La prospección y la explotación minera en la Provincia del Darién han estado concentradas durante siglos sobre los depósitos de oro en los aluviones y vetas. La perspectiva de una industria minera en la República de Panamá fue intensamente estimulada con la indicación de yacimientos de bauxita, manganeso y particularmente por la indicación de yacimientos de sulfures de cobre y molibdeno en asociación con oro y sulfures de plomo, plata y zinc durante la ultima década. Se estableció una semejanza parcial con los "pórfidos de cobre" conocidos en las cadenas andínicas y las regiones occidentales de América del Norte. También se encontraron yacimientos de ese tipo de sulfures en la parte oriental de Panamá.
Debido a condiciones adversas de clima y terreno, la exploración moderna en la República de Panamá se encuentra en distinatas etapas de progreso. Aunque metales como el cobre, el molibdeno y el oro son muy importantes para cualquier economía, la importancia de los yacimientos para el sistema económico no se puede calcular o estimar sin un inventario de los recursos en base a investigaciones geológicas sistemáticas.
La estrategia de la exploración minera en la parte oriental de Panamá se debe considerar en relación con la exploración en los sectores occidental y central. Debido a los trabajos de levantamiento geológico y de exploración ya indicados, y en vista de los levantamientos previstos en la parte oriental de Panamá, es necesario ampliar considerablemente el cuerpo de profesionales en geología, geofísica y geoquímica.
Las ideas actuales sobre la geología de la parte oriental de Panamá se deben principalmente a los trabajos del Proyecto Minero del PNUD, Fase II (1968-1972) y de la Compañía Esso Exploration and Production Panamá, Inc., (1969-1971).
El Proyecto Minero ejecutó estudios geoquímicos y geológicos en tres zonas de la parte oriental de Panamá como continuación de estudios exitosos en la parte central (Proyecto de Azuero, Proyecto Minero Fase I), dirigidos a la exploración minera de las zonas volcánicas. La Compañía Esso efectuó la cartografía de las cuencas sedimentarias de Bayano, Chucunaque y Tuira, evaluando la presencia de hidrocarburos.
En la parte oriental de Panamá se encuentra un complejo principal de rocas volcánicas (lavas, tobas y aglomerados) del Cretáceo Superior, y Terciario Inferior hasta el Cuaternario. El basamento volcánico probablemente representa un bloque levantado de la corteza oceánica. (Case, 1974).
Mientras la mayoría de las rocas volcánicas se emplazaron en el Cretáceo Superior, siguen manifestándose efusiones parecidas como intercalaciones en la secuencia sedimentaria hasta el Cuaternario. El volcanismo es de un tipo andesítico-basáltico, a veces sumamente explosivo, en forma de ignimbritas (parte central de Panamá). En determinadas zonas se encuentran también pequeñas intrusiones de granodiorita, cuarzodiorita, tonalita, gabrodiorita, porfirita dacítica, cuarzolatita y aplita. Se presume que las intrusiones representan existencias de un batolito a profundidad. Se podría asumir que tanto los batolitos como los productos volcánicos representan fenómenos distintos del mismo magmatismo.
Unidades de gabro y diabasa aparecen preferiblemente en las partes marginales de intrusiones de rocas más siálicas. Se conocen pequeños afloramientos de esquistos verdes como fenómenos de un metamorfismo regional.
Frecuentemente, las relaciones temporales de las rocas magmáticas son bastante confusas en vista de la convergencia de textura y composición entre rocas intrusivas y efusivas.
En la secuencia sedimentaria se encuentran: lutitas y areniscas, calizas y productos volcánicos intercalados del Eoceno; limolitas, areniscas tobáceas, lutitas y calizas del Oligoceno; lutitas, areniscas y limolitas del Mioceno. En el área de Garachiné, el Mioceno Inferior está representado por lutitas de color pardo en capas delgadas con alguna intercalación de calizas masivas del mismo color. La secuencia es bituminosa y muestra emanaciones de aceite asfáltico. En la Cuenca del Tuira-Chucunaque la litología es similar, y también se encuentran emanaciones de hidrocarburos. A veces se encuentran calizas de facies costeras con intercalaciones de arcillas margosas. Los pantanos y depósitos marinos a lo largo de las costas del Caribe y del Pacífico deben considerarse materiales más recientes como las terrazas y los aluviones fluviales. El espesor de la columna terciaria es conocida en unos sitios por perforaciones. El pozo exploratorio Rancho Ahogado llegó hasta 10 500 pies.
La estructura geológica del Darién se caracteriza por un tectonismo de bloques. Los elementos principales son una fosa ("graben") con cuencas sedimentarias (las de Bayano, Chucunaque y de Tuira) entre dos pilares ("horst"), los de San Blas al este y Jaqué-Pirre al oeste. En los pilares dominan las rocas volcánicas del Cretáceo Superior, y en las cuencas se encuentra una predominancia de rocas sedimentarias del Terciario y Cuaternario. Esta estructura se originó principalmente por movimientos diferenciales de sentido vertical, aunque también hay indicaciones de movimientos de sentido horizontal. Las fallas principales son las de San Blas, del río Sabana y del río Sambú con un rumbo noroeste-sudeste. Los flancos de la cuenca sedimentaria están disectados por otras importantes fallas longitudinales. Estas fallas longitudinales a veces presentan distintas discontinuidades importantes, separando por ejemplo la faja volcánica de San Blas de la cuenca sedimentaria central, y la falta del río Sabana disectando el flanco occidental. El flanco oriental de la cuenca parece presentarse sin perturbaciones tectónicas, mientras que el flanco occidental muestra unas diez estructuras anticlinales en relación con la falla del río Sabana. En la Serranía de Pirre, al oeste de la cuenca central, la formación lutítico-arenácea del Eoceno aflora en grandes pliegues abiertos, sobreyaciendo las rocas volcánicas del Cretáceo Superior. En la zona del bajo Sambú se encuentra una cuenca pequeña asimétrica, con rocas sedimentarias del Eoceno hasta el Mioceno.
Mientras que las formaciones volcánicas del Cretáceo se presentan disectadas por fallas principales, los cuerpos intrusivos del Cretáceo-Superior y del Terciario se ubican distintamente a lo largo de las fallas grandes y fracturas asociadas. Se refiere a la falla de San Blas con la ubicación de cuerpos intrusivos tardíos (posiblemente del Cretáceo Superior), al este de la falla y los cuerpos Terciario-Cuaternarios (poseocénicos) sobre la falla o al oeste. En la Zona de Garaniché-Jaqué se ubican unos cuerpos pequeños de composición gábrica-diabásica cerca de las fallas principales. Por el momento se podría suponer que las lavas, tobas y demás productos volcánicos subieron por fallas fundamentales, que también facilitaron el emplazamiento tardío de las rocas intrusivas.
En relación espacial con las intrusiones pequeñas se encuentran una mineralización de sulfures de hierro, cobre, molibdeno, plata, zinc y plomo junto con algo de oro. Se trata de una mineralización tardía del magmatismo general. Se nota la ubicación de la mineralización en las partes marginales de los intrusivos. En relación con los cuerpos intrusivos la mineralización de este tipo depende del mismo control tectónico fundamental. También se notan áreas con anomalías geoquímicas sin mineralización conocida a lo largo de las fallas principales.
Hay que hacer notar que Ferencic y otros autores mencionan un tipo de mineralización exhaustivo-sedimentario en la zona de Azuero, intercalada en lavas andesíticas y basálticas con oro, plata y cobre. Aparentemente todavía no se conoce ese tipo en la parte oriental de Panamá.
En las terrazas fluviales se encuentran frecuentemente placeres de oro. Se conocen filones de cuarzo en roca dura con tenores apreciables de oro, a veces cerca de los placeres, aparentemente sin sulfures de cobre y molibdeno de importancia.