Discursos y otros documentos del Secretario General

LA SOCIEDAD CIVIL DIGITAL Y EL DESAFÍO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS: “HACIA LA REINVENCIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS”

25 de octubre de 2017 - Miami Dade College, Florida

**** Cotejar con discurso pronunciado ****

La Revolución Digital presenta oportunidades para expandir la democracia, al tiempo que pone a prueba la capacidad de los partidos políticos de operar efectivamente en el nuevo contexto .
Todos los que creemos en la democracia, tenemos que trabajar para propiciar que la confianza en los partidos se incremente y para promover su fortalecimiento. La democracia necesita de partidos políticos que tengan la confianza ciudadana. 

Amigos y amigas,

  • El mundo y las sociedades han cambiado a pasos acelerados nunca antes vistos, gracias a la Revolución Digital. Solo van 17 años de este siglo y ya  la interacción entre las personas y la relación de poder entre el Estado y la ciudadanía es muy distinta a hace apenas dos décadas, cuando nuestra región estaba en la etapa de transición a la democracia, tras un negro periodo de autoritarismo.
  • La ciudadanía, empoderada y conectada, cuenta con herramientas que antes no existían para expresarse, informarse y movilizarse. Hace tan solo una década Facebook, Twitter, YouTube, y el IPhone se lanzaron al mundo como fenómenos irreversibles que conectaron –en algunos casos acercaron y en otros alejaron- a comunidades y personas de forma virtual
  • En nuestro Hemisferio, la Revolución Digital camina de forma acelerada al tiempo que nuestras democracias van desarrollándose en el nuevo contexto . La Revolución Digital llegó, y está cambiando las reglas de juego , esto después de muchos sacrificios, con guerras y conflictos internos, gobiernos autoritarios y abusos a los derechos humanos.
  • No es menor, entonces, el desafío y las exigencias que presenta la Revolución Digital a la democracia.
  • Y en particular, a los partidos políticos y sus líderes , que son una institución central para la democracia. Según el artículo 3 de la Carta Democrática Interamericana, “el régimen plural de partidos y organizaciones políticas” es un elemento esencial de la democracia. El artículo 5 dice, por cierto, “El fortalecimiento de los partidos y de otras organizaciones políticas es prioritario para la democracia.”
  • Este es en lenguaje textual de la normativa interamericana acordada por todos los Estados Miembros de la OEA en 2001.
  • En términos prácticos, no tengo que explicar a esta audiencia por qué los partidos cumplen un papel central en el sistema democrático. La mayoría de los aquí presentes es miembro de un partido o lo fue. Y algunos llegaron a ocupar cargos de elección popular a través del vehículo tradicional para acceder al poder, que es el partido político.
  • Los partidos son los interlocutores por excelencia entre la ciudadanía y un Estado democrático. No son los únicos, por supuesto. Un régimen pluralista de partidos deberá de ser incluyente de otros actores como: movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil y quienes aspiran al poder de forma independiente.
  • Sin embargo, una democracia verdadera  no podrá sostenerse sin partidos, movimientos y organizaciones políticas, que tengan la acción política como su acción central .
  • En el 2017 el dilema es que las dos palabras “partidos políticos” lamentablemente tiene una connotación negativa para buena parte de la opinión pública. 
  • Primero, los partidos en las Américas han gozado de poca confianza de la ciudadanía en la última década y media
  • De acuerdo al Latin American Public Opinion Project recién publicado para los años 2016 y 2017, solo 1 de cada 5 latinoamericanos confían en los partidos políticos. Este es el nivel más bajo registrado desde que esta encuestadora empezó a medir la confianza en los partidos en 2004.
  • Además, el nivel de identificación partidaria de la ciudadanía está en declive. 36 por ciento de los latinoamericanos se identificaban con un partido político en 2014, pero bajó a 27 por ciento en 2017.
  • Esto quiere decir que actualmente, 1 de cada 3 latinoamericanos se identifican con un partido político. Esto a pesar que en la región nunca hemos tenido tantas democracias y tanta experiencia democrática acumulada.
  • Segundo, se observa la tendencia en donde los partidos tradicionales son desplazados por partidos no tradicionales o marginales. El auge de “outsiders” o candidatos independientes que llegan a ocupar importantes espacios políticos es una realidad en la región, y también en el resto del mundo. 

¿Por qué persisten estas tendencias? ¿Por qué la crisis de representación? 

  • Son muchas las razones que explican el porqué la connotación de los partidos políticos no es más positiva,  me enfocaré en tres que considero claves.
  • La primera razón tiene que ver con la Revolución Digital. Las redes sociales, en especial, han abierto un nuevo espacio para hacer política.
  • Para la ciudadanía que está empoderada con estas nuevas herramientas, y que es desconfiada de los partidos, recurre a las redes para expresarse y canalizar sus preferencias políticas y posiciones. Las redes sociales se convierten en un canal alternativo que hace un “by-pass” a las instituciones representativas, especialmente los partidos tradicionales acostumbrados a operar con base en reglas del siglo pasado.
  • Y no solo las personas utilizan las herramientas para expresarse, pero también para acceder a posiciones de poder, lo cual es positivo porque significa mayor pluralismo político. Un caso es el del activista Pedro Kumamoto de México, un joven que lanzó su candidatura con fondos limitados, utilizando facebook y twitter y ahora es Diputado independiente en su Estado. 
  • Sin duda, con la aceleración de la globalización digital, la ciudadanía también tiene acceso y está a expuesto a grandes volúmenes de información. 
  • Esto, junto a  la velocidad y la variedad de información son positivos para la democracia, por supuesto. Significan más apertura, transparencia y rendición de cuentas  de  la cosa pública.
  • Para los partidos políticos, no obstante, la sobrecarga de información significa que están expuestos  a ser juzgados por la población de forma instantánea.  Quizás nunca han estado expuestos, los partidos y los políticos, a un nivel de escrutinio público (virtual y real) tan alto.
  • Me pregunto si la magnitud y el impacto de los escándalos de corrupción como Odebrecht y el caso de información filtrada de Panama Papers, hubiese sido tan significativo en una era analógica. No lo creo.
  • Hoy un tweet de una sola persona tiene la capacidad de disparar discusiones de sociedades enteras – sean verdades o mentiras.El poder de una persona ha aumentado exponencialmente en la red. El poder de muchos también.
  • La percepción negativa y el rechazo al establishment, a los políticos y a los partidos políticos se puede profundizar con la revolución digital, si los partidos políticos no hacen parte  activa de la conversación en las redes. 
  • Una segunda razón de la continuación de la crisis de confianza en los partidos políticos son los cambios en el contexto político y socio-económico.
  • Hoy que vivimos en democracia, y como ciudadanos y ciudadanos, podemos hablar, exigir y esperar más. De los partidos políticos también exigimos más. 
  • A menos que sea un partido político con prácticas autoritarias (que es incompatible con la democracia) se espera la rendición de cuentas, la transparencia, y se esperan resultados. Se rechaza el derroche. Se rechaza el elitismo. Y se rechaza la corrupción
  • Es decir, aunada a la Revolución Digital, la llegada de la democracia ha cambiado la relación de poder entre electorado, militantes o simpatizantes y los partidos. Se espera que los partidos estén al servicio de la ciudadanía y no al revés. La percepción es quizás la contraria.
  • Los partidos son un elemento esencial de la democracia, no son vehículos personalistas o mecanismos para enriquecerse. Cuando la ciudadanía percibe que lo son, incrementa el desencanto y lo hacen saber al votar o expresándose vía medios tradicionales o redes sociales.
  • Y por último, el contexto socioeconómico mundial no ofrece un panorama  tan favorable para los partidos políticos. Presenciamos una ola de candidaturas y movimientos anti-derechos y ultra -nacionalistas ,resultantes del impacto de la Gran Recesión de 2008, la globalización económica, y los flujos migratorios. 
  • El rechazo a los políticos y la burocracia de Bruselas con Brexit, la relevancia del voto del “Rust Belt” en la elección estadounidense, los resultados de las recientes elecciones en Alemania y Austria, reflejan un entorno de animosidad en contra de los partidos políticos tradicionales y el establishment político.
  • En resumen, son tiempos difíciles para los partidos políticos, en especial los más tradicionales.
  • Ante este panorama, ¿Cómo podemos apoyar al fortalecimiento de los partidos políticos?
  • No esperemos que los partidos políticos vuelvan a lo que eran antes. Serán otra cosa en el futuro. Se tendrán que adaptar. Reinventar. Trabajar para que la connotación de “partidos políticos” sea positiva y no negativa como ahora. 
  • Tienen que adaptarse al cambio y pasar de ser instituciones del Siglo XX a instituciones del Siglo XXI en sintonía con las exigencias y demandas de los tiempos y la era digital
  • Si bien es recomendable que los partidos políticos, en aras de la transparencia y de mejorar la calidad de comunicación con la ciudadanía, entren al terreno de la Revolución Digital de manera constructiva, no lo es todo.
  • Los partidos políticos del futuro tienen que rescatar lo mejor de lo que hacían bien en el pasado. 
  • Deben estar cerca de la gente; deben de reflejar más los intereses de la ciudadanía y menos las disputas internas de poder partidarias ; que digan no al derroche y al elitismo; incluyentes de la juventud, las mujeres y los grupos tradicionalmente excluidos.
  • Como mencioné anteriormente, ahora más que nunca están bajo el escrutinio público gracias al carácter instantáneo de las redes sociales.
  • Los partidos políticos del futuro, en democracias representativas, convivirán con otras organizaciones políticas y sociales y también con el “ruido” producido en las redes.
  • Dudo que lleguemos a uno de los dos extremos:por un lado, un sistema de partidos fosilizado y rígido que no de espacio a voces de grupos más pequeños; y en el otro extremo, un sistema de partidos volátiles y una plétora de movimientos independientes. 
  • Sea el que sea el punto medio, la presencia de los partidos políticos institucionalizados y y anclados a los valores democráticos es un elemento no negociable del sistema democrático.
  • Si los partidos políticos no hacen bien su tarea, alguien más, quizás un oportunista lo hará. Y esto es muy peligroso
  • Si los partidos políticos no hacen su tarea, el apoyo y la satisfacción con la democracia como sistema, sufrirá.
  • Por tal razón, todos los que creemos en la democracia, tenemos que trabajar para propiciar que la confianza en los partidos se incremente y para promover su fortalecimiento. La democracia necesita de partidos políticos que actúen de forma democrática e incluyente, y que sus dirigentes sientan la obligación moral de rendir cuentas a la ciudadanía,  porque trabajan para ella. 

Muchas gracias.