Thirteenth Lecture - Baltasar Garzón


Thirteenth Lecture - April 18, 2006

“Judicial Power and Impunity”

Orador: Baltasar Garzón, Spanish investigating judge

Es justo reconocer la excelente iniciativa de esta Cátedra de las Americas para transmitir lo que aquí se habla y se dice en un organismo político como es la O.E.A. hasta millones de personas.

Mi presentación de hoy va a hacer referencia al “Poder Judicial e Impunidad”, en definitiva, al papel que el poder Judicial puede y debe representar en el ámbito de la aplicación del derecho como valor que debe erradicar la impunidad.

Todos estamos implicados en el universo de los derechos y obligaciones humanas y por ello todos tenemos la obligación de conseguir que la situación de los mismos cada día vaya a mejor. Desde mi punto de vista es una cuestión de solidaridad, la solidaridad como valor humano surge del principio de igualdad de los ciudadanos y debe superar el hecho de la desigualdad real entre esos mismos ciudadanos. Constituye una actitud revolucionaria permanente en la lucha por obtener mayores cotas de protección y defensa de los mismos. Esa actitud que cada vez penetra más en numerosos hombres y mujeres es la que describe la responsabilidad política que da sentido a la lucha por la dignidad de ser humano. No es un sistema adecuado para esa resolución de conflictos que tiene en su base respecto a la dignidad humana, la utilización de la fuerza, como muchos erróneamente piensan, sino que la fuerza de la razón es la que debe imponerse, y en esa fuerza de la razón tiene un papel preponderante el derecho y la justicia como medio pacífico de resolución de conflictos y por tanto de acciones contra las políticas de impunidad.

Uno de los argumentos básicos de la impunidad aparece cuando la clase dirigente de un país determinado acepta la existencia de espacios sin derecho, es decir, espacios opacos en los que la acción judicial civil u ordinaria no puede penetrar, estableciéndose tan solo como límite, en esos casos, la mera voluntad del líder. Normalmente los intereses de éste no van a coincidir con los intereses de la sociedad a la que dice representar.

Cuando en un sistema se percibe esa falta de límites, de control, es el momento en el que el papel del poder judicial resulta esencial, de modo que de la acción judicial o de la inhibición de la misma, de la acción independiente y con sujeción a la ley y de la acción responsable de aquella va a depender que las cosas tomen un sentido u otro.

La primera pregunta que a mí se me ocurre es ¿es bueno que los jueces tengan poder?, o, por el contrario, deben ser meros medidores y aplicadores de normas; ¿deben tener un poder amplio en la sociedad democrática o no?. Lo cierto es que el poder de los jueces en un sistema democrático es un poder amplio, y necesariamente tiene que ser así, pero no es un poder que carezca de límites, es un poder acotado por la Constitución, acotado por las normas, y es un poder esencialmente responsable. Este último calificativo a veces se olvida con demasiada frecuencia, ese poder responsable, amplio, debe ir correspondido en la justa medida con una exigencia de responsabilidad frente al juez asímismo amplia: “a mayor poder mayor responsabilidad”, y el mismo, debe ser ejercicio con mesura y prudencia pero sin cobardía. No es más progresista aquél juez que aplica más livianamente la norma que aquél otro que la aplica con el máximo rigor, cuando ese máximo rigor está dentro del recorrido legal de la norma y ha sido creado por el legislador para proteger al ciudadano.

Intervención Completa