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.2 Zapotitán

Los paisajes principales de esta zona son las planicies aluviales y las planicies de piedemonte.

.1 Suelos

Seguidamente se clasifican los suelos de acuerdo con las divisiones fisiográficas antes mencionadas de planicies aluviales y planicies de piedemonte, con particular énfasis en las segundas, que constituyen la característica fisiográfica predominante.

a. Planicies aluviales

Son terrazas de río y abanicos aluviales disectados por el sistema de drenaje. El relieve local es bajo y la topografía varía de plana a ligeramente ondulada, con pendientes del 1 al 8 por ciento, predominando del 2 al 3 por ciento, aunque hay áreas con pendientes menores del 1 por ciento. El drenaje varía de pobre a bueno; las áreas de drenaje pobre se empantanan guardando humedad en la época seca; cuando el drenaje es bueno los suelos permanecen húmedos, pero se secan rápidamente cuando cesan las lluvias. La erosión varía de suave a moderada. Las capas inferiores están constituidas por aluviones arenosos de materiales piroclásticos y coluviones arcillosos con diferentes estados de cementación.

b. Planicies de piedemonte

Son terrenos ondulados en zonas de piedemonte, moderadamente disectados por los extremos superiores de los abanicos aluviales. Las pendientes predominantes varían del 5 al 10 por ciento, pero existen pendientes mayores del 20 por ciento en las áreas más disectadas y aledañas a las quebradas. Las capas inferiores están formadas por estratificaciones de talpetate y otros materiales de origen volcánico, como escoria y ceniza pomecítica. El drenaje externo es moderado y el interno es bueno. Los suelos pertenecen a los Grandes Grupos Regosol y Regosol Aluvial.

También existen planicies antiguas moderadamente disectadas, de topografía alomada. Los suelos pertenecen al Grande Grupo Latosol Arcillo Rojizo.

Los suelos predominantes son los Grandes Grupos Regosol y Regosol Aluvial y en menor grado, Latosol Arcillo Rojizo y Gley Húmico.

Los suelos del valle de Zapotitán han sido estudiados en forma bastante detallada. La Sección de Suelos de la DGEIA prepare? el cuadrante de Nueva San Salvador, en el cual está incluido el Valle de Zapotitán. La firma holandesa GRONTMIJ ha realizado también estudios suplementarios, como el de los sedimentos de los pantanos y otras áreas del valle; las investigaciones adicionales de las características y localización de los estratos cementados (hardpans); la medición de la permeabilidad de los suelos y otras características, y la determinación de la infiltración, fertilidad, salinidad, y calidad del agua superficial y subterránea.

Otra conocida firma de ingenieros, la HARZA Engineering Co., realizo también investigaciones de campo y de laboratorio a fin de obtener la información necesaria para el diseño de riego y drenaje. Según esas investigaciones, los suelos del valle de Zapotitán, con excepción de cerca de 280 hectáreas de pantano, son de textura predominantemente franca. Sin embargo, todos los perfiles muestran grandes variaciones tanto en los planos verticales como en los horizontales.

Los horizontales superficiales en algunas áreas están sobre capas cementadas de arena; son relativamente impermeables y se conocen con el nombre de talpetate. Los levantamientos indican que existen aproximadamente 600 hectáreas con capas de talpetate de moderada a altamente compactas.

El talpetate es considerado como ceniza volcánica transportada por el aire, y al depositarse se endurece con el tiempo. Una característica común de los perfiles es la presencia de capas estratificadas de textura franca sobre el talpetate. Este estrato provee excelentes posibilidades para el drenaje horizontal.

Un perfil típico puede tener tres estratos compactos que varían en profundidad, pero en la mayoría de los casos sólo dos están presentes. La capa superficial es generalmente poco profunda y delgada. Es usualmente friable y puede ser roturada por el subsuelador, razón por la cual no puede ser considerado como factor limitante para la producción de las cosechas. El segundo estrato se encuentra, generalmente, entre 40 y 200 cm de profundidad. Esta capa es usualmente más dura que la capa superficial y a los 40 cm de profundidad tiende a restringir el desarrollo radical. Según los estudios de la GRONTMIJ, se estima que no más del 3 por ciento del área es afectada por el talpetate poco profundo.

Los suelos turbosos y orgánicos, localizados en las áreas pantanosas, se han desarrollado debido a lo inadecuado del drenaje. La profundidad de la turba varía entre dos y tres metros. La rehabilitación de estos suelos por medio del drenaje creará un área altamente adecuada para la labranza intensiva de verduras, arroz y muchas otras cosechas.

Las propiedades químicas de los horizontes superficiales son variables. El pH de la pasta saturada del suelo generalmente es de alrededor de 6.3, o sea ligeramente ácido; en ciertos pastizales se registró un pH de 7.3. Los suelos orgánicos resultaron medianamente ácidos, con un pH de alrededor de 5.7.

La capacidad de intercambio catiónico de los horizontes superficiales varía de 5.5 a 29.5 miliequivalentes por 100 gramos de suelo. Sin embargo, la capacidad de intercambio de los suelos orgánicos varía de 64 a 84 miliequivalentes por 100 gramos de suelo.

La conductividad eléctrica del extracto de saturación varía de 0 (cero) a 0.8 mm/ha/cm. La salinidad no es un problema durante la estación lluviosa debido a la dilución de las sales por el exceso de lluvia. En la estación seca hay indicios de salinidad. Es necesario hacer estudios exhaustivos para que no sea un factor limitante en el desarrollo de las cosechas cuando el proyecto funcione bajo riego.

Los resultados de los análisis de laboratorio muestran que la materia orgánica varía de dos a tres por ciento, h.1 contenido de potasio fue de medio a alto, y el nitrógeno fue bajo. El nivel de fósforo también fue de medio a alto.

El contenido de calcio de los suelos orgánicos fue mas alto que el de las otras unidades de suelo. A pesar del alto contenido de calcio, los suelos son todavía ácidos. En este punto se deben tomar las precauciones del caso porque estos suelos acusan altos niveles de calcio. Debe hacerse muestreos a diferentes profundidades, principalmente en la estación seca. A estas muestras se les debe determinar la conductividad eléctrica y el contenido de calcio y magnesio. Paralelamente, deben realizarse ensayos de campo para correlacionar los resultados de laboratorio y la respuesta de los cultivos a los diferentes grados de salinidad.

Los resultados de los ensayos de fertilización indican que las principales cosechas responden a la aplicación de nitrógeno. La aplicación de fósforo y potasio no tiene ninguna significación apreciable en los rendimientos debido al nivel mediano a alto que predomina en los suelos.

.2 Capacidad productiva de la tierra

El área cultivable comprende tierras aptas para la labranza intensiva y tierras de aptitud limitada para la labranza intensiva.

a. Tierras aptas para la labranza intensiva

Comprenden las Clases I, II y III. La Clase I son tierras de pocas limitaciones, laborables por maquinaria agrícola corriente y adecuada para la mayoría de los cultivos intensivos propios de la zona, como también de cultivos permanentes. La Clase II son tierras de moderada a buena calidad y aptas para la labranza intensiva por maquinaria agrícola corriente. A causa del drenaje algo pobre, por el peligro de inundaciones, y por las características del suelo, o debido al peligro moderado de erosión, ofrecen una selección de cultivos algo reducida. Estas tierras, además, tienen problemas de manejo y/o necesitan que se empleen prácticas de corrección sencillas. La Clase III son tierras de moderada a buena calidad y aptas para la labranza intensiva por maquinaria agrícola corriente. Como consecuencia del drenaje pobre y debido al peligro de inundaciones y de erosión, así como a las características desfavorables del suelo, tienen una selección de cultivos reducida y/o necesitan el empleo de practicas de corrección intensiva.

b. Tierras de aptitud limitada para la labranza intensiva

Son tierras de regular a buena calidad y poco aptas para la labranza intensiva. A causa de la pendiente, el peligro de erosión y las características desfavorables del suelo, tienen una selección de cultivos y métodos de labranza bastante restringidos y/o necesitan el empleo de prácticas de conservación y corrección muy intensivas. Existen tierras útiles, que en su estado actual son aptas únicamente para la vegetación natural a causa del drenaje muy pobre, el peligro de inundaciones y las características muy desfavorables del suelo. Estas tierras se están rehabilitando por medio del Proyecto de Avenamiento y Riego de Zapotitán.

Con el fin de realizar un levantamiento de clasificación de tierras se llevó a cabo un estudio en una extensión de 4800 hectáreas, incluyendo el área baja del proyecto. Para ello se usó como base la información edafológica, confirmada por medio de la fotointerpretación. Los suelos, la topografía y las deficiencias fueron consideradas en la determinación para las normas de la clasificación. Las clases de tierras corresponden al criterio usado por el Bureau of Reclamation de los Estados Unidos. El Cuadro A-6 presenta un resumen de la clasificación presente y futura.

El resultado de este levantamiento muestra variaciones en la adaptabilidad para una agricultura sostenida bajo riego.

Las correcciones de las deficiencias de drenaje aumentará la capacidad productiva de la tierra; por ejemplo, las tierras que ahora se clasifican como Clase IVd debido a las deficiencias combinadas de suelo y drenaje, se convertirán en Clase II después de las correcciones necesarias.

La clasificación mencionada muestra que con el Proyecto de drenaje se beneficiarían 3565 hectáreas de las Clases IV y V; el resto de las tierras también se beneficiarían, aunque en menor grado.

Cuadro A.6 Resumen de clasificación

Clase de tierra

Condición presente (hectáreas)

Con drenaje y recuperación (hectáreas)

I

358

358

II

515

2375

III

324

1620

IV*

-

391

IV

3115

18

V

450

-

VI

18

18


4780

4780

* Apropiada para hortalizas.

La tierra que ahora está en la clasificación IV y V debido a lo inadecuado del drenaje, ascenderá a las Clases II o III con la recuperación correspondiente. Se estima que en la actualidad recibe riego adecuado durante la estación seca una cantidad menor a 1500 hectáreas.

Las proyecciones de rendimientos se dificultan porque además de las cosechas de la estación lluviosa se tiene que pensar en los rendimientos de la estación seca; hasta el momento falta información experimental sobre riego y aplicación de la tecnología adecuada. Las estimaciones de los rendimientos sólo puede basarse en los criterios personales de los técnicos.

La rehabilitación por medio del drenaje y riego adicional, ya sea separado o combinado, no puede ser un instrumento suficiente en el incremento de los rendimientos. Los bajos rendimientos se deben a una combinación de problemas que envuelven la tierra, el agua y su manejo, y la interacción entre ellos. Obviamente, los más altos rendimientos se obtienen donde los factores de producción son aplicados en la combinación adecuada. También los altos rendimientos pueden ser de poco valor si no se proveen la elaboración y el mercadeo necesario para obtener el máximo precio de los incrementos adicionales de las mejoras realizadas.

Un aspecto altamente relevante de la economía agrícola del Proyecto de Zapotitán es la evidencia de que se obtienen altos rendimientos de una amplia cantidad de cultivos bajo las condiciones actuales. Muchos agricultores obtienen también rendimientos relativamente altos utilizando condiciones tecnológicas adversas, entre las que se incluye la utilización de variedades de baja calidad. Datos de levantamiento de campo indican que con drenaje y riego adecuados y mejoramiento en las prácticas de manejo, el rendimiento promedio de las cosechas puede aumentar significativamente.

Los rendimientos estimados por hectárea reflejan lo siguiente: proporción de cada clase agrológica; diferencias en los rendimientos de las cosechas producidas en las estaciones lluviosa y seca; diferencias en los rendimientos producidos al final de la estación lluviosa con la humedad residual, y rendimientos promedio en la estación seca, bajo las condiciones existentes de riego. Los estimados para los rendimientos anuales fueron verificados en el campo por los técnicos del MAG.

Para el maíz se esperan aumentos significativos en los rendimientos debido al cambio gradual en el nivel de tecnificación del cultivo, con tendencia a variedades híbridas, drenaje mejorado y riego completo. En los frijoles se espera poco incremento en los rendimientos; sin embargo, con riego puede registrarse un incremento significativo en la producción de frijoles durante la estación seca. Se anticipa un aumento pequeño en los rendimientos de la caña de azúcar porque este cultivo se produce bajo riego y con altos niveles de manejo.

Se espera que se produzcan mayores rendimientos en los pastos cuando se mejore el drenaje durante la estación lluviosa. Los incrementos serán ligeramente superiores a los obtenidos bajo riego durante la estación seca.

Según lo proyectado, todas las cosechas con buenas condiciones de drenaje tendrán un incremento en los rendimientos de un 25 por ciento aproximadamente sobre los rendimientos que no tengan drenaje. Con drenaje y riego completo se espera un incremento del 35 por ciento.

En general, estos rendimientos proyectados no son más altos que los ahora obtenidos por muchos agricultores en tierras con drenaje o riego adecuados. También son más bajos que los rendimientos obtenidos para muchos cultivos en la Estación Experimental de San Andrés y en muchas otras áreas con similares condiciones ambientales.

El potencial para incrementar los rendimientos será mayor que el proyectado cuando el drenaje y el riego estén en completa operación. Los estimados reflejan que los rendimientos serán obtenidos durante el período de análisis, y no son los que se pudieran obtener en condiciones óptimas.

Aunque la ganadería se encuentra esparcida a través de toda la zona, la producción comercial está concentrada esencialmente en las grandes propiedades; sin embargo, en las pequeñas se cuida, por lo general, varias clases de ganado para uso familiar y para fuerza de trabajo.

Debido a que gran parte de las explotaciones serán relativamente pequeñas, la presión para la producción de alimentos (maíz, frijoles, etc.) y cultivos intensivos limitará la expansión de la ganadería.

Se estima que la producción total de pastos se incrementará en un 80 por ciento aproximadamente con drenaje y riego completo. También aumentará el alimento para ganado proveniente de los rastrojos de las demás cosechas. Se estima que el alimento adicional disponible ofrecería un incremento de por lo menos 20 por ciento de ganado. Con la creación de muchas explotaciones familiares por la redistribución de las grandes propiedades, mucho del forraje adicional producido en el Proyecto sería requerido para la producción de ganado de carne.

Cuadro A.7 Zona Zapotitán Capacidad productiva de la tierra (Extensión en hectáreas)

Cuadro A.8 Zona San Salvador - Quezaltepeque Capacidad productiva de la tierra (Extensión en hectáreas)

Cuadro A.9 Zona Puente Cuscatlán - Mercedes Umaña - La Esperanza Capacidad productiva de la tierra (Extensión en hectáreas)

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