Discursos

ALÍ RODRÍGUEZ ARAQUE, CANCILLER DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
DISCURSO DEL CANCILLER DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA ALÍ RODRÍGUEZ ARAQUE

5 de junio de 2006 - Santo Domingo, República Dominicana


Estimados colegas.

Como el resto de los colegas, debo expresar el agradecimiento a la calidez característica del pueblo dominicano y a su Gobierno por la acogida que nos han dado y la excelente organización de este evento.

Para comenzar debo expresar, con toda candidez, una profunda confusión. Me declaro en confusión: Esta mañana, por unanimidad, aprobamos que el tema de discusión para las sesiones de hoy era, según leo acá “Gobernabilidad y desarrollo en la sociedad del conocimiento”.

Sin embargo, se han abordado temas que, si bien interesantes en algunos casos, son bastante diferentes al que aprobamos esta mañana, y dentro de ellos está el de la intervención del distinguido representante de Perú, el distinguido Canciller del Perú. Creo que -si no estoy confundido- porque en lugar de desarrollo de la sociedad del conocimiento pareciera que estuviéramos más bien en la disociación del entendimiento, si se desvían completamente los temas aprobados.

Yo traía una intervención preparada a lo largo de días y ahora me veo forzado a dejarla de lado para responder a una intervención, sustentada en un conjunto de deformaciones por parte del vocero de Perú, que repite hoy en plenaria, algo que ya había afirmado ayer (domingo) en la reunión privada, lo cual indica que lo que interesa no es debatir el punto en cuestión, sino universalizar un problema que es absolutamente bilateral entre las autoridades del Perú y las autoridades de Venezuela.

Debo comenzar por decir que, por haber sufrido en carne propia, constantes intervenciones en los asuntos internos de Venezuela, donde se cuenta un golpe de Estado, un golpe económico que afectó severamente la economía y la convivencia de los venezolanos, ese es nuestro país. Por eso, hemos siempre acompañado todo aquello que tiene que ver con el respeto a la soberanía y a la no intervención en los asuntos internos de los países.

Ahora bien, la intervención repetitiva del representante del Perú configura lo que en Venezuela resumimos como aquellas prácticas de lanzar la piedra y esconder la mano. Sistemáticamente, y muy concretamente desde el año 2002, las autoridades peruanas encabezadas por el Presidente (Alejandro) Toledo han agredido a nuestro Gobierno, y particularmente al presidente Hugo Chávez, y cuando hacemos estas afirmaciones, las hacemos con fundamentos perfectamente comprobados.

Cito algunos ejemplos: 13 de octubre el Presidente peruano convoca a una reunión de los países andinos, con una excepción: Venezuela. La idea era preparar las condiciones para buscar- so pretexto de los conflictos que se habían generado en nuestro país- aplicar la Carta interamericana a Venezuela, pretendiendo convertir a las víctimas en victimarios.

El 13 de octubre de 2002, la Cancillería peruana emite una declaración en línea con la reunión que ya comenté. El 14 de octubre, lo cual demuestra una celeridad verdaderamente asombrosa, el Presidente Toledo en la conferencia de las Américas, convocada por el Miami Herald Publishing Company, afirmó, refiriéndose al presidente Chávez, que tiene poca vocación para practicar la democracia, y continúa afirmando: “habiendo sido elegido (el Presidente Chávez) no está practicando la democracia”.

Si el Presidente Toledo es tan creyente de esta afirmación porque no introdujo, por ejemplo, la figura del referendo en Perú para ver si el pueblo peruano estaba satisfecho con su gestión. En Venezuela, en la Constitución Nacional introdujimos el referendo revocatorio, y no es un simple postulado. Esa figura novísima fue sometida a prueba. El pueblo venezolano votó masivamente en un referendo revocatorio y confirmó la aceptación de la continuación en su mandato democrático por parte del Presidente Hugo Chávez.

Reto a cualquiera que hace tal género de acusaciones a Venezuela a que convoque a su pueblo a referendo a mitad de mandato o después, para ver si su pueblo ratifica ese mandato.

Aquí se ha dicho que no basta el origen democrático de un gobierno sino que hay que comprobar si su práctica es democrática. ¿Quién es el juez que va emitir juicios sobre si las prácticas de un gobierno son democráticas o no? ¿No es el propio pueblo que elige a ese gobierno, o ¿Es un a través de mecanismos foráneos, externo, como se va a establecer un juicio, una valoración, sobre si la gestión de un Gobierno es o no democrática?

Nosotros proponemos ante ustedes que introduzcamos la figura del referendo revocatorio para que nuestros pueblos confirmen o revoquen los mandatos que, en un momento determinado de una elección han escogido. Coincidimos con eso de que no basta ser elegido en una votación y para eso hay mecanismos tan prácticos como el que estoy planteando. Por cierto que este cuestionamiento es, en el fondo, un cuestionamiento de la democracia representativa, con el cual estamos de acuerdo. No basta con ser elegido, por eso en la Constitución Venezolana se introdujo la figura de, no solamente la representatividad- consagrada y practicada en Venezuela- sino también de una democracia protagónica y participativa.

Estamos en un proceso de desarrollo, precisamente, de instituciones que permitan el protagonismo del pueblo y la veritificación de las prácticas democráticas a través de la participación.

En la IV Cumbre de las Américas, realizada en noviembre de 2005 en Mar de Plata, los miembros del MERCOSUR allí presentes rechazaron la idea de la aprobación del ALCA. A esa posición se sumó Venezuela. El Presidente Toledo consideró que esto era una suerte de apostasía porque saliendo de esa reunión, nuevamente, lanza un conjunto de ataques contra el Presidente Chávez.

Posteriormente, Venezuela, en ejercicio de sus derechos soberanos, decidió retirarse de la Comunidad Andina de Naciones, donde los miembros participan de manera voluntaria y se pueden retirar de manera voluntaria, según lo que establece el artículo 1ículo 135 del Acuerdo de Cartagena, que dio lugar a la CAN. Venezuela, por razones constitucionales, decidió retirarse de la Comunidad Andina, eso inmediatamente suma a los ataques del Presidente Toledo, los ataques del entonces candidato presidencial Alan García calificando, entre otras bellezas, de sin vergüenza al Presidente venezolano por haberse retirado de la CAN. Sobre eso guardó total silencio el vocero del gobierno peruano, cosa bien llamativa. Tiro las piedras, rompo las vidrieras y escondo la mano”.

Nuevamente hoy se insiste en estos planteamientos que distraen la atención de esta importante Asamblea sobre un punto tan importante y tan apasionante, como la sociedad del conocimiento y la gobernabilidad, y nos obliga, lamentablemente, a dejar de lado algunas reflexiones que traíamos sobre el tema para abordar este punto.

Como fueron mencionados algunos casos, por ejemplo, y han sido reiteradamente mencionados en la prensa, sobre la política petrolera venezolana, voy a decir dos cosas nada más, a manera de titulares. Nuestro país ejerce el legítimo derecho de legislar en materia petrolera y, particularmente, de ejercer las políticas fiscales que considere más convenientes. Quiero decirles que en Venezuela están llegando inversionistas y siguen llegando inversionistas extranjeros, interesados en desarrollar las políticas de extracción, obteniendo las ganancias que perfectamente, dada nuestra experiencia, podemos garantizarle a esos inversionistas, y las reformas que se han hecho en Venezuela han sido aceptadas por la casi totalidad de las empresas que están invirtiendo en Venezuela.

Luego, y ya debo terminar, Venezuela ha trazado una política solidaria con países, no solamente a través del acuerdo de San José, que permite financiar hasta el 20% del equivalente a la factura petrolera, pero con la condición de créditos atados. Esto lo hacemos conjuntamente con la hermana República de Estados Unidos de México. Pero al mismo tiempo, por solicitud de distintos países, se estableció el Acuerdo Energético de Caracas, que permite flexibilizar el pago de un porcentaje de la factura de acuerdo con el nivel de los precios del petróleo, con la condición de que los beneficios que se otorgan allí sean directamente orientados a los consumidores y no para beneficio de intermediarios.

Este Acuerdo está abierto a todos los países que así lo consideren sin discriminación de ninguna naturaleza, porque a fin de cuentas este no es un mecanismo político, es un mecanismo de solidaridad con países hermanos que se ven afectados dado los precios actuales del petróleo. Se trata pues, de aliviar la factura petrolera.

Lamento, de verdad, distraer la atención sobre estos puntos que deberían formar parte de un diálogo o un debate entre las autoridades de dos países, pero dado que ha sido repetidamente traído a estos escenarios, no ha quedado otro remedio que abordar los temas y dar la respuesta respectiva.

Alguien se preguntará y lo han preguntado los periodistas, ¿cómo será el futuro de las relaciones entre los Gobiernos de Perú y Venezuela? Depende del Gobierno del Perú. Si hay una actitud de respeto, como ha ocurrido con otros países con los cuales, incluso, tenemos evidentes diferencias, pero ha habido actitud de profundo respeto, podemos tener excelentes relaciones, como las tenemos con estas naciones. Si la actitud es de ataques con la pretensión de que esos ataques no sean respondidos, lamentablemente no podremos complacer tales posiciones. Es lo que quería decirles. Excúsenme ustedes por distraer su atención del punto de agenda, pero tengo que hacer ejercicio del legítimo derecho de la defensa de mi país y de mi Gobierno.

Muchas Gracias.