10 de marzo de 2017 - Washington, DC
Los desafíos que hoy enfrentan los Estados debido a los efectos estrechamente interrelacionados del cambio climático, seguridad alimentaria y migración en las Américas ponen a prueba la eficiencia de las instituciones, su capacidad de adaptación y sus respuestas. También sus efectos abarcan zonas geográficas que trascienden los límites políticos de cada Estado. Por ello, los mecanismos de colaboración y diálogo entre los Estados con enfoque en la responsabilidad compartida, son esenciales a la hora de atender las crecientes demandas de protección, bienestar y asistencia, en especial de los grupos vulnerables como mujeres, niñas y niños.
Amigos y amigas todos
• Hay un debate en curso sobre todos esto. La academia, los gobiernos y demás actores sociales cuestionan hasta qué punto el cambio climático y las consecuencias de los desastres naturales son los principales motores de la migración, hasta donde la inseguridad alimentaria sobretodo de niños, niñas son o no factores de expulsión de las comunidades, si determinados tipos de migración pueden causar o no degradación ambiental.
• A pesar que aún queda camino para recorrer en investigación de forma tal que permita diseñar respuestas más eficaces, algunas claves del problema se conocen.
Sabemos que los migrantes se movilizan tanto dentro de sus fronteras como hacia fuera de ellas. Algunos se trasladan de una zona rural a otra zona rural, pero la mayoría en las Américas lo hace hacia a zonas urbanas. También la gente decide migrar por muchas razones desde la pobreza, la inseguridad alimentaria, pasando por la falta de empleo, situaciones de violencia o el aumento de la competencia por la escasez de tierras y recursos hídricos.
• En las próximas décadas, es probable que las fuerzas demográficas, la globalización y el cambio climático aumenten las presiones migratorias tanto dentro como entre los países.
• Las predicciones de la OIM para el 2050 (OIM, 2015) marcan un crecimiento extraordinario de la emigración debido a los efectos del cambio climático y su impacto en el ascenso de los océanos, las subsecuentes inundaciones, las sequias y los huracanes.
•Los desastres naturales repentinos y la variabilidad climática tienen una incidencia directa en los medios de sustento de los segmentos sociales más vulnerables de las Américas, incrementando exponencialmente la competencia por recursos naturales escasos; dando lugar a emergencias humanitarias en materia de conflicto territorial, inseguridad alimentaria, disponibilidad de recursos hídricos y salud pública.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA & OIM, 2015), los fenómenos naturales como las sequías prolongadas, afectan de manera considerable a las poblaciones más vulnerables de la sociedades de la región, quienes dependen en gran medida de una sola cosecha al año y por consiguiente reducen sus oportunidades de empleo; forzándolos a migrar como estrategia de supervivencia y en algunos casos de adaptación por medio de diferentes procesos de reasentamiento y recolocación por parte de la población migrante.
• Los panelistas que nos acompañan hoy van a dialogar con Uds. en profundidad sobre las dinámicas de todos estos fenómenos que contribuirán sin dudas a orientar mejores y más eficaces respuestas a estos desafíos.
• Desde la OEA hemos acompañado dos procesos liderados por el Programa Mundial de Alimentos que relacionan la inseguridad alimentaria con la migración y que esperamos sean solo el inicio de más trabajos como éstos.
En 2015, nos sumamos al PMA y a la OIM en el lanzamiento del estudio “El Hambre sin Fronteras: Los vínculos entre inseguridad alimentaria, violencia y migración,” que provee un análisis de cómo interactúan estos fenómenos, y el impacto que tienen en las vidas de decenas de miles de personas vulnerables que viven en el Triángulo Norte de Centroamérica.
• En 2016, acompañamos la preparación del estudio “Migración y Seguridad Alimentaria en el Corredor Seco del Triángulo Norte de Centroamérica” que profundizó sobre los factores desencadenantes de la emigración de las comunidades del Corredor Seco; ponderó la importancia de la inseguridad alimentaria como uno de ellos y q exploró los efectos potenciales de la violencia tanto en la inseguridad alimentaria y la emigración.
Amigas y amigos ,
•Al tiempo que continuamos promoviendo la coordinación con otras organizaciones internacionales, reitero el compromiso de la Secretaria General en apoyar el diálogo hemisférico y los esfuerzos de los Estados para identificar y movilizar recursos técnicos y financieros que permitan fortalecer la cooperación y la capacidad adaptativa, reducir la vulnerabilidad e incrementar la resiliencia, particularmente en los países más afectados y las comunidades más vulnerables.
• Muchas gracias