Discursos

PRIMER MINISTRO DE SAN KITTS Y NEVIS, DR. DENZIL DOUGLAS
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN DURANTE LAS SESIONES DE TRABAJO DE LA CUMBRE EXTRAORDINARIA DE LAS AMÉRICAS

13 de enero de 2004 - Monterrey, Mexico


(Audio de la interpretación tardío) …para poder instrumentar varios

de los mandatos de la Cumbre. Evidentemente tenemos nuestra

preocupación con el creciente reconocimiento del papel de la mujer

en puestos de liderazgo y de servicio público, pero igualmente

teníamos los desafíos en los servicios de salud, en especial nuestro

combate contra el VIH-SIDA, y evidentemente los logros que hemos

tenido en el sector de la educación.

Desde que salimos de la Cumbre de la ciudad de Québec los países

en la región han utilizado los mandatos para poder dar consecución a

las medidas con esfuerzos de colaboración para poder alcanzar

estos mandatos para el desarrollo social de los pueblos del

hemisferio.

Y, por ejemplo, en el sector de educación creo que el Caribe, así

como el resto de los países en el continente americano comparten el

objetivo de que ninguno de nuestros niños quedará rezagado y fuera.

De hecho en este contexto mi país fue pionero en asegurar acceso

equitativo y universal, tanto a educación primaria como a educación

secundaria, y en estos momentos estamos nosotros instrumentando

varias iniciativas para asegurar que haya educación temprana a los

niños, a todos aquellos que tienen menos de cinco de años de edad.

Pero a pesar de todos estos logros, señor Presidente, los desafíos

continúan siendo enormes, y estos desafíos, en los cuales

reconocemos la necesidad de hacer frente a los mismos, y para los

cuales debe haber un enfoque de colaboración en el hemisferio,

incluyen los siguientes.

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En primera instancia tenemos niveles bajos de desempeño en

idioma, en artes, en matemáticas, en ciencias. Reconocemos que

estos son los cimientos en las áreas temáticas y materias básicas, si

es que habremos de comunicarnos los unos con los otros en el

hemisferio con el resto del mundo, y también instrumentar nuestros

objetivos para que ciencia y tecnología lleguen a manos de los

hombres y mujeres comunes y corrientes en el hemisferio.

Tenemos el desafío de capacitar a nuestros maestros y enfermeras,

quienes han sido reclutados de los países más desarrollados,

después de que nosotros en el mundo en desarrollo, en los países

más pequeños, tenemos tanto que hemos invertido en la educación y

la formación de estos profesionales.

Igualmente, tenemos las condiciones inalcanzables para la

tecnología, incluyendo la disponibilidad de computadoras, programas

educativos, así como acceso a Internet que se tiene en los países en

desarrollo, y que evidentemente no es la misma experiencia que

encontramos en los países avanzados.

Y tenemos formación de capital que se requiere, para lo cual

tenemos el problema de la formación de capital, que exige de

competencias ocupacionales necesarias en áreas vocacionales y

técnicas, pero estas áreas que requieren de grandes inversiones en

equipo, así como de otro apoyo educativo, no se tienen a disposición

en nuestros países menos desarrollados.

Esta inversión a menudo parece ser sumamente onerosa para

nosotros los pequeños estados miembros. Creo que los países en

desarrollo en este hemisferio, si habremos de participar

efectivamente y compartir la prosperidad que surge en el hemisferio,

debemos diseñar, debemos instrumentar estrategias correctas para

poder hacer frente a lo anterior, y en este sentido CARICOM cuenta

con varias iniciativas que ya se han instrumentado o en una etapa

inicial de instrumentación. Y esto se incluye en evidentemente el

centro patrocinado de la excelencia, patrocinado por el gobierno de

los Estados Unidos en la formación de maestros para el Caribe y

para América Latina.

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Igualmente tenemos la iniciativa de México-CARICOM, que tiene que

ver con formación de recursos humanos, y varios otros, relaciones

bilaterales que los miembros del CARICOM buscan con Chile, con

Cuba y con Costa Rica.

En el sector de la atención de la salud reconocemos que hay varios

objetivos específicos que debemos alcanzar. Debemos nosotros

alcanzar la reducción, por ejemplo, en mortalidad infantil, debemos

asegurarnos que haya mejoras en la salud materno-infantil, que haya

mejoras igualmente en la salud mental, pero creo que el combatir al

VIH-SIDA de hecho es el gran desafío único en el tema atemorizante

al que hacemos frente aquí en nuestro propio desarrollo social.

Si me permite, señor Presidente, durante un par de segundos más

quisiera compartir con ustedes algunas estadísticas sobre este

problema en la región del Caribe. El Caribe es el segundo lugar,

después del sur de África, al sur del Sahara, como la región más

afectada por VIH-SIDA, el total de las personas que viven en el

CARICOM, en los países de la región, 447 mil personas están

afectadas por este padecimiento, y las muertes por VIH-SIDA siguen

en la actualidad en 42,500 personas. La cifra de huérfanos es de 251

mil.

Reconocemos que las mujeres tienen mayor riesgo de contagiarse

de VIH-SIDA, tanto en condiciones biológicas como sociológicas, e

igualmente físicamente están mucho más expuestas, son más

vulnerables y a menudo no tienen ningún poder o casi ninguno para

poder negociar sexo seguro con sus socios. Hay muchas mujeres

infectadas por VIH-SIDA, y aumenta, así como el número de niños

quienes ahora nacen con infección de VIH-SIDA. En la actualidad en

el Caribe 18.2 por ciento de casos de VIH-SIDA ahora se encuentran

entre nuestros niños en las Islas Vírgenes Británicas, 18.2 por ciento,

8.8 por ciento en Antigua y Barbuda, tenemos 8.4 por ciento en las

Bahamas, 7.2 por ciento en Trinidad y Tobago.

Y el VIH-SIDA está en epidemia, habrá de aumentar la prevalencia

de la pobreza que se ha mencionado esta mañana debido al impacto

que tiene en los hogares así como en las economías.

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Recientemente un estudio de la Universidad de las Antillas

Occidentales predijo que el costo total, directo e indirecto, de la

epidemia en el Caribe, alcanzaría 80 millones de dólares para el año

2020.

Señor Presidente, creo que es importante subrayar la importancia

que nosotros hemos dado en el Caribe, hemos dado pleno apoyo

político y compromiso para combatir esta pandemia. De hecho en

1998 el grupo de trabajo sobre VIH-SIDA del Caribe se estableció

para iniciar el desarrollo de un esfuerzo coordinado multisectorial,

como una respuesta ampliada a la epidemia de VIH-SIDA en la

región.

Como resultado de ese grupo de trabajo hemos creado lo que se

conoce como la Asociación Pancaribeña, que ahora está siendo

utilizada como un marco, como un modelo a través del cual otras

regiones pueden emular, y de hecho desarrollar sus propios

programas para combatir la epidemia del VIH-SIDA.

Para concluir, señor Presidente, quisiera subrayar que contamos con

tres áreas que plantean un gran desafío en la actualidad. En primer

lugar tenemos el reto de tener que proporcionar acceso universal a

tratamiento, atención y apoyo para aquellos que han sido infectados

por VIH-SIDA. Reconocemos que aunque hemos alcanzado varias

iniciativas, a través de la reducción en el costo de los medicamentos

antivirales, hay mucho más que aún queda por lograr, tenemos el

desafío de poner fin a la discriminación y al estigma a que ha dado

lugar para todos aquellos que padecen de esta enfermedad, y por lo

tanto hemos iniciado varias iniciativas a través de las cuales los

ministerios del trabajo recientemente han solicitado a la Organización

Internacional del Trabajo a que preste mucha más atención a

aquellas personas en el empleo quienes padecen de VIH-SIDA.

Igualmente tenemos la necesidad de contar con recursos financieros

y recursos humanos, por lo tanto acogemos los ofrecimientos

específicos que se han hecho al Caribe desde que hemos llegado

aquí por países amigos en el hemisferio, aquellos quienes

proporcionan capacitación, formación, aquellos que nos continuarán

proporcionando el financiamiento necesario, en especial para

aquellos de nuestros hijos y adultos que viven con VIH-SIDA.

Gracias, señor Presidente.