Resoluciones Asamblea General


TERCERA REUNIÓN DE MINISTROS DE JUSTICIA O DE MINISTROS O PROCURADORES GENERALES DE LAS AMÉRICAS

1 al 3 de marzo de 2000 San José, Costa Rica 

 Discurso del Embajador Christopher R. Thomas Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos durante la III Reunión de Ministros de Justicia o de Ministros o Procuradores Generales de las Américas

Señor Presidente de la República de Costa Rica, Dr. Miguel Ángel Rodríguez,

Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Luis Paulino Mora,

Señora Segunda Vicepresidenta de la República, Dra. Elizabeth Odio,

Señora Ministra de Justicia y Gracia de Costa Rica, Dra. Mónica Nagel Berger,

Señor Procurador General de la República, Lic. Román Solís,

Señores miembros de los supremos poderes de Costa Rica,

Señores Jefes de delegación,

Señores delegados,

Señores observadores e invitados especiales,

Señores miembros del cuerpo diplomático,

Señoras y Señores presentes,

La justicia y la seguridad social son bases de una paz duradera así reza el inciso "j" del artículo 3 de la Carta de la Organización de los Estados Americanos en el cual ambos conceptos, justicia y seguridad social van de la mano y garantizan el logro de ese objetivo que ha sido el pilar de nuestra organización desde los tiempos de la unión panamericana: la paz.

Así lo han entendido nuestros gobiernos, con mucha mayor claridad desde la Asamblea General de Lima, en 1997, cuando destacaron la importancia de realizar una reunión de ministros de justicia o de Ministros o Procuradores Generales a los efectos de considerar aspectos tendientes a una mejor administración de justicia y cooperación jurídica y judicial en las Américas.

Desde aquella asamblea general hemos visto celebrarse la I y II Reuniones de esta naturaleza en Buenos Aires y en Lima, y también hemos sido testigos de la importancia que le otorgó al tema la II Cumbre de las Américas celebrada en Santiago de Chile.

La celebración de esta III Reunión, en San José de Costa Rica, país democrático por excelencia y arduo defensor y pionero de los derechos humanos, y al que quedamos profundamente agradecidos por su ofrecimiento y hospitalidad, es muestra del ímpetu que han puesto nuestros gobiernos en la promoción de estos valores, la justicia, la seguridad social y la paz, dentro de un marco de amplia y completa independencia.

El ofrecimiento de Trinidad y Tobago para ser sede de la próxima reunión de ministros de justicia asegura la continuidad del proceso y constituye una garantía para seguir multiplicando las áreas de cooperación internacional y los foros de discusión abierta sobre temas particularmente importantes de la agenda hemisférica

Esta continuidad no debe ser, sin embargo, formal sino real. No debemos contentarnos simplemente con establecer y garantizar espacios de comunicación entre nuestros ministros.

Debemos seguir trabajando para que dichos esfuerzos den los frutos que esperan aquellos a quienes se busca finalmente servir con estas reuniones: La sociedad civil en su conjunto de nuestra América, que lamentablemente, muchas veces no llega a disfrutar de los resultados concretos de estos procesos.

Durante el año pasado hemos visto muchos objetivos hechos realidad. Se trabajó con gran esfuerzo y esto se plasmó en la creación de un Centro de Estudios de Justicia de las Américas cuyo consejo directivo fue conformado hace algunas semanas.

En dicho centro recae la responsabilidad de dar respuestas a las exigencias de muchos seres humanos que siguen confiando en el sistema democrático, en la justicia, en la imparcialidad y en la independencia de los poderes judiciales.

La tarea que le ha sido encomendada no es nada fácil, y requiere un alto grado de responsabilidad y encomio, así como tener la certeza de que las instituciones, aunque muchas veces burocráticas y lentas, pueden reformarse, pueden modernizarse, para servir eficientemente a la sociedad en su conjunto.

El perfeccionamiento de los recursos humanos, el intercambio de información, la cooperación técnica, la reforma y modernización de los sistemas de justicia en la región son todas tareas que le competen al centro de estudios de justicia de las Américas.

En nombre de la secretaría general, ofrezco todo lo que esté a nuestro alcance para colaborar en el logro de dichos objetivos.

Creemos en los valores y principios que alimentan a la democracia, y dentro de ese espíritu, creemos que los mismos han de servir de marco a las tareas del centro como una condición indispensable para el éxito en sus labores.

Otro punto en el que el trabajo realizado ha sido muy satisfactorio ha sido en el área del delito cibernético.

El delito cibernético plantea serias dificultades, la magnitud potencial de los problemas que presenta a nuestros gobiernos hizo que durante la II Reunión de Ministros de Justicia se recomendará el establecimiento de un grupo de expertos gubernamentales.

Los frutos de la labor de dicho grupo que se reunió dos veces durante el año pasado, se someterán a esta reunión y las conclusiones a las que llegó revisten una importancia fundamental.

Es indispensable a este respecto que los estados miembros identifiquen sus necesidades de capacitación en un área aún poco conocida y compleja como esta, de tal manera que se propicien esquemas de cooperación bilateral, regional y multilateral en este campo.

Deseo referirme en particular a aquella recomendación mediante la cual se insta a los estados miembros a tomar medidas para sensibilizar al público, incluyendo a los usuarios del sistema educativo, del sistema legal y administración de justicia sobre la necesidad de prevenir y combatir el delito cibernético.

Debemos entender que es sólo con la colaboración de los usuarios y con los esfuerzos de educación y concienciación en los niveles más álgidos de nuestras poblaciones que podremos combatir esta nueva forma de delito que amenaza con convertirse en una nueva plaga criminal en los inicios de este nuevo siglo.

Igualmente en el área de la extradición, decomiso de activos y asistencia jurídica mutua se ha logrado una importante compilación de información remitida por varios estados miembros de la OEA.

Esta información ya está siendo utilizada con éxito por diversos países y organismos gubernamentales.

Quedan sin embargo diversos puntos en los cuales hay que seguir avanzando y que han quedado rezagados de reuniones anteriores.

Me refiero por ejemplo al punto relativo a las autoridades centrales, eje fundamental para el cumplimiento y la implementación de numerosas convenciones interamericanas sobre cooperación jurídica y judicial.

El trabajo efectivo y ágil en fortalecer la asistencia legal y judicial entre los estados miembros de la OEA, particularmente en lo que se refiere a la solicitud de entrega de documentos y otros medios de prueba, requiere una autoridad central perfectamente identificada, algo que está ausente en muchos de los instrumentos jurídicos a los que hago referencia.

La Secretaría General desea insistir en la importancia de que se convoque a una reunión de autoridades centrales y exhorta a los estados miembros que, en caso de que aún no lo hayan hecho, designen autoridades centrales para asegurar la efectiva aplicación de estos tratados.

La Secretaría General se ofrece a colaborar desde el punto de vista técnico y administrativo en la organización de una reunión de esta naturaleza.

Esta III Reunión de Ministros de Justicia no sólo debe evaluar los resultados de las acciones emprendidas como consecuencia de las reuniones anteriores, sino que debe proseguir en su marcha por abordar nuevos temas de preocupación para varios de los estados de este hemisferio.

Es así como los temas de la resolución alternativa de conflictos y de la salud integral en las cárceles se han incluido en la agenda, aguardando una respuesta afirmativa y concreta por parte de las autoridades que se reúnen el día de hoy y hasta el viernes.

Somos conscientes que los sistemas tradicionales de administración de justicia en nuestro continente, por más modernos y perfeccionados que sean, encontrarán en algunos casos serias dificultades. Las exigencias y expectativas que generan los conflictos en los tiempos modernos con sus nuevas características y sus desafíos para el sistema establecido, requieren respuestas especiales para cada caso en particular, en relación con los sectores de menores recursos económicos.

Es así como la búsqueda y la utilización de métodos alternativos de solución de controversias se presenta como una tarea prioritaria para todos aquellos que se encuentran envueltos en la administración de justicia.

Debemos reconocer que estos medios extrajudiciales, que ya se aplican desde hace un buen tiempo, con diferentes grados de difusión en nuestros países, son ágiles y expeditos y colaboran con los sistemas tradicionales en la sostenibilidad de los sistemas democráticos.

Por lo tanto, debemos intentar buscar los instrumentos adecuados para promover y desarrollar estos medios, que aseguren el fortalecimiento de un sistema más justo y efectivo.

La justicia no sólo radica en el resultado final, sino en la oportunidad y en el acceso que a la misma puedan tener todos los sectores de la población.

En cuanto al tema de la salud integral en las cárceles, creo que no podía haber sido la agenda más oportuna al respecto.

Muchas veces, la preocupación fundamental en nuestras reuniones es el tema de la administración de justicia antes de emitida una sentencia. Pocas veces nos preguntamos por el destino que corren aquellos que tienen la desgracia de ser hallados culpables y que son confinados en una cárcel a cumplir una condena.

Estas poblaciones encarceladas pertenecen a un mundo distinto, a una sub cultura con sus propios modelos y sus propias dinámicas. Son sub mundos en los que existe enfermedad, drogas, violencia. Son realidades que muchas veces en vez de readaptar a la persona, la preparan para acostumbrarse y sobrevivir en la violencia, en la ilegalidad y en la desadaptación.

Tengo muchas expectativas por ver los resultados que sobre este tema se logren en esta reunión, así como también albergo la esperanza de que en estos tres días, nuestras autoridades sepan enfrentar el problema de una manera sabia y concurran en conclusiones y recomendaciones que nos lleven a la implementación de medidas para aliviar esta problemática que afecta directa e indirectamente a todos los ciudadanos de nuestro continente.

No quiero finalizar sin agradecer nuevamente y en especial al gobierno y pueblo de Costa Rica, que nos han recibido, una vez más, con los brazos abiertos a esta nueva cita que nos convoca.

Hago votos porque estas reflexiones finales enriquezcan los debates que han de seguir en los próximos días y deseo toda clase de éxitos a las autoridades a las que los ciudadanos de las Américas han confiado sus destinos.

Finalmente quiero expresar de modo muy especial mi reconocimiento al Dr. Miguel Ángel Rodríguez, Presidente de la República, por sus iniciativas y gestiones para consolidar los valores de justicia y derechos humanos en el sistema interamericano.

Permit me to conclude by welcoming the Ministers of Justice and the delegations of CARICOM who are here with us today. On behalf of the Secretariat I wish them and all delegations here present a most successful meeting.

¡Muchas Gracias!.