Discursos y otros documentos del Secretario General

INAUGURACIÓN DE LA PRIMERA REUNIÓN EXTRAORDINARIA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE (CIDS)

29 de junio de 2015 - Washington DC

Queridos amigos, queridas amigas, todos.

En el año 1996 estuve acá, en la OEA, en una reunión de desarrollo sostenible. Un largo camino han transitado nuestros países hasta ahora en la materia y todavía las variables del desarrollo nos son esquivas. A pesar de ello, hemos logrado importantes avances desde esa época hasta ahora en materia de inclusión social, eliminación de la pobreza, y en materia de crecimiento económico. Quiero agradecerles por esta oportunidad, que coincide con los inicios de mi mandato como Secretario General de la OEA, por la posibilidad de interactuar con los Estados Miembros sobre un tema tan crítico y esencial. La sostenibilidad ambiental es una de las áreas clave que estimamos durante mi gestión como un elemento central para concretar el lema "Más derechos para más gente"

Ese lema lo diseñamos así porque las variables de desarrollo que tenemos en nuestros países obviamente dependen de las condicionantes internas de recursos y de la inversión en recursos humanos. Fundamentalmente, dependen de la disponibilidad de recursos naturales y energéticos, pero también de cómo logramos generar nuevas variables de conocimiento, de interacción y de inclusión social.

La OEA no tiene instrumentos para multiplicar los Productos Internos Brutos de los países ni por dos, ni por tres. Eso es impensable. Las variables del desarrollo que podemos impulsar están fuertemente conectadas al tema de los derechos de las personas. Esos derechos de las personas, cuando les aseguramos una vivienda digna, condiciones de salud, las mejores condiciones de educación, son los que van haciendo rodar hacia adelante la rueda del desarrollo. Ese debe ser fundamentalmente el legado para nuestros hijos.

Nuestros legados no pueden ser el aire, el suelo y el río contaminados, el calentamiento global o cambios climáticos irreversibles ni recursos naturales agotados. Tenemos que trabajar sobre un paradigma de sostenibilidad basado en derechos inmediatos y con convicción. Ustedes han visto que el desarrollo con inclusión forma parte de la agenda de la OEA, y fue el tema central de la Asamblea General en Paraguay en junio de 2014. La dimensión social es clave, la dimensión de derechos es la sustancia misma del desarrollo. Este cambio hacia formas más inclusivas y sostenibles de desarrollo es aún más difícil para los países con mayor pobreza, y con recursos financieros, humanos y naturales limitados.

Son los países pobres los que enfrentan los mayores desafíos en el esfuerzo mundial hacia la sostenibilidad, mientras los países ricos siguen consumiendo cantidades sin precedentes de materias primas y energía, y estos dos factores crean una amenaza doble para el ecosistema mundial: la presión del consumismo excesivo de algunos, y la presión demográfica creciente y por necesidades básicas de otros.

Es en esta dinámica que la OEA agrega valor y puede hacer una diferencia. Esta reunión es una muestra tangible de la convocatoria de la OEA para facilitar el diálogo sobre cuestiones y desafíos mundiales y en la formulación de soluciones hemisféricas a estos desafíos.

Aquí, cada Estado Miembro tiene una voz poderosa. Aquí, todas las ideas tienen el mismo valor, sin importar la posición social o económica de quien las proponga. Los principios de inclusión, participación e igualdad deben ser respetados. Si bien hay mucho trabajo por hacer, podemos sentirnos orgullosos del liderazgo que ha mostrado nuestra América en el impulso mundial hacia el desarrollo sostenible.
Por ejemplo, el concepto de desarrollo integral - hoy conocido como desarrollo sostenible - fue mencionado por primera vez en la Carta de la OEA en 1948.

Uno de los primeros tratados internacionales sobre medio ambiente en el mundo fue la Convención de 1940 para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los países de América, que, coincidiendo con nuestra reunión de Ministros en octubre, celebra su 75 aniversario.
En 1988, las Américas se convirtió en la primera región del mundo en consagrar el derecho a un ambiente sano en un instrumento internacional vinculante, con la adopción del Protocolo Adicional de San Salvador a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El Protocolo ha sido ratificado por 16 Estados Miembros de la OEA, y el derecho a un medio ambiente sano es parte de los derechos constitucionales fundamentales de 24 Estados Miembros de la Organización.

Por otro lado, seis países de las Américas han reconocido el derecho al agua y al saneamiento a nivel constitucional y están tomando medidas concretas para la implementación de este derecho. Este Hemisferio es también la primera región que cuenta con un Programa de Capacitación judicial sobre el Estado de Derecho Ambiental que, tan sólo tres años después de la declaración sobre justicia, gobernanza y derecho para la sostenibilidad ambiental de la Conferencia Río +20 suscrita por jueces y magistrados, ya está contribuyendo a garantizar los derechos que he mencionado.

Por último, aunque no menos importante, contamos con el extraordinario liderazgo de los Estados Miembros de la OEA en la Agenda de Desarrollo Post-2015 de la ONU. De hecho, Colombia y Guatemala promovieron en agosto de 2011 a la ONU la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como base para un compromiso político internacional que aportará metas tangibles y medibles al debate sobre el desarrollo sostenible. Esto demuestra los esfuerzos importantes que realizan los Estados Miembros de la OEA, ya sea individual o colectivamente, para impulsar la transición mundial hacia formas sostenibles de desarrollo.

La perspectiva es alentadora de cara a los debates que se llevan a cabo en estos dos días y que, con el liderazgo de Honduras, llevarán a América a ser la primera región con una visión y un programa de acción regional para la implementación de los ODS. Esta será una señal más del liderazgo mundial de la región en este tema.

Otra cuestión que considero de particular interés es demostrar el liderazgo de la OEA en materia de cambio climático, y espero ver cómo esta temática, de acuerdo a lo instruido por la Asamblea General, se integra a las acciones del Programa Interamericano para el Desarrollo Sostenible, que se presentará para aprobación de los Ministros del Hemisferio en Honduras.

El cambio climático es el desafío más apremiante que define nuestros tiempos. Lo es más aún para las Américas, que se encuentra entre las regiones que son más vulnerables a sus múltiples y variados impactos. Creo que la OEA debería tener un diálogo político periódico de alto nivel sobre este tema tan crítico, y creo que podemos hacerlo de manera complementaria a las delicadas negociaciones que se llevan a cabo en el marco de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Creo que este diálogo tendrá un impacto positivo en el espacio de la Convención, ya que promoverá el consenso hemisférico sobre algunas cuestiones. Con este fin, tengo la intención de acercarme a los Gobiernos de Perú y México, los más recientes anfitriones de las COPs que se han llevado a cabo en la región, y por supuesto a Francia, como el anfitrión de la COP 21 en diciembre de este año, y al Gobierno de Santa Lucía, que en el CARICOM tiene la responsabilidad principal de organizar una Conferencia Hemisférica sobre Cambio Climático.

Para terminar, me gustaría agradecerles y felicitarlos por tomar el tiempo de sus ocupadas agendas para compartir sus puntos de vista sobre el desarrollo sostenible, a medida que juntos forjamos un programa hemisférico para una agenda de desarrollo post-2015 para las Américas.

Muchísimas gracias.