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2.2 Estudio de apoyo no. 2: Análisis de posibilidades de riego en temporada de lluvias

Debido a las características climáticas de la Región Zuliana se consigue el crecimiento vegetativo a lo largo de todo el año, y el ciclo anual de crecimiento de las plantas está regulado solamente por las disponibilidades de agua. En la zona sur, en donde hay precipitación durante todo el año, la vegetación se mantiene en continuo crecimiento; en cambio, en la zona norte, donde existe un prolongado periodo de sequía, sólo subsiste una escasa vegetación permanente y sólo crecen pastos de temporada en los meses en los cuales la precipitación es más abundante.

Entre ambos extremos es posible encontrar una amplia variación de esas características. De especial interés resulta el caso de la llanura de Maracaibo, en donde existe una gran extensión de buenos suelos; sin embargo, la distribución de la precipitación durante el año y la gran variación de ella hacen tan riesgoso cualquier cultivo que sólo se aprovechan en pastos naturales de temporada, cuando, por su calidad y ubicación, estos terrenos podrían ser mejor utilizados.

La distribución anual de la precipitación presenta un periodo de lluvia que se extiende desde mayo a mediados de diciembre, con un máximo relativamente seguro en el mes de octubre y otro menor y precario a fines de mayo. Durante toda la temporada de lluvias, con excepción del mes de octubre, pueden presentarse periodos secos de hasta tres meses de duración. La probabilidad de disponer de lluvias suficientes en una determinada semana es muy baja; por lo tanto, si se intentara un cultivo que necesitara contar con agua segura por cuatro meses, por ejemplo, las probabilidades de éxito serian muy escasas. Por otra parte, los ríos tienen sus nacientes en la sierra donde hay una mayor precipitación y con una repartición más pareja durante la temporada de lluvia. Estos ríos mantienen durante toda esa temporada un caudal de importancia sin aparente relación con la precipitación en la llanura.

Sería posible, por lo tanto, suplementar las necesidades de los cultivos en la llanura con aguas de esos ríos sin necesidad de regulación, asegurando la dotación durante un período mínimo de cuatro meses, suficiente para el desarrollo de la mayoría de los cultivos.

El agua de los ríos es utilizada por los agricultores ribereños durante el periodo de sequía, y su uso en la práctica limita el caudal que en los meses de sequía puedan tener. En los meses de lluvia existe un caudal mucho mayor; por lo tanto, sin afectar a los actuales usuarios del agua de esos ríos, otros agricultores podrían asegurarse la cosecha.

Esto sería también una base muy conveniente para que en el futuro, cuando se construyan obras de regulación en esos ríos, que aseguren una dotación constante durante el año, algunos agricultores con práctica en regadío podrían aprovechar las mismas.

Evidentemente, este sistema de riego se desarrollaría en los sectores más cercanos a los ríos y hasta donde el costo de agua sea competitivo con el del agua subterránea, con la cual también es posible suplementar las fallas en la precipitación natural. En todo caso, ambas fuentes podrán ser complementarias pues el mismo riego produciría una recarga mayor al acuífero, lo que redundaría también en beneficio de aquellos que explotan el agua subterránea.

El menor volumen de agua adicional que demanda el riego en temporada de lluvias permitiría también, en el caso de que la fuente sea de agua subterránea, un mejor aprovechamiento de las reservas de los acuíferos, los cuales, según estudios efectuados en algunas áreas, están sobreexplotados y presentan el riesgo de ser contaminados con aguas de inferior calidad.

2.2.1 Criterios de selección de zonas desarrollables

No en todas las zonas se presentan las condiciones para el éxito de este tipo de riego, ya que debe coincidir una falta de seguridad en las precipitaciones con un aumento del caudal de los ríos que cruzan la llanura.

Al respecto pueden definirse los siguientes criterios de selección de zonas desarrollables:

a) Durante la temporada de lluvias no se deben presentar periodos de 4 meses con balance hídrico positivo en periodos de ocurrencia de 1 en 5 años.

b) El balance hídrico de los meses más lluviosos debe ser poco deficitario de modo que el volumen de aguas por complementar sea sustancialmente inferior a las demandas de un riego totalmente suplementado a lo largo de todo el año.

c) Los ríos cercanos deben tener un régimen de escurrimiento natural independiente del régimen de lluvias en la llanura vecina al río, para que en sus variaciones de caudal no sigan las mismas fluctuaciones que la precipitación natural.

d) Debe existir una posibilidad económica de captar el agua complementaria para el riego.

e) Los terrenos por regar deben ser de calidad tal que justifiquen una explotación intensiva.

f) Este sistema de riego deberá ser favorablemente competivo con el regadío a base de aguas subterráneas.

Cuadro II-2: RESUMEN DE DEMANDA DE AGUA (en porcentajes)

Valores obtenidos para alternativa No. 4

2.2.2 Selección de zonas

i. Alta Guajira

En esta zona, la escasa precipitación y la alta evaporación hacen que no exista una disminución notable de la demanda durante la temporada de lluvias. Esto determina que el agua necesaria para complementar sea casi igual en costo a un riego continuo, por lo cual no resultaría realmente ventajoso utilizar este sistema de riego.

ii. Distrito Mara y sur del Distrito Páez

El método podría ser aplicable en los suelos cuya calidad lo justifiquen. En esta zona, una limitación sería el desconocimiento de la respuesta de los suelos al riego en relación con el contenido de sales en el subsuelo.

iii. Distrito Maracaibo

Las demandas de agua son altas en todo el año, con la sola excepción de los meses de septiembre y octubre. Las fuentes de agua posibles de utilizar son lejanas; por lo tanto, los costos resultantes serán necesariamente altos, lo cual haría rentable un número limitado de cultivos.

iv. Distrito Urdaneta

Reúne las mejores condiciones para la aplicación de este tipo de riego. Más adelante se hará un análisis más completo de ese sector (Sistema Palmar-El Cristo).

v. Distrito Perijá

En la zona norte de este Distrito, especialmente en la Cuenca del río Apón podrían darse las condiciones propicias para aplicar el sistema por su régimen de lluvias y la existencia de varios ríos con escorrentía suficiente en época de lluvia para asegurar el suplemento de agua necesaria. La zona sur de este Distrito (cuenca río Santa Ana) no parece la más apropiada para intentar este tipo de riego por cuanto el recurso agua es abundante en la época de lluvia. Los suelos no son de óptima calidad y no existen las condiciones mínimas de infraestructura que permitan un desarrollo agrícola immediato.

vi. Zona sur del Lago (Distritos Colón, Sucre y sur de Baralt)

En general, el régimen de lluvias existente en la zona no es el más apropiado para aplicar el sistema. Los recursos de agua de esta zona son muy superiores a cualquier uso consuntivo que se pueda hacer de ellos. Las reservas de aguas subterráneas son de las más importantes del país y están a una profundidad cuyo costo de aprovechamiento lo hacen marcadamente competitivo con cualquier otro sistema de riego.

vii. Costa oriental del Lago de Maracaibo

En los Distritos Miranda y norte de Bolívar los nos nacen en serranías bajas y su caudal sigue prácticamente las mismas fluctuaciones de las precipitaciones en la llanura.

El caudal de esos ríos en la temporada de lluvias es intermitente y muy inseguro, por lo que el número de hectáreas que se podrían regar en base a ellos sería muy limitado.

Al sur del río Pueblo Viejo se observa que en los meses de lluvia la precipitación es abundante y segura, por lo que no es necesario suplemento alguno.

En verano los ríos disminuyen su caudal hasta secarse en algunas ocasiones; por ello, la regulación de esos ríos es requisito básico para intentar cualquier riego en ese sector.

Se resume a continuación el resultado de la aplicación de los criterios de selección a cada una de las zonas estudiadas.

Se han identificado los criterios de selección con las mismas letras usadas en el punto 2.2.1.

Se ha señalado con una afirmación o negación el cumplimiento de los criterios.



Criterios

a

b

c

d

e

f

Alta Guajira

No

No

No

No

No

Distrito Mara y Páez

Distrito Maracaibo

No

No

No

Distrito Urdaneta

Distrito Perijá (parte norte)

Distrito Perijá (parte sur)

No

No

No

No

Zona sur del lago

No

No

No

No

Costa oriental (parte norte)

No

No

No

Costa oriental (parte sur)

No

No

No

viii. Sistema de riego Palmar-El Cristo

Los detalles de este sistema de riego se presentan en el capitulo 5 de este mismo informe.

ix. Sistema Guasare-Limón

En la zona ubicada en ambas márgenes de los nos Guasare y Limón, entre los Melones y Carrasquero, existen unas 20 000 hectáreas de buenos suelos que fueron estudiados cuando se proyectó el sistema Cachirí-Socuy. Aunque se han detectado problemas de salinidad en los suelos actualmente regados en esa zona, se ha considerado la posibilidad de aumentar la superficie regada en la temporada de lluvias, dando por entendido que antes de iniciar un proyecto definitivo estarían terminados los estudios que ejecuta la sección de edafología de la Dirección General de Recursos Hidráulicos del Ministerio de Obras Públicas (DGRH).

El río Guasare tiene un caudal importante durante la mayor parte del año; presenta estiaje en los meses de febrero a abril, que es cuando baja hasta un mínimo medio de 5.01 m3/seg. En el resto del año mantiene un caudal suficientemente alto, que permite regar una gran extensión de suelo. En la actualidad, la mayor parte de los recursos de estiaje se ocupa en riego por cajones en los terrenos ribereños, y el aprovechamiento de esas aguas aumenta aceleradamente cada año. No ha sido posible hacer un catastro de usuarios de agua del río, pero con el aumento continuo de las instalaciones de bombeo debe considerarse que el caudal de estiaje del río está totalmente comprometido, y que el futuro desarrollo debe ser en base a los recursos del río durante la temporada de lluvias.

La captación de las aguas sería directamente por bombeo desde el río; las zonas por desarrollar estarían ubicadas suficientemente cercanas al río como para que no sea necesario pensar en un canal matriz sino en obras independientes para regar áreas relativamente pequeñas, con lo cual se obtiene una gran facilidad operativa puesto que el área total puede pertenecer a un solo predio o asentamiento.

Para fijar costos se ha supuesto un desarrollo tipo de una superficie de 300 hectáreas con bombeo directo desde el río y 3 km de canal.

En esta zona existe la posibilidad de enfocar dos etapas de desarrollo del riego. La Dirección General de Recursos Hidráulicos del Ministerio de Obras Públicas está construyendo un embalse con la finalidad de regular el río Socuy y complementar el sistema de abastecimiento de agua de Maracaibo y El Tablazo. De acuerdo con la programación de demandas, existiría un sobrante de agua hasta 1990. Para esa obra, que debía estar terminada en 1974, se había pensado en la posibilidad de construir un canal que captara las aguas desde el río Socuy aguas abajo de Manuelote, en la cota 30, entregándolas luego al Guasare en las cercanías de Los Melones, en la cota 21, lo que implicaría la construcción de 30 km de canal.

Con esta obra se podría asegurar el riego de las 20 000 hectáreas reconocidas en esa zona durante todo el año hasta 1990, y el canal debería ser amortizado en 15 años. Con posterioridad a 1990 sería necesario, en todo caso, entrar a regular el río Guasare. Según el resultado que se obtenga en el riego de esa zona, podría decidirse sobre la conveniencia de construir el embalse sobre el Guasare, con fines de regadío, con anterioridad a la fecha que resultaría de las necesidades de abastecimiento de Maracaibo-Tablazo. Es de hacer notar que el río Guasare es el único de la zona norte de la Región Zuliana que podría resultar económico para un aprovechamiento hidroeléctrico.

Además, en un plazo relativamente corto, esa obra podría combinarse para producir energía, riego y abastecimiento de Maracaibo-Tablazo.

Estas posibilidades hacen que el estudio del comportamiento de esos suelos con riego sea de gran interés, y que la actitud de los campesinos ante la agricultura de riego sea cada vez más creciente.

x. Zona norte del Distrito de Perijá

En el Distrito de Perijá, al norte del río Palmar, se dan las condiciones que se indicaron en el punto v del acápite 2.2.2 para la aplicación de riego en temporada de lluvias. En efecto, existe una inseguridad en la precipitación; los suelos son de buena calidad, hay un desarrollo de infraestructura agrícola que permite iniciar de inmediato el aprovechamiento de una obra de riego y el río Apón puede proporcionar durante la temporada de lluvias un caudal de importancia.

Derivando las aguas del río Apón, aguas abajo del paso de San Rafael, se las podría conducir hasta el caño San Ignacio, y luego, utilizando dicho caño como matriz, podrían derivarse de él canales de regadío.

También podría llegarse hasta el caño San Juan para utilizarlo en igual forma que el caño San Ignacio, cubriendo así una mayor superficie.

En el río Apón se prevé la construcción de dos embalses; en primer lugar uno en la sierra, que regulará las aguas de los ríos Apón y Negro y servirá para el regadío de la zona de Machiques, y otro, el embalse San Rafael, que regulará la mayor parte de la hoya del Apón permitiendo el riego de un amplio sector ubicado entre los ríos Apón y Palmar.

Aparentemente existen condiciones topográficas para captar las aguas del río Apón aguas abajo del sitio del segundo embalse (Paso de San Rafael). En consecuencia, el canal que se construya para alimentar el caño San Ignacio formaría parte de la futura red de distribución de los embalses del río Apón.

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