OEA/Ser.G
CP/doc.3371/00
9 noviembre 2000
Original: inglés/francés
SEGUNDO
INFORME DE LA MISIÓN DE LA
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS A HAITÍ
|
Organización de
los Estados Americanos Organização dos
Estados Americanos Organization des
États Américains Organization of
American States 17th and Constitution
Ave., N.W. • Washington, D.C. 20006
6 de
noviembre de 2000
Señor
Presidente,
De
conformidad con el mandato de la resolución CP/RES. 772 (1247/00) y con el
documento CP/doc.3349/00, del 24 de agosto de 2000, en el cual figura el Primer
informe de la Misión de la OEA a Haití, y los informes verbales que presenté al
Consejo Permanente el 11 y el 23 de octubre de 2000, tengo el honor de remitir
a Vuestra Excelencia el Segundo Informe de la Misión de la OEA a Haití.
El
segundo informe se concentra en las actividades realizadas por la Misión entre
el 15 de septiembre y el 27 de octubre de 2000.
Mucho agradecería que tuviera a bien
disponer que este informe se distribuya a todos los miembros del Consejo
Permanente.
Aprovecho
la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más
alta y distinguida consideración.
Luigi
R. Einaudi
Secretario
General Adjunto
Excelentísimo
señor
Peter M.
Boehm
Representante
Permanente del Canadá
ante la Organización de los Estados
Americanos
Presidente
del Consejo Permanente
Washington,
D.C.
SEGUNDO INFORME DE LA MISIÓN DE LA
ORGANIZACIÓN
DE LOS ESTADOS AMERICANOS A HAITÍ
De
conformidad con la resolución CP/RES. 772 (1247/00) del Consejo Permanente, del
4 de agosto de 2000, el Secretario General de la OEA, César Gaviria, encabezó
una misión a Haití del 17 al 20 de agosto de 2000. Fue acompañado por tres
miembros del Consejo Permanente en representación del Grupo de Amigos de Haití
del Secretario General de las Naciones Unidas: el Embajador de la Argentina,
Juan José Arcuri; el Embajador de Chile, Esteban Tomic Errázuriz; y la
Embajadora de Venezuela, Virginia Contreras; el Secretario General Adjunto de
la Comunidad del Caribe (CARICOM), Embajador Albert Ramdin; y el Secretario
General Adjunto de la OEA, Luigi R. Einaudi. El informe del Secretario General
figura en el documento CP/doc.3349/00, de fecha 24 de agosto de 2000, y fue
presentado personalmente por éste al Consejo Permanente el 5 de septiembre de
2000. La conclusión más importante de la misión fue que era urgente entablar un
diálogo para tratar los problemas generados por las elecciones locales y
parlamentarias del 21 de mayo; mejorar las perspectivas de las futuras elecciones
presidenciales y senatoriales; y, en general, fortalecer la democracia.
Del 15 al 16 de septiembre de 2000, el
Secretario General Adjunto Einaudi realizó una visita de consulta de 24 horas a
Haití, durante la cual se reunió con el Presidente Préval, el Ministro de
Relaciones Exteriores Longchamp y el jefe de La Fanmi Lavalas, el ex Presidente Aristide. Convencido a raíz de
esas conversaciones de que estas autoridades estaban dispuestas a mostrar
cierta flexibilidad en una serie de puntos de interés para el diálogo, el
Secretario General Adjunto volvió a Haití del 21 al 29 de septiembre de 2000.
En esa oportunidad, el Presidente Préval habló por televisión e hizo una
enérgica declaración acogiendo la presencia de la OEA, haciendo un llamado al
diálogo entre los partidos políticos y comprometiéndose a implementar los
resultados del diálogo.
Durante
esa visita, el Secretario General Adjunto se reunió con un diverso grupo de
ciudadanos haitianos, con partidos políticos y con integrantes de la sociedad
civil. Con la esperanza de llegar a un acuerdo, se concentró en los partidos
políticos, y en particular Fanmi Lavalas
y el grupo más importante de partidos de la oposición, Convergence Démocratique.
Durante una semana se reunió alternadamente con los líderes de Convergence y de Lavalas. En muchas de las reuniones, el Secretario General Adjunto
fue acompañado por los representantes especiales de CARICOM (el ex Ministro
Charles Maynard de Dominica), del Secretario General de las Naciones Unidas
(Embajador Alfredo Cabral) y de los Gobiernos de Canadá y los Estados Unidos
(Embajadores David Lee y Donald Steinberg, respectivamente), así como
Embajadores de Estados Miembros y Estados Observadores Permanentes ante la OEA
y el Director de la Oficina de la Secretaría General de la OEA en Haití,
Embajador Denneth Modeste.
El
29 de septiembre el Secretario General Adjunto partió de Haití sin haberse
llegado a un acuerdo, incluso sin haber podido concertar un diálogo cara a cara
entre los partidos. Dicho esto, todos los partidos estuvieron de acuerdo en la
importancia vital del diálogo y la necesidad de continuarlo. El Gobierno y Fanmi Lavalas reiteraron algunas señales
de flexibilidad, la oposición comenzó a definir sus posiciones, y comenzó a
surgir un marco posible para la negociación en torno a lo que podría en general
calificarse como el problema de la libertad y, más concretamente, el problema
de cómo superar las dificultades electorales pasadas y asegurar el éxito de las
futuras elecciones. Cuando el Secretario General Adjunto partió de Haití el 29
de septiembre, manifestó que todas las partes involucradas habían hecho “una
pausa para reflexionar”.
En
los días siguientes, durante la XIX Reunión del GRIC, celebrada en Québec,
Canadá, del 1 al 3 de octubre de 2000, y en Washington, D.C., altos
funcionarios de la OEA se reunieron informalmente con diversas delegaciones
haitianas y con delegaciones diplomáticas; el Secretario General Adjunto realizó
consultas con las Naciones Unidas, CARICOM e integrantes del poder ejecutivo y
legislativo de los Estados Unidos, y asistió a una Reunión Informal de Donantes
sobre Haití convocada por el Banco Mundial el 5 de octubre de 2000. En el
ínterin, en Haití la Convergence
había seguido refinando sus posiciones por escrito y Fanmi Lavalas había indicado su disposición de hacerlo
también. A la vez, el Consejo Electoral
Provisional prorrogó del 2 de octubre al 9 de octubre de 2000 la fecha de
inscripción para las elecciones de presidente y senadores programadas para el
26 de noviembre.
El
11 de octubre de 2000, el Secretario General Adjunto de la OEA presentó un
informe verbal al Consejo Permanente señalando que aún había serias diferencias
que superar y que el transcurso del tiempo se estaba convirtiendo rápidamente
en el enemigo común de todos los interesados. Subrayó que, a falta de un
acuerdo político sobre cómo resolver las diferencias ocasionadas por las
elecciones del 21 de mayo y cómo asegurar la legitimidad de las elecciones para
presidente y senadores, parecía claro que se mantendría el calendario actual de
las elecciones, con la votación el 26 de noviembre, dentro de sólo seis
semanas. Destacó que, aunque hubiera un acuerdo, las disposiciones del mismo tendrían
que aplicarse de conformidad con la Constitución de Haití, que dispone que el
presidente actual entregue el poder y tome posesión el nuevo gobierno el 7 de
febrero de 2001.
El
Secretario General Adjunto aclaró que, aunque no sabía si las fuerzas políticas
de Haití podrían llegar a un acuerdo, el Consejo Permanente debía estar
consciente de que si las partes llegaban en efecto a un acuerdo sobre cómo
enfrentar los muy diferentes problemas suscitados por el 21 de mayo y el 26 de
noviembre, ese acuerdo inevitablemente tendría importantes repercusiones para
la OEA y sus Estados Miembros.
Sugirió
que habría necesidad de formular y dirigir un mecanismo de seguimiento para
acompañar los esfuerzos emprendidos por los diversos sectores de la sociedad
haitiana, quizá tomando como modelo las gestiones que el Secretario General y
el Ministro de Relaciones Exteriores del Canadá habían realizado en el Perú con
un secretario permanente y una pequeña misión. También sugirió que sería
necesario prepararse para prestar algún tipo de apoyo técnico y de observación
para un nuevo Consejo Electoral. Subrayó que no habría acuerdo sin un nuevo
Consejo Electoral, lo que a su vez requeriría el apoyo de la comunidad
internacional para aumentar la confianza de todos los interesados en que los
acuerdos a que se llegue serían cumplidos.
El
Secretario General Adjunto advirtió que las dificultades políticas actuales
ocurrieron en medio de una depresión económica y tensiones sociales que hacen
cada vez más difícil la vida en ese país. En su opinión, la OEA se ha
convertido en el eje de los esfuerzos internacionales para ayudar a Haití, y
mucho depende de lo que haga la Organización.
Actividades de la Misión, 13 al 27 de octubre
de 2000
En vista del progreso que
aparentemente se registraba en Haití y con los diversos contactos en
Washington, y también debido a la presión del tiempo, el Secretario General
Adjunto regresó a Haití el 13 de octubre para continuar las consultas.
Del
13 al 16 de octubre, volvió a la “diplomacia de intermediación” entre Convergence Démocratique y el partido Fanmi Lavalas. En el curso de esos
cuatro días, el Secretario General Adjunto recibió documentos de cada parte
exponiendo sus posiciones en torno a las medidas que consideraban necesarias
para restituir la normalidad a la situación política del país.
Durante
este período, el Secretario General Adjunto también se reunió con
representantes del sector empresarial para solicitarles que prestaran su apoyo
a un acuerdo nacional. Ellos, a su vez, argumentaron a favor de una mayor
participación de la comunidad internacional por medio de la prestación de
asistencia como estímulo para el acuerdo político. También se reunió con el
Presidente Préval.
El lunes 16 de octubre de 2000, el
Secretario General Adjunto envió una carta al Presidente Préval y a los
dirigentes de Fanmi Lavalas y de los
partidos que integran Convergence
Démocratique para pedirles que designaran representantes para encontrarse
en una reunión. Se solicitó a los invitados que vinieran preparados para
discutir los siete puntos del temario, a saber: seguridad; los resultados de
las elecciones del 21 de mayo; las condiciones de las elecciones programadas
para el 26 de noviembre; la reestructuración del Consejo Electoral Provisional;
medidas para fortalecer la democracia; el papel de la comunidad internacional;
y cualquier otro punto de interés para los participantes. Este temario se basó en los puntos que
figuran en las comunicaciones escritas recibidas anteriormente de Convergence y Fanmi Lavalas.
Los invitados respondieron en forma
positiva. Fanmi Lavalas, en
correspondencia recibida de su líder, Jean-Bertrand Aristide, designó una
delegación con cinco integrantes. Igualmente, Convergence mandó una notificación formal de que enviaría una
delegación un poco más grande. El Gobierno respondió enviando como observadores
al Primer Ministro Jacques Edouard Alexis y el Jefe de Gabinete del Presidente,
señor Guy Fleury.
La
primera sesión cara a cara tuvo lugar el martes 17 de octubre de 2000 a
mediodía. Fue la primera vez que el partido mayoritario Fanmi Lavalas se sentaba con miembros de la oposición y
viceversa. En opinión del Secretario
General Adjunto de la OEA, la discusión fue constructiva y disciplinada. Los
miembros de la comunidad internacional que estaban presentes también
consideraron que el respeto mutuo había sido evidente tanto en las
presentaciones alternadas iniciales como en los comentarios de ambas partes. Al
término de la reunión, fue evidente que se había empezado a romper el hielo. Sin
embargo, también quedó claro que subsistían las diferencias anteriores.
En
las dos sesiones celebradas el martes 17, el Secretario General Adjunto de la
OEA terminó el examen de todos los temas junto con las partes. Abrigaba la esperanza de que, una vez
considerados los distintos temas como un todo, sería posible formular un
conjunto de medidas que pudiera llevar a un acuerdo. No obstante, incluso
después de finalizar el examen de todos los temas, resultó muy difícil avanzar
a fin de formular soluciones alternativas para problemas particulares.
El
19 de octubre, para puntualizar la discusión y evitar el impasse inminente, el
Secretario General Adjunto de la OEA distribuyó un documento titulado
“Elementos de reflexión para un acuerdo nacional” (Anexo I). El documento se
presentó de conformidad con el mandato del Consejo Permanente contenido en la
resolución CP/RES. 772 (1247/00), en la
que se encomendó, inter alia, a la
Misión que identificara “las opciones y recomendaciones destinadas a resolver,
a la mayor brevedad posible, dificultades como las que han surgido de las
diferentes interpretaciones de la Ley Electoral y para seguir fortaleciendo la
democracia en ese país”. En el documento se formularon 24 opciones y
recomendaciones para resolver problemas en cinco categorías: seguridad, las
elecciones del 21 de mayo, las elecciones del 26 de noviembre, el Consejo
Electoral Provisional y las medidas para resguardar la democracia. Cuatro
puntos adicionales se referían al apoyo que la comunidad internacional podría
brindar a un acuerdo nacional.
Las
respuestas escritas de ambas partes revelaron dos áreas de acuerdo muy
sustancial con las propuestas formuladas en el documento de la OEA; dos áreas
de desacuerdo muy sustancial; un área en que había más acuerdo del esperado; y
una sexta que claramente dependía de las otras.
La
primera de las dos áreas de acuerdo era la importancia de la seguridad. Tanto
la delegación de Fanmi Lavalas como
la de Convergence aceptaron en forma
íntegra cuatro de los puntos enumerados bajo “seguridad” en el documento de la
OEA. La segunda área de acuerdo muy sustancial fue la de medidas para
fortalecer la democracia, que incluían puntos sobre protección de la libertad
de información y de la prensa y los derechos y la seguridad de los partidos
políticos y la sociedad civil.
Las
dos áreas de desacuerdo muy sustancial se referían a las elecciones del 21 de
mayo y las programadas para el 26 de noviembre. Esencialmente, Fanmi Lavalas quería decisiones para
celebrar las próximas elecciones de presidente y senadores con un cronograma
definido que permitiera la toma de posesión del nuevo Presidente el 7 de
febrero de 2001, mientras que Convergence
quería decisiones sobre la suerte (y la anulación) de las elecciones del 21 de
mayo.
El
área en que sorprendentemente hubo más acuerdo del esperado fue la necesidad de
un nuevo Consejo Electoral con amplia representación política. No obstante, el
desacuerdo causado por el peso relativo que debía otorgarse a las elecciones
anteriores y a las futuras claramente repercutió en la discusión sobre el
Consejo Electoral.
El
punto final que dependía de los otros fue la cuestión de la comunidad
internacional. Evidentemente, su papel dependería de que hubiera acuerdo entre
las propias partes haitianas.
El
viernes 20 de octubre de tarde, el Secretario General Adjunto suspendió, sine die, la quinta sesión del encuentro
cara a cara, a las cuales habían asistido no sólo las dos delegaciones de los
partidos políticos sino también el Primer Ministro y el Jefe de Gabinete del
Presidente. El sábado 21 de octubre, después de una reunión final con el
Presidente Préval, el Secretario General Adjunto partió de Haití.
Posteriormente
el Secretario General Adjunto recibió dos cartas, ambas para distribución al
Consejo Permanente de la Organización. En las dos se agradece al Secretario
General Adjunto y a la OEA por sus esfuerzos y se expresan puntos de vista
basados en las discusiones. La primera (Anexo II), de fecha 20 de octubre de
2000, está firmada por el jefe de Fanmi
Lavalas, Jean-Bertrand Aristide. Contiene seis compromisos referentes a las
bancas del Senado en disputa, el Consejo Electoral Provisional (CEP) y el
financiamiento de los partidos políticos. En ella también se expresan una serie
de esperanzas y conclusiones, con el deseo de que las elecciones futuras se
celebren en presencia de observadores nacionales e internacionales.
La
segunda carta (Anexo III) es de Convergence Démocratique. Fechada el 21 de
octubre de 2000, está firmada por los líderes de los seis principales partidos
y grupos de la Convergence –Organisation
du Peuple en Lutte (OPL), Espace de Concertation, Rassemblement des Démocrates
Nationaux Progressistes (RDNP, Mouvement Patriotique pour le Sauvetage National
(MPSN), Parti Démocratique Haitien (PADEMH) y Mouvement Chrétien pour une Nouvelle Haiti (MOCHRENA). En la carta
se cubren muchos puntos similares, pero se observa que Convergence había participado en el diálogo a pesar de que ni el
Gobierno ni Fanmi Lavalas había
cumplido una serie de sus condiciones previas.
1. Se ha registrado apreciable progreso en
la definición de problemas, la identificación de áreas de acuerdo y desacuerdo
y el rompimiento de por lo menos algunas barreras entre las personas. Estos
avances alientan a pensar que, con más esfuerzo, sería posible lograr progreso
adicional.
2. A la fecha de preparar este documento,
sin embargo, no hay un consenso lo suficientemente amplio para lograr el
objetivo de la OEA, es decir, la negociación de un acuerdo nacional entre todas
las partes que resuelva la crisis política y que lo haga de tal forma que pueda
obtenerse apoyo de la comunidad internacional.
3. El actual calendario para las
elecciones y el proceso electoral continúan sin cambio por falta de acuerdo
para proceder de otra forma. No obstante, las partes han expresado sus
intenciones de continuar sus esfuerzos para resolver la crisis. Desde un punto
de vista práctico, sin embargo, el tiempo es un enemigo crítico. Una indicación
inquietante de la polarización política es que ni un representante de los
partidos más importantes figura entre los siete que se han inscrito como
candidatos para las elecciones presidenciales (una lista que sí incluye al ex
Presidente Aristide). Es evidente que no queda mucho tiempo para llegar a un
acuerdo que incluya un candidato de los principales partidos de la oposición
para la presidencia, aunque es de esperar que sí se llegue a un acuerdo en ese
sentido.
4. Si la evolución del consenso permite a
los haitianos llegar a un acuerdo, esto a su vez impondrá a la comunidad
internacional considerable presión de prestar apoyo. Las expectativas serán más
altas precisamente en las dos áreas en torno a las cuales los partidos ya han
llegado a algún tipo de acuerdo, por lo menos en principio. Estas dos áreas son
seguridad y fortalecimiento de la democracia. Existe gran potencial de apoyo de
parte de la comunidad internacional en esas dos áreas, pero principalmente a
largo plazo. Algún apoyo técnico y de observación electoral eficaz podría, sin
embargo, ser prestado más rápidamente.
5. La Secretaría General de la OEA, fiel a
sus obligaciones a los Estados Miembros conforme a la Carta, continuará
utilizando todos los instrumentos a su disposición para asistir a Haití en sus
esfuerzos para fortalecer las instituciones democráticas.
La
Misión de la OEA a Haití aprovecha la oportunidad para agradecer una vez más a
los Estados Miembros y otras organizaciones internacionales por su muy
sustancial apoyo. Extendemos un agradecimiento muy especial a Argentina,
Canadá, Chile, Estados Unidos, Trinidad y Tobago y Venezuela, cuyos gobiernos
contribuyeron con recursos y personal basado en Haití y fuera del país.
En
las críticas cinco sesiones celebradas cara a cara entre el 17 y 21 de octubre,
la presencia de los Embajadores de Canadá, Francia y Estados Unidos en Haití, y
del Jefe de la Oficina de las Naciones Unidas en ese país, representó
simbólicamente la preocupación de los países mencionados y de la Unión Europea,
y constituyó símbolo visible de la unidad de la comunidad internacional, dentro
de la cual cabe destacar Argentina, Chile y Venezuela, que estuvieron activos
tanto como integrantes del Grupo de Amigos de Haití del Secretario General de
las Naciones Unidas y como miembros de la Organización de los Estados
Americanos.
También
deseamos expresar un agradecimiento muy especial a la Comunidad del Caribe
(CARICOM) por acompañarnos en este proceso.
Por
último, la Misión desea agradecer al Gobierno de Haití, a los partidos
políticos y a los representantes de la sociedad civil que participaron en estos
intercambios.
ANEXO I
Original: francés
Principales puntos compilados por la OEA en las
discusiones entre haitianos, conforme al
mandato de formular opciones y recomendaciones
contenido en la resolución del
Consejo Permanente CP/RES. 772 (1247/00) del 4
de agosto de 2000
1. Seguridad:
•
El
Ejecutivo asegurará que la policía observe una conducta profesional en el cumplimiento
de las funciones que le son propias durante todo el período del proceso
electoral, incluida la inhibición de participación en actividades
proselitistas.
•
Los
partidos políticos contribuirán al clima de seguridad fomentando la tolerancia,
la paz y el respeto mutuo.
•
Los
partidos políticos se comprometen a no incitar a la violencia y a adoptar las
medidas que corresponda ante la eventualidad de que sus afiliados o
simpatizantes recurran a la violencia.
•
El
Ejecutivo establecerá un mecanismo que permita la cooperación de los partidos
políticos para ayudar a la policía a mantener su neutralidad.
2. La
problemática de las elecciones del 21 de mayo de 2000 :
•
Los
partidos políticos tienen la responsabilidad de respetar la voluntad de los
votantes. Deben buscar una solución política legalmente defendible a las
controversias surgidas de las elecciones del 21 de mayo, en particular las
bancas del Senado en disputa.
•
Para
encontrar una solución técnica, podría crearse una comisión de evaluación
encargada de examinar las elecciones del 21 de mayo. Esta comisión examinaría
la impugnación y los problemas surgidos por las diferentes interpretaciones de
la ley electoral. La comisión
transmitiría sus conclusiones a la brevedad posible a los partidos signatarios
del acuerdo nacional.
•
Este
mandato podría ser confiado al CEP reformado (véase la sección No. 4).
3. Condiciones
para las elecciones previstas para el 26 de noviembre de 2000:
•
Las
elecciones para Presidente y bancas del Senado deben ser administradas por el
CEP reformado (véase la sección No. 4).
•
La
fecha de las elecciones podría prorrogarse más allá del 26 de noviembre, pero
deberá asegurarse que la toma de posesión del nuevo Presidente sea el 7 de
febrero de 2001.
•
Los
partidos fomentarán la presentación e inscripción de candidatos, evitando actos
contrarios a la celebración de elecciones libres y legítimas.
•
Los
observadores tendrán pleno acceso al CEP y a las mesas de votación.
•
El
Ejecutivo brindará protección a las elecciones (véase la sección No. 1 : Seguridad), y se compromete a no recurrir a
fondos y recursos públicos para fines partidarios.
•
Todos
los partidos deberán tener acceso equitativo a los medios de comunicación,
incluidos los medios del Estado.
4. Reestructuración
del Consejo Electoral Provisional (CEP):
•
El CEP
deberá integrarse con representantes de los partidos políticos y de la sociedad
civil.
•
La
sección de operaciones del CEP deberá ser suficientemente modificada a fin de
asegurar su imparcialidad.
•
El CEP
deberá contar con los fondos necesarios para la celebración de las elecciones y
administrarlas de manera transparente.
•
El CEP
ayudará a financiar las actividades electorales de los partidos políticos
reconocidos presentando candidatos a las elecciones.
•
El CEP
decidirá las impugnaciones de naturaleza electoral y sus decisiones serán
inapelables.
5. Medidas
para fortalecer la democracia:
•
La
libertad de información, incluida la educación, la libertad de prensa y la
seguridad de los periodistas, son condiciones previas para el funcionamiento de
la democracia.
•
Los
derechos y la seguridad de los partidos políticos, sus dirigentes y sus
afiliados deberán reconocerse expresamente en la legislación.
•
El
importante papel de las organizaciones de la sociedad civil en la democracia
participativa deberá reconocerse expresamente en la legislación.
•
Todos
los partidos se comprometen a respetar las instituciones del Estado y a
procurar su modernización utilizando la ayuda que podría recibirse a través de
las organizaciones internacionales.
•
La
comisión mencionada en la sección No. 2 supra
podría tener un segundo mandato: el de examinar también las nuevas elecciones
para Presidente y bancas del Senado del año 2000 y recomendar reformas y
mejoras para todos los aspectos del proceso electoral. La comisión presentará
un informe en el término de un año a fin de implementar las reformas antes de
las próximas elecciones al Senado previstas para el año 2002.
•
Podrá
crearse un comité nacional (que podría estar integrado por representantes de
los partidos políticos, la sociedad civil, el Ejecutivo y la Corte de
Casación), como punto de encuentro de diferentes sectores de la nación
haitiana. El comité nacional será asimismo el interlocutor privilegiado de la
comunidad internacional y, en particular, de la Misión Especial de la OEA
(véase la sección No. 6 infra).
6. La
comunidad internacional:
En
caso de un acuerdo nacional, la comunidad internacional examinará con simpatía
y rigor su capacidad de acompañar a Haití.
A
medida que los puntos incluidos en el acuerdo nacional sean implementados, y
respondiendo a propuestas formuladas por los signatarios de este acuerdo, la
comunidad internacional podría considerar acciones como las siguientes:
•
Organizar
una misión especial de la OEA de apoyo a la democracia en Haití. Esta misión
velaría por la aplicación de este acuerdo y podría recibir denuncias sobre
incumplimiento o violación de sus términos.
•
Considerar
una invitación de prestar asistencia técnica al proceso electoral, en
particular en lo concerniente al funcionamiento de las mesas de votación.
•
La
comunidad internacional podrá enviar observadores internacionales que tendrán
pleno acceso al CEP y a las mesas de votación.
•
El CEP
podrá recibir apoyo directo de la comunidad internacional.
Este documento se presenta, con todo
respeto, como posible punto de partida para un acuerdo nacional que permita a
Haití y a la comunidad internacional continuar progresando juntos.
Luigi
R. Einaudi
Secretario
General Adjunto
Port-au-Prince
19
de octubre de 2000
ANEXO II
Original: francés
Jean-Bertrand Aristide
Ex Presidente de
la República de Haití
Port-au-Prince, 20 de octubre de 2000
Excelentísimo
señor
Embajador Luigi
Einaudi
Secretario
General Adjunto de la OEA
Port-au-Prince
Haití
Señor
Embajador:
Fanmi
Lavalas quisiera agradecerle por haber orientado las negociaciones conforme a
la resolución del Consejo Permanente CP/RES. 722 (1247/00), del 4 de agosto de
2000. Siempre dispuesta a reunirse en la mesa de diálogo, y a la luz de las
propuestas formuladas por los partidos políticos y la OEA en el curso de esta
semana, la Organización Fanmi Lavalas
1.
Se
compromete a:
·
Respetar
la voluntad de los votantes y buscar, junto con la oposición, una solución
política y legal a las controversias surgidas de las elecciones del 21 de mayo,
en particular las bancas del Senado en disputa;
·
Alentar
a las autoridades del Estado a establecer una comisión de evaluación encargada
de examinar las bancas del Senado en disputa. Esta comisión examinaría la
problemática del método de cálculo utilizado en las elecciones senatoriales del
21 de mayo. Las soluciones a que llegue no deben violar ni la Constitución ni
las leyes de la República;
·
Participar
en las elecciones del próximo 26 de noviembre con el actual Consejo Electoral
Provisional, o con un CEP que incluya a los ciudadanos y ciudadanas propuestos
por la oposición política, Fanmi Lavalas y las autoridades del Estado;
·
Promover
el financiamiento de las actividades electorales de los partidos políticos
reconocidos que presenten candidatos a las elecciones:
·
Contribuir
al clima de paz y seguridad fomentando la tolerancia, la moderación y el
respeto mutuo;
·
Promover
todas las medidas que tiendan a fortalecer la democracia.
2.
Espera
que:
·
El
Ejecutivo garantice la conducta profesional de la policía, que deberá brindar
protección durante las elecciones y las actividades electorales con la más
absoluta neutralidad;
·
El
Ejecutivo establezca un mecanismo que permita la cooperación de los partidos
políticos para ayudar a la policía a mantener su neutralidad;
·
El
Ejecutivo inicie un programa de educación cívica para la seguridad y la paz;
·
Los
partidos políticos contribuyan al clima de paz y seguridad fomentando la
tolerancia, la moderación y el respeto mutuo;
·
Los
partidos políticos se comprometan a no incitar a la violencia y a tomar medidas
contra sus partidarios si éstos recurren a la violencia;
·
Todos
los partidos políticos tengan acceso equitativo a los medios de comunicación
del Estado.
Esperando
que las elecciones del 26 de noviembre próximo se celebren con la presencia de
observadores nacionales e internacionales, aprovecho la oportunidad para
expresar al señor Embajador las seguridades de mi más alta y distinguida
consideración.
Jean-Bertrand
Aristide
ANEXO III
Original: francés
CONVERGENCIA DEMOCRÁTICA
Port-au-Prince, 21 de octubre de 2000
Embajador
Luigi Einaudi
Secretario
General Adjunto de la OEA
Washington,
D.C.
Señor
Secretario General Adjunto:
La
Convergencia Democrática (Convergence
Démocratique) desea agradecerle los esfuerzos desplegados por usted para
fomentar el diálogo entre haitianos a fin de resolver la crónica crisis
política y socioeconómica que enfrenta Haití. Esta crisis hipoteca el futuro
del país y amenaza la estabilidad de la región. Ha sido agravada por el golpe
de estado electoral del 21 de mayo de 2000 llevado a cabo por la administración
Lavalas. Abrigábamos la esperanza de que este diálogo que se inició, si bien
con alguna dificultad, gracias a sus buenos oficios, hubiera permitido llegar a
un consenso sobre la forma de proceder para salir de la crisis.
A
fin de respaldar sus infatigables esfuerzos, los partidos políticos y grupos
que son miembros de la Convergencia Democrática han demostrado, como sin duda
estará de acuerdo, señor Secretario General Adjunto, buena voluntad y espíritu
creativo y abierto para salir de la crisis. Hemos aceptado participar en el
diálogo a pesar de:
·
el
rechazo de la administración Lavalas de considerar nuestras legítimas
condiciones como indicio de su deseo de un diálogo verdadero;
·
el
rechazo del presidente del partido Fanmi Lavalas, ex presidente Jean-Bertrand
Aristide, de participar directamente en el diálogo con los líderes de la
oposición;
·
el
envío por parte del partido Fanmi Lavalas del ex presidente Jean-Bertrand
Aristide de representantes sin mandato, incapaces de adoptar decisiones
concretas;
·
el
rechazo del Presidente René Préval de participar en el diálogo, contentándose
con enviar observadores, mientras que la mayoría de las decisiones a adoptar
para salir de la crisis exige la participación activa del ejecutivo.
Desearíamos
que tuviera a bien comunicar al Consejo Permanente de la OEA esta síntesis de
nuestras posiciones, que les fueran expresadas formalmente en ocasión de
nuestras diversas reuniones.
A
fin de solucionar la crisis, los partidos y grupos políticos de la Convergencia
Democrática se comprometen a:
·
confiar
a un nuevo CEP, integrado de forma digna de crédito, la suerte de las
elecciones disputadas del 21 de mayo de 2000;
·
participar
en las elecciones para Presidente y para todos los demás cargos a proveer,
realizadas por un nuevo CEP digno de crédito, con garantías de seguridad;
·
participar
en la formación de un CEP creíble según una fórmula de consenso;
·
participar
en el fortalecimiento de la democracia en cooperación con los otros partidos
políticos, la sociedad civil, los poderes públicos y la comunidad
internacional;
·
no
recurrir a la violencia y tomar medidas para prevenirla y sancionar a sus
partidarios si éstos recurren a la violencia;
·
participar
en la información y educación cívica;
·
cooperar
con los actores nacionales y la comunidad internacional para la celebración de
elecciones creíbles, la búsqueda de gobernancia y estabilidad del país, su
desarrollo socioeconómico, su modernización y su verdadera democratización.
Esperábamos que Fanmi Lavalas hubiera suscrito
compromisos similares.
Para
que haya elecciones creíbles el ejecutivo debe comprometerse a lo siguiente:
·
aceptar
que el CEP se integre conforme al consenso que surja del diálogo;
·
confiar
a un nuevo CEP digno de crédito la tarea de determinar la suerte de las
elecciones disputadas del 21 de mayo de 2000;
·
aceptar
y respetar la independencia decisiones del nuevo CEP que se establezca y
aceptar y respetar sus decisiones;
·
garantizar
la conducta apolítica de la policía y el sistema judicial, en particular
durante la contienda electoral, y aceptar las medidas que hemos propuesto para
asegurar la neutralidad indispensable de los agentes asignados a la seguridad;
·
crear
una comisión mixta que cuente con los medios de decisión y de coerción para
asegurar acceso equitativo a los medios de comunicación del Estado a todos los
participantes en la contienda electoral;
·
respetar
los derechos de los partidos políticos;
·
no
utilizar los fondos y los materiales del Estado para fines políticos;
·
respetar
la neutralidad del Estado y hacer respetar el deber de los funcionarios
públicos de abstenerse de hacer campaña electoral.
Esperamos
que, a fin de salir de la crisis, la comunidad internacional pudiera
comprometerse a proporcionar asistencia técnica al proceso electoral y a
prestar apoyo a los que están a cargo de la seguridad pública. Deseamos
igualmente que la comunidad internacional preste apoyo especial a Haití para el
seguimiento de un eventual acuerdo.
Desgraciadamente
hemos comprobado que Fanmi Lavalas insiste en sus “errores” y persiste en no
aceptar lo que constituye el problema principal que ha agravado la crisis, a
saber, la impugnación de los resultados de la elección del 21 de mayo de 2000 y
la total pérdida de credibilidad del CEP. Fanmi Lavalas, contra todo sentido
común, ha dado marcha atrás en las tímidas concesiones que parecía dispuesto a
discutir.
Creemos
que con sólo la celebración de elecciones libres y creíbles lo antes posible
Haití puede salir de la crisis. En nuestra opinión, para celebrar nuevas
elecciones creíbles, es preciso inspirar confianza en los votantes
asegurándoles que habrá una verdadera competencia, que sus votos serán en
efecto computados y que todo el proceso se desarrollará con la mayor garantía
de seguridad.
La
conducta de Fanmi Lavalas y de la administración en el poder, el desdén que
muestran hacia los partidos de la oposición, su temor de involucrar a la
sociedad civil en la búsqueda de una solución, su negativa de iniciar
verdaderas conversaciones en torno a genuinos problemas, todo ello constituye
prueba de su falta de voluntad de encontrar una solución negociada a esta
crisis.
A
pesar de que su mediación se ha visto interrumpida, seguimos decididos a
encontrar una solución negociada de la crisis. Pensamos que los esfuerzos de la
comunidad internacional deben proseguirse y que su impacto puede ayudar a
finalmente encontrar, con todos los demócratas, una solución feliz para Haití y
los haitianos.
Aprovecho
la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más
alta y distinguida consideración.
CP07653S04.DOC
Gérard
Pierre Charles Victor
Benoit Marcel
Pereira
OPL ESPACE
DE RDNP
CONCERTATION
Reynold
George Clark
Parent Luc
Mesadieu
MPSN PADEMH MOCHRENA
cc: Miembros del Consejo Permanente de la
Organización de los Estados Americanos
Secretario General de las Naciones
Unidas
Embajadores de países amigos