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Speeches

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA INAUGURACION DE LA SEGUNDA REUNION INTERAMERICANA DE MINISTROS Y ALTAS AUTORIDADES DE CULTURA

23 de agosto de 2004 - México, D. F.


Excelentísimo Señor Vicente Fox
Sr. Ernesto Derbéz, Secretario de Relaciones Exteriores
Sr. Reyes Taméz Guerra, Secretario de Educación Pública
Sra. Sari Bermúdez, Presidenta de CONACULTA
Sr. Enrique Iglesias, Presidente del BID
Señoras y Señores Ministros y Responsables de las Políticas Culturales
Representantes de Organismos Internacionales y Representantes de la Sociedad Civil
Delegados, Invitados Especiales,

Es un verdadero privilegio dirigirme a la II Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Cultura, precisamente en el país que posiblemente más ha hecho a lo largo de su historia para preservar su identidad cultural. A pesar de que casi todos los países han avanzado, es difícil competir con los mexicanos en intensidad, en la manera como han hecho de esta tarea una constante.

Gracias Presidente Fox por la generosa acogida de su gobierno y de su pueblo. Y gracias también por ofrecerle a esta reunión el significado que le da su presencia y por el gran apoyo que hemos recibido de la Secretaria de Relaciones Exteriores, de la Secretaria de Educación y de CONACULTA.

Hace dos años, en Cartagena de Indias y de cara a la globalización, nuestra reflexión giraba en torno a su influencia en nuestras sociedades. Hemos ido dejando de manifiesto que no se puede hablar de un verdadero desarrollo de los pueblos americanos sin tomar en cuenta que es necesario preservar las cosmovisiones y expresiones culturales de nuestros ciudadanos. Por eso no solo debemos tener políticas deliberadas para corregir las desigualdades sociales o económicas, sino también para conservar los elementos esenciales de nuestros pueblos o naciones cuando en un mismo país convivan varias naciones o pueblos. México y su gobierno han estado atentos a estos dos aspectos.

México es un país pionero en reconocer la diversidad cultural como la mayor riqueza de su identidad. La revolución mexicana de comienzos del siglo XX tuvo en ello una influencia fundamental. Difícil encontrar una amalgama tan variada como la mexicana donde conviven tantas etnias que han logrado preservar sus rasgos, costumbres e instituciones milenarias. Que yo tenga presente, tal vez solo la India e Indonesia han logrado conservar en toda su vitalidad tantas culturas con expresiones tan vigorosas. El Centro Nacional de las Artes, en donde ahora nos reunimos es, en sí mismo, una manifestación arquitectónica de la diversidad de expresiones artísticas que se conjugan y mimetizan con las funciones académicas de cada escuela.

Pero los desafíos que tenemos son formidables. Muchas de los conceptos que usamos para conservar nuestro carácter como naciones, han sido desbordados por la creciente interdependencia entre nuestras economías y nuestras sociedades. La revolución informática y de las telecomunicaciones ha tenido efectos profundos de naturaleza política, económica social y cultural. La mucha mayor interdependencia hizo cambiar la vida de millones de nuestros ciudadanos y trascendió fronteras, clases sociales, religiones, razas, naciones. Hoy en día vivimos en un mundo compartido, más informado, interactivo e interdependiente.

Cuando en 1994 se convoca, de común acuerdo con todos los gobiernos americanos, la primera Cumbre de las Américas en Miami, se hace a partir de la certeza de que nos unen valores compartidos. Entonces dejamos atrás décadas de aislamiento, de confrontación, de desconfianzas.

Pusimos, tal vez por primera vez en nuestra historia, énfasis en lo que nos une y no en lo que nos separa. Durante esta década, trabajando con esa visión, hemos encontrado muchos aspectos de similitud y también nuestras diferencias. Hemos aprendido a identificar desafíos, retos y problemas comunes. Hemos compartido experiencias, pero hemos ido más allá encontrando acciones colectivas. Y podemos decir entonces que hemos encontrado un destino común sustentado en una voluntad política sin precedentes.

Desde Miami, pasando por Québec y más recientemente por Monterrey, la OEA ha recibido de manera creciente nuevos mandatos en democracia, derechos humanos, gobernabilidad, apoyo al ALCA, educación, equidad, lucha contra la pobreza, inclusión social. Las reuniones ministeriales se han convertido en el motor más poderoso para cumplir los mandatos de las Cumbres.

Es precisamente para continuar con esa labor que nos congregamos hoy en México, gracias a su convocatoria Presidente Fox. Los Jefes de Estado y de Gobierno han tenido una visión clara sobre la importancia de la cultura en los procesos de integración regional y los vínculos existentes entre cultura y los factores de desarrollo. Sólo mediante el respeto a la diversidad cultural podremos avanzar en la agenda interamericana.

Las distintas Cumbres de las Américas han reconocido nuestra heterogeneidad en el abanico de recursos y culturas que conforman nuestra región, y a partir de ahí nos hemos aplicado a la tarea de encontrar nuestras semejanzas y respetar nuestras diferencias; a encontrar, en la diversidad cultural, la verdadera riqueza que nos caracteriza como hemisferio; a identificarla como factor de cohesión que fortalece el tejido social e impulsa el crecimiento económico y el desarrollo de nuestros pueblos. También hemos encontrado la necesidad de reconocer y respetar el carácter multilingüe, plurietnico y multicultural de la mayoría de nuestros estados.

Nos enfrentamos al análisis de los desafíos de las industrias culturales en un mundo de globalización e integración. ¿Cómo protegemos las expresiones y contenidos culturales que manifiestan nuestra heterogeneidad? y ¿Cómo impulsamos, con un compromiso de equidad, a las industrias culturales incipientes que requieren protección para ser competitivas y defenderse en condiciones de igualdad en las negociaciones entre nuestros estados? Existen experiencias significativas que hay que poner sobre la mesa para compartirlas y aprender unos de otros, como la nueva ley de Colombia para proteger e impulsar el cine nacional, o los estímulos a la producción cinematográfica y artística que utiliza, entre otros, México (FONCA) y Chile.

Si bien defendemos el hecho de que la Cultura no puede ser tratada como mercancía en ningún tratado, también asumimos que las industrias culturales son vehículos para expresar nuestras visiones culturales diversas y pueden convertirse, si cuidamos de su vigor y de su esencia, en fuentes de empleo y crecimiento económico para los habitantes de los pueblos que las generan.

Hemos escuchado con atención el justo reclamo de los países del CARICOM, especialmente de Jamaica, del bajo porcentaje de regalías que reciben de la música Reggae pese a que ha sido reconocida internacionalmente y es un reflejo característico de la cultura afro-caribeña. Esto será debatido por ustedes y constituye uno de los grandes retos al analizar la necesidad de proteger la diversidad de los contenidos culturales y expresiones artísticas.

Un rápido vistazo a los compromisos adquiridos en el Plan de Acción de Cartagena nos permite confirmar que hemos avanzado gracias al compromiso de ustedes y pese a la limitación de recursos. Un especial reconocimiento merecen los miembros de la Comisión Interamericana de Cultura (CIC) que fue creada en septiembre del año pasado y en especial sus autoridades, CONACULTA de México, Canadian Heritage de Canadá, El Consejo Nacional de la Cultura de Chile y La Secretaría de la Cultura de la Argentina, que se han reunido periódicamente y que con el apoyo de la Secretaria Técnica han realizado un importante trabajo.

Quisiéramos hacer un reconocimiento especial al Consejo de la Cultura y las Artes de Chile que fue anfitrión del Taller de Consulta a la Sociedad Civil. Asimismo, se abrió el Foro Virtual de Consulta a la Sociedad Civil, desde la Secretaría Técnica, que permitió darle a conocer a más de 3000 organizaciones involucradas con los temas sociales, el Proyecto de Declaración y Plan de Acción de México, así como el documento de la sociedad civil.

El diálogo informal, propiciado por México ayer, el trabajo de la red de centros culturales, la contribución de los pueblos indígenas, la experiencia de corredores culturales en el MERCOSUR y la discusión con varias organizaciones, han contribuido a reflexionar sobre este tema fundamental de los derechos culturales.

En la OEA, conscientes de la interacción entre cultura y desarrollo, incorporamos en el año 2001 el área de cultura a la Unidad de Desarrollo Social y Educación (UDSE). El objeto primordial de ese ejercicio fue mirar el tema cultural bajo un foco de respeto a la diversidad cultural y su impacto en el desarrollo. Estamos impulsando la cooperación con la iniciativa de los Portafolios Permanentes de Programas Consolidados.

La experiencia de “Young Canadá Works” que ese país compartió con 10 más, entre ellos tres del Caribe Inglés y tres de Centroamérica, ha puesto especial énfasis en la diversidad cultural, el empleo y el intercambio para jóvenes. Chile y Dominica han avanzado ya en la aplicación de las lecciones aprendidas a sus programas locales.

Quisiera hacer énfasis en la necesidad de crear un Observatorio de Políticas Culturales que, mediante la creación de indicadores, pueda reflejar la relevancia del tema cultural y su impacto en la economía, así como identificar, comparar y analizar las políticas culturales, sus similitudes y diferencias.

Hemos trabajado con la comisión recién creada para determinar su viabilidad. La Primera Reunión de la CIC solicitó además un plan de negocios. Los resultados ponen el acento en la necesidad de que cada ministerio de cultura, dependiendo de sus propios recursos, aporte al Observatorio una cuota anual; que éste, en una primera etapa, puede estar ubicado y mantenido en la OEA, pero con nodos virtuales subregionales en observatorios o instancias similares que ya existen en sus países. Les corresponde a ustedes decidir sobre su pertinencia.

Otra dimensión que no puede estar ausente de nuestras reflexiones en el tema cultural, es la presencia sostenida y creciente de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs). En un reciente estudio de nuestra Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (CITEL) sobre Teleducación en las Américas, se presenta de manera incontrastable el crecimiento vertiginoso que ha tenido el Internet en el desarrollo de lo que se ha dado en llamar la “Sociedad del Conocimiento”.

Es por ello que no podemos dejar de mencionar el impacto que ha tenido nuestro Portal Educativo de las Américas, cuyos millones de visitantes a lo largo y ancho del continente ponen de manifiesto su valor como instrumento para llevar a la práctica una acción educativa que no conoce fronteras. Estamos en proceso de habilitar en este Portal una Pagina Cultural de las Americas con el fin de ampliar las oportunidades para un desarrollo humano en lo cultural, a través de cursos en línea y secciones culturales informativas e interactivas.

Los compromisos del Plan de Acción de México exigen sumar los recursos y voluntades de las diferentes agencias y organismos internacionales. Quisiera hacer un reconocimiento al esfuerzo y la voluntad política de la OEI, el BID, UNESCO, el CAB, la CAF, ICOMOS y FLACSO-Mexico que conjuntamente con la OEA han elaborado un plan de trabajo interagencial para responder a las prioridades por ustedes expresadas en esta Reunión.

Tenemos entre nosotros al Presidente del BID, mi buen amigo Enrique Iglesias, para quien han sido tan caros estos temas y quien nos ha dado una gran cooperación. Su presencia entre nosotros reafirma la convicción de que existe una fuerte relación entre cultura y crecimiento económico con equidad. Celebramos la idea de la Fundación Interamericana de Cultura y Desarrollo para apoyar las distintas iniciativas que emerjan del Plan de Acción. Estamos seguros de que el BID mantendrá su cooperación con las propuestas y mandatos de ustedes los Ministros y Altas Autoridades.

Muchas Gracias