Comunicado de Prensa


Mesa Redonda de Políticas de la OEA debatió los derechos de las víctimas del terrorismo

  11 de noviembre de 2014

“Los derechos de las víctimas del terrorismo” fue el tema central de la 63 Mesa redonda de Políticas de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se realizó en la tarde del lunes en la sede de la institución hemisférica en Washington, DC.

El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, quien inauguró el evento, afirmó que el terrorismo constituye una amenaza grave para la paz y la seguridad de los países, que “pone en jaque el Estado de Derecho, incluso la democracia y el desarrollo de los pueblos se ven amenazados". Profundizó en su afirmación indicando que "es una de las mayores afectaciones a los derechos humanos y las libertades fundamentales, ya que afecta el derecho a la vida, a la libertad, y a la integridad física y psíquica de las víctimas directas e indirectas”.

El Secretario General Insulza recordó que la Convención Interamericana contra el Terrorismo no fue aprobada a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington, DC, sino que el proceso de aprobación del documento comenzó siete años antes, a raíz del atentado feroz perpetrado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires en 1994.

El Secretario General señaló que en el ámbito internacional faltan directrices claras sobre el significado y la amplitud del concepto de víctimas del terrorismo. “En Europa se han aumentado los esfuerzos para visibilizar a las víctimas, movilizando sectores gubernamentales y de la sociedad civil, mientras que en América Latina las distintas normativas todavía parecen muy ligadas al régimen penal y procesal en la materia, pero sin abordar la consecuencia del acto terrorista desde la perspectiva de las víctimas, cosa que creemos esencial”, dijo. En esa línea, destacó el papel de liderazgo que ha tenido España con la aprobación en 1999 de la ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, hasta llegar a la actual ley de reconocimiento de las víctimas aprobada en 2011.

El Representante Permanente de Perú ante la OEA, Juan Jiménez, consideró que uno de los problemas de las reparaciones en los casos de terrorismo es la dificultad de abrir espacios para buscar soluciones que incluyan la paz y la reconciliación. Mencionó como un modelo efectivo la creación de las comisiones de verdad que establezcan la condición de víctimas sin largos procesos judiciales, y de espacios físicos que preserven la memoria de las víctimas y que permitan reflexionar sobre lo sucedido.

Respecto de las reparaciones, el Embajador Jiménez explicó que Perú optó por indemnizaciones tanto individuales como colectivas, que abarcan a los miembros de las fuerzas armadas, de la policía, de las comisiones civiles de autodefensa y a las autoridades civiles. “Tenemos un sistema de reparaciones individuales y colectivas que aborda el poder restituir derechos a colectivos, segmentos de la sociedad que fueron afectados por la violencia”, explicó y agregó que éstas consisten en proyectos que las mismas comunidades escogen y que el Estado financia. “El hecho de que exista una voluntad política de reparaciones a alto nivel es una gran noticia para todos. Estamos comenzando, es un tema complejo en el que ponerse de acuerdo siempre es lo más difícil, pero hay voluntad política de seguir en esta materia”, finalizó el diplomático peruano.

La Directora de la Oficina de Justicia para las Víctimas de Terrorismo al Extranjero del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Heather Cartwright, quien ha trabajado –entre otros casos- con víctimas de los atentados de la Ciudad de Oklahoma en 1995 y contra Washington y Nueva York en 2001, manifestó que muchas víctimas del terrorismo sufren de trastorno por estrés post traumático. La Directora Cartwright sostuvo que en el caso de los atentados terroristas, las víctimas no son un objetivo por sí mismas, sino porque son un símbolo representativo “de un gobierno, de un país, de una política o de un grupo étnico”.

La funcionaria estadounidense indicó que, en su experiencia, las expectativas que tienen las víctimas de los actos terroristas de ser asistidas por parte de los gobiernos, “muchas veces son más altas que en otros tipos de crímenes”. En este sentido, afirmó que las víctimas son un objetivo de los terroristas porque “intentan enviar un mensaje a un sector mucho más amplio que la propia víctima que sufre su terror”. También indicó que es muy importante que los damnificados del terrorismo cuenten con el apoyo de los Estados, porque es una forma de dañar el mensaje que quieren enviar los terroristas y de dejarles claro que la sociedad no abandonará a sus víctimas y las apoyará.

La Directora General de Apoyo a las Víctimas de Terrorismo del Ministerio del Interior de España, Sonia Ramos, centró su intervención en la importancia de reconocer que los afectados por el terrorismo son víctimas de violaciones a los derechos humanos, y señaló que ésta es la premisa que impregna a todo el sistema español. “Uno de los pilares fundamentales descansa en el derecho a la justicia. Entendemos que el sistema de justicia debe ser penal, que persiga al autor del delito y lo condene a una sentencia”, señaló, y agregó que, a partir de ahí, el apoyo a las víctimas y sus familiares aborda aspectos sanitarios, de salud mental y de reinserción y condiciones laborales, entre otros.

“Las víctimas del terrorismo, a diferencia de las de otros tipos de violencia, tienen una significación política, ya que fueron objeto de ella porque se pretendía desestabilizar el sistema de derecho. Por esto deben recibir un tratamiento diferenciado”, agregó la Directora General de Apoyo a las Víctimas de Terrorismo del Ministerio del Interior de España.

El Embajador Javier Rupérez, quien fue el primer Director Ejecutivo del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, y quien sufrió un secuestro en 1979 a manos de ETA, dijo que pese a que no hay una definición formal de terrorismo en Naciones Unidas, está claro de qué se trata. “El hecho de que no haya una definición precisa y consensuada sobre lo que es el terrorismo, no quiere decir que no sepamos qué es lo que significa”, afirmó. “Basta con comprobar cuáles son los actos de terrorismo para saber de qué estamos hablando”, agregó.

El Embajador Rupérez indicó que, pese a ello, la Asamblea de la ONU ha aprobado más de 25 acuerdos internacionales sobre actos de terrorismo, “con tal precisión que prácticamente no hay ningún acto de terrorismo que no haya sido contemplado por estos acuerdos”. Asimismo, apunto que el Consejo de Seguridad de la ONU, en especial a partir de finales de los años 90, ha mostrado una voluntad firme para combatir todos los actos terroristas. “Las decisiones de la ONU lo dicen muy claro, no hay nunca una justificación para la comisión de actos de terrorismo, no hay justificaciones políticas, o ideológicas o raciales que puedan justificar el empleo de la violencia”, añadió.

El panel fue moderado por el Secretario Ejecutivo del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la OEA, Neil Klopfenstein, quien manifestó que el terrorismo “nacional e internacional constituye una violación deliberada de los derechos de los individuos”, además de un asalto a la democracia misma.

Klopfenstein sostuvo que los ataques terroristas registrados en Washington y Nueva York (2001), en Madrid (2004) y otras partes del mundo, han demostrado que el terrorismo no tiene fronteras y aseguro que no sólo es necesario condenar los actos de terrorismo, sino “tener honor, dignidad y compasión hacia las víctimas del terrorismo”. El Secretario Ejecutivo del CICTE sostuvo que además de prevenir y luchar contra el terrorismo, es necesario que se “proteja los derechos de las víctimas del terrorismo y sus familias”.

Al finalizar el encuentro, el Observador Permanente de España ante la OEA, Jorge Hevia, remarcó la evidencia de que este tema todavía tiene complicaciones que resolver, que en el caso de su país lograron superarlas, y repasó las principales ideas de los panelistas, en torno a la necesidad de mantener la memoria, a que las víctimas sufren violación de los derechos humanos y que son símbolos de toda una sociedad que se ha visto agredida.

“Estoy profundamente convencido de que la fortaleza, la dignidad y la altura ética y moral de una sociedad democrática y libre en nuestros días se mide por el grado de atención y protección que las víctimas del terrorismo reciben de esa misma sociedad. Por eso es tan importante la ayuda material y moral a ese colectivo tan duramente castigado, porque ayudando a las víctimas y sus familiares, manteniendo viva su memoria, estamos trabajando por reforzar nuestro sistema democrático, estamos trabajando por construir una sociedad más justa, más libre y más digna”, expresó el Embajador Hevia.

La 63 Mesa Redonda, fue organizada por la Secretaría de Relaciones Externas de la OEA, el CICTE de la OEA y la Misión Observadora de España ante la OEA. Al finalizar la Mesa, se inauguró la exposición de fotografías “En Pie de Foto, Víctimas del Terrorismo” en el Museo de Arte de las Américas, que se encuentra ubicado anexo a la sede central de la OEA en Washington, DC.

La galería de fotos del evento está disponible aquí.

El B-Roll del evento está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-484/14