Discursos

ÉDGAR GUTIÉRREZ GIRÓN, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES GUATEMALA
RELATOR DE LA CONFERENCIA ESPECIAL SOBRE SEGURIDAD

3 de diciembre de 2003 - Washington, DC


PRESENTACIÓN ANTE EL CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA



1. Introducción

Como Relator de la Conferencia Especial sobre Seguridad, llevada a cabo el 27 y 28 de octubre pasado en la ciudad de México, y de conformidad con lo acordado en dicho cónclave, me es grato presentar a este honorable Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el informe sobre la celebración de la Conferencia.

El informe global, que fue enviado para su distribución, incluye un resumen de los antecedentes, procedimientos y recomendaciones, así como los textos de los documeentos finales de la Conferencia. La breve presentación que haré esta mañana ante ustedes, además de la información básica, tratará de manera especial los enfoques, aportes conceptuales, áreas de análisis y los asuntos que todavía están pendientes de definición operativa e institucional.


2. Origen del mandato

La Conferencia Especial sobre Seguridad constituye un parteaguas en el tratamiento de los temas de seguridad en las Américas. Justamente en México, en la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y la Paz, en 1945 se trazó un esquema para hacer frente a los requerimientos de seguridad tras la reconfiguración del mundo de la segunda posguerra.

La Conferencia de México del 2003 es la culminación de un extenso y amplio proceso de reflexión conjunta de nuestros Estados y sociedades, que ofrece un esfuerzo de actualización y enfoque integral, tras la clausura de la forma de organización del mundo y sus sistemas de seguridad correspondientes a la Guerra Fría.

El proceso se inició con la Cumbre de las Américas en Santiago de Chile en 1991 mediante la declaración de Compromiso con la Democracia y la Renovación del Sistema Interamericano. Se precisó en Quebec, con la directiva a la Comisión de Seguridad Hemisférica de revisar los temas comunes sobre seguridad internacionales aplicadas al hemisferio. Y cobró significado en la Declaración de Bridgetown sobre la nuevas amenazas y el alcance multidimensional de la seguridad en el hemisferio, incluyendo aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales.

De esa cuenta, la Conferencia Especial sobre Seguridad celebrada en México constituyó una oportunidad excepcional para condensar el proceso y traducirlo en una agenda de principios, valores, compromisos y acciones de cooperación.

La Comisión de Seguridad Hemisférica cumplió su mandato entre septiembre de 2001 y octubre jde 2003. Realizó trabajos de investigación, intercambio de información, estudió asuntos específicos y elaboró documentos ad hoc. Posteriormente este Consejo Permanente adoptó las recomendaciones de la Comisión, derivadas de un intenso proceso de discusión y acuerdos entre las delegaciones de los Estados Miembros.


3. Desarrollo de la Conferencia

A la Conferencia Especial sobre Seguridad asistieron 31 delegaciones de los Estados Miembros, además de 19 delegaciones de países Observadores Permanentes, 24 organismos internacionales y representantes de 17 organizaciones de la sociedad civil.

La sesión inaugural, orientada por el el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Doctor Luis Ernesto Derbez y el Secretario General de la OEA, Doctor César Gaviria, ofreció la oportunidad de apreciar la complejidad del tema, su evolución histórica y, de manera muy precisa, los avances y desafíos para esta nueva etapa.

Seguidamente fueron electas las autoridades de la Conferencia, se dio un informe sobre la presentación de credenciales y se instaló una única comisión dedicada a estudiar el Proyecto de Declaración sobre la Seguridad en las Américas, así como un proyecto de declaración sobre el Modelo Centroamericano de Seguridad Democrática y sobre la Situación en Colombia, los cuales fueron aprobados.


4. Las dos primeras sesiones plenarias

En el curso de las dos primeras sesiones plenarias, los jefes de delegación efectuaron presentaciones de orden general sobre la importancia de renovar, en el marco de la democracia vigente, y en estricto respeto a la soberanía de los Estados, los princpios de solidaridad, cooperación y responsabilidad compartida en materia de seguridad. Se hizo énfasis en el imperativo de actualizar los conceptos y enfoques de la Conferencia de Chapultepec, celebrada en 1945, en atención a los cambios de los últimos lustros, tanto en nuestro hemisferio como en el resto del planeta.

En relación al Proyecto de Declaración sobre Seguridad en las Américas, las intervenciones desarrollaron varios de los conceptos en él contenidos. De manera destacada se abordaron los asuntos sobre la seguridad multidimensional, y las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas.

De acuerdo al modelo de seguridad flexible y al establecimiento soberano de las prioridades nacionales, los oradores abundaron en aspectos específicos, ya sea de carácter político, económico, social, de salud y ambiental, así como en la problemática del terrorismo y la criminalidad, que también forman parte de las amanazas emergentes.

De manera particular se aludió a los riesgos de la gobernabilidad democrática que entrañanan el aumento de la pobreza extrema, la inequidad, el hambre y la exclusión social. Además hubo un análisis detenido sobre los impactos y maneras de combatir el terrorismo, el narcotráfico, el lavado de dinero, la corrupción y la trata de personas. En síntesis, se formularon análisis sobre la interdependencia entre seguridad y desarrollo.

Para enfrentar estas nuevas amenazas, se subrayó el compromiso de la cooperación y la complementariedad de esfuerzos entre los Estados y entre éstos y sus sociedades. Se expresó que el tratamiento de esos temas tenían como premisa el fortalecimiento de la democracia, el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional, de manera destacada la Carta de las Naciones Unidas y la Carta de la OEA.

Hubo un reconocimiento a la manera pacífica y el empleo de instrumentos jurídicos con que se trataban los problemas limítrofes de vieja data entre los Estados del hemisferio, y lo que ello significaba como contribución a la paz mundial. Con base en todo lo anterior, se hizo ver la importancia de dar seguimiento a los mecanismos institucionales de nuestro sistema de seguridad hemisférica, en particular al TIAR y la relación entre la JID y la OEA.


5. La tercera sesión plenaria

El informe de la Relatora de la Comisión General, la embajadora Representante Permanente de Nicaragua ante la OEA, reseñó los cuatro temas tratados:

a) El proyecto de declaración de Modelo Centroamericano de Seguridad Democrática, que reconoció un régimen de avanzada en cuanto a la seguridad cooperativa y al concepto de seguridad en general, incorporando su trascendencia al plan de seguridad hemisférico.
b) El proyecto de declaración sobre la Situación en Colombia, que manifesta la solidaridad de los estados miembro con Colombia en su lucha contra el terrorismo y la defensa de las instituciones democráticas. Y respalda al gobierno colombiano en su búsqueda de soluciones pacíficas negociadas para superar el conflicto interno, previo cese de hostilidades.
c) El proyecto de declaración sobre Seguridad en las Américas, que incorporó declaraciones interpretativas, no así reservas.
d) El acta final de la conferencia, que expresa el compromiso político de los Estados de combatir las amenazas, preocupaciones y otros desafíos que afectan la seguridad del hemisferio, de conformidad con los mandatos de las cumbres de Santiago y Québec. Asimismo se acordó fortalecer las coordinaciones orientadas a lograr la aplicación, evaluación y seguimiento de los compromisos de la Declaración sobre Seguridad en las Américas.


6. La Declaración sobre Seguridad

La declaración tiene un eje político articulador que es la vigencia del régimen democrático representativo en los Estados Miembro. De ahí se derivan sus conceptos de actualización con los dramáticos cambios mundiales ocurridos a partir de 1989, sus enfoques y arquitectura.

La declaración se refiere a una nueva concepción de la seguridad en el hemisferio de alcance multidimensional, que incluye una diferenciación entre las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas. El modelo acepta que cada Estado incorpore su prioridad, basado en su propia estrategia, planes y acciones, siempre con respeto al derecho internacional. Sus alcances se refieren a las metas y materias de la democracia. Por ejemplo, la consolidación de la paz, el desarrollo integral, la justicia social, la defensa de los derechos humanos, la solidaridad, la cooperación y el respeto de la soberanía nacional.

Reconociendo la baja frecuencia de conflictos bélicos entre estados y la generalizada y completa adhesión al Tratado de Tlaltelolco, que hacen de América Latina una región pacífica y desnuclearizada, la declaración reafirma a la democracia como condición de estabilidad, paz y desarrollo. Enfatiza en el respeto de los derechos humanos, el buen gobierno, la prevalencia del poder civil, la promoción de la educación para la paz y la profundización de la dimensión humana de la seguridad.

La declaración identifica siete tipos de las denominadas nuevas amenazas:
a) El terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, las drogas, la corrupción, el lavado de dinero y el tráfico de armas
b) La pobreza extrema y la exclusión social de amplios sectores de la población
c) Los desastres naturales, las enfermedades y el deterioro del medio ambiente}
d) La trata de personas
e) Los ataques a la seguridad cibernética
f) Los riesgos de accidentes de transporte de materiales peligrosos (petróleo, radioactivos, desechos tóxicos)
g) La posibilidad de acceso y uso de armas de destrucción masiva

Los Estados también asumieron compromisos relevantes, entre ellos el derecho a la democracia, como valor compartido, la limitación de gastos militares, su libre determinación para organizar su defensa, la participación en misiones de mantenimiento de la paz, la lucha contra el terrorismo con pleno respeto al estado de derecho y al derecho internacional, y en este campo, el intercambio de información, la asistencia jurídica mutua y enjuiciamiento de los responsables de acuerdo con el derecho interno..

De otro lado, la adopción de medidas para crear una cultura de seguridad cibernética, el reforzamiento del mecanismo de evaluación multilateral para combatir la droga, el control de lavado de activos, la lucha contra la corrupción, y el fortalecimiento de mecanismos y acciones de cooperación para enfrentar con urgencia la pobreza extrema, la inequidad y la exclusión social, incluyendo mecanismos financieros innovadores.

Por último, la declaración reafirma el compromiso de los Estados de revitalizar y fortalecer los órganos, instituciones y mecanismos del sistema interamericano relacionado con los diversos aspectos de la seguridad. Recomienda que la Comisión de Seguridad Hemisférica coordine la cooperación entre los diversos órganos, y que este Consejo Permanente, a través de la Comisión de Seguridad, continúe el proceso de examen y evaluación del TIAR y del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas. También reitera la necesidad de aclarar la relación jurídica e institucional de la JID con la OEA. Pide al Consejo Permanente que en el trigésimo cuarto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General eleve sus recomendaciones para determinar las normas que precisen esa relación.


7. Comentarios finales

La Conferencia Especial sobre Seguridad ha marcado oficialmente la adopción de nuevos conceptos, enfoques y mecanismos de seguridad para el hemisferio. La base de esta concepción es la vigencia del régimen democrático compartido entre los Estados miembros y lo que se deriva de él como un beneficio inmediato: la desactivación de los conflictos entre Estados y el establecimiento de una zona desnuclearizada en América Latina.

Por lo tanto, aun cuando existen áreas claras de cooperación, como la lucha contra el terrorismo, y de responsabilidad compartida, como la lucha contra las drogas y el crimen organizado, es clara la preeminencia de la seguridad humana, donde el respeto del estado de derecho, del derecho internacional, los derechos humanos y las libertades civiles constituyen una importante conquista de los Estados.

No obstante, el bajo crecimiento económico, los altos índices de pobreza y la porosidad del estado de derecho, es decir los déficit del desarrollo, comienzan a calar el área de la gobernabilidad democrática. Y es que sin gobernabilidad democrática no hay seguridad estatal democrática ni seguridad humana.

No podemos ignorar que en los últimos diez años en América Latina han tenido lugar doce crisis nacionales de gobernabilidad, y una decena de presidentes han debido abandonar su cargo antes de concluir su periodo constitucional.

Quiere decir que ya no estamos hablando de excepciones. Quiere decir que las democracias latinoamericanas son vulnerables y tienen un problema de seguridad. Es un problema que, a mi juicio, debe ser atendido de manera urgente a través de acciones solidarias que impliquen cooperación regional en la detección y prevención de situaciones críticas que amenacen la gobernabilidad democrática de algún país; que contribuyan a la aplicación de un reenfoque de algunas de las políticas económicas que impulsan los organismos financieros internacionales, como el relanzamiento de políticas de fomento del mercado interno para recuperar un crecimiento sustentable, y la profundización de los mecanismos de integración sub regionales y regionales, que no se limiten a la apertura comercial sino que tengan una visión "civilizatoria", en la que todos nos comprometamos en la construcción de una comunidad de naciones que comparten valores, instituciones y niveles semejantes de desarrollo económico y social.

Es obvio, por otro lado, que en el hemisferio existen diversas agendas de seguridad que es necesario articular dentro de un referente común, como puede ser el de la democracia con desarrollo. Es necesario, además, definir la visión amplia de la seguridad como seguridad humana, tal como lo establece las Naciones Unidas, a fin de caracterizar correctamente las acciones de cooperación para enfrentar las nuevas amenazas a la seguridad.

En cuanto a los asuntos operativos, debemos insistir en la participación del ciudadano y de la sociedad civil. En relación a la arquitectura institucional quedan como tareas clarificar los vínculos entre la OEA, la JID y el TIAR.

En síntesis, creemos que esta Conferencia Especial de Seguridad ha alcanzado importantes definiciones conceptuales y avances en el diseño flexible de una arquitectura de seguridad hemisférica, los cuales nos dan la base para el exitoso cumplimiento de sus objetivos.

Muchas gracias.