Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CON MOTIVO DE LA VISITA DEL PRESIDENTE DE BOLIVIA, JORGE QUIROGA

3 de diciembre de 2001 - Washington, DC


Señor Presidente, es un honor para mí darle la bienvenida a la Organización de Estados Americanos. Su presencia en la casa de las Américas es motivo de regocijo para quienes desde aquí trabajamos en pro de la democracia y del bienestar de nuestros pueblos. Su ascensión a la primera magistratura tiene un significado especial para Bolivia y para todo el hemisferio. Por una parte es una confirmación del apego del pueblo boliviano a los principios y los valores que recién consagramos en la Carta Democrática Interamericana. Por otra parte, en el ámbito continental, sus pasos están abriendo el camino para que una nueva generación de lideres asuma las riendas de nuestros países al alba del nuevo milenio. Usted representa un liderazgo joven, renovador, consciente de los enormes desafíos que nos interpone la globalización y de las enormes tareas que nos hemos impuesto para asegurar la solidaridad en las américas.

La OEA y el mundo entero presenciaron con orgullo la transición democrática, pacífica y constitucional que lo llevó a usted a la presidencia. La crisis política desatada por la enfermedad del General Banzer fue resuelta de manera ejemplar por el pueblo boliviano que encontró en usted no sólo al heredero constitucional, sino también a una nueva esperanza para confrontar la compleja realidad social y política que aqueja a Bolivia como a toda la región andina.

Recibió usted las riendas de Bolivia en un momento decisivo para el futuro de esa nación. Al ser el primer presidente en prestar juramento del siglo, su administración marcará sin lugar a dudas el rumbo que tome su país en el inicio del nuevo milenio. Su mandato es corto, pero lleva usted sobre sus hombros una responsabilidad que va mucho más allá de la culminación del periodo presidencial. Los problemas que aquejan a Bolivia requieren acciones inmediatas, decididas y eficaces. Como usted muy bien dijo en su reciente visita a España, los tres desafíos más importantes que enfrentan su gobierno y su país son el narcotráfico, la corrupción y la pobreza.

Y es precisamente a avanzar en la erradicación de esos tres problemas que se dirige el plan de gobierno que usted anunció desde el día mismo de su posesión el pasado 7 de agosto. Es un plan ambicioso, pero no tenemos la menor duda de que con su voluntad decidida trabajará hasta el último minuto de su presidencia por cumplirlo a cabalidad. La designación del gabinete ministerial demostró desde un principio sus intenciones y representó el fin de la política de coaliciones en el gobierno, sustituida por pactos basados en una agenda de trabajo.

Sin duda en el plano político e institucional es fundamental la reforma del sistema electoral con el fin de garantizar la realización de elecciones libres, justas y transparentes, primer elemento del que parte todo régimen democrático. La OEA por intermedio de su Unidad para la democracia ha dado su cooperación técnica por petición del Congreso Nacional y de la Corte Nacional Electoral.

Señor Presidente:

Su iniciativa de reforma de la Constitución Política del Estado apunta también al fortalecimiento de las Instituciones democráticas del país. El fin del monopolio partidista, la adopción del referéndum y la consulta popular así como la profundización de la descentralización, entre otras iniciativas, serán avance significativo hacia la consecución de una democracia plena.

Desde su paso por la vicepresidencia ha sido usted un abanderado de la lucha contra la corrupción. Las iniciativas anunciadas desde los primeros días por su gobierno han confirmado ese compromiso. Su intención de promulgar una ley de lucha contra la corrupción, así como la revisión de la Ley SAFCO sobre la administración de fondos públicos y la adopción del sistema de declaración de bienes y rentas de los servidores públicos, están a tono con los principios plasmados en la recien adoptada Carta Democrática Interamericana y con el esfuerzo hemisférico que encarna la Convención Americana contra la Corrupción y el Mecanismo de Evaluación y Seguimiento de reciente creación. Usted ha demostrado su compromiso y liderazgo con la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad y la responsabilidad del gobierno en la gestión pública.

Bolivia, como casi todos los países de la región, ha sufrido los efectos de la crisis económica mundial, la cual se acentuó como consecuencia de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Recibió usted además una economía débil, pues a pesar de la continuidad en las políticas económicas y del papel prioritario que se le ha dado a las reformas estructurales se prevé un aumento del déficit en el presente año, debido en gran parte a un menor recaudo fiscal, al alto precio de los hidrocarburos y al costo de la reforma pensional.

Las perspectivas son, sin embargo, alentadoras para la reactivación. Por una parte la capitalización de empresas a la que usted le ha dado continuidad está produciendo los frutos esperados que tendrán que llegar a su destinatario final, el pueblo boliviano. Por otra parte esa misma capitalización ha permitido el aumento de la inversión, la cual reveló el verdadero potencial energético boliviano. Tienen los bolivianos en esa reserva de gas un tesoro que bien explotado y bien administrado podrá servirles para asegurarse un boleto en el tren del desarrollo.

El marco social, caracterizado como uno de los pilares de su programa de gobierno, merece la mayor atención. Ha surgido en nuestros países el sentimiento según el cual las falencias de las instituciones encargadas de prestar servicios públicos básicos son fallas del sistema democrático. Por eso recibimos con optimismo la promulgación de la Ley de Diálogo Nacional la cual implementará la distribución de los recursos de alivio a los países pobres altamente endeudados.

La ley estableció que la pobreza en Bolivia se encuentra principalmente en las comunidades indígenas y rurales. Es innegable que este es uno de los campos donde tenemos más por hacer, así como uno de los que requieren acciones prontas y decididas. Nos identificamos entonces completamente con su iniciativa de “derribar el muro interno de la pobreza”. Para lograrlo serán fundamentales los datos recogidos en el reciente Censo Nacional pues una parte considerable de la implementación de la ley se hará sobre la base de esos resultados.

El pasado mes de julio usted inauguró en La Paz la reunión sobre descentralización de la cual surgió la creación de la Red Interamericana de Alto Nivel sobre Descentralización, Gobierno local y Participación Ciudadana. El liderazgo y el apoyo de Bolivia en esta iniciativa han sido decisivos para lograr la creación de un escenario hemisférico que nos permitirá intercambiar experiencias y desarrollar políticas modelo respondiendo así al mandato de la Cumbre de la Américas.

El Programa Nacional de Gobernabilidad que con recursos del BID hemos ejecutado en acuerdo con el Congreso Nacional y que finaliza en febrero del próximo año ha tenido resultado satisfactorios. En su calidad de Vicepresidente le correspondió a usted presidir el Comité Nacional de Gobernabilidad lo que le permitió tener un conocimiento de primera mano de las características y alcances del proyecto. Debemos fomentar programas de este tipo que contribuyen al establecimiento de un ambiente institucional y legal propicio para el fortalecimiento de nuestras instituciones políticas.

Permítame referirme ahora al tema de la incesante lucha de Bolivia contra el tráfico de drogas. Su antecesor el presidente Banzer lanzó el Plan Dignidad, la Estrategia Boliviana de lucha contra el narcotráfico, diseñado con el propósito de erradicar del territorio boliviano todos los elementos del flagelo. Los resultados de dicha iniciativa hasta el momento han sido muy satisfactorios en el aspecto de erradicación de cultivos. Es un ejemplo a seguir para los demás países de la región afectados por el problema. Pero es necesario que todos en la Comunidad Internacional reconozcan el enorme esfuerzo que está haciendo la sociedad Boliviana, los graves conflictos sociales que de esa lucha han surgido y la necesidad de que continúen los programas de desarrollo alternativo y sustitución de cultivos sin los cuales Bolivia puede sufrir traumas sociales, y aun políticos, de bastante consideración. El impacto social y económico de esta lucha es considerable pero será aún más considerable el beneficio de la superación de ese flagelo que solo ha traído violencia y corrupción a nuestra región.

En el marco de la lucha contra las drogas, es también fundamental garantizar la continuidad del Mecanismo de Evaluación Multilateral creado por nuestros Jefes de Estado y Gobierno en el seno de la CICAD. Dicho mecanismo establece procedimientos objetivos y únicos de carácter gubernamental y multilateral para evaluar las acciones nacionales y regionales contra la droga y está basado en el principio de la responsabilidad compartida.

Señor Presidente:

Con su concurso la OEA continuará su proceso de modernización asumiendo los muchos mandatos recogidos de las Cumbres de las Américas y que en lo fundamental determinan un trascendental proceso de integración en la más grande empresa colectiva que haya acometido nuestro hemisferio en toda la historia. Con ese concurso continuaremos nuestros esfuerzos para hacer de la Organización el principal mecanismo de dialogo hemisférico y para que sirva de escenario a las acciones colectivas dirigidas a la defensa y fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas y a confrontar los flagelos que las amenazan. Uno de los frutos más importantes del nuevo papel que cumple la OEA en el hemisferio es sin duda la Carta Democrática Interamericana adoptada en la Asamblea Extraordinaria de Lima en septiembre pasado.

Señor Presidente:

Con la acción decidida de su gobierno, por intermedio del embajador Marcelo Ostria Trigo, hemos empezado a enfrentar la peor amenaza a nuestra seguridad colectiva desde nuestra creación en la post guerra, surgida a raíz de los cobardes atentados contra los Estados Unidos del 11 de septiembre. Hemos aplicado el tratado Americano de Asistencia reciproca, hemos expresado todos a una la solidaridad con el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos, estamos dinamizando la actuación del CICTE y nos hemos abocado la elaboración del Proyecto de Convención americana para la Prevención y Eliminación del Terrorismo.

El día de su posesión dijo usted: "Nos tocó vivir un cambio de siglo; ahora nos corresponde abrir un siglo de cambio". Esa obligación es válida también para todo el hemisferio americano. Luego de haber logrado sembrar la semilla democrática en las américas en la última parte del siglo pasado, tenemos la responsabilidad de demostrar que la democracia es el mejor camino hacia el desarrollo y hacia la creación de un entorno de prosperidad paz, justicia social y libertades para todos.

Muchas gracias