La Organización de los Estados Americanos (OEA) presenta el informe “Enfrentando la inseguridad alimentaria en las Américas: buenas prácticas y lecciones aprendidas durante la pandemia del Covid-19”, que sistematiza información de 16 países sobre las políticas y programas para garantizar la seguridad alimentaria en la región, e identifica líneas de acción prioritarias sobre este tema.
La inseguridad alimentaria se encuentra en aumento en varios países del mundo, revirtiendo años de progreso y poniendo en peligro la capacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030, específicamente el objetivo de “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”. La combinación del inicio de la pandemia de COVID-19 con la disminución de los ingresos y las interrupciones en las redes de abastecimiento y cadenas de distribución de alimentos han provocado un incremento considerable del hambre crónica y aguda.
En América Latina y el Caribe, en 2020, el 41% de las personas se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o severa, y el 14% experimentaba inseguridad alimentaria extrema, definida como no disponer de alimentos y pasar un día o más sin comer, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El número de personas que carece de acceso físico o económico a una cantidad y calidad de alimentos necesarios para la salud y el desarrollo aumentó a 267 millones de personas en 2020, un incremento de 60 millones de personas respecto al año anterior. La inseguridad alimentaria afecta de manera desproporcionada a grupos que ya están en situación de mayor vulnerabilidad, como las mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes, personas con discapacidad, personas mayores, personas en situación de movilidad humana, entre otros.
“Esperamos que este informe sea de la mayor utilidad para los Estados Miembros en el combate a este flagelo”, señaló Betilde Muñoz-Pogossian, Directora del Departamento de Inclusión Social de la Secretaría de Acceso a Derechos y Equidad de la OEA, que elaboró este informe. “Compartir esta información a nivel regional es de gran importancia para orientar a los países en sus acciones para ampliar y mejorar sus esfuerzos hacia la seguridad alimentaria en las Américas”, agregó.
El informe fue un insumo esencial en la sesión conjunta del Consejo Permanente de la OEA con el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI) el 21 de junio (ver video y fotos), cuyo propósito fue abordar y promover acciones viables y cooperación regional a fin de fortalecer la seguridad alimentaria de manera integral y sostenible como una estrategia fundamental para abordar las necesidades sociales y económicas persistentes en las Américas, incluidas las emergentes a partir de la pandemia de COVID-19.
Este informe es una de las acciones adoptadas por la OEA en seguimiento a la declaración adoptada en la Asamblea General de la Organización en 2021, “Compromiso Renovado con el Desarrollo Sostenible post-COVID-19 en las Américas” donde se destaca el “compromiso de seguir impulsando medidas nacionales y regionales, para responder a las múltiples crisis que se han desatado, abordando las causas estructurales, particularmente para contrarrestar los efectos del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad, así como la discriminación, el hambre y la inseguridad alimentaria y nutricional, el desplazamiento, la pobreza y la violencia”. La OEA continúa a disposición de los Estados Miembros para seguir impulsando medidas efectivas a fin de erradicar el hambre de toda la región.
Referencia: C-036/22