Relatoria Especial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales
Washington, D.C. - La Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresa su profunda preocupación y solidaridad ante la grave emergencia ambiental provocada por los incendios forestales que están afectando de manera severa a la región.
La persistente proliferación de incendios forestales, impulsada por condiciones de sequía extrema, vientos intensos y la degradación ambiental, como la deforestación y la desertificación, es una clara manifestación de los efectos combinados del cambio climático y la transformación del uso de la tierra. Estos incendios no solo arrasan vastas áreas de biodiversidad, sino que también tienen un impacto grave en los derechos humanos de las comunidades más vulnerables, incluidos pueblos indígenas, afrodescendientes, tribales y comunidades campesinas, cuyos DESCA, supervivencia, cultura y conexión con el territorio dependen de ecosistemas cada vez más frágiles. La REDESCA subraya la urgente necesidad de abordar las causas estructurales de esta crisis, y hace un llamado a fortalecer las medidas preventivas, mejorar la respuesta de los Estados y fomentar una mayor cooperación frente a la creciente frecuencia e intensidad de estos desastres.
De acuerdo con las estimaciones realizadas por la Relatoría, estos incendios en las últimas dos semanas han afectado aproximadamente 7.300.000 hectáreas en la región de América del Sur, una superficie equivalente a casi el 80% del territorio de Portugal. Las situaciones más graves se verifican en Bolivia y en Brasil. En el primer país mencionado, en las últimas semanas se han identificado numerosos focos de incendios forestales activos en diversas regiones del país, especialmente en los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz. Estos incendios han afectado más de 3,8 millones de hectáreas, incluyendo tanto bosques como pastizales. En respuesta a la crisis ambiental, el gobierno ha declarado el estado de emergencia nacional y ha emitido una alerta sanitaria debido a la contaminación ambiental ocasionada por los incendios forestales. En Brasil, los biomas de la Amazonía, el Cerrado, la Mata Atlántica y el Pantanal han sido los más afectados por los incendios forestales en las últimas semanas. Según el Ministério do Meio Ambiente e Mudança do Clima, durante la primera semana de septiembre, se quemaron 1.291.225 hectáreas en la Amazonía, 46.025 hectáreas en el Pantanal, y 1.805.300 hectáreas en el Cerrado. De acuerdo a la misma fuente de información, desde el 1 de enero hasta el 8 de septiembre de 2024, los incendios forestales han devastado un total de 18.758.025 hectáreas en esos tres biomas de Brasil. Para ponerlo en perspectiva, esta superficie es comparable al doble del tamaño de Hungria.
Estos incendios, impulsados por condiciones climáticas extremas, la deforestación y la expansión de la frontera agrícola, están causando graves daños materiales, poniendo en peligro la biodiversidad y afectando a las comunidades que dependen de estos territorios para su supervivencia. Además de provocar el desplazamiento de un número incontable de personas y lamentables pérdidas de vidas humanas, los incendios también generan graves afectaciones a la salud. Asimismo, destruyen sumideros de carbono fundamentales, lo que contribuye al calentamiento global y acelera el cambio climático.
La REDESCA recuerda que, conforme a lo dispuesto en la Resolución 3/2021, los Estados deben adoptar de manera urgente medidas preventivas y de adaptación frente a la creciente amenaza de fenómenos como los incendios forestales, exacerbados por el cambio climático. Es esencial contar con planes de resiliencia y adaptación que promuevan un manejo sostenible de la tierra, en estrecha colaboración con las comunidades locales. Además, se requieren campañas de concientización sobre la prevención de incendios forestales y las acciones necesarias para mitigarlos. Los países que aún no han revisado sus planes de contingencia deben hacerlo en el corto plazo, teniendo en cuenta los riesgos actuales en el contexto de la emergencia climática. Las iniciativas deben incluir la aprobación o actualización de leyes de conservación de bosques, la imposición de prohibiciones a la deforestación, y la implementación de políticas activas contra la deforestación ilegal. Asimismo, es fundamental monitorear la calidad del aire, especialmente en las áreas propensas a incendios forestales, para mitigar sus efectos en la salud pública y el medio ambiente.
Dada la gravedad de la situación, la REDESCA hace un llamado a intensificar los esfuerzos en prevención, mitigación y adaptación frente a los incendios forestales, en el marco de la cooperación internacional. Es crucial asegurar el financiamiento necesario para enfrentar las pérdidas y daños derivados de estos desastres, con una perspectiva de justicia climática y en conformidad con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.
Asimismo, la REDESCA insta a una mayor coordinación y cooperación regional para enfrentar los efectos transfronterizos de las emisiones generadas por los incendios forestales. Esto incluye el desarrollo de marcos de colaboración que promuevan el intercambio de capacidades y financiamiento entre países, con el fin de formalizar acciones conjuntas en la prevención, control y gestión de emisiones, incluyendo la contaminación atmosférica transfronteriza a gran distancia.
La Relatoría Especial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales es una oficina creada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el objetivo de fortalecer la promoción y protección de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en el continente americano, liderando los esfuerzos de la Comisión en esta materia.
No. RD218/24
11:48 AM