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DIÁLOGO DE POLÍTICAS “EQUILIBRIO DE PODERES Y LA VIGENCIA DE LA DEMOCRACIA” REFLEXIONES A 20 AÑOS DE LA ADOPCIÓN DE LA CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA

13 de septiembre de 2021 - Washington, DC

Celebramos la conmemoración del vigésimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana, un compromiso colectivo con la democracia sin igual en el mundo y un documento con un valor constitucional, de derecho, de acervo jurídico interamericano incalculable.

Sabemos que el trabajo de la democracia nunca termina y si dejamos de trabajar para mejorarla permanentemente, para protegerla, para hacerla más eficiente, la democracia se erosiona.

Sin embargo, al tiempo que conmemoramos un nuevo aniversario de la Carta, presenciamos crecientes amenazas al orden democrático en las Américas, caracterizado por una evidente tendencia a la concentración del poder, el debilitamiento de la función del legislativo, la restricción de derechos y libertades y el ataque frontal a la independencia del Poder Judicial en algunos casos.
La OEA es el foro político de las Américas y donde se debaten estos temas, temas de fortalecimiento democrático, la Carta Democrática Interamericana siempre ha sido y debe ser nuestra guía.

Las dos décadas de vida de la Carta corresponden a un período especial de la región, en que la democracia enfrentó diversas formas de autoritarismo, violencia política, conflictos internos y represión de Estado.

Concebida originalmente como una defensa contra la remoción inconstitucional de un gobierno legítimo, también tiene que ver con el creciente reconocimiento que los autores de la interrupción constitucional a menudo pueden ser líderes que buscan erosionar las prácticas democráticas y la separación del poder en su propio beneficio.

Ese es un punto esencial, mucha gente que llega al poder es desagradecida con la democracia después y ese poder que le debe a la democracia no lo actúa en consecuencia. Un punto esencial, a veces las mayorías dan esa capacidad, pero los principios de la Carta Democrática y los principios de la democracia se basan en la separación y la independencia de poderes, se basan en el ejercicio del poder conforme al estado de derecho democrático, las mayorías no dan permiso para la cooptación de poderes, las mayorías deben ser garantes de la democracia y de la aplicación del Estado de derecho.

La pandemia del COVID-19, que ha impactado fuertemente a varios países de nuestra región, ha develado y agravado problemas estructurales subyacentes con implicaciones profundas para la democracia. Han quedado expuestas de manera muy fuerte los temas de desigualdad, los temas de violencia, los temas de la pobreza que existe en el hemisferio, también aquellos temas vinculados a la libertad de prensa y la separación de poderes; problemas estructurales como la corrupción también han quedado de manifiesto en estos temas de pandemia.

El COVID-19 ha acentuado muchas veces la centralización del poder y ampliado la discrecionalidad de los poderes públicos en la toma de decisiones, sin definir límites claros por parte de otros poderes públicos, poniendo en grave riesgo la legitimidad de las instituciones democráticas.

Durante estos 20 años, la OEA ha desplegado un conjunto de acciones para abordar los temas centrales consagrados en la Carta, incluyendo los asociados a su función preventiva, como la defensa de la libertad de prensa y de expresión, la promoción de la transparencia y probidad en la gestión pública, el fortalecimiento de los partidos y organizaciones políticas y la elaboración de leyes modelos en asuntos como el acceso a la información.

El despliegue de las misiones de observación electoral y de misiones especiales y el uso de buenos oficios por parte de la Secretaría General, han contribuido a apoyar la aplicación efectiva de la Carta Democrática. En este año en curso, el artículo 17 ha sido aplicado en dos ocasiones.

También debemos señalar que la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos y la corrupción en el gobierno han aumentado la desconfianza en los liderazgos políticos y las instituciones públicas, así como la desilusión con la democracia.

La corrupción es una de las principales causas del debilitamiento de la gobernabilidad democrática en las Américas.

La transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana son esenciales para la legitimidad y sostenibilidad de la gobernabilidad democrática y la supervisión de los poderes gubernamentales.

Con la tecnología, la ciudadanía hoy está mejor informada, es más consciente de sus derechos y exige más transparencia y rendición de cuentas a los poderes públicos.

Hoy, nuestro hemisferio está en una situación de extrema alerta respecto a la fortaleza de sus instituciones democráticas.

A la luz de situaciones recientes donde se ha visto comprometido el principio de separación de poderes, el fortalecimiento de la independencia judicial es una prioridad.

En el “Compromiso de Lima: Gobernabilidad democrática frente a la Corrupción”, se expresó la voluntad de fortalecer la autonomía e independencia del Poder Judicial, siguiendo los estándares interamericanos y universales aplicables en la materia.

Como se abordara en la Sesión Especial Conjunta de la CISC- CAJP sobre “Resiliencia Democrática, el Papel de la Carta Democrática Interamericana y el Proceso de Cumbres”, una iniciativa para fortalecer la eficacia de la Carta debería ser “avanzar en la protección de la independencia judicial a través del fortalecimiento de la capacidad de las cortes constitucionales para acotar la aplicación de los poderes de emergencia que han sido invocados por los gobiernos durante la pandemia”.

La Novena Cumbre de las Américas ofrece un espacio clave para promover dichas soluciones, mediante la cooperación y solidaridad y a través de la elaboración de un plan de acción orientado a fortalecer la implementación y aplicación de la Carta Democrática Interamericana durante su tercera década de uso.

La Carta Democrática Interamericana es un documento muy fuerte, con un valor jurídico constitucional, interamericano muy potente. Es absolutamente improcedente culpar a la Carta Democrática Interamericana por las tentaciones autoritarias que puedan tener algunos, sería como culpar al Código Penal de la existencia de criminales.

Ese no es el camino, el camino es asumir que cada uno de los países y cada uno de los pueblos de las Américas tenemos compromisos. La Secretaría General de la OEA tiene el compromiso con el fortalecimiento, promoción y defensa de la democracia en el hemisferio.

Muchas gracias