Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
ENCUENTRO DE MINISTROS DE AGRICULTURA DE LAS AMÉRICAS

19 de octubre de 2011 - San José, Costa Rica


Al iniciar mi intervención quiero aprovechar la oportunidad para extender mi más sinceras muestras de solidaridad con los pueblos y gobiernos de Centroamérica que han sido afectados por lluvias torrenciales que han tenido lugar en los últimos días. Lamento profundamente los daños humanos y materiales que las mismas han ocasionado para los habitantes de la región y les transmito mis profundas condolencias ante estos fenómenos que desgraciadamente han sido recurrentes de los últimos años.

Agradezco la hospitalidad de ustedes, de la ministra y de su gobierno y su disposición para albergar al más importante encuentro de ministros de agricultura –el más importante que hemos tenido en el último tiempo- junto con la Décimo Sexta Reunión Ordinaria de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA). Es un honor además estar de nuevo en Costa Rica y participar en la inauguración de esta importante reunión.

Este encuentro al que el señor Víctor Villalobos nos ha citado es la institución central de nuestro sistema interamericano es fundamental y revela la voluntad, además del Director del IICA, de trabajar en conjunto con las otras instancias del sistema interamericano en el desarrollo y en el debate de políticas que se encuentran hoy día muy en el centro de nuestro quehacer y de nuestra preocupación.

Se habla mucho de la posibilidad de que dada la situación económica en la que se vieron muchos países ésta sea realmente la década de America Latina y el Caribe. Creo que es importante no preguntarse si es o no es, sino que cosas tenemos que hacer para que lo sea, en que cosa tenemos que dedicarnos, en que temas tenemos que hacer y yo creo que uno de estos temas –y estoy seguro que esto va a ser uno de los temas que la próxima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que tendremos el 14 y 15 de abril en Cartagena, Colombia, es el tema de la agricultura que es un sector de gran relevancia económica, social y ambiental. Es evidente que la expansión que tienen ya de las actividades agrícolas tiene un impacto positivo sobre el crecimiento y el bienestar del conjunto de la economía. Las Américas son un proveedor neto de alimentos para el mundo. El mundo necesita y demanda cada vez más y mejores alimentos. Ciertamente quizás el aumento de los precios de los alimentos y su fluctuación ha alentado este fenómeno que es positivo. Habrá algunos otros temas que tienen que ver con el proteccionismo que desgraciadamente todavía existe entre nosotros, en nuestra región y en el mundo. El mundo necesita más y mejores alimentos y nuestra región tiene los recursos, la experiencia de producción y la capacidad exportadora para ponerlo a disposición.

De los nueve países considerados “megadiversos” del mundo, siete son latinoamericanos. Esto es fundamental si consideramos que la biodiversidad es una oportunidad que, utilizada sustentablemente, puede ser determinante para enfrentar tanto el tema de la seguridad alimentaria como la adaptación al cambio climático.

En los tiempos de la sociedad del conocimiento no es suficiente, sin embargo, tener los recursos, los tenemos, porque la producción de alimentos en la cantidad y calidad requerida no depende sólo de la disponibilidad de los recursos naturales abundantes, sino que cada vez más del conocimiento, la tecnología, la capacidad empresarial, la calidad de las políticas públicas, y de la fortaleza y sustentabilidad de los sistemas nacionales de innovación. Es por eso que es tan importante que esta reunión haya sido convocada por el tema que ha sido llamada.

En muchos de los aspectos mencionados y salvo unas pocas excepciones, nuestra región muestra evidentes rezagos. Ejemplos de ello es la baja inversión en investigación y desarrollo en agricultura, las que en promedio el año 2006 alcanzó al 1,14 por ciento del Producto Interno Bruto Agrícola, así como la escasa participación de América Latina en los mercados alimentarios mundiales con mayor nivel de sofisticación y valor agregado. (Cifras de Agricultural Science and Technology Indicators-ASTI)

La región tiene que invertir más en ciencia, tecnología e innovación agrícola desde ahora mismo. Estamos viviendo los inicios de una nueva revolución agrícola. Estamos reinventando lo que la humanidad entiende por agricultura y cómo ésta se practica, generando un nuevo potencial de creación de riqueza, nuevas oportunidades de negocios y nuevos productos y no nos podemos quedar atrás en eso.

También es un importante reto, en los tiempos que vienen, que los beneficios de esta nueva agricultura alcancen al conjunto de la población que vive y trabaja en el mundo rural, donde todavía existen niveles de pobreza superiores a los del conjunto de la población, lo cual nuevamente plantea nuevos desafíos a las políticas públicas y a organizaciones como el IICA.

El dinámico desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y de la biotecnología son la base principal de la nueva revolución agrícola y una de las fuentes más poderosas en el desencadenamiento y profundización de los procesos de transformación sectorial y de la innovación. Son también por supuesto fuentes poderosas, que están desarrollando al mismo tiempo nuevas potencialidades y nuevas tecnológicas, lo que es fundamental, y de amplias aplicaciones a las actividades agroalimentarias.

Ciertamente sabemos que nuestra agricultura es muy heterogénea. Junto a la gran agricultura moderna y exportadora existe una pequeña agricultura y una agricultura étnica con muchas dificultades para acceder a los mercados, al crédito y a las tecnologías. Todas ellas pueden mejorar su productividad incorporando más y mejores innovaciones, respetando el conocimiento tradicional y utilizando también el conocimiento moderno.

Si nuestra región quiere consolidar su buen momento económico, es preciso que sigamos mejorando al mismo tiempo en la equidad y en la productividad. Ambos elementos no son incompatibles entre sí y son lugares concentrables y en los cuales tiene que desarrollarse nuestro trabajo.

El IICA tiene la capacidad para contribuir sustantivamente a apoyar el desarrollo innovador, inclusivo y sustentable de la agricultura de las Américas, cosa que se está haciendo ya en algunos países. Quiero recordar aquí su compromiso en Haití ha sido encomiable, y en general el trabajo como también lo está siendo su labor en materia de seguridad alimentaria y fomento de la innovación agrícola.

Ciertamente un elemento relevante del panorama actual está en la atención que está concitando la agricultura a propósito de la volatilidad de los precios internacionales de los alimentos, del acceso a un número mayor de ciudadanos a los mercados alimentarios que repone el tema de la seguridad alimentaria y el cambio climático. Sabemos que, al respecto, el G-20, está analizando un conjunto de acciones sobre la producción de alimentos lo que pareciera empezar a ser cada vez más un tema estratégico en las grandes decisiones globales y eso es precisamente lo que tenemos que considerar en esta reunión.

Estamos en un momento oportuno para seguir adelante con este proceso. Como decía anteriormente, el 14 y 15 de abril del 2012 se realizará la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, Colombia, con el lema “Conectando las Américas, Socios para la Posteridad”. Esperamos que de esta reunión surjan aportes que nos iluminen cómo aprovechar las redes de infraestructura, transporte pero también como aprovechar para fortalecer el conocimiento y la innovación de manera de no solo acercar a las Américas, de crear un continente más unido, sino al mismo tiempo entrar por completo en el mercado mundial y mostrar que somos capaces de generar una producción alimentaria que no solamente mantenga a nuestra población, sino que además nos permita obtener mas recursos para otros niveles de desarrollo.

Ciertamente hay muchas tareas por delante y todavía contamos con muchos sectores atrasados, pero estamos seguros de que es posible alcanzar o desarrollar políticas en este momento que nos sitúen en el lugar que nos corresponde en el mundo de la producción de alimentos y de la producción agrícola.

Me alegro mucho de esta reunión, les deseo el mayor éxito en las deliberaciones que tendrán y ciertamente estaremos atentos a las recomendaciones que aquí se general a fin de llevarlas a la Cumbre de Estados y de Gobiernos en Colombia.

Muchas gracias.