Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
INSTITUTO ITALO-LATINOAMERICANO

11 de septiembre de 2013 - Roma, Italia


Muchas Gracias por esta invitación. Para mí es siempre muy grato visitar este Instituto al cual siempre visito cuando puedo. Viví efectivamente en México muchos años pero viví casi tantos años también en Italia antes y durante ese periodo conocí el IILA que en esa época quedaba en la Euro. Vivía en ese entonces una vida bastante itinerante pero fue muy grato estar en esta sede la cual sigue rindiendo un trabajo notable y esperamos que lo siga rindiendo por muchos años más.

Quiero solamente, como le decía ayer también al Secretario General, hablar algo de la región de América Latina y el Caribe. Me voy a referir básicamente cómo veo la región, cuáles son sus principales desafíos y dificultades, la situación de la democracia y la estabilidad política. Me referiré también a los principales problemas que tenemos y algunas cosas respecto a la Organización misma y como se inserta la OEA dentro del nuevo panorama regional que trataré de describir. A pesar de que el resumen es largo trataré de no ser demasiado extenso en exponer esto pues sería muy bueno que tuviéramos un diálogo para conversar un poco sobre esto.

Empezaré por decir que desde varios puntos de vista nuestra región ha tenido en los últimos años un curso bastante favorable, al menos así ha sido visto en general. Probablemente no sea cierto aquello que dijeron alguna vez algunos especialistas americanos y europeos; todos recordamos alrededor del 2008 y 2009, antes de la crisis económica, la revista “The Economist” traía una portada América al revés en la cual se leía “El Siglo de América Latina”. Ciertamente esto era ya visto como una exageración y ha demostrado serlo a mi juicio, pero no cabe duda que también esto plasmaba una etapa de crecimiento importante.

Generalmente se dice que la última década del 2002 al 2012 fueron años importantes para el desarrollo de América Latina desde el punto de vista económico y diría que lo fueron al menos en los primeros 5 o 6 años. No olvidemos que entre el 2003 al 2007 América Latina tuvo un inusitado crecimiento promedio de 5,6 por ciento anual, cifra desde luego impresionante y además algunos países tuvieron cifras de 2 dígitos en su crecimiento. Fueron muy buenos años, fue un crecimiento económico que a pesar de la crisis, la crisis del 2008, encontró entonces a América Latina en su mejor momento. Pero la región resistió la crisis y siguió creciendo no tanto como antes, algo menos seguramente. Los últimos 5 años el crecimiento económico debe de estar entre un 2.5 por ciento y un 3 por ciento como promedio, pero todavía es una cifra importante dentro de una economía mundial que ha crecido en niveles bastantes mas bajo que eso.

Es importante recordar, sin embargo, que estamos hablando como siempre de cifras agregadas y muchas veces las cifras agregadas no cuentan la verdad respecto a todos los países; no a todos los países le ha ido bien. Uno podría decir que, en general, vemos cuatro realidades distintas, o cuatro matices, una América del Sur en la cual la mayoría les ha ido bien en los últimos años con altibajos por cierto, pero con una tendencia en general hacia el crecimiento. Si ustedes toman el caso de Paraguay, el año 2010 y 2011 fueron años de gran crecimiento económico, luego del 2010 -2011 hubo una caída económica y 2012 fue nuevamente muy bueno y esto no tenía que ver con ningún ciclo especial, sino con una serie de factores mas bien climáticos y comerciales distintos.

Hubo altibajos también en México Después de la crisis, a pesar de no haber tenido el mismo buen desempeño de los primeros años, tuvo un desempeño bastante adecuado considerando que es una economía muy ligada a la de los Estados Unidos.

Centro América se encuentra con un crecimiento menor y muy afectado por los temas de la criminalidad y lo que decía hace un momento atrás que nuestros amigos del Caribe generalmente no aprecian cuando uno hace referencia únicamente a América Latina, uno tiene que decir América Latina y el Caribe, y sin embargo, en una conferencia hace poco la Ministra de Relaciones Exteriores de Guyana cuando se hablaba del tema del crecimiento económico y alguien mencionaba América Latina y el Caribe señaló que “ a América Latina le ha ido bien en esta década, al Caribe no le ha ido bien, ha tenido tasas de crecimiento cercanas a 0, lo cual significa para algunos países un crecimiento negativo”.

Es una situación diversa pero que finalmente en cifras agregadas muestra un continente que no había tenido nunca una situación semejante y en que algunos de los grandes países -me refiero sobre todo algunos grandes países de America del Sur- han tenido un periodo de bonanza impulsada fundamentalmente por un crecimiento sustantivo de sus exportaciones. El promedio de crecimiento exportador de América Latina ha sido 4 o 5 puntos mayor que el crecimiento económico general de los países, y eso ciertamente es un periodo que se califica como excelente pero que desgraciadamente tenemos la impresión de que está mas bien concluyendo.

Hace pocos días en un encuentro que organizamos en Washington desde hace ya varios años, en el cual yo me integré a ese esfuerzo como Secretario General de la OEA, pero originalmente lo organizaba la CAF. La sigla de CAF como ustedes recordaran es Corporación Andina de Fomento pero hoy día se llama Banco de Desarrollo de América Latina, ese es su nombre efectivo. La CAF, el Diálogo Interamericano que es el principal think tank sobre América Latina en Washington y la OEA, organizamos ese encuentro anual en el cual uno de los paneles tuvo la particularidad de tener al presidente del BID, a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, al vicepresidente del Banco Mundial, a cargo de América Latina, al Director General para las Américas del Fondo Monetario Internacional, a Enrique García Presidente de la CAF y a dos distinguidos académicos y todos coincidieron en decir que el ciclo económico actual probablemente había llegado a su fin o, por lo menos, sería menos activo en la próxima década.

Desgraciadamente además dijeron algunas cosas que se habían previsto cuando comenzaba la década, se decía “aquí tenemos un buen momento un buen crecimiento pero si no aumenta el nivel de inversión o si no hay un intento por diversificar la economía, si no se invierte suficientemente en ciencia y tecnología, nos vamos a encontrar con una situación algo mas difícil” y efectivamente así esta ocurriendo.

Ahora, esto no significa un crecimiento económico negativo ni muchos menos, no serán periodos de decadencia, pero sí un entorno económico más difícil de lo que hemos tenido en los años anteriores.

Esto tiene un correlato que es complejo desde otro punto de vista, de otro beneficio que hemos tenido en la década que es una disminución sustantiva de la pobreza. En América Latina el número de pobres disminuyó cerca de 60 millones durante ese periodo. El año 2002 tuvimos un cifra record de pobreza en América Latina creo que alrededor de 41 por ciento, hoy día debemos estar alrededor del 28- 29 por ciento según cual es el organismo que da los datos, y eso es un gran éxito.

Han aumentado en América Latina lo que se llaman los sectores medios. Estadísticamente el ingreso se encuentra tan mal distribuido en la región que algunos llamados sectores medios todavía se encuentran bajo la línea de pobreza pero en fin, incluso considerando eso, los sectores medios han aumentado sustantivamente. Hay un crecimiento sustantivo del consumo, incluso mayor que el crecimiento general lo cual ocasiona un mayor endeudamiento. Ha habido un aumento de los servicios y, en general, una situación social mejor que en otras décadas ya que tenemos una diferencia importante en términos de pobreza.

La clase media latinoamericana para llamarla de alguna manera -a mi no me gusta mucho el concepto pero necesario para abreviar- es muy precaria muy frágil y por consiguiente, la posibilidad que se detenga ese crecimiento en medio de tremendas expectativas es una dificultad que estamos enfrentando.

Por último, yo diría que el tercer factor favorable fue el área política en el desarrollo de la democracia. En realidad tenemos que reconocer que mas allá de las dificultades tenemos una realidad en la OEA de gobiernos elegidos por vía democrática, y todas sus elecciones mas allá de los debates, elecciones que a veces observamos, es justo decir cuyo resultado final han reflejado efectivamente la situación de los países, no tenemos fraudes comprobados desde el 2005 en adelante y eso es un hecho insólito en la región.

Nunca habíamos tenido tantas democracias juntas y nunca había pasado que a tres Cumbres seguidas de Jefes de Estado y de Gobierno hayan asistido solamente gobiernos democráticos. Creo que ese es un gran progreso que ha ido acompañado sin embargo de una cierta expansión del concepto de la democracia. Hoy en día ya no entendemos por democracia solamente un gobierno con elecciones regulares, limpias y competitivas, sino también entendemos que la democracia significa otra serie de cosas: significa transparencia. Significa respeto por los derechos humanos. Significa respeto a la libertad de expresión. Significa pluralismo de los partidos. Significa una cantidad de otras cosas en las cuales probablemente nuestras democracias sean un poquito más carentes.

Algún Senador de un país miembro hace unos días atrás se refería a una situación, en algunos países diciendo “tenemos democracia sin república” lo cual quiere decir que muchas veces efectivamente las instituciones de la democracia no funcionan todo lo bien que quisiéramos que funcionara. No obstante, no cabe duda que hoy se puede decir claramente que en términos generales que América es la otra región del mundo donde se practica mayoritariamente la democracia y ese es un logro muy importante de nuestra región.

La democracia no se construye en un día, y seguramente luego durante el diálogo que sostendremos, más de alguien va a entrar a discutir sobre algún país y que bueno que así sea, pero a lo que apunto fundamentalmente es cuando uno habla de algo tiene que compararlo con algo “¿comparado con que?”. Mas democrático comparado con América Latina en toda su historia, mejor situación económica comparado con América latina en las dos décadas anteriores. Entonces estamos hablando de una situación relativamente respetable pero con algunas dificultades y algunos nubarrones en el futuro a los cuales ya me he referido en materia económica.

Cuales son a mi juicio los principales problemas: el primero, por cierto, tiene que ver con la economía y esta situación que algunos, me refiero en este caso a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL han calificado como una reprimarización de las economías latinoamericanas. Es decir, hay una tendencia nuevamente a depender muy sustantivamente en la exportación de materias primas. No podemos negar que ha sido así, basta con mirar las cifras agregadas de los países. Hay países que tienen amplia diversificación pero que un producto sigue siendo el producto de exportación fundamental y eso también va acompañado por una dificultad importante para adecuarse a lo que llamaríamos la economía del conocimiento. Las economías que se premian más en este nuevo ciclo económico son aquellas que tienen un grado mayor en educación y en calificación de su mano de obra y una mayor inversión y un mayor acceso a nuevas tecnologías. En eso ciertamente somos carentes.

Si usted mira todo el ciclo económico actual, que ha sido largamente positivo todavía toda la región no supera el nivel de inversión en ciencia y tecnología de un sólo país Corea. ¿Ha habido un crecimiento? Sí, ha habido un crecimiento gracias a Brasil, ni siquiera habría que decir a Brasil sino al Estado de Sao Paulo que es el lugar en donde se ha producido un crecimiento del desarrollo científico técnico, bastante inusitado pero el resto francamente con muy poco efecto.

Seguimos siendo hasta cierto punto dependientes y eso es una fragilidad y en materia educativa sin duda hay algo que es esencial que es el mejoramiento al acceso a los servicios educativos. Hoy día la mayor parte de los países pueden hablar de cobertura universal o casi universal de su educación, pero educación de menor calidad y bastante desigual según determinados sectores de la población, (voy a volver a eso en un momento) por lo tanto lo primero que habría que decir es que nuestro crecimiento económico no está asegurado y eso sí es un problema que tendremos que enfrentar seguramente la próxima década.

El segundo gran problema es el de la desigualdad, tema que se encuentra ligado al crecimiento económico. Nosotros seguimos siendo la región más desigual del mundo y eso no lo va a corregir el mercado ni el actual modelo económico. Creo que en una cosa que hemos progresado mucho es que ya nadie argumenta lo contrario. Yo recuerdo en mi país el año ‘90 se argumentaba con mucha fuerza exactamente lo contrario de que el mercado iba arreglar este problema. Hoy día creo que hay un consenso bastante grande en el sentido de que el mercado es un instrumento útil desde el punto de vista económico necesario, pero que no arregla los problemas sociales.

Por lo tanto el problema de la desigualdad ha crecido, ahora el problema de la desigualdad no se enfrenta o no puede enfrentarse de la misma manera que la pobreza. La pobreza es una línea que los países se trazan diciendo que es lo mínimo que necesita un ciudadano para tener acceso a determinados bienes y servicios que le permitan alimentar a su familia alojarla adecuadamente y tener algunos servicios básicos.

La desigualdad siempre es relativa, pongo un ejemplo, si yo gano 1.000 y usted gana 100 somos desiguales, si crecemos al mismo ritmo cuando yo gane 1100 usted va ganar 110, por lo tanto la desigualdad va haber aumentado no va a quedar igual, ni menos disminuido, y por consiguiente los mecanismos para reducir la desigualdad son muchos mas difíciles de desarrollar y de implementar. Se está pidiendo ni mas ni menos que los tienen menos crezcan a una velocidad mayor que los que tienen más, y es un tema que nuestra región nunca ha enfrentado, incluso en algunos países en un período como el actual uno podría hasta decir que ha sido casi un éxito el mantener los niveles de desigualad más o menos en las mismas condiciones por los últimos 5 o 6 años.

Estados Unidos que fue siempre caracterizado como el país donde se daba una gran igualdad de condiciones, al menos en el año 1979, el 1 por ciento más rico de la población concentraba el 9 por ciento del producto del salario bruto; el año anterior a la crisis, el año 2007, el 1 por ciento más rico tenía el 24.7 por ciento del ingreso nacional. Entonces esto de la desigualad es un fenómeno mundial, mayor razón entonces para decir que con el actual sistema económico por si sólo no se va a resolver el problema de la desigualdad. Es un tema que los países tienen que resolver, no es un problema monetario, pero claro también es que existe desigualad en los servicios públicos. Una fuerte caída en la financiación de la educación pública en los países que tenían sistemas de educación pública fuertes y serios ha engendrado una reducción en la calidad de sus servicios.

Se ha visto también serios problemas en el acceso a la salud en muchos lugares, ni hablar de otros servicios públicos, y por cierto en el tema de la seguridad en donde se encuentra al servicio de quienes pueden pagar su propia seguridad. Hay países del continente en los cuales hay cuatro policías privados por uno público. Por lo tanto, cuando se habla de desigualdad también hay que hablar del acceso a los servicios públicos, no solamente al de educación, vivienda, salud y seguridad social; que generalmente son esos los que se consideran.

Tenemos entonces un grave tema en materia de desigualdad y en ese sentido creo que existe una cierta conciencia de que no se trata solamente de mejorar la educación, o mejorar el acceso a determinado servicio, sino que también hay que tomar unas medidas económicas que los países todavía no están en condiciones de tomar. Ese es un primer problema. Segundo, el gran tema es la violencia. El problema de la violencia hoy es un drama en América Latina por cuanto esta es la región, y digamos que es un motivo de orgullo, que menos conflictos bélicos ha tenido entre sus miembros en el último siglo, y eso es una gran cosa, es un gran logro.

Pero al mismo tiempo sus tasas de criminalidad se encuentran en el rango de las más elevadas del mundo. Yo creo probablemente en alguna de las otras regiones del mundo la calidad de las cifras dista mucho de las que tenemos nosotros. Pero la tasa de homicidios en América Latina y el Caribe oscila en este momento entre 22 y 23 por cada 100 mil habitantes. El promedio mundial es menos de la mitad de eso. Y lo que se necesita de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud para declarar que existe una epidemia son cinco a seis muertes por cada 100 mil habitantes, y nosotros estamos en 23 o 24. Si ustedes le suman a esto el agravante de que hay países que están bastante por encima de esta media, quiere decir que en algunos países existe una real epidemia y lo cual hace de ellos ser parte de los países con más violencia del mundo.

La violencia criminal es difícil de medir en todos sus sentidos. Un estudio reciente del PNUD mostró por ejemplo que en algunos países de América del Sur el tema del homicidio es muy bajo, pero los robos, la cantidad de atentados contra la propiedad es inmensa todavía. Lo cierto es que hay una cantidad de factores que considerar aquí, pero ciertamente este es un tema complejo. Es un problema que se encuentra ligado a una serie de factores pero entre los cuales cabe mencionar se encuentra el tema de la droga y como ustedes saben, las Américas es la región en el mundo en la que se producen todos los fenómenos ligados a la droga. Desde su cultivo en algunos países de América del Sur, su producción a lo largo de todo el continente, su tránsito por países que generalmente consumen menos droga pero que hoy se ven muy afectados por ella, y su venta y su consumo se producen en grandes cantidades en América.

Cuando los presidentes durante la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias en Colombia el año pasado abordaron el tema de la droga, el motivo era bien simple. El 50 por ciento de la cocaína y de la heroína del mundo se consume en las Américas, así como el 25 por ciento de la marihuana, además de anfetaminas, opioides y demás. Y este es un tema hemisférico, porque efectivamente la producción está más en el Sur, el mayor consumo sigue estando en el Norte -ciertamente ha aumentado el consumo en algunos países de América del Sur, pero sigue siento en América del Norte donde se produce el mayor consumo de droga y la mayor violencia se encuentra entre las dos regiones. Es decir, la mayor violencia no está donde se produce la droga inicialmente, no está en los lugares donde se consume finalmente, sino está en los países por donde transita la droga, países que han sido realmente destrozados por el fenómeno del narcotráfico. Y esto ha permitido la expansión de un sistema que llamaríamos de crimen organizado que realmente preocupa desde un punto de vista fundamental.

Ahora, el problema de la criminalidad no es solamente un problema objetivo, también es un problema subjetivo. Los dos países de América Latina con tasas de criminalidad más bajas de homicidios son Chile y Uruguay y, sin embargo, en Chile y Uruguay las encuestas muestran que a la gente cuando le preguntan ¿cuál es el principal problema del país? van a responder que la criminalidad, por lo tanto hay un fenómeno subjetivo también ahí que es muy complejo de manejar. Creo sinceramente, para ir cerrando este capítulo, que una región en la cual la desigualdad es tan grande y las oportunidades disponibles para los ciudadanos son tan disparejas, y en la cual existen grupos organizados que promueven el crimen y el manejo de sus propias leyes al margen de la legalidad de los Estados, es una región en la que la democracia se encuentra -por lo menos en algunos países- amenazada o limitada.

Por eso yo pienso que hoy en día estos son los grandes temas que afectan efectivamente a la democracia latinoamericana. Yo no creo que la democracia latinoamericana esté tan afectada por las carencias de sus sistemas políticos, ciertamente hay problemas de la libertad de expresión, de independencia del poder judicial, de corrupción la cual se encuentra muy ligada a los temas de la criminalidad. Existen otros problemas pero estos son los fundamentales que afectan a la sociedad en su conjunto a los cuales se añade el hecho que Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor de nuestra droga y el mayor proveedor de nuestras armas, entonces también es parte fundamental en la solución de los fenómenos que se dan en nuestra región. .

Hemos producido sobre este tema de la droga un informe que fue solicitado por los Presidentes de las Américas que tuvo -para mí- un éxito inusitado a pesar de que yo le dije a mi equipo cuando lo redactábamos que quería sorprender con nuestro estudio. Recuerdo que el día en que nos encargaron el informe un diario colombiano poco caritativamente publicó una caricatura mía metiendo un paquete que se llamaba “Informe de drogas” en un congelador. Yo creo que el informe ha tenido éxito y ha promovido una discusión sobre el tema de drogas que ustedes han podido observar. Nosotros no estamos entregando recetas, estamos diciendo simplemente “ésta es la situación” y además estamos entregando un conjunto de escenarios acerca de para donde podría discurrir la situación en caso de que haya algún tipo de solución. Hay movimiento en esto, hay movimiento en Estados Unidos y en otros países, creemos que lo más conveniente es esperar que esos movimientos se produzcan.

Una palabra más sobre los problemas de la región. Yo creo que América Latina todavía tiene carencias importantes desde el punto de vista de su integración. Existen hoy muchos organismos pero la realidad sigue siendo la misma. Siempre la pregunta es si comerciamos más con Asia con Europa o con Estados Unidos. Pues comerciamos más con Asia, Europa y Estados Unidos que entre nosotros mismos. Esa es la realidad. El crecimiento económico no ha emparejado el crecimiento de mercados internos de integración económica por más que haya habido grandes esfuerzos de muchas partes. Y eso es ciertamente junto con los temas de la desigualdad y otros a los que me he referido, temas de gran importancia para nuestros países.

Pero han surgido un número de organismos y enhorabuena que existan porque muestran una voluntad de América Latina y el Caribe de marchar juntos. Y yo quiero decirles que a nosotros no nos preocupa tanto en la OEA el surgimiento de estos organismos. Son dos de los cuales más se habla. Uno es la UNASUR. Creo que América es un continente de regiones, y eso es una realidad difícil de negar en dónde existen varias regiones económicas.

Muchas veces uno habla de la relación de México con Estados Unidos y de Estados Unidos con Canadá que se parecen mucho a la de otras regiones. Los países del CARICOM tienden a comerciar más con Estados Unidos y entre sí. Los centroamericanos también comercian mucho entre ellos. Recuerdo cuando teníamos la crisis hondureña que algunos países de América del Sur eran muy rígidos en cuanto al tratamiento de la crisis hondureña, mientras que los de Centroamérica pedían que la crisis se terminara pronto porque comerciaban y tenían muchas más relaciones con Honduras que con los países de América del Sur.

Por lo tanto, yo diría ya que una UNASUR o un MERCOSUR es una gran cosa en un continente de regiones que es importante que existan y enhorabuena. Entre paréntesis, he compartido siempre la opinión entregada por el presidente de Venezuela cuando recién se creaba la UNASUR de integrar los mecanismos económicos ya existentes como la Comunidad Andina y el MERCOSUR en vez de tener tres mecanismos por sí solos y diferenciados. Será la realidad del tiempo, pero ciertamente no tiene ninguna incompatibilidad con la existencia de una organización hemisférica.

La CELAC es un mecanismo de consulta entre países latinoamericanos y caribeños respecto a los temas de la realidad internacional y si hay una primera limitación de mi organismo que yo reconozco es que ahí no se discuten los grandes temas de la política global ni tampoco el papel que a nuestra región le corresponde jugar en ellos. Hay algún actor que no está disponible para discutirlos ahí. Ustedes habrán visto que con ocasión del tema del Medio Oriente el Secretario de Estado se mueve a la OTAN, se mueve a distintos lugares a discutir el asunto. No lo ha discutido con los latinoamericanos, en los cuales dicho sea de paso, existe una importante población de origen Árabe que es originaria principalmente de los países en dónde hay conflicto hoy día: Siria, Palestina, Libia y algunos otros. Por lo tanto debe existir, a mi juicio, un mecanismo de coordinación y de concertación creciente entre los países de la región.

Lo que ocurre es que al mismo tiempo, en el plano hemisférico, las tensiones que pueden surgir se refieren más bien a los cambios que ha habido en América Latina y el Caribe en estos años; muchos de ellos ya me he referido. Cambios que venían desde antes, incluso desde el surgimiento de las democracias, y que han pasado más desapercibidos o han interesado poco al tercer país latino de América que son los Estados Unidos de Norteamérica. Estados Unidos, hoy día, tiene más población latina que todos los países de la región salvo Brasil y México. Hay más población latina en EE.UU que en Argentina, más población latina que en Colombia. Han pasado desapercibidos en la medida que ha habido una desatención para tratar esos asuntos. Pero al mismo tiempo, más que la desatención lo que ha ocurrido es que la actitud de la región latinoamericana ha cambiado mucho respecto de las relaciones internacionales y del tipo de relaciones que debe mantener con otras regiones del mundo. Voy a poner un ejemplo y algunos me entenderán porque les tocó vivirlo.

La OEA jugó un papel fundamental, y lo sigue jugando creo yo, en materia de derechos humanos en la región más allá de que hayan retornado las democracias. Esa política de derechos humanos fue impulsada por algunos pocos países y por Estados Unidos. Los demás Estados tenían dictaduras y, sin embargo, la mayor parte de todos nosotros diría qué bueno que la Comisión de Derechos Humanos y la Corte se preocupó del tema de los derechos humanos porque si no, no hubiéramos salvado muchas vidas de las que salvamos en nuestra región.

Ahora, hoy día sin embargo, algunos países de América Latina se empiezan a dar cuenta que hay un país que no es miembro de Sistema Interamericano de Derechos Humanos, o por lo menos no es miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que es Estados Unidos, país que nunca ha ratificado esa convención. Entonces, cuando levantamos las sanciones a Cuba y se trata de decirle a Cuba qué es lo que tiene que hacer para volver a la OEA, decimos que tiene que firmar la Carta Democrática Interamericana y tiene que subscribir la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y ellos se preguntan qué pasa con los otros, los otros no lo han hecho tampoco. Cuando Venezuela -cosa que lamento mucho- denuncia la Convención Americana sobre Derechos Humanos yo declaro que realmente es grave que un país denuncie una Convención tan importante como esa. Pero ha quedado en la misma situación que Estados Unidos y Canadá. Sigue sujeta a la Comisión y a otra serie de obligaciones y no sujeta a la Corte Interamericana de Derechos Humanos al no haber ratificado la Convención. Esa es la realidad.

Entonces, creo de alguna manera que los temas que más afectan al Sistema Interamericano son la voluntad de equivalencia que tienen los países de América Latina, todos, grandes y pequeños, y la indisposición a tener un tratamiento diferenciado entre los distintos miembros de una organización. Y esto no tiene nada que ver ni con la CELAC ni con la UNASUR. Tiene que ver fundamentalmente con la Organización de los Estados Americanos que se extiende mucho a un conjunto de tareas. Es por esta razón que he presentado varias veces un documento que he denominado una nueva visión estratégica para la Organización de los Estados Americanos que trata de dar cuenta de estos temas y en generar una actitud distinta respecto de una Organización que creo cumple un papel fundamental.

Yo no creo que exista más allá de todas las organizaciones, sustituto a la OEA en temas de derechos humanos, en los temas de observación electoral, en los temas de drogas, en los temas del mantenimiento de la paz en el continente, etc., creo que sigue estando muy vigente y necesaria. Pero creo que la actitud necesariamente de sus integrantes tiene que cambiar y esa es la principal dificultad. Repito, no son el surgimiento de otras organizaciones que causan problemas; los problemas están en nosotros mismos.

Muchas gracias.