Discursos

JOSÉ ANTONIO GARCÍA BELAUNDE, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ
DISCURSO DEL SEÑOR CANCILLER DEL PERÚ EN LA SESIÓN PLENARIA DE LA XXXVII ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

4 de junio de 2007 - Centro de Convenciones ATLAPA, Panamá


Señor Presidente de la XXXVII Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos,

Deseo agradecer a la República de Panamá por la eficiente y generosa hospitalidad que nos brinda en este encuentro continental y felicitarla por haber propuesto el tema de la “energía para el desarrollo sostenible” como materia central de nuestras discusiones.

Debo subrayar la coincidencia del Perú con esta visión de la energía como recurso estratégico para el desarrollo social en un medio ambiente sostenible. El Perú respalda las políticas públicas que enmarcan y promueven con estabilidad jurídica el desarrollo de los recursos energéticos de manera racional, eficiente y competitiva.

En el Perú estamos convencidos de la importancia de la inversión privada, la asociación público-privada y el comercio regional como factores de dinamismo del sector energético. Asimismo, nos parece crucial un mayor diálogo entre los consumidores, la sociedad civil y las empresas energéticas, por ejemplo en zonas de mayoritaria presencia indígena, para que, en aplicación de un principio de responsabilidad social corporativa, la actividad energética fomente el desarrollo social y preserve el medio ambiente.

De otra parte, es muy importante que, a nivel hemisférico, colaboremos para diversificar nuestras matrices energéticas, compartiendo nuestras tecnologías innovadoras, a fin de promover el empleo, la gestión y los mercados internos de energías alternativas renovables, eficientes y limpias. También debemos cooperar para garantizar el abastecimiento interno de nuestras poblaciones, particularmente la provisión de electricidad a zonas rurales y deprimidas como un medio concreto de inclusión social y de lucha contra la pobreza.

Por todo ello, es muy importante que, con la Declaración de Panamá, iniciemos la colaboración interamericana en favor de la energía para el desarrollo sostenible.

LA VISIÓN DEL PERÚ PARA LA OEA

En efecto, nuestras poblaciones esperan de nosotros y de la Organización de los Estados Americanos una acción concreta para la atención de sus necesidades más inmediatas.

Por eso, desde el Perú sostenemos la visión de que la OEA debe esforzarse por tener una agenda precisa, eficaz y dirigida a resultados: necesitamos construir un multilateralismo más práctico y solidario en nuestro continente.

Para consolidar la gobernabilidad democrática en la región, es necesario que demostremos un espíritu de cooperación entre nuestras naciones que nos permita desarrollar las capacidades necesarias para prevenir eventuales crisis democráticas y fortalecer nuestras instituciones.

Mi país está convencido del valor político de los avances habidos en la región respecto de una noción compartida de democracia, que instaura un vínculo claro entre el principio democrático y los sistemas interamericanos de protección de los derechos humanos y de promoción del desarrollo sostenible; y establece algunas premisas políticas y procesales para la acción colectiva en su defensa.

En ese contexto, desde el Perú hacemos un llamado para avanzar en la adopción de criterios comunes cada vez más precisos de interpretación de las situaciones de debilitamiento y riesgo de la democracia, a fin de fortalecer las capacidades preventivas de la Organización. En ese sentido, el Perú respalda la propuesta del Secretario General de fortalecer los mecanismos de seguimiento temáticos ya existentes extendiendo las formas de evaluación multilateral a cada uno de los caracteres que la Carta Democrática considera esenciales para la democracia, lo que concierne a la CIDH y a sus relatorías especiales, al MESICIC, a la Comisión Interamericana de Mujeres, al Comité sobre Discapacidad, entre otros mecanismos posibles. Coincidimos también en que es necesario encargar a la Secretaría General la realización de informes anuales sectoriales sobre otros temas centrales para la democracia no cubiertos por los mecanismos existentes.


Por otro lado, nuestro país estima importante que se haga un primer balance de las labores de la organización en materia de manejo de crisis en la región para determinar, sobre esa base, las futuras tareas de la Secretaría en este campo, tanto en materia de análisis como de asistencia a los Estados miembros en los procesos previos o posteriores a las crisis.

Señor Presidente:

Desde el Perú, consideramos que las Misiones de Observación Electoral son un aporte central de la organización a la democracia en el continente y creemos que pueden jugar un papel más amplio en las tareas de prevención y conciliación política en la región. Por eso, estamos complacidos de que el Perú haya podido contribuir recientemente a la organización de las misiones en los países hermanos de Ecuador y Guatemala.

De otra parte, es evidente que la promoción de la democracia demanda otras iniciativas del hemisferio a favor de la ciudadanía efectiva. Por eso, quiero agradecer el respaldo decidido de vuestros países a la iniciativa del Perú para la adopción en esta Asamblea del Programa Interamericano para el Registro Universal y el Derecho a la Identidad, que tiene como propósito extender el reconocimiento de la existencia cívica a niños y adultos de espacios desfavorecidos o aislados de nuestros paìses, un requisito básico de su inclusión en la convivencia democrática.


Nuestra Organización debe fortalecer su acción en campos como éste, así como en otros temas centrales para la gobernabilidad como el apoyo a la modernización de los partidos políticos y la asistencia reforzada a la descentralización y a la reforma del Estado. Nos felicitamos por ello de la creación del Departamento para la Modernización del Sector Público como nuevo dispositivo de la Secretaria General.

La democracia sigue siendo el asunto central de la OEA. Por ello deseo destacar la aprobación en esta Asamblea General de una resolución sobre Promoción y Fortalecimiento de la Democracia que el Perú se ha complacido en presentar junto con los gobiernos de Canadá, Chile y Brasil.

El otro asunto central de nuestra Organización es, sin duda, el respeto de los derechos humanos, sin el cual la democracia carece de sustento. Por eso quiero reafirmar ante ustedes el compromiso sostenido del Estado peruano y del Gobierno del Presidente Alan García al sistema interamericano de derechos humanos. Los peruanos estamos convencidos de la importancia de que la Comisión y la Corte Interamericana cuenten con los recursos necesarios para desarrollar sus labores de manera cada vez más perfeccionada y expeditiva en favor de nuestros ciudadanos.

Señor Presidente:

Una de las fortalezas emergentes de nuestra Organización es la cooperación regional en el marco de la Convención Interamericana contra la Corrupción. El Perú está persuadido de que su Mecanismo de Seguimiento – el MESICIC – es una demostración destacable de la capacidad y la confianza que han alcanzado nuestros países para alentarse entre sí, a través de un novedoso procedimiento de examen y recomendación entre pares, en la prevención y la lucha contra la corrupción. Por eso nos complace la adopción en esta Asamblea de un renovado programa de trabajo para el MESICIC.

Los peruanos creemos en el multilateralismo y en una visión democrática y solidaria de la seguridad hemisférica. Teniendo en cuenta el progreso político y económico de los últimos años, el Perú es hoy un país más sólido y confiable y está en mejores condiciones de contribuir a la estabilidad de la región y de ofrecer su aporte a la seguridad de nuestros países.

Para propiciar la seguridad regional, el Perú quiere que la OEA refuerce su papel de prevención y control ante las amenazas a nuestra región. Nuestra organización debe asumir un papel cada vez más central en la coordinación de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, fenómenos que tienden a interrelacionarse. La seguridad multidimensional del continente también exige la responsabilidad compartida en la lucha contra el crimen organizado y la cooperación judicial internacional. Los peruanos queremos, asimismo, una organización que juegue un papel eficaz en el combate de la diseminación de armas pequeñas y ligeras, la acción contra las minas antipersonal, el registro de armas y la limitación de gastos militares como medida de fomento a la confianza continental.

En materia de lucha contra las drogas, el Perú reafirma su respaldo a la labor de la CICAD, y mantiene su convicción de que el desarrollo alternativo debe ser una de sus orientaciones estratégicas, sobre la base de los principios de integralidad, multilateralidad y responsabilidad compartida. Los peruanos estamos persuadidos de que la política de desarrollo alternativo integral y sostenible contribuye a la viabilidad económica sostenida de las comunidades y familias en las zonas más afectadas por la producción de drogas y la presencia de cultivos ilícitos, así como en aquellas que son particularmente vulnerables a la aparición de dichos cultivos.

Señor Presidente:

El Perú también cree que la OEA tiene un papel de liderazgo a favor del crecimiento económico con equidad, con un enfoque del desarrollo que privilegie los compromisos comunes, la cooperación regional y el vínculo entre cohesión social y gobernabilidad.

La acción de nuestra organización debe estar basada en una alianza a favor del desarrollo que tenga en cuenta los desafíos especiales de los países de renta media. Estos desafíos especiales se derivan de la desigualdad interna en las condiciones de vida de los habitantes y de la persistencia de urgencias sociales. Esta realidad hace necesario contar con instrumentos que permitan integrar mejor las políticas nacionales y la cooperación internacional hacia el cumplimiento los Objetivos del Milenio desde una perspectiva latinoamericana. Esta perspectiva implica, por ejemplo, atender en prioridad la promoción del empleo, la descentralización institucional y la calidad y no únicamente la amplitud de la cobertura de los servicios de educación o salud.

En esta línea, el Perú apoya la elaboración de una Carta Social concisa y operativa, volcada a la acción, que no retroceda en cuanto a los derechos ya consagrados y que signifique un avance en materia de políticas comunes para promover una ciudadanía plena con efectivo goce de los derechos sociales, económicos y culturales de nuestros habitantes.

Nuestra región también requiere dar atención especial a los grupos más vulnerables. En ese sentido, el Perú está muy complacido por la adopción en esta Asamblea del “Plan de Acción del decenio de las personas con discapacidad de las Américas”, que mi país ha promovido activamente desde el año pasado. Por cierto, también saludamos la renovación del mandato al Grupo de Trabajo para la búsqueda de consensos con el fin de culminar la redacción del "Proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas".

Señor Presidente:

No podemos hablar de democracia, seguridad y desarrollo en el continente sin referirnos a Haití, cuya viabilidad como sociedad pone a prueba la capacidad de acción colectiva de nuestra organización. Desde la perspectiva del Perú, que coordina actualmente el Grupo de Amigos de Haití en Naciones Unidas, para estar a la altura de la prueba urgente que significa Haití debemos fortalecer la acción de la OEA, sobre todo en materia electoral y de reforma institucional y, por supuesto, debemos respaldar la renovación del mandato de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas, MINUSTAH, hasta que alcance los objetivos para los cuales fue creada.

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Señor Presidente:

Esta es la visión del Perú sobre las prioridades de la Organización de los Estados Americanos en el futuro. Es con esa visión que el Perú seguirá respaldando la valiosa labor del Secretario General, José Miguel Insulza, continuará respondiendo con oportunidad a sus obligaciones financieras con la Organización y seguirá cumpliendo con su compromiso político de diálogo y de solidaridad con todas las naciones aquí representadas.

Muchas gracias.