Discursos

DISCURSO DE PAOLO CAROZZA, PRESIDENTE DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS EN LA 38A. ASAMBLEA GENERAL
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, PAOLO CAROZZA, EN LA PRESENTACIÓN DEL INFORME ANUAL 2007 DE LA CIDH ANTE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS

3 de junio de 2008 - Washington, DC


Sr. Presidente de la Asamblea General, Sus Excelencias, señoras y señores:

Como Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, me complace presentar el Informe Anual de la Comisión del año 2007.

El Capítulo I de nuestro informe refleja el papel de la Comisión y el del sistema interamericano en general, para fomentar el establecimiento de la justicia y el Estado de derecho en los países de nuestro Hemisferio. El sistema respalda a los Estados Miembros en sus avances cruciales en materia de derecho, política y práctica a nivel nacional.

El Capítulo II del Informe Anual describe las actividades primordiales desempeñadas en el 2007. El conjunto de dichas actividades refleja la amplitud y la diversidad de las exigencias de que es objeto la Comisión y la manera multifacética en que contribuye al fomento y protección de los derechos humanos en la región. La Comisión realizó cuatro períodos de sesiones, incluyendo una sesión extraordinaria en Asunción, Paraguay, por cuya invitación y apoyo estamos agradecidos con el Gobierno de Paraguay. En el 2007 la Comisión también aprobó 74 informes sobre casos individuales, llevó a cabo 94 audiencias y 80 reuniones de trabajo. Sus Relatorías temáticas expidieron tres informes, condujeron seminarios y dieron apoyo en la preparación de nuevos instrumentos regionales de derechos humanos. El informe anual de la Relatoría para la Libertad de Expresión forma parte del Informe Anual de la Comisión.

En el transcurso del 2007 la Comisión también realizó una serie de visitas de trabajo y temáticas a varios países de la región, incluyendo Brasil, Chile, Colombia, México y Paraguay. Muchos otros Estados de la región también extendieron invitaciones a la Comisión para realizar visitas en el 2007 y un número significativo ha confirmado por escrito sus invitaciones abiertas y permanentes para que los visite la Comisión. La Comisión desea expresar su agradecimiento a todos los Estados que han manifestado esa apertura, dado que tales visitas desempeñan un papel importante, al permitir que la Comisión supervise los derechos humanos en el Hemisferio. Urgimos a todos los Estados Miembros dar a la Comisión acceso abierto a sus territorios.

El Capítulo III del Informe Anual contiene las decisiones de la Comisión sobre denuncias de violaciones de derechos humanos en los Estados Miembros de la Organización, y sobre las medidas cautelares adoptadas en el 2007. Las estadísticas relacionadas con el sistema de casos demuestran que más y más personas recurren a la Comisión en busca de una respuesta eficiente y efectiva. Durante el 2007 la Comisión recibió un número record de 1,456 peticiones. La Comisión aceptó 126 peticiones que satisfacían los requisitos mínimos para iniciar un caso, elevando el número total de peticiones individuales y casos en trámite a 1,251, al finalizar el 2007.

El Capítulo IV del Informe Anual de 2007 contiene la síntesis de la Comisión sobre la situación de derechos humanos en los Estados Miembros de la OEA respecto de los cuales la Comisión ha concluido que la situación de derechos humanos amerita atención especial. En consecuencia, este capítulo informa sobre la situación de derechos humanos en Colombia, Cuba, Haití y Venezuela.

En su informe sobre la situación de Colombia, la Comisión subraya que el logro de una paz duradera requiere tomar medidas para garantizar la no reiteración de las violaciones de los derechos humanos. Señala la atención del Estado por el creciente número de denuncias que alegan participación de agentes de la policía o de las fuerzas armadas en violaciones de los derechos humanos, y en la situación precaria de los defensores de derechos humanos y los líderes sociales, que a menudo enfrentan represalias en relación con su trabajo.

En relación con Cuba, la Comisión resalta preocupación con respecto al debido proceso y la independencia del poder judicial; las condiciones de detención en que se mantiene a los disidentes políticos y el acoso a los mismos; las restricciones a la libertad de expresión y el acoso a periodistas independientes, así como la situación que enfrentan los defensores y defensoras de derechos humanos y los dirigentes sindicales.

Al informar sobre Haití, la Comisión observó una notable mejoría en la situación de derechos humanos en comparación con años anteriores. Sin embargo, la Comisión subraya que la situación de Haití sigue siendo precaria. La Comisión sigue muy preocupada por las deficiencias en la administración de justicia y la seguridad ciudadana, y por la capacidad del Estado para garantizar el acceso a servicios sociales básicos para la población.

Finalmente, con respecto a la situación de Venezuela, los factores principales que la Comisión identificó como aquellos que afectan el pleno ejercicio de los derechos humanos en el 2007 incluyen la transparencia e independencia de la administración de justicia; la existencia de limitaciones directas e indirectas a la libertad de expresión; el sistemático descrédito de los defensores de derechos humanos y de las organizaciones no gubernamentales críticas del gobierno; los crecientes problemas de seguridad de los ciudadanos; y las condiciones inhumanas de las personas privadas de libertad.

Como lo demuestra el Informe Anual, la credibilidad y efectividad del sistema interamericano de derechos humanos generan exigencias a la Comisión, que crecen en número y complejidad. Las personas presentan un número cada vez mayor de peticiones ante la Comisión; la sociedad civil y los Estados solicitan más audiencias, sobre temas más diversos; la Comisión emprende iniciativas temáticas más amplias, y recibe mandatos adicionales de la Asamblea General.

Aunque estas mayores expectativas y responsabilidades son un claro signo del papel indispensable que desempeña la Comisión en la protección y promoción de los derechos humanos en el Hemisferio, también plantean un enorme desafío a todo el sistema, porque las actividades y los mandatos de la Comisión no pueden ser cumplidos sin recursos financieros y humanos suficientes. Esos recursos no han aumentado en proporción a la creciente importancia de la Comisión y de su papel en la región, en tanto que las asignaciones presupuestales de la OEA no reflejan adecuadamente el compromiso de los Estados Miembros con los derechos humanos al establecerlos como uno de los propósitos centrales de la Organización. Como resultado, existe ahora un gran y creciente desnivel entre los recursos necesarios para mantener un sistema de derechos humanos sano y la realidad de las actividades de la Comisión. Ello ha obligado a la Comisión a estirar al máximo sus recursos y crea una situación de competencia interna por los recursos entre sus diversas actividades, ya que ambas partes de la labor de la Comisión deben recurrir a la misma fuente de fondos limitados.

Una consecuencia adicional de esta situación es que la Comisión ha tenido que procurar y emplear contribuciones especiales a su presupuesto de parte de Estados generosos y organizaciones privadas. En el 2007, más de la mitad de su presupuesto operativo provino de esas donaciones, y los fondos regulares de la Comisión sólo bastaron para cubrir totalmente apenas uno de los cuatro períodos de sesiones. Esto coloca la labor de la Comisión en condiciones precarias e inciertas, porque no existe estabilidad ni garantía a largo plazo de la disponibilidad de esos recursos.

En pocas palabras, no puede afirmarse lo suficientemente fuerte que, a largo plazo, la salud y sustentabilidad del sistema regional de derechos humanos está en juego. La Comisión simplemente no puede seguir respondiendo a las crecientes exigencias de que es objeto sin una acción decidida de los Estados Miembros para abordar esta grave escasez de recursos.

Por su puesto, la Comisión siempre carga con su propia cuota de responsabilidad para actuar decisivamente a fin de asegurar la continua fortaleza y capacidad del sistema. Así, respondiendo al desafío de su gran y creciente acumulación de casos, la Comisión, con el apoyo de financiamiento externo, está implementando una estrategia comprensiva diseñada para hacer el sistema de casos individuales más eficiente. La primera etapa, dirigida a poner al día las evaluaciones iniciales de las peticiones atrasadas, está casi cumplida. En la actualidad, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión está llevando a cabo una completa reestructuración de su organización interna y de sus métodos de trabajo, con el fin de maximizar su eficiencia en el manejo de los casos. En adición, con la asistencia técnica y financiera de la Secretaría General, la Comisión está en el proceso de digitalización de todos sus registros y documentos, lo cual también contribuirá significativamente a la capacidad de la Secretaría de procesar casos más rápidamente. Finalmente, la Comisión actualmente se encuentra buscando financiamiento para una ambiciosa propuesta que consiste en crear una unidad especial dedicada a promover mayores soluciones amistosas de los casos contenciosos entre los peticionarios y los Estados Miembros.

La necesidad de que el sistema interamericano de derechos humanos responda como un todo ante los desafíos cambiantes, también ha llevado a la Comisión, en conjunto con la Corte, a realizar una reevaluación crítica de la interrelación de los dos órganos en el litigio de los casos contenciosos. Respondiendo a la evolución del sistema de casos individuales, especialmente desde 2001, así como a la necesidad de una mayor unidad y eficiencia en el procesamiento de casos, miembros de la Comisión y de la Corte han sostenido una serie de discusiones que los han llevado a un amplio acuerdo sobre los principios que deben promover una reforma a nuestros reglamentos. Nosotros hemos llegado a un acuerdo sobre un cronograma concreto para trabajar en los detalles de una reforma de tal entidad, que incluye una amplia oportunidad para una completa y transparente consulta a los Estados Miembros, así como a la sociedad civil. Es nuestra esperanza y expectativa que juntas la Comisión y la Corte puedan terminar con éxito este proceso de reforma procesal antes de finalizar el presente año calendario.

En conclusión, en nombre de la Comisión, quisiera agradecer a los Estados Miembros por todo el apoyo, tanto político como material, que le han dado a la Comisión en su constante empeño de cumplir fielmente su mandato. En forma especial, la Comisión agradece a los gobiernos de Chile, Colombia, México, Paraguay, y de los Estados Unidos por sus especiales contribuciones financieras a la Comisión en el 2007, así como a todos los países observadores que han apoyado las actividades de la Comisión: Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Corea, España y Suecia. Dichas donaciones contribuyen de una manera muy concreta al fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos.

También estamos agradecidos con el Secretario General Insulza por su apoyo activo a la Comisión y a su papel central como uno de los órganos constitutivos de la OEA. En colaboración con la comunidad de naciones, los demás órganos de la OEA, y la sociedad civil, la Comisión continuará trabajando incansablemente para proteger y promover los derechos humanos en nuestro hemisferio durante el 2008 y en lo sucesivo