Discursos y otros documentos del Secretario General

ACTO DE CONMEMORACIÓN FIRMA DE LOS ACUERDOS DE PAZ DE CENTROAMÉRICA

11 de agosto de 2017 - San José, Costa Rica

Los Acuerdos de Paz de Centroamérica resultaron ser de los más exitosos del siglo XX. La mediación de Contadora y los acuerdos de Esquipulas fueron claves para desarmar la lógica de conflicto y crear un camino pacifico para la búsqueda de de una paz sostenible, que hoy conmemoramos.

Se trata de un gran aporte Centroamericano para nuestro continente.

-En primera instancia porque en parte como legado de los Acuerdos de Paz, hoy, la democracia es la única forma de gobierno que Centroamerica y el hemisferio reconocen como aceptable.

Segundo, los Acuerdos de Paz nos enseñaron que el dialogo basado en acuerdos tangibles y la compasión son la única vía para salir de conflictos graves.

En tercer lugar, porque los Acuerdos de Paz son un recordatorio de la agenda pendiente – sobre todo en materia social y de acceso a derechos – para atender las raíces de los problemas que compartimos.

30 años después de Esquipulas, las crisis tienen otros focos. Pero las fuentes del conflicto sonlas mismas: la exclusión política, social y económica, y la desigualdad, que continúan siendo hoy una forma de violencia;

La exclusión en todas sus dimensiones:

o Debilita a las democracias y su vínculo con los derechos humanos;
o Genera desesperanza, a través de la corrupción—que es otra forma de los poderosos de aferrarse a las estructuras excluyentes;
o Busca justificar narrativas xenófobas, y discursos de odio—de miedo;
o Vulnera derechos y atropellan libertades, socavando valores y principios universales.

Desde hace más de una década nos advierte el ex Presidente de Guatemala y uno de los artífices de los Acuerdos de Paz de Centroamérica, Vinicio Cerezo, que “el proceso de paz tiene una agenda pendiente: la solución de los problemas económicos y sociales de la región centroamericana. Es por ello que se propone Esquipulas III”. Un Acuerdo de los Pueblos.

La disyuntiva que observamos en la actualidad no obedece únicamente a la división político-ideológica, de izquierdas o de derechas como en el contexto de Guerra Fría, cuando se firman los Acuerdos de Paz.

Hoy enfrentamos una escisión entre dos visiones contrastantes de entender la humanidad y la democracia, tanto en la región como en el mundo: la visión contraria a los derechos y autoritaria; y la visión pro-derechos, pluralista e incluyente. Hoy celebramos uno de los símbolos de ésta última visión.

Conmemoramos hoy una serie de hitos históricos que nos recuerdan que la paz es posible, inclusive ante situaciones de gran polarización. Podemos estar orgullosos como latinoamericanos de haber construido paz entre nosotros.

Centroamérica nos mostró el camino. Nos dieron el ejemplo, y no fue tarea fácil, al construir puentes que unen a los hermanos para así construir democracias en paz.

Los Acuerdos de Paz de Centroamérica representan, en cambio, un ejemplo de nuestra aspiración a ser mejores. El medio se alineó con los fines.

Fieles a una tradición que aún hoy nos guía, la OEA y la ONU—en conjunto con el Grupo de Contadora y su Grupo de Apoyo —promovimos, facilitamos y garantizamos el cumplimiento de estos y otros complejos procesos de negociación y diálogo. Y lo continuaremos haciendo.

Sobre todo porque aún en nuestra querida América continúa vivo el germen de la tiranía y la violencia. No estamos libres, sin vacunación, de dictaduras. tenemos aún hoy importantes retrocesos ideológicos.

Celebramos hoy un ciclo de tres décadas de construcción de Paz en la región, Esquipulas representa el comienzo de ese ciclo ha continuado lo que representa la Paz en Colombia y la desmovilización de la última guerrilla continental.

Hemos recorrido un largo trecho como para dar marcha atrás. Tres décadas atrás, los Acuerdos de Paz y Democracia de Esquipulas I y II marcaron un punto de inflexión histórico: decir “no” al conflicto armado y empezar a transitar el camino a la paz, sentando las bases para la construcción de democracias sostenibles, basadas en el Estado de derecho, el pluralismo, la inclusión y el desarrollo equitativo.

Hoy como ayer, queremos vivir en un mundo en paz, lejos del odio, la intolerancia y el prejuicio, lejos de la ignorancia.

Reconocer los legados de la tarea cristalizada en los acuerdos de Esquipulas nos permite revalorizar la paz y la democracia en Centroamérica y en la región.

Nos permite darle contexto a las tareas políticas actuales. Incluyendo los desafíos de los diferentes modelos de democracia que queremos construir y los que queremos rescatar.

Aprovechemos esta ocasión de celebración, para recordar la historia y nuestra propia humanidad, especialmente ante quienes han optado por ignorar esta historia y quienes han regresado al camino de la violencia de Estado y la represión.

En el año 2017, ninguna persona debería tener que justificar que es un ser humano, con los mismos derechos y obligaciones de quienes detentan el poder. Ninguna persona debería de enfrentarse a un Estado armado para reclamar por su derechos básicos.

Recordemos este aniversario de los Acuerdos de Paz en Centroamérica para reafirmar el mensaje de democracia en paz en las Américas.

Para trabajar, unidos, no solo para garantizar más derechos, sino para volver a los valores civilizatorios que pautan nuestro origen como comunidad de naciones americanas.

La democracia es un proceso, pero también es un fin. La democracia es por lo tanto sin vencidos ni vencedores. Los vencidos son los que caen bajo el totalitarismo que se someten a la voluntad autoritaria o a la tentación del totalitarismo. Cada pueblo oprimido es nuestra derrota.

Nunca voy a desear la Paz que sufren los oprimidos. La democracia, como dije, es sin vencidos ni vencedores. El proceso de la democracia nos da a todos la victoria, la victoria de ser libres, de gozar de nuestros derechos.

Muchas gracias