Discursos y otros documentos del Secretario General

“CONMEMORACIÓN DEL DÍA DE LA JUVENTUD EN VENEZUELA Y LOS JÓVENES VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN 2014-2018"

11 de febrero de 2022 - Washington, DC

Si como dijera el filósofo español, Jorge de Santayana, “quien olvida su historia está condenado a repetirla”, esta actividad que hoy se lleva a cabo en memoria de las jóvenes víctimas de un régimen dictatorial y represivo, es la mejor manera de honrar a todas a todos y a cada uno de ellas.

Lo hacemos, además, en un día importante de la historia de Venezuela, fecha en que se celebra el Día de la Juventud, en honor a todos los jóvenes que acompañaron a José Félix Rivas durante la Batalla de La Victoria, el 12 de febrero de 1814.

En aquella jornada, unos mil estudiantes participaron en una sangrienta confrontación contra José Tomás Boves, lo que permitió que las tropas libertarias obtuvieran el triunfo.

A comienzos del siglo XX, un grupo de jóvenes que luchaban contra la tiranía en Venezuela se levantó para terminar con la dictadura de Juan Vicente Gómez. Dicho grupo, mejor conocido como la Generación del 28, aglutinó a su alrededor a un grupo numeroso de estudiantes universitarios, lo que generó que un buen número de ellos terminara en las cáceles del régimen.

Nombres como los de Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco, Raúl Leoni y Miguel Otero Silva, por citar tan solo algunos de los más de 250 estudiantes que hicieron parte del movimiento y quienes luego tendrían las más altas responsabilidades tras el retorno de la democracia en su país.

Doscientos años después de la Batalla de la Victoria, entre 2014 y 2017, una generación de jóvenes hastiados contra el despotismo del régimen salió masivamente a las calles para exigir democracia y respeto por los derechos humanos, entre otras peticiones.

La respuesta de la dictadura fue la represión indiscriminada que se saldó con un alto número de muertos, heridos, presos políticos y exiliados que continúan siendo sombre negra del régimen y sus secuaces.

El gobierno ilegítimo que detenta el poder en Venezuela -lo venimos denunciando desde que asumimos la Secretaría General de la OEA en 2015- ha ocasionado muy graves perturbaciones al orden constitucional y democrático en el país para mantenerse en el poder.

Las escenas que se transmitieron en 2014 y en 2017 por los canales de televisión y por las redes sociales, mostraron a miles de jóvenes manifestarse de manera pacífica en defensa de sus derechos fundamentales para recibir como respuesta las balas y los vejámenes de las fuerzas de seguridad del Estado y de grupos paramilitares armados, financiados y coordinados por el régimen.

Cada uno de estos jóvenes que ofrendó su vida por defender un Estado de Derecho que había sido violentado, cada uno de los que fue herido por exigir elecciones libres, transparentes y justas; cada uno de los que fue a prisión donde recibió torturas y todo tipo de tratos ultrajantes por exigir una justicia independiente y sin impunidad para los represores. Así como cada uno de los que se vieron forzados al exilio por atreverse a pensar en un mejor mañana para Venezuela, son hoy honrados y especialmente

recordados aquí. Su lucha no es en vano, su lucha continúa, su lucha cuenta con cientos de miles, millones de jóvenes en todo el mundo y en Venezuela.

En la OEA, desde el primer momento, entendimos y atendimos sus requerimientos. Pudimos entonces convocarlos a la Casa de las Américas -y de la libertad- para escuchar sus relatos dolorosos y sus denuncias a viva voz.

Fueron jornadas de gran carga emocional, al tener frente a nosotros a jóvenes que, en vez de estar adelantando su carrera universitaria, como se espera de ellos a esa edad, o desarrollando una actividad laboral, tuvieron que cambiar sus libros para denunciar las atrocidades que se cometían en Venezuela, tuvieron que manifestar para exigir libertad para Venezuela. Estuvieron dispuestos a pagar precios más duros, hipotecar futuro y esperanzas para defender su país, para generar espacios de libertad y espacios de lucha contra el régimen.

No fue fácil que estos jóvenes y representantes de la Sociedad Civil vinieran a presentar su testimonio. Tuvieron que enfrentar todos los obstáculos posibles para venir. Sin embargo, lo hicieron.

Todos estos casos, documentados y con pruebas concretas sirvieron para que en 2018 varios países de las Américas llevaran ante la Corte Penal Internacional una demanda específica contra Nicolás Maduro y sus secuaces basados en los informes de la Organización de los Estados Americanos.

La OEA tiene la responsabilidad de servir de plataforma para que los representantes de la sociedad civil se puedan expresar. Tiene que ser la voz de los que no tienen voz. En especial, si lo hacen para defender bienes tan sagrados como la vida y la democracia, derechos fundamentales de los pueblos, como lo señala la Carta Democrática Interamericana. Derechos irrenunciables de los pueblos de este hemisferio.

Es por este motivo que queremos resaltar el hecho de que se haya tenido en cuenta a la OEA para conmemorar el Día de la Juventud.

Hoy, en especial, al honrar a todos los jóvenes que han defendido -y lo continúan haciendo- su derecho a vivir en un país democrático, donde el respeto a los derechos humanos sea una constante y no una excepción, donde el derecho a disentir no se convierta en una sentencia de muerte y donde sus gobernantes no estén vinculados al narcotráfico internacional o apoyen grupos terroristas.

Continuaremos exigiendo verdad y justicia para todos y todas que murieron en las manifestaciones de 2014. Y qué se haga justicia y se conozca la verdad con las personas fallecidas en las protestas de 2017, así como todas aquellas que fueron heridas, detenidas, torturadas u obligadas al exilio.

No puede haber impunidad.

La justicia internacional debe actuar y está actuando para exigir justicia en Venezuela. Y esa justicia nunca deber ser la justicia de los dictadores, la justicia del régimen, porque eso es impunidad en la cadena de mando y todos los sabemos.

Los jóvenes de Venezuela, muchos de los cuales se encuentran desperdigados por el mundo en un proceso migratorio que continúa siendo una vergüenza internacional para el régimen de Maduro, deben saber que continúan teniendo nuestro apoyo permanente.

La memoria de aquellos cuyas vidas fueron arrebatada sigue estando presente en nosotros y sus deseos de lograr una transformación democrática en su país es un anhelo, no solo dentro de Venezuela, sino dentro de la comunidad democrática del mundo y especialmente de las Américas.

Muchas gracias.