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3. Proyectos de desarrollo ganadero

.1 Desarrollo ganadero
.2 Aclimatación de ganado de alta pureza

Los recursos básicos para organizar la explotación ganadera se circunscriben, entre otros factores, a suelos, pastos y ganado principalmente.

Hasta la fecha se han estado utilizando tierras de alta capacidad productiva (Clases I y II) para la producción de pastos, por lo que, comparativamente con otros países, tienen un promedio muy alto de capacidad de sostenimiento por hectárea. Sin embargo, en una planificación cuidadosa de la producción agrícola, esas tierras podrían producir más si se las dedicara a cultivos de ciclo corto tanto para exportación enlatada como fresca, dejando las clases mas bajas de capacidad de producción para la ganadería.

El Salvador tiene grandes extensiones de suelos de Clase V, y están bien distribuidos. Estos suelos son muy buenos para la producción ganadera. En general son tierras con poca profundidad, aptas para la producción de pastos con un manejo adecuado. Esta clase, especialmente, es recomendable para el establecimiento de ganadería de cría.

Los suelos de las Clases IV y III podrían utilizarse para la ganadería de engorde y lechera respectivamente, pero en condiciones de explotación intensiva.

Con respecto a pastos, según un análisis de la información proveniente de los censos de 1951 y de 1961, y de acuerdo con datos de 1970 de la Dirección General de Ganadería, se señala que para 1961 hubo una reducción del 40 por ciento del área total de superficie sembrada (174881 y 104434 ha). Esta reducción continuó en 1970 (94467 ha), acusando una reducción del 10 por ciento con respecto a 1961, y del 50 por ciento en relación con el año 1951.

Es posible que una de las causas de la reducción haya sido la utilización de terrenos de alta capacidad productiva en cultivos más rentables, como sucedió en Ahuachapán, que de 12819 hectáreas en 1951, bajó a 4692 en 1970, o en San Vicente, que de 8133 bajó a 2861 en el mismo período. Esta relocalización de la producción, conducida en forma espontánea, puede ser dirigida por los organismos gubernamentales a fin de obtener los óptimos rendimientos para cada clase de tierra en todo el ámbito nacional, especialmente para la explotación ganadera, que aun sigue utilizando terrenos de alta capacidad productiva.

Los pastos sembrados son principalmente zacate gordura (Melinis minutiflora) y él jaragua, este ultimo especialmente para henificación. Se han recomendado, entre otros, la difusión de Bactylis glomerata, Arrenatherum eliatus, Holcus lanatus, Lolium, Phalaris, Stenoptera, Paspalum dilatatum, Euchloeno luxurious, Poas, y especies de los géneros Thimotly, Festuca, Bromus, etc., a fin de hacer mezclas que produzcan una alta capacidad de sostenimiento.

Los ganaderos cuentan principalmente con los pastos naturales que cubren los terrenos en las épocas de lluvias. Estos pueden ser anuales o de temporada. Los de temporada son los que se presentan en un corto período del año, generalmente durante la época de lluvia, desde mayo hasta noviembre, ya que en diciembre desaparecen los pastos. Estos pastos forman especies de los géneros Bromeliaceas y Araceas principalmente. También romerillos, teatinas, chépicas, romaza, coirón, etc.

El Cuadro 5.24 muestra la distribución de los pastos naturales y cultivados en 1970.

Cuadro 5.24 Distribución de pastos (Dirección General de Ganadería)

Departamentos

Naturales (ha)

Cultivados* (ha)

Ahuachapán

31257

4692

Santa Ana

51158

8834

Sonsonate

26039

13926

Chalatenango

62538

9206

La Libertad

54918

7376

San Salvador

19320

1766

Cuscatlán

19169

847

La Paz

20616

9105

Cabañas

16082

2414

San Vicente

23222

2861

Usulután

22615

8103

San Miguel

43041

11226

Morazán

23477

6869

La Unión

37492

7243

Total

450962

94467

* Dirección General de Ganadería

.1 Desarrollo ganadero

La población vacuna es relativamente alta en el país y ocupa aproximadamente el 30 por ciento del territorio nacional. Las inversiones del sector ganadero son muy altas y se han hecho esfuerzos desorganizados para impulsar la ganadería. Sin embargo, en términos generales, el desarrollo de la ganadería ha sido lento y se evidencia todavía un atraso notable, reflejado tanto en su calidad como en su producción y en el incremento anual, que es sólo de 0.8 por ciento.

Paradójicamente, se han observado explotaciones ganaderas con terrenos de alto valor, con suministro de agua para riego, con pastos cultivados y manejo eficiente mediante cercos eléctricos, con establos adecuados y ordeñaderos mecánicos, pero con una producción del 50 por ciento del promedio normal, porque la pureza del ganado era extremadamente baja. De igual manera se están construyendo dos mataderos modernos para los que no habrá ganado suficiente. Estas razones exigen, si el objetivo es desarrollar el sector agropecuario, que el Ministerio de Agricultura tome la iniciativa para elaborar proyectos, y que los bancos proporcionen financiación hasta que se cuente con una institución crediticia oficial y técnicos de nivel adecuados, capaces de contribuir en la medida que las necesidades lo requieran.

El ganado criollo es el predominante en la población vacuna, pero se está mejorando lentamente con reproductores de razas Cebú, Holstein y Pardo Suizo, tanto en forma directa como por medio de inseminación artificial. El cruce con el primero se utiliza principalmente para ganadería de doble propósito, y los últimos para ganadería lechera.

El peso promedio del ganado beneficiado es de 315 kg con un rendimiento promedio en canal de 46 por ciento y una tasa de extracción neta de 14 por ciento. Las causas de la baja productividad se deben principalmente a la baja calidad del ganado, alimentación deficiente, enfermedades y plagas, defectos de comercialización y condiciones inadecuadas en la matanza. En realidad, todo el proceso productivo de la ganadería a nivel nacional está afectado por deficiencias de carácter técnico, que es el reflejo de la ausencia de una política de desarrollo ganadero debidamente organizada. La baja calidad del ganado se refleja en la baja productividad por el mal aprovechamiento en la alimentación, lo que consecuentemente lleva a un mayor período de tiempo para alcanzar el peso necesario para el beneficio en el matadero. La alimentación deficiente se debe principalmente a la pobreza de los potreros, los que en su mayor parte están formados a base de pastos naturales. En estos potreros no se establece la rotación o el pastoreo diferido, y por el contrario se sobrepastorean.

Las enfermedades y plagas del ganado afectan principalmente a los terneros, en los que la mortalidad es alta por efecto de enfermedades infecto-contagiosas. En la población adulta es más común la brucelosis y los parásitos internos y externos.

El manejo del ganado es inadecuado principalmente debido a que las explotaciones se encuentran muy dispersas, lo cual dificulta una difusión económica y efectiva de la tecnología.

La comercialización del ganado se realiza en forma primitiva. El transporte se hace en forma inadecuada y a veces se conduce el ganado a píe hasta distancias de 100 km con la consiguiente perdida en peso. Las ventas se hacen por medio de cálculos muy empíricos y con la participación de numerosos intermediarios, sin normas de calidad y, en general, sin cooperativas de mercadeo. La venta de carne al publico no cuenta con instalaciones refrigeradas en el país, salvo en San Salvador y en Santa Ana.

Finalmente, la matanza no se realiza en condiciones adecuadas. Los rastros municipales de beneficio no cuentan con edificios apropiados que incluyan cámaras de refrigeración. El control sanitario del ganado en el matadero no se practica, y la producción de carne sólo alcanza para satisfacer el 21 por ciento de las necesidades alimentarias del país. En las actuales circunstancias, sería necesario un incremento de la producción de carne en un 378 por ciento para satisfacerlas totalmente. Tal incremento podría lograrse tan sólo mediante la tecnificación de la ganadería y la provisión de créditos para su financiamiento.

Entre los países centroamericanos. El Salvador es el que ha desarrollado menos su industria lechera, y es el país que más productos lácteos importa. Se han realizado ciertos esfuerzos para mejorar el ganado lechero, tanto en los organismos oficiales como privados, pero evidentemente falta una investigación sistemática de todas las fases del proceso de la producción. Uno de los factores negativos es la desorientación que existe en relación con las razas y cruces que deben efectuarse, lo que sin duda es común en todas las regiones donde la falta de una raza lechera adaptada al medio constituye uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de la ganadería lechera.

El promedio de producción de leche por vaca es de 500 a 600 litros por año, y la producción anual nacional es de 256159190 litros (1966), lo cual no alcanza para satisfacer las necesidades de la dieta establecida para la población. La dieta balanceada determina un consumo de leche y derivados equivalente a 183 litros por persona y por año, lo cual elevaría a 556 millones de litros anuales para toda la población, o sea al doble de la producción actual.

Además de la baja producción promedio por vaca existen otros factores adversos, como ser la comercialización desorganizada y sin control. Esta falta de control facilita las adulteraciones y el consumo de leche y productos lácteos que no reúnen condiciones de calidad e higiene.

La ganadería tiende a desarrollarse en todo el país; sin embargo, las zonas de producción se pueden dividir en áreas extensivas y complementarias, y en áreas intensivas y principales. Las áreas donde la producción es complementaria se encuentran principalmente en la parte oriental del departamento de Chalatenango, en el sector occidental de Cabañas, al norte de San Vicente, en los departamentos de Cuscatlán y Morazán, y al norte de los departamentos de San Miguel y La Unión. En estas áreas, la producción principal es de cereales, principalmente maíz. En forma de explotación extensiva la ganadería se localiza en las áreas boscosas situadas en la frontera con Honduras, en los departamentos de Santa Ana, Chalatenango, Morazán y La Unión.

En algunas partes del país la ganadería constituye la fuente principal de ingresos; en este aspecto se destaca la ganadería de carne y de leche. La ganadería de carne, que tiende a ser de producción intensiva, se encuentra localizada a lo largo de la Llanura Costera, en los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate y La Libertad, al norte del departamento de Santa Ana, en la parte occidental del departamento de Chalatenango, en la parte central y sudoriental del departamento de La Unión y en la parte norte de los departamentos de Cabañas y San Miguel.

La ganadería de leche se ubica principalmente en las proximidades de Sonsonate, en la parte superior del valle del río Lempa, en el departamento de Chalatenango, al sur de los volcanes de San Vicente y San Miguel, y en los alrededores de la ciudad de San Miguel.

La inversión en el sector ganadero supera los 500 millones de colones (456 millones en 1961); el país cuenta con una de las mayores densidades de ganado vacuno en América y presenta condiciones favorables para esa actividad. Esas condiciones aparentemente sugieren un gran desarrollo ganadero, pero, en realidad, se evidencia lo contrario, lo cual se refleja en una baja producción. Un incremento de la producción satisfaría las necesidades de la población, disminuiría las exportaciones, permitiría un aumento en la capacidad de exportación y proporcionaría trabajo, tanto a la población rural como urbana.

Con respecto a la producción de carne y leche, existen estudios realizados que demandan financiamiento por cerca de US$20000000. Estos estudios están basados principalmente en empresarios grandes y no se dispone aun de los recursos para ser financiados. Sin embargo, existen disponibilidades para los pequeños y medianos productores, pero se hacen difíciles de canalizar porque no existe un planeamiento para el aprovechamiento de los recursos técnicos y económicos disponibles.

Es necesario planificar la producción ganadera a niveles regionales y de zona agrícola de acuerdo con las necesidades y según las posibilidades de expansión determinadas por los recursos físicos y humanos, para después plantear su financiamiento a los organismos internacionales de crédito. Dentro de ese plan global se podrían incluir los proyectos ganaderos formulados por ISIC-FAO.

Los puntos básicos que se deberían tener en consideración serían: a) organización de la producción de carne, leche y su comercialización; b) tecnificación de la producción, y c) organización del crédito supervisado.

Los elementos necesarios para la planificación del desarrollo ganadero se podrían estudiar detalladamente en la segunda fase de este estudio.

.2 Aclimatación de ganado de alta pureza

Uno de los problemas más agudos que contempla el desarrollo de la ganadería en El Salvador, es la falta de ganado de alta producción. Aunque el Departamento de Ganadería ha tenido recursos amplios para el desarrollo de la pureza ganadera, su producción ha sido muy limitada especialmente en lo referente a la adquisición de sementales para su venta posterior; sin embargo, existe un buen servicio de inseminación artificial.

Como este proceso es muy lento, se hace necesario que el Departamento de Ganadería lleve a cabo una planificación adecuada a través de empresarios privados; esto debería incluir la importación, la alimentación y la venta de novillos de alta producción, tanto de carne como de leche. Los productores se muestran reacios a comprar ganado importado por temor de que se le muera, y esto mantiene la producción ganadera a niveles muy bajos.

El incremento de ganado puro es un factor decisivo en el desarrollo de la ganadería salvadoreña debido al alto valor de sus tierras y al alto costo de las obras de infraestructura necesarias para proporcionar agua durante la estación seca.

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