzos para salvar a Nicaragua, el desenlace de la transición amenaza con desembocar en un callejón sin salida, que tiene la potencialidad de regresarnos a la violencia y a la guerra civil. No obstante, los nicaragüenses confiamos en que hemos adquirido la madurez necesaria para autogobernarnos, no requerimos la tutela de ningún caudillo y estamos en condiciones de impulsar con el apoyo de la comunidad internacional un desenlace exitoso de la transición que ponga fin de una vez por todas al estado clientelar y al caudillismo bicéfalo, para dar lugar al porvenir de prosperidad y grandeza al que con todo derecho aspira el pueblo nicaragüense.


Muchas gracias.