Oficina de Prensa de la CIDH
Washington, D.C.- Con ocasión de los 75 años de la adopción de la Declaración Universal de Derechos humanos, y la Declaración Americana en el ámbito hemisférico, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se adhiere a la preocupación expresada por la comunidad internacional respecto de la situación de los derechos humanos de la población civil en conflictos armados en el mundo, en particular por las graves y masivas violaciones de derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, mujeres, personas mayores, personas con discapacidad, entre otras.
Las normativas regionales e internacionales de derechos humanos, así como las de derecho internacional humanitario, consagran principios y aspiraciones compartidas de la humanidad como aprendizaje de la historia que no debe repetirse, y que estuvo basada en el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos que dieron lugar a actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad.
La CIDH recuerda que, según los principios orientadores de ambas declaraciones, todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que dotadas de cómo están por naturaleza de razón y conciencia, deben conducirse fraternalmente las unas con las otras. De tal modo, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el pleno reconocimiento de la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todas las personas. Principios que a más de siete décadas de haber sido establecidos, adquieren en el contexto mundial actual, renovada relevancia.
Como lo han indicado diversas instancias de Naciones Unidas, los conflictos armados en diferentes regiones del mundo están en aumento, se han reactivado o profundizado. Efectivamente, en la actualidad nos encontramos con el mayor número de conflictos violentos desde el año 1945, dado que se estima que una cuarta parte de la humanidad vive en lugares afectados por ese tipo conflictos. La información de público conocimiento da cuenta en dichos contextos de miles de pérdidas de vidas humanas, desabastecimiento de alimentación y acceso al agua, desplazamientos forzados e imposibilidad de atención médica y la total falta de suministros de salud, traduciéndose en las más terribles condiciones humanitarias para cientos de miles de personas indefensas.
La CIDH, sumando su voz a otras de la comunidad internacional, considera fundamental buscar alternativas para la resolución de conflictos armados que prioricen la salvaguarda de los derechos y la protección irrestricta de la población civil. Asimismo, que se utilicen las vías multilaterales para buscar objetivos comunes de cooperación entre países, organismos internacionales y otros actores relevantes para encontrar y proponer salidas y respuestas que prioricen los derechos humanos, la paz y la dignidad de las personas en el mundo, de conformidad a los acuerdos, convenios y los compromisos internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana, la Convención de Ginebra y sus protocolos adicionales, entre otros.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan a sus países de origen o residencia.
No. 265/23
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