Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
INTERVENCIÓN DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN LA SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL CONSEJO PERMANENTE, “OPORTUNIDADES DE COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO DE MARCOS LEGALES E INSTITUCIONALES ANTE LOS DESAFÍOS AMBIENTALES EN LA REGIÓN”

23 de febrero de 2007 - Washington, DC


Embajadora Maria del Lujan Flores Presidenta del Consejo Permanente, Distinguidos Representantes Permanentes, Alternos, Observadores, Representantes de Organismos Internacionales, Distinguidos Panelistas, Invitados, Señoras y Señores,

Es un honor para mí dirigirme a esta sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización, que busca iniciar un diálogo sobre mecanismos de cooperación y acciones prioritarias para dar respuesta a los principales problemas y desafíos ambientales comunes a los países de la región. La protección y la conservación del medio ambiente es una responsabilidad compartida, no solo a nivel de nuestros Estados miembros, sino también por la sociedad civil y el sector privado, socios claves en el logro de los objetivos de desarrollo. En este sentido, la apertura de diálogos en instancias como ésta, sin duda facilita la identificación de puntos de consenso, orientando la formulación de acciones prioritarias para beneficio de la región.

Durante la ultima década, a partir de 1996, a raíz de la Cumbre de las Americas sobre Desarrollo Sostenible celebrada en Santa Cruz de la Sierra, hemos buscado avanzar de manera solidaria hacia al desarrollo sostenible, buscando mantener el delicado equilibrio entre el crecimiento económico, la equidad social y la conservación del medio ambiente. No obstante los avances importantes en términos globales, los problemas de degradación ambiental continúan, y sus impactos en el desarrollo de nuestros pueblos son cada día más evidentes. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe sólo el 14% de las aguas residuales de los sistemas de alcantarillado recibe algún grado de tratamiento, lo que contribuye intensamente a la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, además un 20% de la superficie cultivable está afectada por procesos de desertificación.

Las tendencias, según estudios recientes, parecerían indicar que los impactos a futuro serán mayores. En los últimos meses, diferentes foros políticos han discutido temas de importancia global, como el cambio climático, dando cabida a la consideración de informes científicos como el recientemente presentado por Sir Nicolas Stern (Los impactos económicos del Cambio Climático, Cambridge University Press, 2007) y por el Panel Inter-Gubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. Estos foros han destacado la necesidad imperativa de acciones a nivel colectivas para abordar los desafíos ambientales del siglo 21, en la medida que estos desafíos afectan ecosistemas compartidos, y trascienden fronteras, impactando los procesos de desarrollo.

La evidencia científica presentada recientemente no es más que un llamado al desarrollo de una visión internacional y hemisférica común, que de contexto a las políticas internas de cada Estado. Esta visión debe tener como eje la equidad y la mitigación de los riesgos, la solidaridad en el logro del desarrollo sostenible, y el fomento de acciones conjuntas para dar solución a problemas ambientales compartidos, en el entendimiento que la conservación y protección de los recursos naturales es una responsabilidad común, pero diferenciada, sujeta a las decisiones soberanas de cada estado miembro. El desarrollo de esta visión común, requiere necesariamente de un marco jurídico y de gobernabilidad que nutran y sustenten este proceso.

El continente Americano ha sido pionero en el desarrollo del derecho ambiental internacional. En el año 1940, fue en la cuna de la Unión Panamericana que los Estados miembros suscribieron el primer acuerdo ambiental Interamericano: la Convención para la Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales De Los Países de América. Mas recientemente, en el año 1996, el tema del derecho ambiental fue priorizado e incorporado al programa de la OEA por recomendación de la Comisión de Medio Ambiente de este Consejo, con un espacio propio, aunque en coordinación con otros organismos y a través de actividades de intercambio de información y el apoyo al cumplimiento de los acuerdos multilaterales vigentes en materia de desarrollo sostenible y medio ambiente.

En cumplimiento a los mandatos del proceso de Cumbres de las Americas, la Organización ha apoyado a los países en sus esfuerzos para avanzar en el desarrollo sostenible, en particular en lo que se refiere al desarrollo de las capacidades para la gestión integrada de sus recursos hídricos, la eficiencia energética y el desarrollo de energía renovables y tecnologías limpias, la reducción de los riesgos a los desastres naturales, conservación de la biodiversidad, y el fortalecimiento de los marcos jurídicos en materia de desarrollo sostenible y medio ambiente, entre otros, canalizando importantes fuentes externas, utilizando sus propios recursos con un efecto multiplicador en beneficio de los países.

En el desarrollo de estas acciones, y pese a que interviene en la identificación sistemática de problemas ambientales colectivos, y sirve de foro para el análisis y discusión de las posibles soluciones, hemos tenido un alcance limitado como mecanismo para la formulación de recomendaciones colectivas de los Estados miembros tendientes a promover la adopción de políticas a nivel sub-regional o regional. Los programas y proyectos de cooperación, si bien de por sí importantes, se han concentrado más en la solución de problemas binacionales o sub-regionales relativos a temas específicos del desarrollo sostenible, que a iniciativas tendientes a establecer normas y reglamentaciones por las cuales los países de una región se comprometen a ajustarse a criterios ambientales específicos.

En este sentido, y conforme los lineamientos que le atribuyan los propios cuerpos políticos, la OEA podría aprovechar su condición de foro continental del mas alto nivel para construir en lo que tenemos y promover un mayor diálogo interamericano sobre cuestiones relativas al medio ambiente y el desarrollo sostenible, facilitando el análisis y la formulación de recomendaciones colectivas sobre políticas para la región.

El pasado mes de diciembre, a diez aňos de la Cumbre de Santa Cruz de la Sierra sobre desarrollo sostenible, los Ministros y Altas Autoridades de desarrollo sostenible de la región, reafirmaron el compromiso de promover y fortalecer políticas, leyes y mecanismos de cooperación e integración regional, estableciendo la participación pública y la gobernabilidad democrática como elementos importantes de este proceso. Estos son aspectos claves en la mision de la OEA y para el ejercicio pleno y efectivo de la democracia, como lo establecen la carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana.

En este sentido, habría que considerar fortalecer la capacidad del sistema Interamericano para facilitar el diálogo y la cooperación, así como la prevención o solución de controversias internacionales en temas relacionados con el medio ambiente, habida cuenta de las evidencias recientes que sugieren estos problemas se seguirán dando. Por este motivo, felicito la iniciativa del Consejo Permanente de iniciar un diálogo en estos temas, y deseo el mejor de los éxitos en este importante evento.