Discursos

ANDRÉS PALMA, MINISTRO DE PLANIFICACIÓN Y PRESIDENTE DEL FORO DE MINISTROS DE DESARROLLO SOCIAL DE AMÉRICA LATINA, CHILE
DURANTE LA REUNION DE ALTO NIVEL SOBRE POBREZA, EQUIDAD E INCLUSION SOCIAL

9 de octubre de 2003 - Isla de Margarita, Venezuela


Muchas gracias, yo también me quiero apoyar, están haciendo un traslado de la imagen gráfica con algunas cifras, quiero decir que mi presentación era bastante más extensa que siete minutos, me habían dicho que veinte y cuando a uno le dicen veinte, prepara treinta, por lo tanto muchas de las láminas que vamos a ver nos las vamos a saltar, espero hablar con calma aunque las láminas pasen rápido, especialmente para las amigas, amigos traductores para que puedan seguir la presentación.

La primera parte de la presentación habla del diagnóstico regional de la situación de la pobreza en América Latina, ya se ha dicho bastante aquí que después de la década perdida con el retorno de las democracias en la región hubo grande éxito económico y de integración social, sin embargo a partir de 1997 la situación se revierte, la pobreza se agudiza y hoy día tenemos 220 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 95 millones son indigente y el inicio del nuevo siglo caracteriza lamentablemente un proceso de estancamiento en la superación de la pobreza en el continente. Las crisis económicas no son ajenas a este estancamiento.

En los cuadros que estamos viendo podemos ver cuál es la situación de los distintos países, en qué hemos destacado Chile y los países del Mercosur en su ubicación en desigualdad ingreso urbano, en pobreza en hogares urbanos, en tasas de desempleo, en situación de la participación laboral y educacional juvenil y en déficit educacional.

En el caso del Mercosur entre 1990 y 1999, nosotros podemos ver que prácticamente todos los países del Mercosur tuvieron incrementos en el gasto público social, ya sea el gasto público social por habitante (que es la lámina que vemos) como porcentaje del producto o como porcentaje del gasto público total. Esto llevó a que si nosotros miramos la situación de los países del Mercosur entre el 90 y el 2000, prácticamente todos los países: Argentina, Brasil, Uruguay y Chile tuvieron fuertes reducciones en el caso de Brasil, en el caso de Uruguay, en el caso de Chile, fuertes reducciones en los niveles de pobreza y de indigencia, no así en Paraguay y Bolivia cuyo gasto social por habitante es muy pequeño. Esto comparado el 90 con el 2000 en el Mercosur, los países del Mercosur tuvieron en promedio un mejor comportamiento, pero seguramente si nosotros vamos al año 2003, al año actual, eso ya no es así por la crisis que ha afectado a la Argentina y a Uruguay, donde los avances en materia de pobreza se han revertido.

Al comparar la situación de Chile, mi país, con América Latina, nosotros vemos este cuadro: Chile en 1990 tenía un 38,6% de pobreza; América Latina un 48,3; en el 2000 Chile tenía un 20,6%, América Latina un 43,8%; a los chilenos esto nos debiera hacer sentir satisfecho pero como veremos en la próxima lámina no es tan así. Si nosotros vemos entre 1990 y el 2000 tuvimos esa fuerte reducción en la pobreza; pero entre 1996 y el 2000 la indigencia prácticamente no se modifica, lo que podemos ver en esta presentación, y esto muestra que nuestras políticas sociales han sido eficientes para reducir la pobreza pero se estancaron en atacar la pobreza más dura y eso nos ha obligado a reformular nuestras políticas sociales, (yo estoy señalando con el lápiz en el gráfico que tengo al frente para el resto de los asistentes a la sesión) esto nos ha obligado a reformular las políticas sociales como lo voy a señalar en un momento más.

Las políticas sociales son tan importantes en nuestro país que en el año 2000 el aporte del gasto fiscal en salud, educación y subsidio humanitario significó para el 20% de los hogares un 84% de mayores ingresos para el 20% de los hogares más pobres, para el 20% de los hogares más ricos un 0,2% de sus ingresos, es decir, pese a que aquí tenemos incluido los ingresos producto de las pensiones que por ser generada a partir de los ingresos del trabajo es fuertemente regresiva en la distribución, como es la distribución del ingreso Chile los gastos sociales hemos conseguido hacerlo fuertemente redistributivos.

Se nos ha señalado en el panel anterior el esfuerzo que hay que realizar para cumplir las metas del milenio, la resarción de la economía en la región ha significado una caída del producto por habitante, por eso hablamos de un quinquenio perdido, esto afectó el gasto social y esto produjo también un impacto redistributivo.

Estas curvas nos muestran la evolución entre 1990 y el 2002 del producto de Latinoamérica y de la demanda agregada de Latinoamérica (el producto en la línea negra, la demanda agregada en la línea blanca) lo que podemos ver es que hay claramente ciclos y que el promedio de crecimiento de América Latina entre 1990 y 2002 es bastante bajo, con una caída tanto del producto regional como de la demanda regional en el año 2002.

En el caso chileno si nosotros miramos entre 1974 y el 2003, tenemos que hay dos momentos de fuertes crisis económicas en 1975, en 1982 y una pequeña crisis económica en 1999. Si ustedes recuerdan las cifras que nosotros manejamos en materia de pobreza van desde 1984 hasta ahora, hasta el año 2000 y continuamos reduciendo la pobreza, no la indigencia, pese a la crisis económica del año 99 hacia el año 2000.

Yo quiero destacar estos elementos porque y estas cifras para analizar el siguiente cuadro sobre Chile. En este cuadro nosotros tenemos: la distribución del ingreso por hogares medida por la misma encuesta que es: Hogares en el gran Santiago, es decir, nos permite hacer un seguimiento del país desde 1960 hasta el año 2002 y si nosotros observamos estos procesos vamos a detectar que la distribución del ingreso empeora fuertemente en 1975 cuando el producto nacional cae significativamente; vuelve a empeorar fuertemente en 1982 cuando el producto nacional cae significativamente. Tenemos dos saltos en dos momentos diferentes del tiempo, esto se debió a una gran sequía que vivió el país en los años 60 y esto a una reforma tributaria muy regresiva que tuvo que ser revertida en tiempo del gobierno de Pinochet, inmediatamente como se puede apreciar en la cifra.

Pero yo quiero destacar que el fuerte impacto distributivo que nos ha significado la reducción de la pobreza entre 1990 y el año 2000 no significa una recuperación muy grande de las cifras de distribución del ingreso. ¿A dónde quiero apuntar yo con esto? y que es parte de lo que voy a presentar a continuación, a que una crisis económica, una caída del producto genera pobreza significativamente y genera regresiones en la distribución del ingreso. Si nosotros tuviéramos una crisis hoy día como la que tuvimos en el año 1982 o como la que tuvimos en el año 1975, seguramente nuestra distribución del ingreso superaría los peores niveles de inequidad que ha tenido en nuestra historia nuestra economía y seguramente todo lo avanzado en 10 años en materia de reducción de pobreza lo podríamos perder en uno ó dos años.

Frente al mundo globalizado, a la situación de globalización, nosotros tenemos que enfrentar también nuestra situación económica con una perspectiva diferente. El Consenso de Washington aplicado ortodoxamente no nos significó una posibilidad de un camino pese a que ahí había elementos importantes, pero la reforma estructural no fueron suficiente, inclusive agudizaron los problemas de la pobreza, me alegro que el Banco Mundial hoy día nos presente una propuesta sobre disenso de Washington que recoge algunas de las cuestiones que quiero señalar a continuación sobre la experiencia chilena.

El modelo chileno se sustenta en disminuir la vulnerabilidad de una economía pequeña y dependiente, yo quiero destacar algunos elementos de lo que hemos aplicado en Chile con el retorno a la democracia a partir de los años 90. Antes ya se había creado en los años de la dictadura en Chile el Fondo del Cobre, es decir, cuando el precio del cobre supera el nivel promedio esperado para los próximos años, el mayor precio del cobre que reciben las empresas públicas de Chile se ahorra y ese ahorro se puede utilizar cuando el precio del cobre entra en una etapa contracíclica y está bajo el promedio esperado para la economía. Esto nos ha generado un colchón de ahorro público anticíclico que ha sido muy importante para la estabilidad del gasto público.

En segundo lugar, nosotros hemos aplicado en Chile a comienzo de los 90 un Encaje Financiero a los movimientos de capitales de corto plazo que ha estabilizado los movimientos cambiarios, potenciando que sea el sector productivo real el que empuje la economía y no sólo el movimiento financiero. Yo quiero destacar que este es un tema extremadamente delicado en las negociaciones con los países desarrollados, en nuestra negociación de Tratado de Libre Comercio con Canadá y en nuestra negociación de Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se nos ha obligado a limitar nuestra posibilidad de utilizar el encaje a los movimientos financieros de capitales.

A comienzos de los 90 con la crisis del petróleo creamos un Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo para evitar también que las fluctuaciones de precios internacionales afectaran el sector real de la economía con sus fuertes ciclos.

Por último, hemos desarrollado un sistema de Concesiones que permite que la inversión privada sustituya a la inversión pública en las áreas en las cuales es posible cobrar tarifas a los usuarios, de esta manera hemos incrementado con recursos privados la inversión en servicios públicos.

La aplicación de estas políticas posibilitó que a partir del año 2000 nosotros tuviéramos la Política de Balance Fiscal Estructural, esta política que en el caso de Chile es de un superávit estructural del 1% del producto, permite la existencia de déficit programado como instrumento de acción anticíclica y con esta política nosotros hemos podido incrementar el gasto social sobre el crecimiento del producto. Entre el año 2000 y el año 2004 el gasto social anualmente ha crecido del orden del 7% y el producto nacional ha crecido del orden del 2,5% y todo esto teniendo déficit programado tenemos el riesgo financiero más bajo como país de nuestra historia y entiendo de nuestro continente.

Esto ha permitido que en materia de políticas sociales implementemos reformas tendientes a la modernización y transformación de las políticas implementando dos elementos complementarios: un extenso sistema de evaluación de programas sociales y un modelo de política de atención universal basada en derecho, con crecientes componentes de focalización en los más pobres, esto es muy importante porque en estos elementos se basa la reforma a la salud, la reforma a la educación, la reforma a la justicia, la reforma laboral, la reforma a la política habitacional y la participación de privado en los procesos de inversión social que estamos desarrollando en nuestro país y particularmente el desarrollo de tres programas que son muy importantes para la superación de la pobreza y la equidad: El Programa Chile Barrio que busca el fin de los campamentos o villas miseria al año 2006; el Programa Orígenes que busca el desarrollo de la interculturalidad de todas las comunidades indígenas, 3.000 comunidades indígenas en el país y el sistema Chile Solidario que busca incorporar a la familia indigente a los programas sociales del país, fortaleciendo sus propias capacidades.

Quiero terminar (y pasar rápidamente, saltando esta lámina la van a tener a tener en la presentación que tienen ustedes) que contar con una política social moderna, fortalecida que permita la reducción de brecha no obliga a modernizar la gestión social, promover y adoptar la perspectiva de derecho, esto nos ha llevado a revisar la oferta pública de programa y servicio, particularmente generando una coordinación de ella para que los recursos lleguen efectivamente a los más pobres, por eso el Ministerio de Planificación ha asumido, como se señalaba en la introducción este panel, la coordinación de las políticas sociales y todo esto elaborando indicadores de brecha y desigualdades para determinar los cursos de acción más oportunos.

Tenemos un gran pendiente en nuestro país, nuestra democracia incompleta e imperfecta, el pueblo no puede ejercer totalmente su soberanía y esto significa que tenemos que avanzar mucho todavía en materia de democracia, de descentralización y programas de participación ciudadana donde otros países del continente en realidad nos llevan la delantera y queremos escucharlos y aprender de ellos. Muchas gracias.