Discursos

SR. SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPUBLICA ARGENTINA, EMBAJADOR JORGE TAIANA
EN OCASION DEL DEPOSITO DE INSTRUMENTO DE RATIFICACION DEL PROTOCOLO DE SAN SALVADOR

23 de octubre de 2003 - WASHINGTON D.C.


SEÑOR SECRETARIO GENERAL, SEÑOR PRESIDENTE DEL CONSEJO PERMANENTE, HONORABLES MIEMBROS DE LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, SEÑORES Y SEÑORAS REPRESENTANTES PERMANENTES Y ALTERNOS, FUNCIONARIOS DE LA SECRETARIA GENERAL, SEÑORAS Y SEÑORES.

Es para mi una gran satisfacción, como representante de la República Argentina, depositar el instrumento de ratificación del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, conocido como el Protocolo de San Salvador.

Este compromiso internacional que asume mi país, bajo el gobierno del Presidente Néstor Kirchner, se enmarca en la voluntad de la Republica Argentina, desde el restablecimiento democrático en 1983, de perfeccionar y fortalecer el sistema interamericano de promoción y protección de derechos humanos, el cual tiene como eje principal, para su eficacia y efectividad, la universalización de los instrumentos jurídicos que lo componen.
Hace poco más de diecinueve años, la República Argentina devino Estado parte en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
No es un dato menor señalar que fue ésta la primera norma internacional de derechos humanos en vigor en el país. Normas universales del mismo carácter, como los Pactos Internacionales de 1966, y con objetos más específicos, vinieron a sumarse al Pacto de San José de Costa Rica. También sucedió lo propio con otras normas regionales, y es así que hoy la República Argentina es Estado parte en casi todos los tratados de derechos humanos en vigor en la región y en el ámbito mundial.
Mi país comprendió también que la protección de los derechos humanos requería algo más que la adopción de nuevas normas: exigía también sistemas de protección que pusieran al alcance de los individuos -de todos nosotros- los instrumentos necesarios para reclamar por la violación no reparada. Es por ello que la la República Argentina aceptó tanto la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos con alcances generales como la competencia de la mayoría de los órganos de tratados en el esquema de las Naciones Unidas.
Ello aseguró la conformación de un plexo normativo importante en materia de derechos humanos y la disponibilidad de un número relevante de posibilidades de reclamo en el ámbito internacional, que tuvo su consagración con la reforma constitucional de 1994, que otorgó a varios tratados de derechos humanos, entre ellos la Convención Americana, rango constitucional con jerarquía superior a las leyes.
En esta filosofía de apoyo a la universalización del sistema regional, que ha sido mantenida por casi 20 años, se inscribe el acto que vengo hoy a cumplir. El depósito de este instrumento no es casual, toda vez que el gobierno que represento asumió en mayo del corriente año decidido a combatir la pobreza crítica y reestablecer la dignidad de los argentinos. Para reestablecer esta dignidad y llegar a una sociedad libre y justa, contar con un instrumento internacional que permita la observancia de los derechos económicos, sociales y culturales, no hará más que reforzar la acción del Estado y de la sociedad civil para buscar formas de solucionar los problemas más acuciantes de aquellos que más necesitan.
El tener sus derechos reconocidos a nivel universal, y contar con un Estado que se somete al control internacional es un paso importante para contribuir con la tarea de brindar un mundo mejor para que los argentinos se desarrollen libremente y con equidad.
En particular, es de esperar que el impacto del Protocolo de San Salvador en la Argentina sea mayor, toda vez que forma parte del sistema interamericano que es muy conocido por la sociedad y la opinión pública argentina.
Con este acto, Señor Secretario General, confirmo el compromiso de la Argentina con el espíritu interamericano. Una vez más, el sistema interamericano de derechos humanos viene a ayudar con el fortalecimiento de la democracia de mi país y con la protección de los derechos de sus habitantes.
Esa realidad hoy nos exige apoyar la indivisibilidad de los derechos humanos y superar diferencias doctrinarias que no se compadecen con las necesidades más urgentes de los habitantes de la región, que exigen que se respeten tanto sus derechos civiles y políticos como los económicos, sociales y culturales.
Este Protocolo fue redactado a la luz de ideas de inclusión, de acceso igualitario a los derechos económicos, sociales y culturales asi como de crecimiento nacional con esperanzas de futuro. Y no podría existir una realidad más afin a la filosofía de este Protocolo que la que hoy experimentamos, con millones de americanos viviendo en la pobreza y necesitando que sus derechos sean reconocidos y protegidos.
Es para mí un doble honor poder protagonizar este acto. En efecto, me complace y me honra traer el compromiso firmado por el Presidente Nestor Kirchner respecto de una política nacional conducente a hacer de los derechos económicos, sociales y culturales una realidad en la Argentina. Y es también un placer y un honor poder venir a esta sede en calidad de representante de la Argentina luego de haberme desempeñado como Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El desempeño de funciones de gobierno supone asumir deberes y obligaciones. Este acto, Señor Secretario General, es una de aquellas obligaciones pendientes cuyo cumplimiento el Sr. Canciller Rafael Bielsa y quien les habla hemos instado y cuya realización nos enorgullece.
MUCHAS GRACIAS