Disminuyendo la Amenaza de Armas y Munición en las Américas

Las Dimensiones del Problema

En muchos lugares de América la amenaza de la violencia armada a sus ciudadanos es un fenómeno que ocupa los titulares de las noticias con creciente regularidad. Esta amenaza se ve agravada por la relativa facilidad con la que se acede a las armas, munición e incluso explosivos ilegales. En muchos casos suelen ser restos de conflictos pasados que siguen contribuyendo a la inestabilidad e inseguridad en el hemisferio.

El fuerte vínculo establecido entre la producción, venta y distribución de armas, munición y material explosivo con el tráfico de drogas, terrorismo y el crimen organizado transnacional y otras organizaciones criminales redimensiona considerablemente la magnitud del problema. En un estudio del año 2006 realizado por la Fundación Arias por la Paz y el Progreso Humano se calculaba alrededor de 2,85 millones de armas de fuego ilegales, lo que significa que más de una arma de fuego por cada 16 habitantes de la región. La pérdida de vidas humanas por causa del uso de armas de fuego ha sido enorme en muchos países. Según el Observatorio Interamericano para la Seguridad, en la última década, seis países Americanos han informado que más del 65% de los homicidios ocurridos en su país se debe al uso de armas de fuego. Cada año la autoridad de seguridad gubernamental y el cuerpo policial confisca miles de miles de armas ilegales, pero con demasiada frecuencia carecen de los medio para marcar, rastrear y destruir las armas de forma sistemática. A esto hay que añadir que muchas de las armas en el mercado negro y con las que se cometen crímenes se obtuvieron u originaron vía transacciones licitas y de transferencias internacionales legales.

Otro aspecto que añadido al preocupante problema de la seguridad ciudadana es la tenencia legal de una considerable cantidad de armas de fuego y munición por las fuerzas policiales, ejercito y otras entidades estatales y privadas, máxime cuando estos arsenales no se guardan, gestionan o protegen adecuadamente. El peligro de estos arsenales de explosivos y munición convencional caducados u obsoletos no es sólo por el tráfico y venta ilegal a la que se ven sometidos, sino que su mera existencia presenta un peligro permanente a las comunidades de la zona. En estos los últimos años incidentes causados por fuego, error humano, rayos de tormenta, explosivos o propulsores inestables o sabotajes han causado daños devastadores y trágicos a las comunidades vecinas que luego han requerido reparaciones y renovaciones de costes considerables.


Actuando

Ante la creciente concienciación de la necesidad de atender la proliferación, protección y seguridad de las amas de fuego, munición y material explosivo, las naciones de las Américas han rechazado el tráfico ilícito de armas y municiones, y con este fin han hecho importantes pasos para un mejor control y seguridad de las mismas. Veintiséis Estados Miembros de la OEA se han unido desde 1997 para ratificar o aprobar la Convención Interamericana Contra la Producción Ilícita de y el Tráfico de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos, y Otro Material Relacionado (CIFTA, en su siglas en inglés), en un esfuerzo para fomentar la cooperación Interamericana para combatir el azote del tráfico de las armas ilegales. Durante la Conferencia Especial sobre la Seguridad en México 2003, los miembros de la OEA acordaron llevar a cabo las provisiones de la CIFTA con la destrucción, seguridad y gestión de los arsenales de armas nacionales, legislando su distribución y penalizando el tráfico ilegal. En su Cuadragésima Sesión Regular en junio 2010, la Asamblea General de la OEA expreso su apoyo para la organización de talleres especializados y programas de capacitación dentro del marco de la CIFTA.

La labor de llevar a cabo este mandato corresponde a la Secretaría General de la OEA y a la Secretaría para la Seguridad Multidimensional. Modelado según la exitosa coalición que atendió el problema de las minas de tierra en las Américas, la OEA se ha asociado con donantes internacionales, organizaciones técnicas y ha dado su apoyo a los Estados Miembros en el desarrollo y financiación de iniciativas innovadoras específicas para los retos de cada nación. Esta labor tiene tres categorías: control y destrucción de armas, control y destrucción de munición y explosivos, y la recuperación de los lugares contaminados por la munición.


Control y destrucción de las armas de fuego

La OEA se implico por primera vez en el control y destrucción de armas en Colombia. En 2006 y 2007 la OEA asistió al gobierno de Colombia con la destrucción de 18 000 armas de fuego entregadas por los grupos paramilitares desmovilizados de acuerdo al proceso de paz en el país. En cooperación con la Misión para Apoyar el Proceso de Paz en Colombia de la OEA (MAPP), se aportó soporte de planificación y supervisión internacional al gobierno con financiación del gobierno Canadiense. La financiación de la OEA también cubrió los costes para que técnicos colombianos pudiesen hacer comprobaciones balísticas y registro de las armas, además del transporte desde las instalaciones de almacenamiento regionales por todo el país al emplazamiento central para la destrucción en una fundición comercial.

Para atender la creciente preocupación por la proliferación de armas ilegales en la región de América Central, la OEA desarrollo un taller móvil para la destrucción de armas y munición con el fin de resolver las necesidades de eliminación locales. En colaboración con el Ministerio de Defensa de Guatemala y la Fundación Humanitaria Golden West, una organización sin ánimo de lucro con una extensa experiencia técnica en el campo de la eliminación y destrucción de armas y munición, la OEA supervisó la finalización del sistema en diciembre 2010. Conocido con el nombre SEMAFORO (Sistema para la Eliminación de Municiones y Armas de Fuego – Regional), el taller es un sistema montado en un remolque que puede ser transportado por una camioneta mediana, y está equipada con herramientas punzantes especiales para la destrucción de armas y una unidad modular a gas para la destrucción de munición de hasta 12.5 de calibre. SEMAFORO tiene la capacidad de destruir alrededor de 300 armas y más de 100 00 cartuchos de munición de arma pequeña por día. El equipo de la OEA responsable del sistema tiene su base en la región y ofrece capacitación en su utilización al personal del país que así lo solicite.

Otra iniciativa en marcha es el proyecto para proveer a los Estados Miembros equipamiento y capacitación para poder marcar las armas con información identificable, que incluya el modelo, número de series, fabricante, o datos de importación. Además de proveer estos servicios a las autoridades, el equipo con base en la región de la OEA ofrecerá asistencia técnica y formación continuada después de que el sistema esté operativo para una mejor sostenibilidad del proyecto. El objetivo es posibilitar a las autoridades policiales y judiciales a rastrear de forma más efectiva las armas que están vinculadas a crímenes.


Control y eliminación de arsenales de munición sobrante, obsoleta o caducada

Desde el año 2007, la OEA ha apoyado la eliminación segura de más de 900 toneladas de munición caduca del Ejército de Nicaragua. Y otras 400 toneladas de los militares de Guatemala. En el caso de ambos países mucha de la munición provenía de armas obsoletas o excedían las necesidades de defensa y seguridad nacional; y en algunos casos ocasionando serios peligros por su deterioro después de décadas de abandono en depósitos. Con el soporte financiero del Gobierno de Canadá, Italia, y los Estados Unidos, y el asesoramiento de Golden West, la OEA asistió a los militares nicaragüenses en llevar a cabo dos proyectos de destrucción desde marzo 2007 hasta el final de 2008. Una importante innovación fue la utilización de explosivos binarios, que pueden manejarse con facilidad y seguridad y no requieren un transporte ni precauciones de seguridad especiales, para la destrucción de munición por detonación. El coste de este material es diez veces menos que la misma cantidad de explosivos convencionales como el TNT, lo que significa un importante ahorro. La misma metodología se utilizó en el proyecto Guatemala 2010 y continuará en el año 2011. Además de la eliminación de munición innecesaria, los proyectos también ayudan en las mejoras de seguridad física de los almacenes de seguridad, reparando o mejorando la iluminación, alambrado, puertas, cerraduras, entro otras mejoras de seguridad.


Reparación de los lugares contaminados por munición

Una de las tareas más arduas y difíciles relacionada con la eliminación de munición es la limpieza de las actuales o anteriores emplazamientos militares contaminados por munición deteriorad o abandonada. Un fuego ocurrido en el año 2005 en un emplazamiento militar de suministros, situado a solo pocos cientos de metros de una zona de la ciudad capital densamente poblada, resultó en más de 5000 proyectiles inflamables, de fósforo blanco, altamente volátiles, depositándose en fosas abiertas llenas de agua. En febrero y marzo del 2010, la OEA, por solicitud del gobierno de Guatemala, coordinó, apoyó y ofreció soporte técnico, además de supervisar la eliminación y destrucción segura de las mencionadas municiones.

También en el año 2010 la OEA lanzó un proyecto para retirar la munición de una vieja base militar en el centro de Nicaragua. Varios incidentes desafortunados ocurrieron cuando los residentes locales quisieron recoger la munición para revenderla como chatarra. Con el equipamiento y la formación técnica de la Fundación Golden West, equipos de ingenieros del ejército nicaragüense localizaron y destruyeron enormes cantidades de munición enterrada, limpiando una zona de más de 44 hectáreas de peligrosos artefactos, en diciembre 2010.


Un Compromiso Continuo

La OEA a través de su apoyo a los esfuerzos de los países en el control de armas de fuego, municiones y material explosivo, además de la eliminación de armas de fuego y material obsoleto, caducado, o excesivo, ayuda a la sinergia entre la imperativa humanitaria para proyectos de esta naturaleza con la inherente necesidad de paz, estabilidad y seguridad. Los éxitos pasados y actuales evidencian que la OEA tiene un rol clave en la lucha contra la amenaza que suponen las armas de fuego, municiones y explosivos sin control. Estos esfuerzos han incentivado el interés de otros colaboradores. Además, estos proyectos sirven para desarrollar capacidades técnicas nacionales y regionales para atender estos problemas. La cooperación futura internacional y regional a través de la OEA, no sólo provee el beneficio de intercambiar las experiencias en asuntos tan complejos como estos, sino que además fomenta el desarrollo de la confianza y cooperación que realza la idea de un hemisferio más seguro y protegido.