Discursos

EMBAJADOR ARISTIDES ROYO, PRESIDENTE DEL CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA Y REPRESENTANTE PERMANENTE DE PANAMA
EN LA SESIÓN INAUGURAL DE LA TRIGESIMA SEGUNDA ASAMBLEA DE DELEGADAS DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE MUJERES

27 de octubre de 2004 - Washington, DC


Dra. Yadira Henriquez, Presidenta de la CIM, Señoras y Señores Embajadores, Señores Representantes de las Misiones Permanentes ante la OEA, Señores Representantes de los países Observadores, Delegadas ante la CIM, Invitados Especiales, Sra. Carmen Lomellin, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Señoras y Señores:

Es un honor para mí, como Presidente del Consejo Permanente de la OEA y como representante Permanente de Panamá ante la OEA, darles la bienvenida a la Trigésima Segunda Asamblea de Delegadas de la CIM. Me complace tener la oportunidad de dirigirme a la Comisión en pleno, y de expresarles personalmente mi reconocimiento por la labor que ha realizado este organismo durante sus setenta y seis años de existencia para promover los derechos de las mujeres y su plena e igualitaria participación en nuestras sociedades.

Quiero en particular, felicitar al Comité Directivo 2002-2004: la Presidenta Yadira Henríquez, la Vicepresidenta Florence Ievers y las Delegadas de Estados Unidos, Guatemala, Paraguay Nicaragua y Venezuela. La CIM ha alcanzado avances realmente significativos en este período, como se evidenció el día de ayer con la adopción por los Estados Parte, del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará. Hace diez años, nuestra región fue la primera en el mundo en adoptar un convenio internacional sobre la violencia contra la mujer. Además, dicha Convención declara que la violencia contra la mujer es una violación de derechos humanos y forma parte integral del sistema interamericano para la protección de tales derechos. Hoy en día nuestra región es también la primera en contar con un mecanismo hemisférico adicional para apoyar su erradicación. Al igual que los otros países que han ratificado la Convención, mi país, Panamá, se congratula de contar con este importante instrumento.
Tomando como referencia este logro, quisiera enfatizar la importancia que tiene la labor de la CIM para nuestra organización, en la medida en que promueve el fortalecimiento de la democracia, el respeto de los derechos humanos, una mayor prosperidad para todos y la plena realización del potencial humano de las mujeres y los hombres del Hemisferio. En los últimos años, la OEA ha entendido que la integración de la perspectiva de género es indispensable para lograr los objetivos de democracia y desarrollo social con equidad.

El Consejo Permanente de la Organización apoya plenamente a la Comisión en sus esfuerzos. En 2002, justo después de la anterior Asamblea de Delegadas, se realizó, con el apoyo de la CIM, la primera Sesión Especial del Consejo Permanente sobre la Participación de la Mujer en la Política. Fue un encuentro muy exitoso que le permitió al Consejo explorar aspectos del tema de igualdad de género de una manera directa. Por ello, en 2004, hubo una segunda reunión, enfocada en los avances en la implementación del Programa Interamericano para la Promoción de los Derechos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género (PIA). Actualmente, a los fines de dar continuidad a esta iniciativa, la Asamblea General de la OEA, reunida en Quito, Ecuador en junio del ano en curso, solicitó al Consejo no sólo que continúe sus esfuerzos para integrar la perspectiva de género en todas sus acciones, sino que convoque una vez al año una reunión conjunta de la CIM y la Oficina de la Promoción de la Democracia (OPD), con participación de la sociedad civil, para avanzar en la puesta en la ejecución del Programa Interamericano y en la participación de la mujer en los procesos políticos.

Estas sesiones especiales han producido un rico intercambio que sirve para nutrir el trabajo de la OEA como foro político; han contribuido a la sensibilización institucional y han permitido que nuestro cuerpo colegiado aproveche la oportunidad para conocer mejor los obstáculos que impiden el acceso de la mujer a la toma de decisiones, como, por ejemplo, factores culturales y estructurales que todavía hoy frenan su avance. Entendemos que la llegada de mujeres a posiciones de liderazgo es un indicador clave del grado de igualdad de nuestras sociedades. Es alentador que en los Estados Miembros de la OEA cada vez existe mayor cantidad de mujeres que se postulan para ocupar cargos electivos. En los últimos diez años la representación de mujeres en las Cámaras de Diputadas en el Hemisferio subió del 1 al 14 por ciento y del 5 al 15 por ciento en el Senado y del 9 al 14 por ciento en los gabinetes presidenciales.

También debemos congratularnos al ver que hoy en día el Consejo Permanente cuenta con ocho mujeres Representantes Permanentes ante la OEA. Esta representación, de 24%, es la más alta en la historia de la organización.

Son contados los países que han contado con mujeres elegidas para ocupar la máxima posición política de un país--y Panamá se ubica en ese grupo. Estoy seguro que próximamente habrá mayores progresos en la región, ya que encuestas recientemente realizadas muestran que los votantes en la región, sobre todo los más jóvenes y con mayor nivel educativo, tienen una visión positiva del papel de la mujer en el liderazgo en general y en el político en particular.

Para finalizar quiero expresar que la CIM, como principal foro generador de políticas hemisféricas para la promoción de los derechos humanos de la mujer y la equidad e igualdad de género, debe contar con el pleno apoyo político y financiero de todos los Estados Miembros y de todo el sistema Interamericano para cumplir su importante misión.

Como Presidente del Consejo Permanente quiero reiterarles que cuentan con nuestro total apoyo para el desarrollo de vuestras iniciativas que no son otras que las que impulsan también nuestro quehacer diario en la búsqueda del logro de un futuro más promisorio en el que mujeres y hombres sean socios iguales en la construcción de sociedades democráticas y justas. Les quiero expresar mis deseos por la exitosa culminación de su trabajo y nuestro firme respaldo a las acciones que la CIM desarrolla en pro de la equidad de género en las Américas.