Discursos

PRESIDENTE DEL CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA, EMBAJADOR SALVADOR RODEZNO
EN HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ITALIANA, DR. CARLO AZEGLIO CIAMPI

13 de noviembre de 2003 - Washington, DC


Excelentísimo Señor Presidente de la República Italiana, Dr. Carlo Azeglio Ciampi

Señor Subsecretario de Estado para Asuntos Exteriores, Dr. Mario Baccini
Señor Secretario General Adjunto,
Embajador Luigi Einaudi

Señoras y Señores Embajadores, Representantes Permanentes de los Estados Miembros

Señoras y Señores Representantes de los países Observadores Permanentes
Excelentísimo señor Presidente de la República Italiana, Dr. Carlo Azeglio Ciampi, constituye un señalado honor para mi expresar, en nombre de todos y cada uno de los miembros de este Consejo, la más cálida bienvenida a usted y a su distinguida comitiva a esta Casa de las Américas.

La presencia de su Excelencia en la sede de la Organización de los Estados Americanos, reviste --como lo ha señalado el Secretario General Adjunto-- una relevancia particular.

El presidente Carlo Azeglio Ciampi es una distinguida figura política italiana que ha proyectado su valía intelectual al amplio escenario europeo. Sus méritos han sido reconocidos con las condecoraciones de la Cruz Militar, la Orden de la Legión de Honor Francesa y las Grandes Cruces de las Repúblicas Italiana y Alemana, entre otras.
Representa usted, Presidente Ciampi a un país que recoge admiración universal por sus múltiples contribuciones a la civilización occidental: Santo Tomas de Aquino, Ulpiano, Justiniano, Galileo, Dante, Petrarca, Bocaccio, Michelangelo, Leonardo, y Rafael, --para sólo citar algunos de los nombres de la antigüedad—que han venido multiplicando sus legados a lo largo de los siglos.

Días atrás este Consejo Permanente, como todos los años en el mes de octubre, rindió homenaje a la empresa que los Reyes de España confiaron a Cristóbal Colón y, hoy no podríamos dejar de mencionar, en esta ocasión propicia, los vínculos que la historia fue tejiendo entre la Italia de hoy, y el mundus novus, denominado América, en honor del famoso navegante florentino.

La antigua Cartagena, el viejo San Juan y el casco de Santo Domingo, entre muchas otras, son hoy vivas reminiscencias de las raíces italianas en América que permanecen en varias de las fortificaciones y ciudades amuralladas diseñadas por los grandes arquitectos italianos de la conquista. También en esta ciudad de Washington apreciamos el bello mármol de las esculturas italianas del Capitolio.

Italia ha sido y sigue siendo una de las raíces de América, de constante influencia en las distintas manifestaciones de la vida política, social, económica y cultural de nuestros países.

Los países de América del Norte reconocen en Italia a un destacado aliado de su política exterior y los vincula un creciente nivel de cooperación bilateral y multilateral.

Especial mención merece la acción solidaria de su país -- que ha sido también víctima de terremotos—con las subregiones centroamericanas y del caribe en ocasión de los distintos desastres naturales que las han afectado.

Igualmente, activa ha sido la gestión de apoyo a los procesos de paz, y programas de estabilidad democrática y de desarrollo sustentable en estas dos regiones del continente.

Ampliamente conocida es la especial naturaleza de las relaciones que mantiene Italia con los países de América del Sur, fiel testimonio de ello han sido los viajes del Presidente Ciampi a esas latitudes, las generosas contribuciones brindadas para paliar graves situaciones de orden económico, y el apoyo a la resolución de conflictos por vías pacíficas, entre otras muchas acciones.

Quisiera destacar también que los Estados Miembros de la OEA reconocen que la condición de Italia como miembro fundador de la Unión Europea y su actuación en la presidencia rotativa del organismo han sido vitales para la institucionalización del diálogo entre Europa y América y para la creación de instrumentos de cooperación más adecuados a las realidades que vive el continente.

Las Declaraciones Transatlánticas, el Acuerdo de Cotonu y las asociaciones establecidas con los Grupos de Río, de San José y la Comunidad Andina constituyen un indicador innegable de las buenas relaciones entre los continentes que se extienden a ambos lados del Atlántico.

Durante el curso del presente semestre una de las prioridades declarada por la Presidencia Italiana ha sido la de fortalecer los vínculos con América para propiciar el desarrollo y el equilibrio macroeconómico, estimular la inversión, y promover la gobernabilidad democrática y el respeto de los derechos humanos y de las garantías individuales.

No podría finalizar estas palabras sin hacer referencia a las excelentes relaciones de cooperación que mantiene este Consejo Permanente con la Misión de Italia ante la OEA y, de toda justicia es mencionar en estos momentos la destacada labor cumplida por el Embajador Sergio Vento en el acompañamiento de nuestras labores.

Señor Presidente,
Permítame expresarle, en nombre del Consejo Permanente, los sentimientos de solidaridad y condolencias por el reciente atentado al cuartel militar italiano en la ciudad de Nasiriya, que cobrara la vida de varios soldados destacados en el sur de Irak.

Reitero a usted, a su Señora esposa y a los miembros de su comitiva nuestro agradecimiento por habernos honrado con vuestra visita.

Muchas gracias.