Comunicado de Prensa


Secretario General de la OEA dice que las Américas necesitan reformas institucionales y fiscales y afianzar la separación e independencia de los poderes del Estado

  23 de octubre de 2014

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo hoy que los países de la región necesitan realizar reformas institucionales y fiscales para fortalecer sus democracias en aras de acabar con la desigualdad, y también señaló que los líderes del hemisferio deben respetar la separación de poderes y entender que la democracia va más allá de la celebración periódica de elecciones.

Invitado por la Asociación de Abogados de Estados Unidos (ABA, por su sigla en inglés) a pronunciar la conferencia magistral en la reunión de otoño de la Sección de Derecho Internacional, que se lleva a cabo en Buenos Aires, Argentina, el Secretario General Insulza hizo un análisis del crecimiento económico de América Latina durante la última década, que permitió que 70 millones de personas salieran de la pobreza, y se pasara de una tasa de pobreza del 43 por ciento en 2002 al 28 por ciento en 2012. A pesar de ello, sostuvo, el problema de la desigualdad sigue presente, y las exigencias sociales continúan en aumento. “Las demandas han crecido, porque hay una mayor democracia y porque grandes sectores de la población están saliendo de la pobreza extrema y la exclusión, y están pidiendo cada vez más y más oportunidades”.

“Las reformas institucionales y fiscales para hacer frente a las nuevas circunstancias son esenciales para el fortalecimiento de las democracias, para manejar las realidades de una región que, aunque ya no es pobre, sigue siendo fundamentalmente injusta. En particular la política democrática no es simplemente una cuestión de valores o principios; también requiere resultados tangibles para los ciudadanos”, agregó el Secretario General Insulza.

El Secretario General de la OEA manifestó que, pese a los avances económicos, todavía queda mucho por hacer para terminar con la pobreza, la extrema pobreza y la desigualdad, y señaló que los grupos minoritarios como los indígenas, los afrodescendientes, las mujeres solas jefas de familia, las personas con discapacidades y los adultos mayores son los más afectados. En este sentido, indicó que gracias al crecimiento experimentado en la década pasada, entre las más de 600 millones de personas que viven en América Latina y el Caribe, “hay menos de 200 millones de pobres”. “Sin embargo, hay cerca de 200 millones de personas que no siendo pobres, se encuentran en un estado de vulnerabilidad”, añadió, advirtiendo que este sector de la población puede volver a caer en la pobreza ante un eventual empeoramiento de la economía”.

En otro momento de su intervención, el máximo representante de la OEA manifestó que la rendición de cuentas es un factor clave para el desarrollo de la democracia. Si bien recordó que la democracia se ha estabilizado en la región durante los últimos 20-25 años, expresó que es necesario fortalecerla e incidir en la idea, que ya reconoce la Carta Democrática Interamericana que aprobaron los Estados Miembros en 2001, que admite que la democracia va más allá del mero acto electoral.

“Por desgracia -prosiguió- la historia de nuestra región está salpicada de ejemplos de líderes que, tras haber alcanzado el poder por el voto popular, a continuación, han pasado a perpetuar su control” y redondeó su planteamiento, enfatizando que “en una democracia, cada rama de gobierno debe rendir cuentas a otra rama o ramas y a la sociedad en general”. “Es por eso por lo que tenemos la separación de poderes, la independencia del poder judicial, la libertad de expresión y de prensa, los órganos de supervisión y la sociedad civil. La función de la rendición de cuentas es fundamental para garantizar que las normas que limitan y regulan las acciones de las autoridades se cumplan. Es la mejor garantía de respeto a la Constitución y al Estado de Derecho”, aseguró.

Insulza parafraseó al politólogo argentino Guillermo O’Donnell y su análisis de los nuevos gobiernos democráticos que surgieron en América Latina tras la caída de los regímenes autoritarios. “Una de sus principales críticas a las deficiencias que se perciben en las nuevas democracias -recordó- se refería a la renuencia a aceptar la rendición de cuentas como una parte necesaria del orden democrático. De hecho, muchos de los nuevos jefes de Estado parecen pensar que tras haber alcanzado la legitimidad que les dan las urnas, las restricciones del sistema son obstáculos que deben eliminarse”, reflexionó.

El líder de la OEA aclaró que no cree que esta situación sea “endémica” en el Continente, y recordó que la Carta Democrática Interamericana es un marco de referencia que pone límite a los excesos de poder. Sin embargo, agregó, “en los últimos años se han producido en algunos países situaciones o intentos de subordinar a ciertas ramas del gobierno, de limitar la independencia del poder judicial o de las autoridades electorales, de poner freno a la libertad de expresión -no sólo por los gobiernos, sino también a través de la concentración de la propiedad de los medios o incluso de la delincuencia organizada-, de limitar a las organizaciones de la sociedad civil y su libertad de acción”.

El Secretario General Insulza también se refirió a la situación de Cuba, el único Estado Miembro de la OEA que no se encuentra activo en la Organización. Tras recordar que en la Asamblea General de la OEA de 2009 se retiró la suspensión de Cuba de la Organización (que regía desde 1962), el Secretario General Insulza dijo que “Cuba todavía está ausente”.

En este sentido, manifestó su esperanza de que la próxima Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Panamá en abril de 2015, “constituya un paso importante” para retornar a un continente unido. “La Carta de la OEA establece que todos los países de las Américas son miembros de la OEA y la Carta Democrática Interamericana declara el compromiso de cada país con la democracia. Pero en esta etapa del desarrollo democrático en las Américas, creemos que el camino hacia la plena democracia se logra mejor a través del diálogo y la cooperación y no a través de sanciones y exclusión”, insistió. “La fuerza de la OEA se basa en su plena inclusividad y en demostrar que todos podemos vivir y trabajar juntos”, agregó el Secretario General de la Organización.

Por otra parte, el Secretario General Insulza dijo que la OEA se encuentra en un proceso de adaptación al Siglo XXI. “Ahora estamos comprometidos con la redefinición de nuestra agenda hemisférica y nuestras prioridades. Este es un proceso que iniciamos hace dos años y medio, cuando presenté el primer documento sobre la Visión Estratégica al Consejo Permanente. Un año más tarde, presenté una versión más completa, y este año la Asamblea General se comprometió con el proceso a través de una resolución aprobada en septiembre en reunión extraordinaria.

En el contexto del papel de la OEA en el nuevo milenio, el Secretario General de la OEA dijo que a la luz de las nuevas organizaciones y foros que han surgido en el continente, tales como UNASUR, SICA, CARICOM, CELAC, MERCOSUR, Comunidad Andina y OECS, las mismas tienen que ser vistas como “complementarias y no competitivas”.

En representación del Comité Director de la Sección de Derecho Internacional de la ABA, el abogado Marcos Ríos agradeció la participación del Secretario General Insulza en la reunión de otoño de esa institución, y elogió el rol de Insulza en la promoción de los valores democráticos en la región. Igualmente, destacó la trascendencia de la figura de Insulza en Chile, donde su nombre se asocia a los cargos más altos de la política nacional.

La galería de fotos del evento está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-456/14