Discursos y otros documentos del Secretario General

LANZAMIENTO OEA-PNUD GUÍA PRÁCTICA PARA EL DISEÑO DE SISTEMAS DE ALERTA Y RESPUESTA TEMPRANA DE CONFLICTOS SOCIALES

31 de marzo de 2016 - Washington, DC

Uno de los temas centrales que los sistemas democráticos deben gestionar son los conflictos sociales que derivan de las demandas populares en el terreno económico o en el ámbito de los derechos. De la efectiva gestión de dichos conflictos, que son inherentes al sistema, dependerá en buena parte la salud de la democracia, y la confianza que los ciudadanos tienen en ella.

Amigas y Amigos, Colegas del Sistema de Naciones Unidas

La democracia en la Américas enfrenta una compleja serie de desafíos: existe una gran desafección y desconfianza de la ciudadanía con los operadores de la democracia – los partidos políticos y la clase política. Una rebelión contra el estatus quo y las elites que lo representan parece tener lugar en nuestro hemisferio desde el norte hasta el sur.

Cuando las reivindicaciones no son canalizadas institucionalmente la población recurre a otros medios, como protestas, marchas, paros y acciones de hecho para ejercer presión sobre los gobiernos.

Como Secretario General de la OEA es fundamental apoyar a los Estados Miembros en sus esfuerzos por acercar a la ciudadanía a la democracia, al ejercicio de la política, la tolerancia y la búsqueda de consensos para gestionar conflictos.

En buena parte de América Latina asistimos al fin del super-ciclo de las materias primas cuyos precios internacionales han caído notoriamente. A ello se le suma la caída de la demanda proveniente de China, cuya nueva normalidad de crecimiento se establecer en alrededor del 6,5 por ciento anual. Estos dos factores y el aumento en las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos, contribuyen a gestar un escenario de mayores dificultades en el terreno económico.

Los países más grandes de la región sudamericana, como Brasil, Venezuela y Argentina presentan un panorama de estancamiento o crecimiento negativo que puede impactar a países pequeños y medianos, que aun presentan perspectivas de crecimiento más favorable.

Por otro lado y a pesar de los grandes éxitos económicos y sociales logrados en la década de oro, hasta 2012 aproximadamente, donde por primera vez en la historia la clase media llego a superar al número de pobres en América Latina y el Caribe, la gente quiere continuidad, sostenibilidad y más equidad. No olvidemos que partíamos de una base de injusticia social extrema.

Y además, hoy en día el 40 por ciento de los latinoamericanos, según datos del Banco Mundial, está en una situación de vulnerabilidad.

En efecto, se trata de aquellas personas que ganan entre 4 y 10 dólares al día y que no han llegado a ingresar a la clase media y cuya posibilidad de retornar a la pobreza depende de periodos recesivos de la economía.

Así las cosas, el escenario de demandas sociales no ha de reducirse, por el contrario se puede incrementar en varias áreas. Desde la puramente reivindicativa en el ámbito económico, a las de los derechos sociales y políticos de grupos excluidos, o demandas por transparencia y mayor rendición de cuentas en la gestión del sector público y privado.

Nos encontramos ante un escenario común que resalta la necesidad de promover la participación democrática, con instituciones y valores dirigidos a expandir el ámbito de influencia del ciudadano común y de las organizaciones sociales para su involucramiento efectivo en la toma de decisiones.

En este sentido, encontrar mecanismos que nos permitan tomar decisiones orientadas hacia el bienestar del ciudadano, adquieren crucial relevancia para la gobernabilidad y, por consiguiente, para la consolidación de los procesos de democratización, pacificación y desarrollo en el hemisferio.

Es por ello, que esta Guía Práctica para el Diseño de Sistemas de Alerta y Respuesta Temprana de Conflictos Sociales, que estamos presentando hoy con el PNUD, representa una contribución dirigida a facilitar la prevención de conflictos en el ámbito social antes que el mismo estallen y resulten en pérdidas potencialmente humanas, materiales y financieras para la sociedad.

Está demostrado a través del tiempo se ha demostrado que es más efectivo invertir en la prevención de los conflictos que pagar los altos costos, políticos, sociales y humanos que estos acarrean.

La guía esta principalmente dirigida a aquellos funcionarios de nivel nacional y sub-nacional que pueden tener a su cargo la responsabilidad del diseño e implementación de un Sistema de Alerta y Respuesta Temprana.

Esperamos que esta Guía pueda brindarles los pilares sobre los cuales poder construir sistemas de alerta y repuesta temprana adaptados a la realidad y las circunstancias de situación.

No se trata entonces de generar un modelo único, una receta mágica exportable a toda circunstancia. Por el contrario, se busca plantear algunas pautas y reflexiones para la creación e implementación de estos sistemas, respetando los contextos políticos y sociales para así generar sistemas a su medida. En el área de la prevención de conflictos, la guía que hoy presentaremos y que Francisco ha explicado en detalle, busca, mediante análisis integrales respuestas oportunas para prevenir las escaladas violentas de los conflictos.

A mi juicio, estas guías para la gestión de la conflictividad social son útiles en la medida que tengan usuarios que las utilicen y lo hagan de una forma integral y puedan evaluar su desempeño en la reducción de la conflictividad para crear así un circulo virtuoso de aprendizaje que mejore la capacidad del Estado a todos los niveles en la gestión de conflictos de esta índole.

Tal y como lo menciono el primer Ministro de Perú, la OEA por ejemplo, colaboró con la Oficina Nacional de Prevención y Gestión de Conflictos Sociales de la Oficina Nacional de Dialogo y Sostenibilidad del Perú (ONDS).

Según lo informado por esa oficina desde la implementación de un sistema de alerta temprano en Julio del 2012 a Julio del 2014 se produjo una reducción del 54 por ciento del total de los conflictos sociales en el Perú, pasando de 72 conflictos en el 2012 a 39 en el 2014.

Considero que esta Guía es una buena herramienta que puede contribuir sustancialmente en el manejo de la conflictividad social, no solo porque es la única de esta índole en el mundo sino porque ha sido elaborada a partir de experiencias propias de la región y por ende responde a nuestras propias necesidades. Sino que nos permite desde una visión práctica, determinar el tipo de sistema de alerta y repuesta temprana que podemos y queremos elaborar.

En la actualidad la Secretaria General de la OEA, cuenta entre sus iniciativas emblemáticas, la puesta en práctica de un sistema de prevención y gestión de conflictos de carácter social en áreas clave de la economía de varios países de la región a los que se dedican inversiones nacionales y extranjeras de importantes volúmenes.

Este sistema de prevención abarcaría todos los países relevantes del hemisferio en las áreas de la iniciativa.

Desde el sector energético hasta el sector de las industrias extractivas, es crítico que los actores de dichos procesos puedan dialogar para establecer un marco común de usufructo de las ganancias y que las comunidades no sean dejadas de lado.

Se trata de construir un sistema transparente de dialogo y rendición de cuentas que involucre a todos los interesados: comunidades, gobiernos nacionales, locales, inversionistas nacionales e internacionales, reguladores, etc.

Amigas, Amigos todos,

La democracia evoluciona en la medida que la ciudadanía participe y juegue un papel protagónico a la hora de tomar las decisiones que afecten su futuro.

Es un sistema que se construye no solamente cada cinco o cuatro años a la hora de votar. Por el contrario se edifica día a día, con la participación ciudadana y con herramientas como estas guías, que favorezcan el entendimiento y los consensos entre todos.


MUCHAS GRACIAS