Discursos

PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ, MIREYA MOSCOSO
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DURANTE LAS SESIONES DE TRABAJO DE LA CUMBRE EXTRAORDINARIA DE LAS AMÉRICAS

13 de enero de 2004 - Monterrey, Mexico


Muchas gracias, presidente. Yo voy a ser breve.

Panamá reconoce la importancia de este encuentro extraordinario

que nos brinda a todos la oportunidad de valorar los logros

alcanzados desde nuestra reunión de Québec y adoptar los planes

que nos permitirán fortalecer el esfuerzo hacia una sociedad más

próspera y equitativa.

Dentro de los esquemas regionales que en buena medida están

marcando el rumbo en el desarrollo de nuestros pueblos, sentimos

que hemos avanzado significativamente tanto en lo que corresponde

al diseño de una economía más disciplinada y eficiente como mejor

encaminada al combate, sobre contra la pobreza.

No obstante, es evidente que los problemas de arrastre de nuestras

economías y sociedades constituyen una carga difícil de atender,

sobre todo si no cambiamos modelos de desarrollo obsoletos y

destinados más al sostenimiento de la brecha entre ricos y pobres,

que a la consecución de una mayor equidad social.

Los nuevos esquemas económicos nos exigen eficiencia y

productividad. Sin embargo, cómo es posible sostener esta demanda

sobre hombres y mujeres que no cuentan con las herramientas

básicas de una educación moderna para sus hijos, de servicios de

salud adecuados, de vivienda, de medios de transporte o de un

mínimo de seguridad ciudadana.

Creo que los gobernantes nunca debemos dejar de caminar por las

comunidades pobres que visitamos en campaña para no olvidarnos

de aquellos que salen a buscar el sustento diario en compañía de

sus hijos, porque no tienen con quién dejarlos.

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¿Cómo podemos ser productivos y eficientes si llevamos tan pesada

carga de pobreza?

Esa realidad me impuso a promover lo que denominamos un proceso

de desarrollo económico, con inversión en capital humano. ¿Qué

significa esto?

Simplemente potenciar nuestras capacidades de desarrollo sin

descuidar la necesidad de mejorar significativamente las condiciones

de vida de los más pobres, lo cual de ninguna manera puede ser

considerado un contrasentido.

En este periodo, a la vez que actualizamos los programas

educativos, hemos incrementado significativamente los programas

de nutrición infantil escolar, logrando que cada niño panameño en

edad escolar en todo el territorio tenga diariamente una comida

completa, suficientemente nutritiva para su sano crecimiento.

A la vez que fomentamos la productividad en el campo, hemos

organizado y financiado cientos de granjas de producción

autosostenibles, que hoy son entes productivos. Al tiempo que

exigimos a nuestros industriales mejorar cualitativa y

cuantitativamente su producción.

Hemos fomentado la micro y pequeña empresa generando una

importante actividad económica que da sustento a la inversión

extranjera, al turismo, al sector terciario y genera una nueva

dinámica en la economía nacional.

El combate contra la pobreza constituye sin duda el principal reto del

mundo y es tan importante que de él depende incluso el

sostenimiento de algunas democracias y de la paz social.

Así lo hemos entendido y por ello nuestras naciones están luchando,

haciendo los cambios estructurales que demandan los nuevos

paradigmas del desarrollo, pero para ello también necesitamos del

apoyo y solidaridad de las naciones desarrolladas.

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Por ello aplaudimos y nos alegramos de la decisión adoptada para

con la hermana República de Nicaragua respecto a su deuda

externa. Este es tal vez el más importante obstáculo a nuestro

desarrollo, es un tema que tenemos que atender con urgencia pero

con buena voluntad y verdadera solidaridad.

Muchas gracias.