“Señor Presidente,

El pasado 14 de agosto, el municipio de Ituango, localizado en el departamento de Antioquia al noroccidente de Colombia y
aproximadamente a 100 Km. de la ciudad de Medellín, fue victima de un atroz ataque terrorista por parte de las farc.
En el momento en que los pobladores de Ituango estaban
celebrando sus fiestas populares y gran parte de la comunidad
estaba reunida, el terrorista alias “el pájaro”, según lo pudieron constatar las autoridades judiciales de Colombia, colocó un artefacto explosivo que activó a través de un teléfono celular.

El resultado: 7 personas asesinadas, entre ellas 2 menores de
edad y 53 personas heridas, de las cuales una niña de 4 años
terminó con esquirlas incrustadas en su pierna y su tímpano
destrozado por la onda explosiva.

El atentado terrorista se realizó como represalia de las farc por los avances en la erradicación manual de cultivos ilícitos, específicamente coca, en la zona.
Señores Embajadores, La intención del Gobierno de Colombia al poner de conocimiento de este consejo permanente la barbarie del ataque de las farc, no es otra que impedir que olvidemos la crueldad de este grupo terrorista y mafioso y que sea evidente el alcance de sus crímenes de lesa humanidad realizados para defender el negocio de la droga, en perjuicio especialmente de los jóvenes del hemisferio y del mundo.

Si alguien cree que actos de terror como el aquí presentado tiene justificación que lo diga y que de una vez nos explique por que niños y ancianos, además de personas comunes y corrientes, tienen que verse afectados por actos de la mayor barbarie e irracionalidad.
Si un grupo que comete actos de esta naturaleza no es un grupo terrorista que es?. Se requiere la aceptación de esa naturaleza terrorista para dar a las victimas el amparo internacional que ellas merecen.
Lo que el pueblo de Colombia pide y necesita es cooperación de los países del hemisferio, de todos los países hermanos en la lucha contra el terrorismo, con respeto a la democracia y los derechos humanos y cerrar cualquier posibilidad de refugio o protección a los asesinos de nuestros ciudadanos.
Quien refugia terroristas o permite su accionar, compra para su pueblo el terror. El que siembra vientos cosecha tempestades”.