Discursos

EMBAJADOR ALLAN WAGNER TIZÓN, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ
INTERVENCIÓN DEL EMBAJADOR ALLAN WAGNER TIZÓN, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ, EN LA CONFERENCIA ESPECIAL SOBRE SEGURIDAD

28 de octubre de 2003 - Mexico D.F


Señor Presidente:

1.- No es casual que estemos nuevamente en México definiendo la nueva proyección de la seguridad hemisférica en el Siglo XXI, si recordamos que fue en Chapultepec donde en 1945, luego de la II Guerra mundial, se diseñó el sistema de seguridad para las Américas.

2.- El Perú afirma hoy un concepto multidimensional de la seguridad, humana y democrática, y considera que las respuestas deben estar de acuerdo a la naturaleza de las amenazas. En este sentido, creemos que el sistema de seguridad hemisférica en este siglo debe distinguir con claridad que los problemas de la seguridad tradicional, de carácter interestatal, deben ser encarados por mecanismos de seguridad colectiva apropiados, en tanto que las nuevas amenazas, surgidas del accionar delictivo, deben ser enfrentadas por medios no militares, a través de políticas de coordinación y cooperación que, con respeto a la soberanía, se desarrollen dentro del marco de los organismos especializados competentes de la OEA de una manera eficaz, articulada y solidaria.

3.- En esta perspectiva, los mecanismos de seguridad colectiva de la OEA deberían ser reexaminados a la luz de la nueva realidad y en función de su eficacia ante la eventualidad de un conflicto interestatal, dando en todo ello prioridad a los mecanismos de solución pacífica de las controversias y a la profundización de las medidas de fomento de la confianza.

4.- El Perú insiste igualmente en la necesidad de limitar los gastos militares a fin de derivar esos recursos a la inversión social en sectores tales como la salud y la educación, y la creación de puestos de trabajo que nuestras sociedades requieren con urgencia.

5.- La democracia, como derecho de nuestros pueblos, es uno de los mayores y nuevos alcances consensuales en los últimos años. Expresión de ello es la Carta Democrática Interamericana al sistematizar un enfoque en el que la democracia, los derechos humanos y el desarrollo constituyen la prioridad continental. En ese sentido, el Perú en esta negociación ha buscado el reconocimiento y adopción de valores y enfoques de seguridad humana que aseguren el respeto de la persona y su dignidad. El derecho a la democracia, la vigencia de los derechos humanos y el respeto al estado de derecho deben ser inherentes a una concepción de seguridad que tenga como eje a la persona humana y su desarrollo.


6.- En ese marco, el Estado sigue siendo el referente insustituible y responsable de esta tarea, por lo que debe contar con los medios para enfrentarla con eficiencia. Por ello, el Perú demanda el cumplimiento de los compromisos internacionales para confrontar el principal riesgo estructural a la seguridad que es la pobreza. En ese sentido, el Perú y el Grupo de Río han enfatizado la necesidad de establecer mecanismos financieros innovadores que permitan incrementar, en el corto plazo la inversión pública y privada para atender las demandas sociales y fortalecer la gobernabilidad democrática.

7.- De otro lado, en un contexto internacional marcado por la incertidumbre resulta indispensable fortalecer el sistema multilateral para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Es por ello que el Perú, recogiendo el mandato de los Jefes de Estado del Grupo de Río, contenido en el Consenso del Cusco, ha planteado la importancia de recoger en la Declaración sobre seguridad de las Américas, el compromiso de fortalecer y reformar el sistema multilateral basado en el derecho internacional y en los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y ha propiciado el reconocimiento del papel central del Consejo de Seguridad -actualizado en su composición, agenda y proceso de toma de decisiones-, como el órgano responsable de adoptar las decisiones relativas a la paz y seguridad internacionales, conjuntamente con una Secretaría General fortalecida en su función de prevención de conflictos y operaciones de mantenimiento de la paz.

8.- A nivel hemisférico, se hace necesario examinar, a la luz de la realidad actual, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, pero manteniéndolo claramente en el ámbito de la conflictividad interestatal. En cambio, tal como se ha expresado anteriormente, las nuevas amenazas deben ser tratadas dentro de los organismos especializados competentes en el marco de la cooperación interamericana.

9.- Asimismo, creemos que es necesaria la definición del vínculo entre la OEA y la Junta Interamericana de Defensa, precisando que ésta debe ser exclusivamente un órgano asesor-técnico de la OEA en asuntos militares relacionados directamente con la defensa convencional. Su estructura y funciones deben reflejar los principios por los que se rige nuestra organización, como son la igualdad jurídica de los estados, la elección democrática de sus autoridades y la subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida.

10.- Para el Perú, el principio de la solución pacífica de las controversias se encuentra en la base misma del sistema de seguridad hemisférica. Si bien este tema ha sido abordado en muchas oportunidades en las últimas décadas, no se ha logrado avances sustantivos en la construcción de un nuevo mecanismo que responda a la realidad actual. En la práctica, la Secretaría de la OEA ha venido asumiendo la función de facilitador en ciertos diferendos interestatales. Asimismo, las iniciativas políticas de los grupos regionales, como lo fue el Grupo de Contadora y ahora lo es el Grupo de Río, han suplido en gran parte esta carencia, habiéndose acumulado allí una experiencia valiosa que debería ser aprovechada.

11.- El fortalecimiento de la seguridad hemisférica se nutre también de los acuerdos y mecanismos de cooperación bilaterales y subregionales en materia de seguridad y defensa, a los que el Perú concede especial atención e importancia. A nivel subregional, los países de la Comunidad Andina hemos asumido, a través del “Compromiso de Lima, Carta Andina para la Paz y la Seguridad”, la responsabilidad de diseñar una política común de seguridad, que sin duda tendrá como referente los valores comunes y enfoques compartidos que reconocemos en la Declaración Política que aprobaremos en esta jornada.

12. En ese contexto, deseo reiterar el apoyo del Perú al pueblo y al gobierno de Colombia en su lucha contra el terrorismo y en defensa de las instituciones democráticas. Por consiguiente, respaldamos el proyecto de resolución que, en este sentido, se viene considerando en esta Conferencia. Igualmente, expresamos nuestra total solidaridad con el pueblo y gobierno de Bolivia frente a la reciente crisis que ha atravesado y felicitarnos que su solución se haya dado en el marco del respeto a la institucionalidad democrática.

13.- El Perú considera que a partir de esta Conferencia se inicia una nueva etapa en el tema de la seguridad hemisférica y, por lo tanto, resulta necesario que continuemos impulsando la aplicación , evaluación y seguimiento al más alto nivel político de los compromisos contenidos en la Declaración sobre Seguridad en las Américas, incluyendo la posibilidad de convocar nuevas reuniones a nivel ministerial para este fin.

14.- Finalmente, el Perú desea enfatizar que la pobreza es el riesgo estructural más importante que confrontan nuestros países para su seguridad y su tratamiento debe ser abordado con la mayor profundidad y prioridad por los sistemas interamericano e internacional.

15.- Al concluir estas palabras, deseo expresar en nombre de mi delegación nuestro especial reconocimiento al gobierno de Mexico por el liderazgo demostrado en el largo trabajo preparatorio de esta Conferencia y por la generosa hospitalidad de su pueblo y sus autoridades.

Muchas gracias.