Discursos y otros documentos del Secretario General

DURANTE LA SESIÓN ESPECIAL DEL CONSEJO PERMANENTE PARA CONSIDERAR LA SITUACIÓN EN NICARAGUA

18 de febrero de 2022 - Washington, DC

La situación de la democracia y el respeto por el Estado de Derecho en Nicaragua, desde que hace un mes tuvimos la última sesión del Consejo Permanente para considerar la situación de dicho país, ha continuado deteriorándose.

En todos sus aspectos, pero en particular en lo referente al respeto por el debido proceso y las garantías judiciales, en temas institucionales como la separación de los poderes del Estado y en temas de derechos humanos como la falta de respeto por todas las garantías y libertades fundamentales.

El hecho más lamentable y condenable ha sido la muerte en prisión del General retirado Hugo Torres, escritor y dirigente político. Gozaba de un gran aprecio y se había destacado en la lucha contra la dictadura anterior, la de Anastasio Somoza. Desde su detención no se había iniciado un juicio contra su persona.

Vaya el recuerdo para el General Hugo Torres y las condolencias a sus deudos.

El General Torres perdió la vida a manos de un régimen que ha desnaturalizado completamente los preceptos de justicia, paz, dignidad humana y libertades civiles y políticas.

Allí donde no existe la compasión para quien ha sido compañero de lucha, de trabajo y de revolución, ya no puede esperarse democracia ni respeto a los derechos humanos.

A merced del régimen siguen muchas y muchos nicaragüenses. Encarcelados injustamente, torturados, sometidos en su dignidad por quienes un día se levantaron contra una dictadura, contra quienes se levantaron antes también contra una dictadura y que hoy demuestran que no lo hicieron por principios ni por fe revolucionaria, sino por ambición de poder.

Es por ello que el Consejo Permanente de esta Organización vuelve a reunirse hoy y desde la Secretaría General reiteramos que, al amparo de los instrumentos del Sistema Interamericano, en la mesa del Consejo Permanente no hay lugar para una dictadura.

Es necesario poner fin a los juicios carentes de toda garantía, validez jurídica y debido proceso que el régimen está llevando adelante.

Somos esencialmente una comunidad de democracias.

El período más lamentable y bochornoso para esta Organización fueron la década de 1970s, cuando las dictaduras se sentaban en este Consejo Permanente. No es momento para repetir esta historia.

La Ley que ha sido invocada con mayor frecuencia contra los detenidos es la de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación para la Paz y la Ley de Ciberdelitos, también conocida como “Ley Mordaza•”.

En la mayoría de los casos, las audiencias se han llevado a cabo en la prisión de El Chipote, lo que es considerado ilegal pues, según las denuncias formuladas, los jueces no pueden realizar audiencias fuera de un complejo judicial.

Por otro lado, contrariando las mínimas garantías procesales, ni los procesados ni sus defensores tienen acceso a los expedientes, los acusados difícilmente pueden comunicarse con sus abogados defensores y apoderados, y hay casos en los que ni siquiera los conocen. Se ha llegado al extremo de no permitir el uso de la palabra a los acusados.

Lo anterior contraviene toda la normativa Procesal Penal, contraviene todas las convenciones de derechos humanos, universales o interamericanas.

Los representantes de organizaciones defensoras de derechos humanos, así como para los familiares y juristas, señalan que han sido condenados presos de conciencia con pruebas consideradas como “ridículas” y “sin validez probatoria”.

En todos los casos, los familiares de los presos, las organizaciones de derechos humanos, sus victimarios y nosotros mismos en esta Organización, sabemos que las condenas decididas de antemano por una justicia y un régimen que están obrando sobre la base de criterios no jurídicos, criterios absolutamente carentes de toda ética.

Señor Presidente, deseo reiterar nuestro máximo esfuerzo de contribuir desde la Secretaría General de la OEA al retorno de la democracia en Nicaragua, para que temas como el debido proceso, el Estado de Derecho y las garantías judiciales sean respetados.

Como fue informado en el Consejo Permanente, hemos realizado todas las gestiones que se nos encomendaron, desde contactos con la Misión de Nicaragua, notas enviadas al Presidente, la utilización de “back channels” y contactos para establecer una agenda positiva.

Habiendo transcurrido un plazo más que prudencial, las autoridades de Managua han optado siempre por la negativa o el silencio, no dejando margen hasta ahora para gestiones adicionales.

Reitero lo que manifesté en mi último informe al respecto a este Consejo Permanente: es competencia de este órgano, sin perjuicio del carácter continuo de las gestiones, en el marco de la Carta de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana, realizar, ante la falta de voluntad de Nicaragua y el progresivo deterioro de la situación en el país, las evaluaciones colectivas basadas en la Carta Democrática Interamericana y las resoluciones aprobadas oportunamente.

Hemos hecho todas las gestiones correspondientes.

La Secretaría General logró en su momento facilitar mecanismos de diálogo con las autoridades de Nicaragua y resultó posible la observación de las elecciones municipales en 2017, la definición conjunta de los contenidos de las reformas electorales e institucionales necesarias, la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la visita del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).y la liberación de presos políticos conjuntamente con la Nunciatura Apostólica y la Cruz Roja.

Sin embargo, la situación hoy continúa en el más pleno deterioro institucional y humano.

Señor Presidente, el próximo 21 de febrero se conmemora el Día de Sandino, recordando un aniversario de su tránsito a la inmortalidad.

En tal fecha no habría mayor homenaje para Augusto César Sandino que un acto digno de su sentido de justicia y compasión humana: la liberación de los presos políticos en su país.

Que Nicaragua empiece a ser el camino de una comunidad de democracias. Sandino estaría más que agradecido, esa es la responsabilidad que existe conforme a cualquier ética básica revolucionaria. De lo contrario, deberemos creer que si viviera hoy, el General Sandino estaría preso en El Chipote.

Gracias señor Presidente.