Discursos

JIMMY CARTER, EX-PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
EN LA INAUGURACIÓN DE LA CÁTEDRA DE LAS AMERICAS SOBRE “LAS PROMESAS Y PELIGROS DE LA DEMOCRACIA”. TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR GENTILEZA DE LA UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES.

25 de enero de 2005 - Washington, DC


Me honra dirigirme a ustedes, señor Secretario General, Secretario del Consejo Permanente, rector de la Universidad San Martín de Porres y Embajador Alberto Borea por su amable invitación para inaugurar esta Cátedra de las Américas.

Por mucho tiempo he estado interesado en esta organización. Hace 30 años como gobernador del Estado de Georgia invité a la Asamblea General de la OEA a reunirse en Atlanta en la primera reunión en los Estados Unidos fuera de Washington. Más tarde como presidente asistí y me dirigí a la concurrencia en todas las asambleas generales celebradas en Washington.

En aquel entonces me di cuenta que la mayor parte del hemisferio estaba gobernado por regímenes militares o dictaduras personales. Las audiencias en el Senado que se habían realizado en Washington indicaban y confirmaban que Estados Unidos participaba en la desestabilización del gobierno de Salvador Allende en Chile y se estaba realizando la guerra sucia en Argentina. Decidí dejar de apoyar a los dictadores y hacer de la protección de los derechos humanos la piedra angular de la política exterior de los Estados Unidos, no solamente en el hemisferio sino en todas las naciones.

Cada embajador de Estados Unidos en el mundo fue instruido por mi mismo de ser un representante permanente para reforzar los derechos humanos y ofrecer refugio a aquellos perseguidos por sus propios gobiernos.

Más tarde cuando firmamos los tratados del Canal de Panamá, en esta misma sala magna en 1977, muchos de los líderes militares no electos compartían el estrado. Algunos estados claves del Caribe estaban ausentes, ya que no eran parte del sistema interamericano. Luego en 1979 en Ecuador comenzó la tendencia de retornar a Gobiernos civiles. La Convención Interamericana sobre Derechos Humanos muy pronto entro en vigencia y nuestro hemisferio desarrolló una de las normas más robustas en derechos humanos en todo el mundo.

Estos compromisos a los derechos humanos trajeron inmensos progresos a América Latina y el Caribe. Los ciudadanos empezaron a participar en todos los aspectos de Gobierno, más mujeres se postulaban como candidatas a cargos políticos, y son nombradas a altos cargos. Los grupos indígenas formaban movimientos sociales y partidos políticos, organizaciones cívicas reclaman transparencia y rendición de cuentas de sus propios gobiernos. La libertad de expresión florece y hay una prensa independiente y vibrante, los defensores del pueblo o obusman y defensores de los derechos humanos están activos y muchos países están aprobando y aplicando legislaciones para garantizar que los ciudadanos tengan acceso a la información.

El Caribe de habla inglesa ha sostenido democracias vibrantes, un Chile democrático le quita a las prebendas militares del tiempo de la Constitución de Pinochet y las FFAA reconocen su responsabilidad institucional por las torturas y desapariciones de la década de los 70. En Centro América se han terminado las dictaduras civiles y la democracia sobrevivió. El Gobierno de Guatemala ofreció disculpas públicas por el asesinato de Myrna Mack, y un salvadoreño responsable por el asesinato del arzobispo Romero fue procesado y condenado el año pasado, aun cuando fue en ausencia.

Los venezolanos han evitado la violencia civil al mismo tiempo que sufren una profunda división política en los últimos tres años. México desarrolló una institución electoral que se ha vuelto la envidia del mundo entero. La democracia argentina sufrió la crisis financiera más profunda desde la depresión de los años 20 y su economía ahora se está recuperando.

Hace cuatro años Canadá y Perú ocuparon puestos de avanzada en desarrollar un nuevo compromiso, más explicito hacia la democracia en el hemisferio y el día aciago del 11 de setiembre del 2001 se firmó la Carta Democrática Interamericana.

Me siento orgulloso por haber sido testigo de estas muestras del valor, de la perseverancia y efectividad del pueblo del hemisferio. Pero también estoy preocupado, me inquieta que estos altos ideales representados en la Carta Democrática no estén siendo seguidos, me preocupa que la pobreza y la desigualdad continúen sin amainar. Y también me preocupa que nosotros, en esta sala, representando gobiernos y en algunos casos, sociedades privilegiadas no estamos demostrando la voluntad política de apuntalar las democracias frágiles, proteger y defender nuestro sistema de derechos humanos y atacar los problemas que crean la desesperación y la destitución.

Desde nuestra época en la casa Blanca mi esposa Rosalyn y yo nos esforzamos por promover la paz, la libertad, la salud y los derechos humanos, especialmente en este hemisferio y en África. Nuestro personal tan dedicado en el Centro Carter ha trabajado en 54 elecciones, la última en Palestina hace dos días, para asegurar que sean honestos y competitivos. Los desórdenes civiles se han vuelto cada vez más raros en el hemisferio y todos los países a excepción de Cuba han tenido por lo menos una elección largamente competitiva a nivel nacional.

Sin embargo, la diminuta Guyana donde nosotros en el Centro Carter hemos ya participado durante doce años, se mantiene presa de tensión racial y de estancamiento político. El concepto de gobernabilidad que existe aquí y en otros países debe existir también en Guyana y debe mantenerse. En Haití, donde hemos vigilado la primera elección libre de su historia y en donde el mundo ha contribuido con cientos de millones de dólares en ayuda, no ha podido escaparse de la tragedia de la violencia y de la pobreza extrema. En Nicaragua tuve el privilegio de ser testigo de los dotes de estadista de Daniel Ortega que transfirió el poder a Violeta Chamorro en medio de la noche. Sin embargo, este país sigue todavía atrapado en una calle sin salida y le sigue solamente en pobreza a Haití.

A través de los programas del PNUD y el Barómetro Latino se revela la miseria y muchos ciudadanos están descontentos con la ejecución de estos gobiernos electos. Es que todavía creen en la promesa de los principios de la democracia, pero no creen que sus gobiernos estén cumpliendo las promesas y las mejoras en los niveles de vida, libertad de conducción y acceso equitativo a la justicia. Nosotros corremos un riesgo muy real de que este descontento con la actuación de los gobiernos electos vaya a transformarse en desilusión con la democracia misma.

¿Cómo podemos proteger los adelantos que hemos obtenido y evitar la conclusión peligrosa de que la democracia, tal vez después de todo, no vale la pena?

El mayor desafío de nuestra época es la brecha creciente entre los ricos y los pobres, tanto dentro de los países como entre los ricos del norte y los pobres del sur. Como el 45 % o sea 225 millones de personas en América Latina y el Caribe viven bajo el nivel de la pobreza y el coeficiente matemático que mide la desigualdad de ingresos revela que América Latina tiene la distribución más desigual en el mundo, que cualquier región del mundo. Esta brecha de ingresos sigue aumentando y ha seguido siendo así en los últimos 15 años.

Cuando la gente vive en una pobreza dolorosa no tiene ninguna esperanza para mejorar la vida de sus hijos si no reciben los derechos y beneficios de la ciudadanía y a la larga van a hacer conocer sus reclamos y tal vez lo hagan de manera radical y destructiva. Los gobiernos y los privilegiados de cada país deben de tomar la decisión y demostrar la voluntad de incluir a todos los ciudadanos en los beneficios de la sociedad.

Las elecciones democráticas han mejorado, pero también hemos sido testigos de una tendencia peligrosa, que los partidos en el poder nombran a parientes como autoridades electorales o son partidarias y con prejuicios; que los gobiernos hacen mal uso de los recursos estatales para las campañas y los resultados de las elecciones no son confiables para la población. Incluso acá en mi propio país se dice que todos tenemos que hacer un seguimiento justo preelectoral para reglamentar las finanzas de la campaña, de cuidar que todos los ciudadanos que califican estén registrados y tengan la oportunidad de votar y que el voto se cuente de manera honesta.

Pero la democracia es mucho más que las elecciones, son Gobiernos que rindan cuentas, es el final de la impunidad para los poderosos, es darles a los poderes judiciales independencia de las presiones política, de manera que puedan impartir justicia con imparcialidad. Es proteger los derechos de las minorías, incluyendo a aquellos que no votan por el partido de la mayoría, es proteger a los vulnerables, tales como aquellos afectados por el VIH, los niños de la calle, aquellos que sufren enfermedades mentales, las mujeres abusadas por violencia doméstica, los migrantes y los pueblos indígenas.

Los gobiernos de este hemisferio han llevado a cabo inmensos esfuerzos de reforma económica en las últimas dos décadas, pero estos esfuerzos todavía no han traído la reducción necesaria de la pobreza y la desigualdad. Demasiados gobiernos todavía confían en impuestos represivos a las ventas, porque las clases privilegiadas pueden manipular a los gobiernos y evitar pagar impuestos sobre sus ingresos o sus patrimonios.

Los gastos militares se han reducido de manera significativa pero todavía se aconseja que se reduzcan más, ahora que las regiones democráticas y la mayor parte de los asuntos fronterizos han sido resueltos, la salud y la educación son muchos más importantes que sistemas caros de armamentos.

El acceso a la tierra, los pequeños préstamos y el fácil acceso a licencias para pequeñas empresas puede canalizar el dinamismo en potencia de la economía de cada nación. Brasil ha iniciado un programa de hambre cero para combatir la pobreza. Venezuela está utilizando sus ingresos de petróleo para proveer educación a los adultos, alfabetización, salud, servicio dental directamente dirigidos hacia los pobres. Estos y otros programas sociales creativos deberían estudiarse para ver como pueden ser aplicados en otras áreas.

Cuando los líderes políticos adoptan las decisiones correctas para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, el ciudadano también tiene una responsabilidad, cumplir con la reglas establecidas por el proceso político. Pero las ilusiones sobre los nuevos gobiernos duran poco y algunas veces la gente se frustra y trata de derrocar a un gobierno que no lo satisface, por la violencia o por medios inconstitucionales como ha sucedido recientemente en el hemisferio, muchas veces. Los líderes electos también merecen una oportunidad para tomar las decisiones duras o ser descartados en las urnas.

Los medios de comunicación juegan un papel muy importante en la sociedad libre, la libertad de prensa es gravitante en el hemisferio y debe ser mantenida así. Las leyes de desacato, el acoso a los periodistas tienen que eliminarse. Los medios también tienen la responsabilidad de investigar con cuidado y corroborar sus artículos antes de publicarlos.

Algunos de nosotros en las naciones más ricas tenemos también obligaciones adicionales, debemos reconocer que vivimos en el hemisferio cada día mas estrechamente ligado, con posibilidades mutuas. El comercio y turismo, por ejemplo, de los Estados Unidos y Canadá están cada vez más conectados con toda América Latina y El Caribe como subrregiones de este hemisferio y están forjando estrechos lazos económicos.

Ahora estamos conectados con el flagelo del delito, que es una calle de dos vías. La demanda de drogas en Estados Unidos atiza la producción de drogas entre nuestros vecinos socavando la capacidad de las instituciones democráticas de respetar el estado de derecho de nuestros países vecinos, y la fácil disponibilidad de pequeños brazos en los Estados Unidos ha convertido el crimen en un serio problema para los gobiernos en el Caribe y Centro América.

Globalmente, en cierta forma, no me gusta decir esto, los norteamericanos en mi país proveen tan solo 15 centavos por cada 100 dólares de ingreso nacional en ayuda oficial para el desarrollo, como participación de nuestra economía estamos en los últimos en la lista entre los países industrializados. La cuenta del milenio recientemente anunciada esta diseñada para proveer ayuda adicional para los Gobiernos que busquen transparencia y rendición de cuentas, pero en este hemisferio solamente tres países Bolivia, Honduras y Nicaragua están siendo considerados para recibir esta ayuda.

Los Estados Unidos tiene otro papel importante para jugar también, entregar un ejemplo en la protección de libertades democráticas en el país y dando un apoyo inequívoco a la democracia y a los derechos humanos en todas parte del mundo.

Los organismos internacionales de asistencia financiera también tienen un importante papel y ser más flexibles responsables ante las presiones políticas y limitaciones sociales a la hora de decidir las condicionalidades, involucrando a los ciudadanos locales y a sus Gobiernos en el desarrollo del consenso para lograr estrategias de la reducción de pobreza y ayudando al hemisferio a cumplir con las mandatos adoptados por nuestros presidentes en las cumbres periódicas, Cumbres de las Américas.

Por ultimo, hago un llamado a todos los gobiernos del hemisferio, a hacer de la Carta Democrática más que unas simples hojas de papel vacío un documento vivo. La Carta nos compromete a ayudarnos los unos a los otros cada vez que nuestras instituciones democráticas se vean amenazadas La Carta puede ser un instrumento de castigo disponiendo sanciones cuando se presenta un serio desafío al orden democrático. Pero también es un instrumento para proporcionar asistencia técnica y de aliento moral o persuasión para prevenir una erosión democrática desde el comienzo del proceso.

Fortalezcamos la Carta y no tengamos miedo que utilizarla: En este momento la Carta es débil porque es vaga en la definición de las condiciones que constituyen una violación de la misma. Cito: “alteración e interrupción anticonstitucional del orden democrático” como lo anota su articulo 19. La Carta también exige el consentimiento del gobierno afectado incluso para evaluar una amenaza a la democracia. Si el gobierno mismo está amenazando las condiciones mínimas de la democracia el hemisferio no está preparado para actuar, ya que esto ciertamente no constituiría una invitación por parte del gobierno afectado.

Dos simples facciones ayudarían a remediar este problema y permitirle a los gobiernos del hemisferio a actuar cuando sea necesario.

En primer lugar una clara definición de lo que se quiere decir con “alteración e interrupción anticonstitucional del orden democrático”. Esas condiciones deben incluir entre otros, en mi opinión, cuando haya ocurrido la violación de la integridad de las instituciones centrales, controles constitucionales internos que permitan la separación de los poderes.

En segundo lugar, las celebraciones de elecciones que no cumplan con normas internacionales mínimas. Estas normas están siendo definidas muy claramente entre todos nosotros, incluyendo en el Centro Carter donde participamos como observadores.

Tercero, cuando más elecciones periódicas no se estén realizando o no se respeten los resultados de una elección. En cuarto lugar, cuando hayan violaciones sistemáticas de libertades básicas, incluyendo la libertad de expresión, de asociación o respeto a los derechos de las minorías. Quinto, cuando ocurra una interrupción anticonstitucional del mandato oficial de cualquier elegido por el pueblo.

Sexto la remoción o interferencia arbitraria o ilegal en el nombramiento o deliberación de los miembros de las ramas judiciales o de los cuerpos electorales. Sétimo, interferencia por parte de oficiales no electos tales como oficiales militares, en la jurisdicción de los oficiales electos.

Finalmente ocho, el uso sistemático del cargo público para silenciar, hostigar o interrumpir las actividades normales y legales de los miembros de la oposición política, de la prensa o de la sociedad civil.

Todo esto constituye amenazas a la democracia y con ciertas modificaciones después de que se ha debatido, se ha llegado a la definición de lo que se quiere decir por interferencia dentro de la democracia y esto se tiene que aclarar muy detenidamente.

Tengamos también que regular y tener una serie de respuestas automáticas para superar la inercia y la parálisis de la voluntad política que resulta de normas inciertas y la necesidad de lograr un consenso con respecto a cada una de las presuntas violaciones.

Cuando una amenaza democrática ya es identificada los presuntos trasgresores entonces van a poder explicar sus acciones ante el Consejo Permanente y ahí se haría una plena evaluación y después de estos se podría elegir respuestas posibles las cuales pueden elegirse de una posibilidad distinta de opciones donde participen no solamente la OEA sino también existan incentivos y desincentivos de parte de las instituciones multilaterales del sector privado.

También existe un papel importante para los dirigentes no gubernamentales. Nosotros en el Centro Carter hemos convocado un grupo de ex mandatarios del hemisferio y de primeros ministros para ayudar a dar mayor visibilidad al Centro Carter para hacer participar más a la OEA y ayudar a proveer respuestas apropiadas cuando se vea amenazada la democracia.

Después de casi 20 años en el Centro Carter hemos tenido un consejo de ex mandatarios de las Américas, presidentes y primeros ministros que han sido democráticamente elegidos y que han decidido trabajar con nosotros en todo el hemisferio para ayudar con las elecciones, sobre abuso de los derechos humanos. Hemos tenido 32 miembros, que han contribuido muy ansiosamente ayudándonos en nuestro trabajo. Pero en todo caso esto es algo que tenemos cuando es necesario.

Quiero concluir mis comentarios felicitando a la OEA que ha logrado muchísimo progreso desde mi primera sucesión hace 30 años como promotor de la libertad de la democracia y de los derechos humanos.

La OEA es una de las organizaciones regionales de más prestancia en el mundo. Este hemisferio adoptó la primera convención contra la corrupción en el mundo y ha elaborado mecanismos de evaluaciones bilaterales para las drogas, la OEA ha trabajado y investigado el establecimiento de la paz, el proporcionar becas para los estudiantes y otros asuntos muy importantes para toda la población de las Américas. Además de que es un ejemplo de la adopción de que nuestra mejor esperanza en este mundo es que los estados soberanos puedan trabajar juntos en paz y armonía.

La OEA esta atravesando una difícil transición en este momento pero va a surgir como una organización mucho más fuerte. Un nuevo secretario general será elegido más adelante este año. Y unas importantes discusiones van a celebrarse durante las próxima asamblea general en La Florida y en la próxima Cumbre de las Américas a celebrase en Argentina.

Nos necesitamos los unos a los otros, trabajemos todos juntos para convertir a nuestro hemisferio en el rayo de la esperanza de la dignidad humana y la cooperación para el siglo XXI.

Muchas gracias.