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Comunicado de Prensa

CIDH saluda avances y urge a Estados a crear condiciones favorables al ejercicio de los derechos de las mujeres

8 de marzo de 2016

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Washington, D.C. – En el contexto del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) saluda los avances logrados en la región en relación con el respeto y garantía de los derechos de las mujeres. Asimismo, la CIDH destaca situaciones de preocupación que exigen pasos urgentes de los Estados para proteger de forma plena el ejercicio de los derechos de las mujeres, adolescentes y las niñas en distintos ámbitos.

Virus del Zika

La CIDH ha recibido información preocupante sobre la propagación del virus del Zika y su impacto específico en las mujeres, y en particular las mujeres en edad reproductiva. La Comisión se une al llamado de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reiterando la importancia de que todos los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres sean plenamente garantizados para que la respuesta a esta crisis de salud pública sea eficaz. En este sentido, la CIDH urge a los Estados a adoptar medidas de prevención y de emergencia concretas para que todas las mujeres reciban información, apoyo y los servicios necesarios, libre de toda forma de discriminación, para tomar decisiones autónomas y libres sobre su vida reproductiva y familiar en este contexto. Estas medidas son particularmente importantes en el caso de las adolescentes y las niñas, mujeres con ingresos bajos y viviendo en zonas rurales, mujeres de distintas razas, etnias, con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, y mujeres viviendo con discapacidad.

Violencia sexual y derechos reproductivos

A su vez la CIDH destaca la importancia de que los Estados tomen en cuenta como problemas graves de derechos humanos que afectan a todas las mujeres en América, la gravedad del problema de la violencia sexual, barreras para el acceso a educación sexual de calidad y a métodos de planificación familiar necesarios, y a leyes restrictivas impidiendo el acceso a servicios de salud reproductiva que son fundamentales para mujeres que deben tomar decisiones en el marco de una emergencia de salud pública de esta magnitud. La CIDH también señala la importancia de que los Estados faciliten espacios para que las mujeres afectadas puedan participar e incidir en el diseño de políticas para hacer frente a esta crisis.

En esta línea, la CIDH destaca información apremiante que ha recibido sobre el problema de la violencia sexual y el incesto, y la manera en que afecta de forma particular a las mujeres adolescentes y a las niñas en la región. Este problema impacta de forma severa su vida, integridad física y desarrollo personal, su salud reproductiva, y resulta de forma frecuente en embarazos no deseados y de alto riesgo, incrementa el riesgo de enfermedades de transmisión sexual e impacta negativamente en su derecho a la educación. También, según información recibida por la CIDH, se trata de una forma de violencia invisibilizada, con bajos índices de denuncia debido al estigma asociado a ella, el temor, la frecuente cercanía del agresor con la víctima, las trabas para el acceso a la justicia para las niñas y la falta de servicios adecuados para las víctimas.

También es motivo de preocupación la falta de adecuación de los procedimientos judiciales para no revictimizar a las niñas y las adolescentes y el reducido número de casos que son efectivamente investigados y los sancionados por los sistemas de administración de justicia en la región, constatándose en varios países un patrón de impunidad sistemática en las actuaciones y en el procesamiento judicial de los mismos. La CIDH reitera que el acceso a la justicia es un componente fundamental de los derechos de todas las mujeres, adolescentes y niñas en las Américas y la necesidad de adoptar medidas correlativas de prevención para promover la no-repetición de estos hechos.

Avances en Guatemala

Por otra parte, la CIDH celebra la sentencia del Tribunal de Mayor Riesgo A de Ciudad de Guatemala por la que se condena a ex miembros del Ejército responsables de crímenes contra la humanidad durante el conflicto armado interno, en el caso mejor conocido como “Sepur Zarco” como autores de delitos de asesinato, desaparición forzada y esclavitud sexual. Esta Comisión valora la sentencia, primera en condenar delitos de esclavitud sexual en un conflicto armado en el país donde se cometieron los hechos, como un logro trascendental en la búsqueda de justicia de mujeres víctimas de violencia sexual en conflictos armados y en la erradicación de la impunidad.

Avances en Canadá

Asimismo, la Comisión reconoce la decisión del gobierno canadiense de adoptar un plan de acción nacional y perseguir una investigación nacional sobre el asunto de las mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas en Canadá, y específicamente en Columbia Británica, en los últimos años. Como señaló en su informe “Mujeres Indígenas Desaparecidas y Asesinadas en Columbia Británica, Canadá”, la Comisión recuerda que las iniciativas, programas y políticas relativas a mujeres indígenas deben ajustarse a sus necesidades y preocupaciones, y en este sentido el Estado de Canadá debe adoptar medidas para promover una participación activa de las mujeres indígenas en el diseño e implementación de dichas iniciativas, políticas y programas.

La CIDH exhorta a todos los Estados de la región a investigar y sancionar de forma diligente la violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas que ha ocurrido en el pasado y la que ocurre en el presente, y en tiempos de conflicto y de paz, como un ingrediente crítico para la erradicación total de este grave problema de derechos humanos.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.

No. 031/16