Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
INSTALACIÓN DE LA XXXIII ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

8 de junio de 2003 - Santiago, Chile


Señor Presidente:
Hemos llegado a estas tierras desde los más lejanos confines de las Américas guiados por la gran admiración que despierta la fortaleza de las instituciones democráticas de esta nación, y por la reciedumbre y el coraje con los que luchó este pueblo contra el autoritarismo y la sistemática violación de los derechos humanos y las libertades públicas. Ya no se habla más de la disyuntiva democracia o desarrollo. Ustedes, el pueblo chileno, claramente han dicho de manera categórica que no se pueden sacrificar derechos con el pretexto del crecimiento.

Gracias al pueblo de Chile por su siempre generosa hospitalidad. Nuestra gratitud a la Canciller de Chile, doña Soledad Alvear, por su dedicación para asegurar el éxito de esta asamblea, por la renovada y activa política exterior chilena en apoyo de la unidad y la integración, y por su consejo siempre valioso y atinado. Gracias también al embajador Estebán Tomic por su eficacia y profesionalismo.

En particular, gracias a usted señor Presidente Lagos, un indiscutible líder hemisférico a quien todos reconocemos su entereza, su visión, su inteligencia, su sabiduría, su vasto conocimiento de los asuntos públicos. Usted encarna los valores democráticos por los que estamos luchando los americanos.

Ustedes, Presidente Lagos, han logrado también alcanzar una economía que ha permitido una mayor dinámica de crecimiento, ha reducido la pobreza, ha aumentado el ingreso per capita y propiciado altas tasas de ahorro e inversión, y han convertido a Chile en un semillero de innovadoras ideas en materia de política social. En fin, con base en estabilidad democrática, paz social y respeto al estado de derecho, han creado un entorno favorable a la inversión y han fortalecido la gobernabilidad democrática.

No es coincidencia que la gobernabilidad democrática haya sido también el tema de la reciente reunión en Cuzco. Sin duda, los comienzos del milenio han resultado tempestuosos. Cuando la primera versión de la Carta Democrática llegó a nuestra Asamblea de Costa Rica, las ideas y mecanismos consignadas allí parecían algo que no tendría sino contradictores esporádicos, y por momentos pareció como un buen y oportuno ejercicio académico para actualizar la bien lograda y pionera Resolución 1080 y el Compromiso de Santiago con la Democracia.

Ya desde Barbados, asamblea 2002, pudimos apreciar la relevancia de la Carta Democrática. Y desde el último año nos hemos aferrado con firmeza a sus preceptos por las muchas dificultades que encuentran nuestros gobernantes para responder a las demandas ciudadanas, para atender los reclamos, las protestas y los malestares que surgen contra las decisiones o políticas gubernamentales, contra la globalización o contra la integración regional, algunos fundados, otros apenas justificados. La Carta se ha constituido así en un documento capital, viviente, imprescindible, casi podríamos decir imperativo. Allí están consagradas las múltiples dimensiones de lo que, hoy, es democracia.

Los cambios que ha traído en América la globalización y que multiplican de manera exponencial problemas y desafíos, son grandes. Ya en otras ocasiones hemos tenido la oportunidad de hablar de la volatilidad de capitales, la más indeseable de las características de la globalización y que es hoy el más grande escollo a la gobernabilidad democrática en las Américas.

Cuando hablamos de gobernabilidad democrática también tenemos que mencionar cómo la globalización ha creado una enorme presión sobre nuestros sistemas políticos, lo que súbitamente ha hecho aflorar sus falencias, sus debilidades, sus vicios. La globalización quita velos y desenmascara problemas que han estado presentes en nuestras sociedades por décadas.

Y en estos tiempos tan poco pródigos en conquistas materiales se ha creado una conciencia planetaria por la justicia social y las conquistas democráticas; por las elecciones libres y justas; por la separación de los poderes; por la independencia de la justicia y por la lucha contra la impunidad; por el ataque despiadado a la corrupción y por más transparencia; por la rendición de cuentas; por el juicio severísimo a los partidos políticos. La defensa de la libertad de prensa y de expresión ha adquirido nuevos bríos; la creciente presencia de la sociedad civil con sus críticas severas, sus gritos y protestas, hacen estremecer nuestras maltratadas instituciones. Como nunca antes en nuestra historia, han surgido con fuerza luchas contra la discriminación, la defensa de los derechos de los más débiles, de las mujeres, de los indígenas, de los niños.

En la prestación de los servicios públicos tenemos grandes deficiencias en muchos de nuestros países, lo que impide a los ciudadanos llevar una vida digna. A todos ofende el que Latinoamérica sea la región mas inequitativa del mundo. A pocos importa si ello es consecuencia del anterior o del actual modelo económico. Y todo ello quebranta la gobernabilidad democrática.

Frente a la magnitud de estos retos, tenemos que preparar a la OEA y al sistema interamericano para que los gobiernos en dificultades tengan la posibilidad de hacer buen uso de sus instituciones, de enfrentar los problemas y de, como dice usted Presidente Lagos, gobernar sobre la globalización.

Por todos es conocido el proceso aun inconcluso que permitió que Guatemala y Belice empezaran a encontrar propuestas para resolver las significativas diferencias que han tenido sobre su frontera común. Honduras también prestó su concurso. Con el uso de un mecanismo de facilitadores de ambas partes y con el Secretario General de la OEA como testigo de honor, recorrimos un largo camino que esperamos pueda tener feliz conclusión en un futuro no lejano. Gracias a tantos países miembros y observadores que cooperaron para financiar este proceso.

Quiero también mencionar la eficaz labor del Embajador Luigi Enaudi y su equipo para asegurar el cumplimiento de medidas de confianza entre Nicaragua y Honduras, mientras la Corte Internacional de Justicia resuelve el litigio de fondo. También quiero aludir a las tareas que actualmente se cumplen con el apoyo del Instituto Panamericano de Geografía e Historia para ayudar a Honduras y El Salvador a cumplir la sentencia de la Corte de la Haya en la demarcación de la frontera común.

La OEA ha abierto, también, un espacio para hacer investigaciones rápidas y eficaces. Esto se hizo en el caso del tráfico ilegal de armas que involucró operaciones y transacciones en tres estados, Colombia, Nicaragua, Panamá. La investigación que realizó el Embajador Morris Busby será de utilidad para las autoridades judiciales, policiales, militares, así como para los gobiernos en su compromiso de controlar el tráfico ilegal de armas dentro del marco del CIFTA.

En el caso de los graves incidentes que se produjeron en Bolivia el 12 y 13 de febrero, hemos logrado, con la colaboración de expertos de Estados Unidos, Brasil y Colombia hacer una primera descripción de los hechos, ayudar al ejecutivo a establecer las responsabilidades políticas de sus funcionarios y hacer recomendaciones para evitar la recurrencia de situaciones similares. Nuestro informe propone acciones para que la Fiscalía pueda llevar a buen término la investigación y defina las responsabilidades individuales.

Quisiera ahora llamar la atención sobre los programas de nuestra Unidad para la Promoción de la Democracia que contribuyen a mejorar la gobernabilidad democrática: la Red Interamericana de Descentralización, el Foro Interamericano sobre Partidos Políticos, las reuniones sobre parlamentos y autoridades electorales, la conferencia sobre financiación de la política que copatrocinamos con el Centro Carter y el ambicioso proceso de investigación que estamos adelantando con la ONG IDEA.

En materia de seguridad hemisférica, queremos señalar cómo ésta ha pasado a ser una actividad de la más alta prioridad en la OEA. Es un proceso a cuyos inicios está ligado Chile con la celebración de la primera reunión sobre medidas para la construcción de confianza y la seguridad. Este año ha tenido lugar la segunda reunión sobre las preocupaciones de seguridad de los pequeños estados insulares, en San Vicente y las Granadinas, la cual renovó la vigencia de la multidimensionalidad en asuntos de seguridad hemisférica. Allí, la Secretaria General rindió el informe sobre seguridad en el transporte de material nuclear por el Caribe y se verificó el crítico papel que juegan los desastres naturales en los estados insulares del Caribe.

En San Salvador, en la reunión del CICTE, se renovó el compromiso hemisférico en la lucha contra el terrorismo. Tanto en la reunión de Ministros de Defensa, acá en Chile, como en la reunión de expertos sobre medidas de confianza, en Miami, se hizo énfasis en la importancia que han adquirido la transparencia y la confianza mutua para la seguridad y defensa del hemisferio. Hemos logrado hacer una importante agenda común entre los Ministros de defensa y la Comisión de Seguridad Hemisférica.

En CICAD, hemos profundizado en la aplicación del MEM. Este año, por primera vez, la Comisión pudo apoyar programas prioritarios identificados por los países y decididos por la Comisión, incluyendo, por ejemplo, uno para medir el impacto de las drogas en la delincuencia cotidiana. Quiero también destacar la propuesta integral para fortalecer la asistencia legal mutua, preparada por mandato de los Ministros de Justicia, en Ottawa, así como los avances logrados en materia de delito cibernético.

La reunión especial de seguridad a realizarse en México constituye una gran oportunidad para definir una arquitectura flexible, basada en la cooperación, que aproveche y coordine la experiencia de los distintos instrumentos, herramientas e iniciativas que se han diseñado dentro de la OEA para hacerle frente a las nuevas amenazas no militares.

En cuanto al desminado, quisiéramos reportar que Nicaragua ha desminado el 65% de su territorio; en Costa Rica se terminaron las operaciones en el 2002; y en Honduras se espera terminar en el mes de septiembre. Igualmente, en los dos últimos años se han destruido 500.000 minas que estaban almacenadas en Ecuador, Honduras, Nicaragua y Perú. Quiero agradecer a todos los donantes de recursos financieros y de personal de supervisión su invaluable cooperación.

Toda esta adaptación se está logrando mediante la vigorosa transformación de nuestra agenda a través del proceso de Cumbres Americanas. Los Ministros tendrán mañana, en le marco de nuestra Asamblea, la oportunidad de hacer una reunión abierta a los medios, a los invitados especiales y a la sociedad civil.

Este año hemos creado una Secretaría Ejecutiva, hoy bajo la dirección de una ilustre chilena, que nos apoyará en el cumplimiento de múltiples responsabilidades, tales como llevar la memoria institucional del proceso, servir de apoyo al grupo de seguimiento y a los Comité Directivo y Ejecutivo, y hacer la tarea de coordinación con otros organismos internacionales: BID, Banco Mundial, IICA, PAHO, CAF, Banco Centroamericano de Integración y Banco del Caribe.

La Secretaría nos ha servido el último año para apoyar las reuniones Ministeriales que constituyen uno de los principales componentes de los mecanismos de seguimiento e implementación de los mandatos de las Cumbres. Los Ministros de Cultura han creado una Comisión Interamericana para que ejecute sus programas colectivos. En agosto, los Ministros de Educación avanzarán en tres ejes temáticos en los que se incluye la financiación para el sector por parte de las agencias internacionales. Los Ministros de Trabajo han seguido abordando los efectos de la globalización y la integración en la dimensión laboral, así como la modernización de la administración laboral. La Conferencia Interamericana se celebrará en Brasil en Octubre. Los Ministros de Transporte se reunieron en Ixtapa hace tan solo unos días y adoptaron el Programa de Acción, con el cual se comprometieron a desarrollar una política regional para construir la infraestructura que requieren las Américas para su integración económica.

Este año quisiera hacer énfasis en el esfuerzo de los Estados miembros por adoptar en su legislación las disposiciones internas requeridas por el sistema interamericano de derechos humanos y por alcanzar la universalidad del mismo mediante la ratificación de la Convención Americana y la aceptación de la jurisdicción de la Corte. Este proceso es de gran importancia para fortalecer la integridad y eficacia de la protección brindada por el sistema a los habitantes del hemisferio.

Vale la pena en esta ocasión realzar el papel de la Relatoria Especial para la Libertad de Expresión. Quiero también llamar la atención en como, año tras año, hemos ido avanzando en darle a la Corte y a la Comisión la mayor autonomía institucional posible. Este año se hizo énfasis en el tema de racismo y los derechos de los trabajadores migratorios y de sus familias. Así mismo, nos satisfacen los avances logrados en la declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas.

En materia de corrupción, queremos reportar el éxito del mecanismo de seguimiento, que nos ha permitido producir un informe sobre Argentina y que hacia julio nos permitirá tener informes sobre Colombia, Paraguay y Nicaragua, países que voluntariamente se ofrecieron para ser analizados.

Sin duda, el mejor ejemplo de una cabal aplicación de la Carta Democrática lo constituye el caso de Venezuela donde, con el apoyo del Centro Carter y del PNUD, hemos cumplido una función de facilitación en una Mesa de Negociación y Acuerdos.

En este tema, la Resolución 833 del Consejo Permanente definió nuestro mandato. Hemos desempeñado nuestras funciones tratando de evitar que las turbulencias políticas, la agitación social y las gigantescas movilizaciones ciudadanas, en medio de una gran polarización, desembocaran en episodios de violencia o en el menoscabo del estado de derecho y el orden constitucional. Hubo algunos acontecimientos que lamentar y la pérdida de algunas vidas, pero en general no se dieron hechos de mayor gravedad, en buena parte gracias al inmenso respeto que por la vida existe en Venezuela.


Uno de los más importantes logros de la Mesa de Negociación y Acuerdos ha sido el de servir de canal abierto de comunicación, especialmente en los más álgidos momentos, así como de elemento de moderación y contención de las pasiones políticas en todas las circunstancias.

Las partes lograron un acuerdo que fue firmado el día 29 de mayo. La eventual utilización del articulo 72 de la Constitución de ese país si se dan, según el Consejo Nacional Electoral, los requisitos constitucionales en relación con las firmas, sin duda representa la salida pacífica, democrática, electoral y constitucional que tan intensamente hemos buscado en la Mesa y a la que hace referencia la Resolución 833 del Consejo Permanente.

El acuerdo contempla la disposición del gobierno del Presidente Chávez de cumplir con las responsabilidades que le corresponden de dar los recursos financieros y de seguridad para su eventual realización, en referendos convocados por el CNE. Todos se han comprometido a acatar la Constitución, y a respetar las decisiones del nuevo CNE y del Tribunal Supremo de Justicia. El acuerdo se ha diseñado pensando en el fortalecimiento de las instituciones democráticas del país y de las funciones constitucionales de los poderes públicos. Gracias al grupo de amigos del Secretario General, compuesto por Brasil, Estados Unidos, México, Chile, España y Portugal, por su apoyo a nuestras tareas.

Quisiera en este momento hacer una referencia a la libertad de expresión. Como ya lo hemos señalado en Caracas, es muy importante que se informe a los ciudadanos sobre las opciones políticas con objetividad e imparcialidad. Y en el trámite de la legislación que está a estudio de la Asamblea, es fundamental que después de un diálogo con medios y periodistas surja incólume la libertad de expresión para que Venezuela pueda recorrer este conmocionado período de cambios institucionales dentro del pleno respeto a los valores democráticos. Para la OEA es particularmente importante el reconocimiento que el gobierno y la oposición hacen en el acuerdo de la Carta Democrática, y la referencia expresa y taxativa de la totalidad de principios y normas allí consignados.

En la Secretaría, como lo señala el acuerdo, damos por concluido el funcionamiento de la Mesa de Negociación y Acuerdos. El facilitador se mantendrá a disposición de las partes para cualquier problema significativo que surja en su desarrollo. Esperamos que las instituciones, el Gobierno y la oposición resuelvan cualquier impase dentro de los preceptos del acuerdo y a través del mecanismo de enlace que ambas partes se han comprometido a crear. Estamos dispuestos a cumplir la función de acompañamiento que ambas partes nos han asignado.

Quiero agradecer, en nombre de nuestra Organización, al gobierno del presidente Chávez, a su Vicepresidente, al Canciller y a todos los representantes en la Mesa, tanto del gobierno como de la Coordinadora Democrática, por su extraordinaria dedicación y seriedad; al Presidente Jimmy Carter por su permanente atención y apoyo; al Secretario Kofi Annan y su equipo; al embajador Valero; y a mi jefe de Gabinete Fernando Jaramillo por la dedicación y acierto con la que trabajó a lo largo de estos meses.

También hay que enmarcar nuestro trabajo en Haití en la utilización de un mecanismo previsto en la Carta Democrática. Desde la última Asamblea los Estados miembros, incluyendo los de CARICOM y algunos países observadores, nos han apoyado en la búsqueda de una solución a la crisis derivada de las elecciones del año 2000. Sin embargo, a pesar de algunos avances, la situación ha cambiado poco desde julio de 2002.

En septiembre, el Consejo Permanente aprobó la Resolución 822, la cual incluyó importantes disposiciones para la normalización de la cooperación económica entre el Gobierno de Haití y las instituciones financieras internacionales; la reafirmación de los mandatos de la Misión Especial de la OEA para el Fortalecimiento de la Democracia en Haití; y un llamado para la “formación de un Consejo Electoral Provisional (CEP) autónomo, independiente, creíble y neutral”, a más tardar el 4 de noviembre de 2002. El proceso de normalización con las entidades financieras esta en marcha; con significativo apoyo de varios países le hemos dado continuidad al trabajo de la Misión, pero no ha sido posible la formación del Consejo Electoral conforme a las bases previamente acordadas.

El Consejo Permanente envió una Misión a Puerto Príncipe en marzo del 2003, dirigida por el Ministro de Relaciones Exteriores de Santa Lucía y el Secretario General Adjunto y con la presencia de representantes de entidades multilaterales de créditos. Tanto yo, como el Secretario General Adjunto, el grupo de amigos y el director de nuestra Misión Especial, creemos que es necesario que el gobierno de Haití de los pasos necesarios para asegurar la celebración de elecciones libres, justas y transparentes, en los términos de las resoluciones del Consejo. También, si esas condiciones se dan, que la oposición participe tanto en el Consejo Electoral como en las elecciones.

Creo que, a pesar de la dificultad para superar la crisis política, debemos persistir con los países miembros de CARICOM y con los países observadores que nos apoyan en luchar por fortalecer los valores democráticos en Haití. No podemos permitir ni aceptar que nuestro país miembro con más problemas sociales y más atraso económico, pierda de manera progresiva su rumbo democrático. Confío que ese sea el mandato de esta asamblea y que trabajemos en ello con renovado vigor. De seguro, tanto el presidente Aristide como sus opositores, nos van a acompañar en ese nuevo esfuerzo de negociación y en mantener el importante rol de la Misión Especial. Nos estimula el que justo anteayer el Presidente Aristide haya escogido un director de la policía con altas dotes profesionales que podría conducirnos por el sendero democrático que hemos estado buscando.

Queremos realzar cómo Argentina emerge de su crisis con sus instituciones democráticas incólumes. El Gobierno del Presidente Kirtchner inicia una era de esperanza, con una enorme tarea económica, política y social por realizar. Está en el interés de todos los americanos el éxito de su gestión, así como el hecho de que el sistema multilateral de instituciones financieras, y en especial el FMI, asuman la responsabilidad que les corresponde de una manera decidida y realista para asegurar la plena reinserción de Argentina en el sistema financiero internacional. Eso es de crucial importancia para todos los americanos y no solamente para Argentina.

Quisiéramos mencionar el significativo éxito en la política económica que ha logrado en Brasil el nuevo gobierno del Presidente Lula. Su liderazgo ha devuelto una gran dosis de confianza no solo en Brasil sino en toda la región. Sus acciones han puesto fin a una oleada de volatilidad que afectó severamente nuestro crecimiento en los dos últimos años. También quisiera poner de presente la estabilidad económica que ha conseguido el presidente Gutiérrez de Ecuador. En Colombia, con un creciente apoyo de la comunidad de naciones, el Presidente Uribe ha avanzado significativamente en su política de seguridad democrática diseñada para hacerle frente a los problemas de narcoterrorismo que tanto han afectado a mi país. Igualmente, nos satisface a todos la elección plenamente democrática en Barbados, Belice, Jamaica, Paraguay y Trinidad y Tobago.

Todos esperamos que las negociaciones en curso sobre la constitución del ALCA, se terminen en los plazos establecidos y alcancen resultados equitativos y equilibrados teniendo presente los intereses de todas las subregiones. Como ya lo hemos visto, la celebración de acuerdos bilaterales y la profundización de los acuerdos subregionales son útiles a la integración hemisférica. Enhorabuena por la firma del tratado Chile- Estados Unidos. Es parte de una amplia política de Chile de acuerdos con países y grupos de la región y afuera de ella. Tuve la ocasión, como presidente de Colombia, de hacer uno pionero con Chile hace ya cerca de una década. No podemos olvidar, sin embargo, la importancia de concretar un acuerdo genérico y comprensivo que profundice el acceso a los mercados entre todos los países del Sistema Interamericano y vincule sus economías con disciplinas comunes.

Para todos es muy importante dar cumplimiento al Acuerdo Ministerial de DOHA, particularmente en lo relacionado con las reglas del sistema multilateral de comercio. Para concretar el ALCA, los negociadores tienen el reto de ser muy realistas en esta etapa final. Urge llegar a un consenso sobre qué aspectos se van a negociar en la ronda multilateral de Doha y qué aspectos mantener en el ALCA. La aprobación en la Reunión Ministerial de Quito de un Programa de Cooperación Hemisférico para fortalecer las capacidades relacionadas con negociaciones comerciales nos ha permitido apoyar aun más el proceso negociador, particularmente en relación con las economías más pequeñas y vulnerables.

Gracias al esfuerzo de Estados Unidos, nuestro principal contribuyente, la liquidez de la Organización mejoró sustancialmente en el 2002, lo cual permitió reducir los retrasos en los pagos y asegurar su salud financiera en el largo plazo. De manera simultánea continuó el deterioro en materia presupuestal, como resultado de 8 años de congelación de sus ingresos nominales. Las limitaciones crecientes del Fondo Regular han hecho que las áreas de la Organización acudan a fondos específicos, los cuales han aumentado desde un 15% en la ejecución presupuestal del 97, hasta un 46% en la del 2002. Para algunas áreas el uso de fondos específicos es aun mayor. En el 2002, estos financiaron el 81% de las iniciativas en el área de democracia y el 77% de las actividades de CICAD.

En algunos aspectos esta tendencia es positiva, pero cada vez son más los recursos administrativos y técnicos dedicados a administrar fondos específicos, y cada vez tenemos menos recursos para los mandatos de Cumbres Hemisféricas y nuestras Asambleas. Cuando miren el futuro de la Organización, los países miembros deben revisar estos aspectos de la financiación porque no es posible, de manera indefinida, atender demandas crecientes de actividades y recursos con una reducción en el Fondo Regular. Ello no se corresponde con el papel que se le está otorgando a la OEA en los asuntos hemisféricos.

Quisiera hacer unas últimas reflexiones que nos puedan llevar a una mayor gobernabilidad democrática.

Creo necesario llamar la atención sobre la pertinencia de convocar una Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y Gobierno a propuesta de Canadá, porque sin duda vivimos tiempos durante los cuales no solo se ha afectado severamente nuestro crecimiento económico, sino que hay cada vez mas interrogantes sobre cómo deben actuar nuestros gobernantes para superar semejantes escollos. Desestimar un poco la importancia de las variables políticas en los 90s y haber creído que el desarrollo está determinado solo por variables económicas, fue sin duda un camino errado. Por eso, lo que antes era una discusión económica sobre el modelo, se ha convertido ahora en una discusión eminentemente política.

Los latinoamericanos en particular tenemos que abandonar el camino de las sobre simplificaciones. Siempre, cuando uno de esos modelos de una sola variable se nos agota, nos movemos a la siguiente: estatismo y proteccionismo, mercados, libre comercio, apertura, globalización, son formulas o recetas que nunca explican nuestros problemas, nuestros transitorios éxitos, ni nuestros frecuentes fracasos.

También hemos aprendido que algunas de las políticas que aplicamos en los 90s y que nos llevarían a la prosperidad, no eran el punto de llegada sino apenas el de partida, apenas una precondición. Los que se enunciaban como grandes objetivos en los noventas se volvieron simples prerrequisitos y ya no tienen el brillo, la novedad, ni ese aire de infalibilidad. Es necesario hacer un mejor balance entre lo que fueron los resultados del anterior modelo y lo que han representado los logros y limitaciones del nuevo. Tal vez lo único cierto es que ni uno ni otro tienen mucho que mostrar, ni en términos de disminuir la pobreza, ni en términos de reducir la desigualdad.

Los programas de ajuste estructural y modernización de la economía le dieron a la política social un papel apenas marginal, residual, limitado a aminorar las inevitables consecuencias de dichas medidas. Por eso no nos podemos sorprender por la ineficacia de nuestros Estados en la lucha contra la pobreza.

Esperamos que la Cumbre Extraordinaria sirva para que de manera colectiva nuestros gobernantes tomen una decisión mucho más categórica y expresa para que la política y la inversión social tengan un rol central en nuestros estados, en las acciones de nuestros gobiernos. Como lo ha señalado el presidente Lagos, nadie ganará si no hay justicia social.

Y se nos hace imperativo, con la guía de nuestros gobernantes, construir una nueva agenda común que supere los paradigmas de la década pasada que han sido desbordados por los acontecimientos recientes y que han afectado seriamente la gobernabilidad democrática. Requerimos de un plan para encarar la globalización y para fortalecer nuestra posición competitiva. Estamos urgidos de construir sistemas educativos que nos ayuden a cerrar la brecha de ingresos entre los que más tienen y los que menos. Quisiera mencionar el importante papel que puede jugar el Portal de las Américas para la Educación, iniciativa de nuestra Agencia de Cooperación. Necesitamos también un conjunto de políticas para fortalecer la paz social, el respeto al estado de derecho y la seguridad ciudadana.

Construir y desarrollar esta agenda a comienzos del milenio, nos permitirá hacer realidad nuestros sueños de integración y justicia social. Les corresponde a nuestros gobernantes dar un fuerte timonazo para asegurar que en los años por venir arribemos a buen puerto. Solo con más reformas, más democracia y mejores instituciones y políticas estatales, podremos abocar las tareas de crecimiento, equidad social, inclusión y bienestar para todos los americanos. Gracias a los chilenos por ofrecernos este generoso y estimulante marco para nuestra Asamblea.

Muchas Gracias