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3. Area y Región Metropolitana

CONAPLAN, a través de su Departamento de Planificación Urbana y Regional, ha llevado a cabo un estudio con el fin de elaborar un Plan de Desarrollo para la Región Metropolitana de San Salvador. Dicho estudio fue realizado con el objeto de orientar y estimular el desarrollo metropolitano desde el punto de vista de la planificación urbana, pero no con fines de desarrollo regional.

Para definir el Area Metropolitana de San Salvador se utilizaron tres criterios principales:

1) Delimitación de áreas contiguas con una elevada proporción de fuerza laboral empleada en actividades no agrícolas; 2) demarcación de las áreas urbanizadas contiguas, y 3) estudios de los servicios urbanos compartidos. Al aplicar los criterios quedaron diez municipios incluidos dentro del Area Metropolitana, y se propusieron cuatro agrupaciones adicionales de municipios adyacentes para formar la Región Metropolitana.

El agrupamiento designado Area Metropolitana tiene como fin el ordenamiento urbano y define el polo de crecimiento fundamental del país, pero no sería útil para el planeamiento del desarrollo rural y regional. Por lo tanto, aunque este trabajo se tomó como base para los fines de desarrollo regional integral y especialmente del sector rural del país, se le hicieron adiciones para formar la Región Central, y de ahí delinear las otras regiones de desarrollo integral.

Es importante subrayar las características de la Región Metropolitana de San Salvador para tener una idea de su influencia como polo de crecimiento. Cubre sólo el 6 por ciento de la superficie del país pero tiene en su seno más del 22 por ciento de la población salvadoreña, y más del 40 por ciento de la población urbana. Se cree que estas cifras se verán incrementadas aceleradamente en poco tiempo, hasta el punto que en los próximos 20 años llegaría a 1 millón 800 mil habitantes.

Los datos censales indican que la proporción de establecimientos industriales ubicados en el departamento de San Salvador subió del 20 al 24 por ciento; el numero de empleados industriales del 28 al 30 por ciento, y el valor bruto de los productos manufacturados se elevó del 30 a más del 36 por ciento. Con respecto a salarios industriales, la proporción en el departamento de San Salvador subió del 51 al 59 por ciento entre los dos censos, lo que significa que más de la mitad de los salarios del sector se pagan en la Región Metropolitana. En lo concerniente al comercio, se puede señalar que en 1965, el 43 por ciento del total de los establecimientos comerciales (exceptuando víveres) se hallaba en la Región Metropolitana; esto significa que el 70 por ciento del personal ocupado en ese sector, el 83 por ciento del valor de las ventas y el 88 por ciento del total de las remuneraciones corresponde a dicha Región. Su influencia como polo de crecimiento se deduce del hecho de que, habiendo recibido de las inversiones del Gobierno Central durante el lapso analizado el 55 por ciento del total en infraestructura urbana, el departamento de San Salvador proporcionó el 77 por ciento del ingreso del Gobierno.

Analizada Centroamérica como Región, se puede observar que la distribución de la población y la jerarquía urbana presenta un buen balance. Dentro de este marco, el Area Metropolitana de San Salvador es uno de los polos de crecimiento principales de Centroamérica, en competencia por las nuevas industrias, servicios y comercio con las otras cinco o seis ciudades de su nivel; en este contexto Santa Ana y San Miguel tienen algunas ventajas que no poseen las ciudades secundarias de Guatemala, Honduras y Nicaragua.

Como puede suponerse, el Area Metropolitana de San Salvador es el polo de crecimiento del país y, a su vez, puede considerarse como una región; no obstante, es importante realizar una subregionalización y determinar los polos secundarios de crecimiento para que, mediante planes de desarrollo integrado, pueda activarse la agricultura en el sector rural y, en general, un cierto grado de descentralización en el desarrollo económico.

A nivel nacional es posible distinguir tres órdenes de polos de crecimiento: polos de primer orden, que son de importancia nacional; polos de segundo orden, que tienen importancia regional, y polos de tercer orden, que revisten importancia provincial o subregional. Después de los polos de tercer orden se encuentran los centros de servicios o puntos de crecimiento para el desarrollo rural.

Para los efectos estadísticos, así como para la acción descentralizada, la Dirección General de Salud ha dividido el país en cinco regiones de salubridad.

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