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7.1 Zonas cafetaleras

.1 Santa Ana (13)
.2 San Salvador (14)
.3 San Miguel (15)
.4 San Francisco Gotera (16)

En 1961 la caficultura cubría una superficie de aproximadamente 141000 hectáreas, las cuales representaban el 8.9 por ciento de la superficie nacional agropecuaria trabajada. Las grandes áreas cafetaleras se encuentran ubicadas al sur de la Carretera Panamericana, formando tres grandes grupos; uno en el occidente, otro en el centro y el tercero en el oriente del país. Otras pequeñas áreas cafetaleras se encuentran al norte de dicha Carretera Panamericana.

Estas áreas se extienden sobre la Cadena Costera hacia el este, hasta alcanzar una altura de 1400 metros en el altiplano de Tacuba-Apaneca.

Las mejores y mayores plantaciones están localizadas en los cuatro grandes macizos volcánicos de la Fosa Central.

En función de su altitud, se distinguen tres zonas climáticas: Bajío, comprendida entre 400 y 800 metros sobre el nivel del mar; Media, de 800 a 1200, y Altura, de 1200 a 1600 metros. Las diferentes alturas influyen sobre las calidades comerciales del café, determinando tres tipos: Central estándar. Central altura y Central estrictamente altura. En la Zona oriental, debido a los factores del suelo y clima, se distinguen solamente las dos calidades comerciales.

Es una región de relieve bastante alto, con alturas que varían desde 500 hasta 2381 metros; esta ultima corresponde al volcán de Santa Ana. Con menos relieve se encuentran cerros y picos como el Mala Cara, Los Naranjos, Las Cruces, Plan de Hernández y Cerro de Apaneca.

La topografía de la región en la parte central, donde se encuentran los cerros, varía desde muy accidentada a accidentada, aunque hay algunas partes alomadas. En la parte baja de estas montañas se encuentran las planicies de piedemonte, que constituyen las zonas bajas del café; también hay cultivos de café en las faldas de los cerros y volcanes, y están sin cultivar las cimas o picachos de estos últimos.

Según la altitud, se distinguen tres bandas climáticas que determinan las tres calidades comerciales de café: Central estándar, Central altura, y Central estrictamente altura.

La topografía varía de ondulada a alomada, el relieve es de bajo a moderado y las pendientes varían entre el 2 y el 15 por ciento.

Son planicies de piedemonte, y los suelos que prevalecen son arcillosos, con un porcentaje bastante bajo de materia orgánica.

Los Grandes Grupos de suelos predominantes son Latosoles Arcillo Rojizos en asociación con Litosoles y Pardo Forestales. Estos suelos comprenden los alrededores de Ciudad Arce, Coatepeque, El Congo, Santa Ana, Chalchuapa, Atiquizaya y Ahuachapán.

El drenaje interno y externo es bueno, aunque los suelos son de lenta permeabilidad. El porcentaje de humedad que guardan en la época seca varía de 13 a 14 por ciento.

Se necesita hacer aplicaciones nitrogenadas y fosforadas, lo mismo que de compost y de pulpa de café como mejoradores del suelo y fuente de materia orgánica.

La zona alta comprende las faldas de los cerros y antiguos conos volcánicos de bastante relieve situados al oeste del volcán de Santa Ana. La topografía varía de accidentada a muy accidentada, con pendientes que van desde el 30 al 75 por ciento y más; está bastante disectada por quebradas que forman la red de drenaje. Los suelos son bastante sueltos y profundos, con subsuelos del mismo material y de gran profundidad. El volcán de Santa Ana, Juayúa, Ataco y Apaneca son los lugares más representativos de este piso climático. La textura es variable, y oscilan desde arenosos, franco arenosos y franco limosos, hasta suelos francos. El contenido de materia orgánica y la permeabilidad varían en relación con la textura y altura, pero en términos generales son bastante altos. Los Grandes Grupos predominantes son los Latosoles Pardo Forestales, Regosoles y Litosoles. La textura franca es muy frecuente; son muy oscuros, friables, de estructura granular, sobre subsuelos francos a franco arcillosos, igualmente friables y de color amarillento. Otros suelos importantes son los de textura franca y franco arenosa, muy oscuros sobre subsuelos con las mismas texturas y de café grisáceo o café amarillento. Son suelos profundos, permeables, de alta capacidad de retención de agua y de buena productividad. Debido a estas características presentan problemas de lixiviación de fertilizantes. Existen áreas pedregosas y antiguos conos volcánicos que pertenecen al Grande Grupo de los Litosoles. El porcentaje de humedad en la época seca varía desde 20 a 28 por ciento.

Según el censo de 1961, la superficie total sembrada de café fue de 62804 hectáreas de las cuales 58021 se encontraban en producción en dicho año. La producción total en 1961 fue de 1161934 quintales oro, lo que representó un rendimiento promedio unitario de 20 quintales oro por hectárea. La superficie de café en producción (1961) representaba el 45 por ciento de la superficie total nacional relativa, y su producción formaba el 53.5 por ciento de la producción total nacional.

El Cuadro A.12 muestra la distribución de la superficie en producción y el numero de explotaciones según las clases de rendimiento.

Cuadro A. 12 Rendimiento por clase productiva

Clase de rendimiento

Superficie en producción (ha)

%

Numero de explotaciones

1

30610.3

52.75

4833

2

17602.3

30.34

3219

3

6697.5

11.54

1963

4

2400.8

4.14

554

5

711.0

1.23

185



100.00


Como se puede apreciar, existe un alto porcentaje de superficie de la Clase I de rendimiento de café, y no hay terrenos que produzcan menos de 8 quintales oro por hectárea; esto significa que en la zona no se presenta ningún área marginal.

Por lo general, los altos rendimientos dependían en 1961 no solamente de que la tierra estuviera dedicada a su vocación agrícola, sino que también se aplicaran niveles adecuados de tecnificación.

De los tres departamentos integrantes de esta zona, el más importante es Santa Ana; su producción representa el 33.1 por ciento del total nacional, y su rendimiento promedio por hectárea es de 23.3 quintales oro. El 80 por ciento del área cafetalera de este departamento se encuentra en la zona climática baja, lo que demuestra que la tendencia a la marginilidad no depende necesariamente de la altitud.

La subzona de suelos que forman la asociación Latosol Arcillo Rojizo y Litosol tiene un potencial bajo de producción; en el grupo Latosol Arcillo Rojizo es moderada, y alta a muy alta en los complejos de suelos Regosol, Latosol y Pardo Forestal. Todos responden a fertilizantes nitrogenados y fosforados, y también son provechosas las aplicaciones de pulpa de café. Gran parte de la zona baja de esta región, a causa de su topografía ondulada, se puede diversificar con cultivos intensivos como caña de azúcar, ajonjolí, tomate, maíz, etc., y podría dedicarse otro porcentaje a café y otros cultivos permanentes.

En la banda climática media predominan la asociación pardo forestal, de alto potencial, que es apta para cultivos permanentes. La banda alta es ideal para café; además pueden cultivarse frutales de altura como duraznos, aguacates, ciruelas y perotes, y otros frutos semipermanentes como fresas, granadillas, moras y frambuesas. También se cultivan flores.

La sequía en la estación seca influye notablemente en el estado fisiológico de los cafetales, por lo que se recomienda la aplicación de mantillo. El bajío presenta poco contenido de materia orgánica y se necesita su aplicación.

Las zonas media y alta se caracterizan por su alto contenido de materia orgánica y permeabilidad, que varían en relación con la textura y altura. La permeabilidad, en general, es alta y ayuda a mantener la humedad y solubilidad de los nutrientes. Por el hecho de ser suelos sueltos, porosos, bien provistos de humus y buena cobertura en la superficie, la capacidad de infiltración es mayor que la de escorrentía. Por otra parte, presentan el inconveniente de que los fertilizantes son rápidamente lixiviados a las capas inferiores debido a la friabilidad de los suelos.

El Cuadro A.13 muestra las clases de tierras más importantes en esta zona.

Cuadro A.13 Clases predominantes de tierras

Bajío

Media

Alta

le

IVe

IVe

IIe

VIe

VIe

IIIe


VIles

IVe



.1 Santa Ana (13)

En el área delimitada de la Zona de Café de Santa Ana se encuentran suelos de las Clases VII, VI, V, IV y III, en este mismo orden de acuerdo con su extensión. Las Clases VII y VI son las más extensas y se encuentran principalmente en el flanco septentrional de la zona; corresponden al área de colinas bajas y piedemonte de la Cordillera Central. Las tierras de Clase III están ubicadas en el valle qué se inicia en la ciudad de Santa Ana y continua por Chalchuapa y Ahuachapán. También se encuentran grandes extensiones de tierras de Clase VIII, especialmente situadas en la divisoria de agua, en el límite norte del municipio de Juayúa, y en los alrededores del volcán Santa Ana.

.2 San Salvador (14)

Se distinguen los macizos volcánicos de San Salvador y San Vicente. Son áreas montañosas muy accidentadas y fuertemente disectadas por quebradas con lechos rocosos. El relieve es alto. Las pendientes predominantes están comprendidas entre 30 y 80 por ciento, pero hay mayores del 100 por ciento. Las capas inferiores están constituidas por estratificaciones talpetatosas, polvos volcánicos e intrusiones de estratos de escorias máficas, tobas fundidas y lavas. El drenaje externo de estos macizos varía de rápido a excesivo, y el interno es restringido por el talpetate.

El bloque de la Cadena Costera son áreas montañosas en las subzonas intermedias y alta (700-1200 metros), fuertemente disectadas por quebradas profundas y abruptas. La topografía es bastante irregular y accidentada debido a fallas y levantamientos de pequeña a gran magnitud. El relieve local es alto, y las pendientes varían de 30 a más del 100 por ciento. Las capas inferiores están constituidas por rocas y lavas piroclásticas, ceniza y pómez volcánico, conglomerados duros y toba fundida; el grado de intemperización de estos materiales es variable. En general, el drenaje externo e interno son buenos, y el peligro de erosión es fuerte. Son áreas que guardan humedad durante gran parte de la estación seca. Las planicies de piedemonte comprenden los pisos climáticos bajo y medio; lo forman las planicies inclinadas y ligeramente onduladas al pie de las faldas de los volcanes de San Vicente y San Salvador. El relieve es bajo, y las pendientes varían del 5 al 10 por ciento, aunque existen mayores del 20 por ciento en las áreas más disectadas. En las faldas del volcán de San Salvador, las capas inferiores están formadas por estratificaciones de talpetate y otros materiales de origen volcánico, como escoria y ceniza pomecítica. El drenaje interno es de bueno a ligeramente rápido, y el externo es bueno.

a. Altiplanicies de tobas y cenizas volcánicas

Están constituidas, en su mayoría, por altiplanicies de relieve moderado a alto con pendientes predominantes del 35 al 70 por ciento, separadas entre sí por cuencas relativamente profundas formadas por los ríos y quebradas. La mayoría de los suelos han sido originados de materiales piroclásticos recientes depositados durante las diferentes actividades volcánicas, los cuales fueron transportados y transformados por los diferentes factores físico-químicos que actúan en la meteorización.

.1 Suelos

E n la zona alta de los macizos volcánicos de San Salvador y San Vicente se encuentran los suelos de los Grandes Grupos Regosol, Litosol y Latosol Pardo Forestal. En el volcán de San Salvador son más extensos los Regosoles, que se caracterizan por presentar horizontes superiores friables, de textura franca, franco arenosa y franco limosa, de colores que varían desde gris claro a pardo muy oscuro, con estructuras granulares, pulverulentas o terronosas, y con horizontes inferiores franco arenosos y franco gravillosos, de color gris a pardo grisáceo. Una extensa zona de estos suelos presenta capas de talpetate a profundidades variables; en otras áreas descansan sobre suelos pardo rojizos o pardo amarillentos y/o materiales piroclásticos, en especial escorias y arenas pomecíticas. En general, son suelos profundos, francos, friables, de buena permeabilidad y capaces de dar buenas cosechas. Siguen en extensión las corrientes de lava, los afloramientos rocosos y suelos muy poco profundos con afloramientos de talpetate o sobre estratos de escoria y ceniza máfica, que constituyen los suelos del grupo Litosol. En el volcán de San Vicente predominan los Latosoles Pardo Forestales; son suelos francos, franco limosos y a veces franco arenosos, con bastante materia orgánica, de color pardo muy oscuro sobre material originario también franco, pero de color pardo claro. Se encuentran áreas bastante pedregosas y otras con capas de conglomerados piroclásticos a poca profundidad. Los Regosoles están representados por capas de cenizas blancas, de textura blanca y de no mucho espesor.

En la cadena montañosa costera hay suelos de los Grandes Grupos Latosol Pardo Forestal, Latosol Arcillo Rojizo, Regosol y Litosol.

Los Latosoles P ardo Forestales son los predominantes, y se caracterizan porque presentan suelos profundos, friables, francos, de color café muy oscuro, cambiando a café amarillento con la profundidad. Son de buena capacidad de retención de humedad y tienen alta potencialidad productiva. Generalmente se han desarrollado de polvo volcánico pomecítico y otros materiales piroclásticos, moderadamente intemperizados. Los Latosoles Arcillo Rojizos son suelos moderadamente profundos, franco arcillosos a arcillosos, de color café rojizo, estructurados en bloques fuertes y con algunas películas de arcilla, desarrollados de materiales volcánicos finos o de rocas andesítico-basálticas bastante intemperizadas. Los Regosoles son suelos francos y franco arenosos finos, profundos, friables, de colores café oscuro a café muy oscuro, desarrollados de cenizas blancas pomecíticas poco intemperizadas. Los litosoles están representados por los suelos muy superficiales y/o por los afloramientos de las capas inferiores (conglomerados, tobas, corrientes de lava). A profundidades menores de 1.5 metros se encuentran capas de talpetate duras o moderadamente cementadas en forma dispersa.

En las planicies de piedemonte predominan los suelos pertenecientes al Grande Grupo de los Regosoles, de origen volcánico. Los estratos superficiales son de textura franca a franco arenosa fina, de colores que varían de gris muy oscuro a gris claro hasta unos 40 centímetros. Los horizontes inferiores son, por lo general, de color gris claro, de textura franco arenosa, friables, ni plásticos ni pepegajosos. Generalmente son suelos profundos. En algunos sitios, a profundidades mayores de un metro, aparece un suelo enterrado más viejo, de color café rojizo y franco arcilloso a arcilloso.

En las altiplanicies de tobas y cenizas volcánicas predominan los Regosoles. Se caracterizan por ser profundos, friables, de buena permeabilidad, con textura franco a franco arenosa. La capacidad de producción es de moderada a alta.

.2 Capacidad productiva de la tierra

En los macizos volcánicos y la cadena montañosa predominan las tierras aptas para café, que necesitan el empleo de prácticas adecuadas de conservación y manejo. Existen las Clases VIIe y VIIes, con grave peligro de erosión a causa de sus pendientes. Estas tierras son adecuadas mayormente para reservas naturales.

La capacidad productiva de las planicies de piedemonte es de moderada a alta; la intensidad de uso es un poco restringida debido al peligro de erosión. Las tierras más importantes son las de las Clases

III, IV y VI. Este paisaje está formado, en parte, por pendientes suaves, que pueden diversificarse con cultivos intensivos, como caña de azúcar, siempre que se apliquen prácticas de conservación de suelos. Hay otras tierras de topografía irregular y fuertes pendientes, que son aptas únicamente para café y otros cultivos permanentes.

Las altiplanicies de tobas y cenizas volcánicas tienen una capacidad de producción de moderada a alta; existen pequeños porcentajes de tierras de la Clase II que pueden dedicarse para la labranza en forma mecanizada de cultivos intensivos como maíz, caña de azúcar, tabaco, etc., aunque necesitan medidas de conservación de suelos. Un alto porcentaje de tierras con pendientes pronunciadas son recomendables para café y otros cultivos permanentes. Las tierras con demasiada pendiente y condiciones desfavorables del suelo deben dedicarse únicamente para bosques.

Cuadro A.14 Clases predominantes de tierras

Zona baja

Zona media

Zona alta

IIe

IIIe

VIe

IIIe

IVe

VIIes

IVe

Ve



VIe


La clase de capacidad productiva que predomina en la zona de café de San Salvador es la Clase VI; le sigue en orden de extensión la Clase VII, y en menor proporción tierras de las Clases V, IV y III. En la subzona oriental, particularmente, la predominancia de las Clases VI y VII es más acentuada.

.3 San Miguel (15)

Es un área montañosa, de accidentada a muy accidentada. La mayor parte de ella está disectada por quebradas profundas. El relieve local tiene fluctuaciones de centenares de metros, y las altitudes varían entre 350 y 1600 metros sobre el nivel del mar. Las pendientes, en la parte baja, son del 10 al 30 por ciento; en la parte media es de 65 a 80 por ciento, y en la parte alta de 80 a más del 100 por ciento. El drenaje es de bueno a excesivo.

.1 Suelos

Pertenecen principalmente a los Grandes Grupos de los Latosoles Pardo Forestales, Latosoles Arcillo Rojizos, Regosoles y Litosoles.

Los Latosoles Arcillo Rojizos son suelos bien desarrollados, con capas superficiales franco arcillosa o arcillosa, de color café oscuro sobre subsuelos arcillosos, plásticos, con estructuras en bloques fuertes y de color café rojizo. Las capas inferiores pueden ser de cualquier material originario, y se encuentran usualmente algo intemperizadas hasta varios metros. Son suelos de permeabilidad lenta. La calidad de estos suelos varía de pobre a moderadamente alta, de acuerdo con el material originario, la cantidad de piedras, la profundidad del suelo superficial y la pendiente. Son suelos sujetos a mayores daños por la erosión.

Los Latosoles Pardo Forestales son suelos francos, friables y permeables en todo el perfil. Los suelos superficiales son de color café o café amarillento. Se encuentran principalmente en las áreas con capas inferiores de polvo o pómez volcánico pleistocénico. Son suelos de alta a muy alta producción.

Los Regosoles son de poco desarrollo, sobre capas inferiores de depósitos permeables de polvo y pómez volcánico. El drenaje es de bueno a excesivo. Los perfiles son francos a franco arenosos, y son más oscuros en la superficie; esta característica los diferencia de los Regosoles de las otras zonas, en donde predominan los tonos claros.

Los Litosoles son suelos superficiales, pedregosos y de poco desarrollo sobre roca dura. Se encuentran principalmente en pendientes accidentadas o cimas convexas y abruptas. Son áreas de muy difícil e imposible laboreo.

.2 Capacidad productiva de la tierra

Las clases de tierras más frecuentes son las que muestra el Cuadro A.15.

Cuadro A.15 Clases predominantes de tierras

Altitud baja

Altitud media

Altitud alta

IIe

IVe

VIe

IIIe

Ve

VIIe

IVe

VIe


VIe



.4 San Francisco Gotera (16)

La Clase VII es la más extensa; comprende tanto terrenos con pendientes muy pronunciadas como terrenos poco profundos o pedregosos. Por lo general, esta clase predomina en la parte sur de la zona, que es a la vez la más alta (1000 a 1500 msnm) y corresponde a la Clase V de producción de café, o sea la que produce un promedio que varía entre 8 y 9 quintales por hectárea.

Debido a las texturas del suelo y al clima, los cafetales presentan un aspecto deficiente en la estación seca.

Se necesita hacer aplicaciones de materia orgánica. En la zona baja puede cultivarse como medida diversificadora, algunos cultivos intensivos como maíz, maicillo, algodón, caña de azúcar, frijoles y ajonjolí. En otra porción de tierra, formada por las faldas de los cerros y otros lugares de topografía más irregular, es posible cultivar cítricos, mangos, guineos, aguacates, anonas, pinas y papaya.

Las áreas marginales están situadas, en su mayoría, en la banda de transición entre el área cafetalera y la no cafetalera; lindan con la frontera climática vocacional, mas allá de la cual es imposible el cultivo del café en forma rentable.

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