Discursos

DIEGO GARCÍA-SAYÁN, JEFE DE LA MISIÓN DE OBSERVACIÓN ELECTORAL DE LA OEA EN GUATEMALA
INFORME DE DIEGO GARCÍA-SAYÁN, JEFE DE LA MISIÓN DE OBSERVACIÓN ELECTORAL DE LA OEA EN GUATEMALA - SEGUNDA VUELTA ELECTORAL DEL 4 DE NOVIEMBRE

13 de noviembre de 2007 - Washington, DC


El 4 de noviembre el pueblo de Guatemala concurrió a las urnas de manera ordenada y pacífica a elegir, en la segunda vuelta electoral, al Presidente de la República. Culminaba, así, un proceso electoral convocado el 2 de mayo que contó desde su inicio con el acompañamiento activo de la Misión Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) cuya conducción me confió el Secretario General de la Organización.

Tal como informé al Consejo Permanente el pasado 26 de septiembre en la presentación del informe verbal sobre la observación de la primera vuelta electoral, el 5 de octubre de 2006 el Gobierno de la República de Guatemala invitó a la Secretaría General de la OEA a observar el proceso electoral en Guatemala. El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, aceptó la solicitud y dispuso la organización de una Misión de Observación Electoral para monitorear las elecciones en Guatemala.

El proceso electoral guatemalteco se organizó a partir de un nuevo marco jurídico que introdujo desafíos significativos. Entre ellos destaca el proceso de descentralización de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), es decir de las mesas de votación, en todo el ámbito nacional. La meta era hacer más accesible el ejercicio del derecho al sufragio, en particular a los electores de las zonas rurales. Este proceso de descentralización incrementó el número de JRV de 8,885 a 13,756, es decir en un 55%. La participación de los electores en la primera vuelta electoral del 9 de setiembre, en la que se votaba tanto por candidatos a la Presidencia de la República como por el Congreso y las corporaciones municipales, fue significativa. En las zonas rurales la participación fue del orden del 70% de los electores empadronados, superando así el promedio nacional que fue del orden de 60%. Eran esos niveles importantes de participación teniendo en cuenta que en Guatemala la legislación no establece la obligatoriedad del voto.

La Misión

La Misión se instaló en Guatemala desde la convocatoria de las elecciones el 2 de mayo del presente año y observó de cerca todas las etapas del proceso. La Misión se organizó en base a un equipo central conformado por expertos en temas electorales, seguridad ciudadana, financiamiento de campañas políticas, analistas políticos y juristas, además de quienes conformaron el aparato de apoyo operativo y administrativo. En la primera etapa la Misión contó con 202 observadores entre observadores internacionales y observadores invitados. Para la segunda vuelta la Misión contó con la presencia de 89 observadores internacionales provenientes de 19 Estados Miembros, de Europa y Asia desplazados en todos los departamentos del país. Del total de los 89 observadores, el 46 % fueron mujeres y el 54% varones.

Al igual que en la primera fase, la Misión sostuvo reuniones de trabajo con las autoridades políticas y electorales del país efectuando un pormenorizado seguimiento del proceso electoral. De igual modo, la Misión se ha reunido con las candidaturas de las dos fuerzas políticas que participaron en la segunda vuelta electoral, lo que permitió recoger de forma directa sus inquietudes y apreciaciones sobre el desarrollo del proceso.

En este informe quiero nuevamente destacar la buena práctica que deja la Misión de Observación en Guatemala en cuanto al registro y documentación de las tareas de observación a lo largo del proceso electoral. El Departamento para la Cooperación y Observación Electoral, cuenta con una vasta experiencia en monitoreo y observación electoral, acumulada en años de seguimiento y acompañamiento a diversos procesos electorales en la región.

No obstante, en esta oportunidad se consideró necesario, por las particularidades propias de los riesgos que advertíamos en relación al proceso electoral y para gerenciar mejor la información que fluía desde cada coordinador departamental y observador, construir un sistema de información periódico y documentado. Dicho sistema permitió conciliar la información en tablas de control administradas por el equipo base de la Misión a efectos de tomar conocimiento rápidamente de lo que acontece en el conjunto del país. Además servía de retroalimentación a los propios coordinadores y observadores de manera que pudieran contar con una apreciación permanente y comparativa de todo el país.

Para ese efecto en la Misión se aplicaron, desde que se inició el despliegue territorial en los 22 departamentos, una serie de formatos que fueron llenados por cada uno de los coordinadores departamentales. Estos formatos eran conciliados temáticamente y puestos en tableros de control que posibilitaron que el Jefe de Misión tuviera información diaria y al detalle de lo que ocurría en el país en relación a temas como la conflictividad, la organización electoral, la divulgación y capacitación por las autoridades electorales y el despliegue de las fuerzas de seguridad pública, entre otros temas relevantes.

Esta metodología de trabajo sirvió no solo para la toma de decisiones, el monitoreo del proceso con las autoridades electorales y la preparación de los informes periódicos, sino que constituyen referentes relevantes de la historia de este proceso. Que dan cuenta de que, en efecto, las elecciones en Guatemala han sido un éxito, pero tuvieron una serie de problemas sustantivos en los aspectos de conflictividad y organización que claramente se perciben en estos documentos que constituyen, finalmente, un fiel registro de la historia del proceso.

La Misión llevó a cabo su labor manteniendo permanentemente informadas a las autoridades guatemaltecas y a la opinión pública guatemalteca. La apertura informativa de la Misión, en el caso específico de la opinión pública, le generó un espacio en los medios de comunicación desde el que permanentemente se invocó al civismo y a la concordia de los ciudadanos en lo que respecta a las dos fases del proceso.

El Desarrollo del Proceso Electoral

El proceso electoral llevado a cabo este año en Guatemala presentaba retos de distinta envergadura de los cuales destaco aquí tres. Uno de ellos, el de la descentralización de las mesas de votación. Ello requirió significativos desarrollos logísticos, de capacitación y de divulgación que fueron acompañados de cerca por la Misión a lo largo de todo el proceso. Otro aspecto relevante concernía al curso mismo de la campaña electoral en cuyo desarrollo se abrían interrogantes acerca de la sujeción de todos los contendores a los resultados electorales que en su momento anunciara la autoridad electoral. Finalmente, el contexto de violencia que planteaba retos específicos para las autoridades de seguridad del país.

La descentralización funcionó. En las dos vueltas electorales el 100% de las Juntas Receptoras de Votos operaron desde el inicio mismo de su apertura a primeras horas del día. Los electores, como ya se ha dicho, concurrieron a votar y lo hicieron en la primera vuelta electoral en una proporción muy significativa en las zonas rurales. Debe destacarse en este aspecto el papel cumplido por las autoridades electorales. El Tribunal Supremo Electoral (TSE), sus magistrados y funcionarios, los ciudadanos miembros de las propias mesas de votación y de las Juntas Electorales Municipales y Departamentales prestaron una contribución decisiva para el éxito de la descentralización.

En cuanto a la sujeción de los candidatos a los resultados, a lo largo del proceso electoral la Misión recibió informaciones y preocupaciones diversas acerca de los riesgos de que no todos los contendientes se sometieran a los resultados que en su momento anunciaría la autoridad electoral. Con la iniciativa y auspicio de la Misión, el 3 de septiembre los candidatos presidenciales suscribieron solemnemente el Compromiso ante los Ciudadanos Guatemaltecos. Para la Misión fue de especial prioridad reiterar a lo largo de su desempeño la importancia de atenerse a lo allí acordado. El acuerdo contribuyó decididamente a reducir al mínimo la conflictividad entre partidos y grupos locales. Este acuerdo, cuyo objetivo era fortalecer la institucionalidad democrática y reafirmar que se reconocerían únicamente los resultados que arrojara la máxima autoridad electoral, fue respetado por las distintas fuerzas políticas en la primera vuelta electoral y, más adelante, por los dos contendores participantes en la segunda vuelta. El mismo día de la elección del 4 de noviembre, la Misión expresó su reconocimiento público a la madurez política con la que el candidato Otto Pérez Molina reconoció los resultados preliminares y su determinación de fortalecer la institucionalidad democrática de Guatemala.

En lo que respecta a la situación de violencia existente en el país, este asunto fue materia de atención especial por parte de la Misión. Desde su instalación y hasta el día mismo de la segunda vuelta la Misión efectuó un seguimiento y registro minucioso de los hechos de violencia, incluidos homicidios y actos de intimidación que afectaron a personas vinculadas al quehacer político, particularmente durante la campaña por la primera vuelta. La Misión llevó a cabo un riguroso trabajo con expertos especialmente convocados, para verificar la incidencia de este problema en el proceso electoral desplegando a los observadores con indicaciones precisas de verificar los focos de conflictividad y de establecer mecanismos de diálogo y comunicación con las autoridades policiales locales. Se promovió, asimismo, medidas de coordinación entre las autoridades electorales y las de seguridad, todo lo cual contribuyó, finalmente, a que esta conflictividad no afectara el normal desenvolvimiento de los comicios.

Tanto en la primera como en la segunda vuelta, la Misión estuvo en constante comunicación y coordinación con el Ministerio de Gobernación. La Misión desplegó un equipo de observadores al Centro de Operaciones Policiales instalado en la Dirección General de la Policía Nacional Civil (PNC) para observar los esfuerzos en el mantenimiento del orden y la seguridad pública y establecer una coordinación directa con la institución policial para el intercambio de información. En un contexto en el que muchos preveían situaciones de aguda conflictividad y violencia, el diálogo permanente sostenido por la Misión con el Ministerio de Gobernación y, a todos sus niveles, con la PNC, arrojó un resultado exitoso de prevención en materia de orden público. Asimismo, la Misión pudo constatar que durante la segunda vuelta electoral, no se presentaron hechos de violencia relacionados al proceso electoral. No obstante, se observó que algunos hechos de intimidación y de violencia ocurridos en esta oportunidad requieren, sin embargo, que las investigaciones en curso arrojen resultados concretos.

La Misión no puede pasar por alto algunos señalamientos públicos hechos varias semanas después de la primera vuelta por candidatos que no pasaron a la segunda vuelta, sobre una presunta ilegitimidad de las elecciones generales en Guatemala. Estas denuncias públicas se referían a una supuesta irregularidad en algunos padrones electorales, duplicidad de cédulas electorales, falta de credibilidad en el TSE y una complicidad de organismos nacionales e internacionales para seguir adelante con el proceso a pesar de todo. Esta Misión no recibió ninguna denuncia de esta naturaleza, ni comprobó ninguna de estas irregularidades a lo largo de su labor. Sin embargo, recomienda a las autoridades pertinentes que se realicen las investigaciones necesarias para aclarar cualquier denuncia realizada ante las autoridades pertinentes, que cuestione la legalidad del proceso.

La Segunda Vuelta Electoral Presidencial

La segunda vuelta electoral, que se llevó a cabo el pasado 4 de noviembre, tenía por objetivo la elección de Presidente de la República entre los dos candidatos que habían obtenido la más alta votación en la primera vuelta electoral: Álvaro Colom de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Otto Pérez-Molina del Partido Patriota (PP). Además, se repetían las elecciones municipales en Tucurú (Alta Verapaz) y en San Marcos La Laguna (Sololá) en donde se habían producido disturbios en ocasión de la primera vuelta.

La organización y logística electoral implementada por el TSE, logró que en la mayoría de las mesas observadas por la Misión, la jornada comicial se desarrollara sin ningún contratiempo o inconveniente. La apertura de la totalidad de las Juntas Receptoras de Votos que observó la Misión se llevo a cabo a la hora determinada por la ley.

Los miembros de las mesas electorales así como los de las juntas municipales y departamentales contaron con la preparación necesaria para atender las tareas correspondientes y resolver oportunamente los inconvenientes que se presentaban.

Según los observadores de la Misión, en más del 90% de las mesas visitadas contaron con la presencia de los fiscales, es decir, de representantes de las dos organizaciones políticas participantes. Dicha presencia, contribuyó a transparentar más el proceso de votación y escrutinio, y ayudó a brindar mayor confianza en el desarrollo del día electoral.

Asimismo, la Misión resalta la labor realizada por la máxima autoridad electoral en la implementación de un efectivo y transparente sistema de transmisión de resultados. Para las 9:00 de la noche del día de la elección ya se tenía el escrutinio del 94% de las actas. Para las 11 de la noche el pueblo guatemalteco conocía al 100% los resultados preliminares oficiales de quien será Presidente de la República desde el próximo 14 de enero.

Los resultados preliminares proporcionados por la autoridad electoral son los siguientes: el candidato de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) recibió 1,449,349 votos correspondiente al 52.82% de los votos válidos emitidos. El candidato del Partido Patriota (PP) obtuvo 1,294,693 votos lo que corresponde al 47.18% de los votos válidos. La diferencia de alrededor de 150,000 votos entre uno y otro candidato equivale a 5.64%. Es de destacar que si bien el grado de participación electoral en esta segunda vuelta (48.34%) fue inferior al registrado durante la primera vuelta (aproximadamente el 60%) - como ha sido la constante histórica en Guatemala -, en esta ocasión se registró el mayor nivel de participación en una segunda vuelta en el período que va de 1990 al 2007. En está ocasión concurrió un 18% más de votantes que en la segunda vuelta electoral de 2003 que fue la que antecedió al proceso recién llevado a cabo.

Recomendaciones

Las elecciones en Guatemala se llevaron a cabo en condiciones adecuadas y en cumplimiento de los estándares internacionales. Durante los seis meses que la Misión estuvo monitoreando muy de cerca la situación político-electoral del país, se identificaron algunos temas sobre los cuales conviene que las autoridades y los actores políticos trabajen para profundizar y fortalecer la democracia electoral en Guatemala.

En primer lugar, se recomienda que la autoridad electoral enfoque sus esfuerzos en la creación de un registro nacional de personas que permita contar con un documento único de identidad que evitaría la duplicidad en la numeración de cédulas, lo cual reduciría la confusión e incertidumbre que esto genera, en especial durante los periodos electorales.

En segundo lugar, es conveniente que se afine la normatividad sobre financiamiento de las campañas electorales. Es importante que el TSE perfeccione y consolide su capacidad de control y fiscalización de manera que no se limite a recibir y registrar la información presentada. Asimismo, conviene que se cree mecanismos para sancionar a aquellos partidos políticos que no rindan cuentas sobre los ingresos y gastos en sus campañas.

Una recomendación referida a la publicación de encuestas: para contribuir a que el proceso de reflexión en la determinación de las preferencias electorales tenga el espacio adecuado, sería conveniente que se establezca un plazo más largo entre la publicación de encuestas de opinión sobre preferencias electorales y el día de la elección que actualmente es de sólo 36 horas.

Por otro lado, la Misión considera oportuno reforzar las campañas de información y de divulgación de manera que los electores cuenten con la información necesaria para ejercer su derecho al sufragio. Si bien se constató durante las dos vueltas los esfuerzos realizados por el TSE en este campo, la Misión considera que los esfuerzos en la educación al votante deberían ser mayores, de manera que se refuerce la conciencia sobre la importancia de la participación democrática de la población.

En ello le cabe una responsabilidad particular al conjunto de actores políticos del país de manera que logren encauzar de manera más efectiva la vocación democrática del pueblo en un país en el cual el voto es facultativo y que anime a los ciudadanos a acudir a las urnas a ejercer su derecho al sufragio.

Comentarios finales

El desarrollo del proceso electoral ha consolidado en Guatemala la vía democrática como el medio adecuado de renovar las autoridades del país expresando de esa forma la voluntad de los electores a través de la emisión de su voto libre.

La Misión constató que las dirigencias, representantes y candidatos de las dos fuerzas políticas que participaron en la segunda vuelta tuvieron una conducta de respeto fiel de los resultados electorales emanados de la decisión de los cerca de tres millones de guatemaltecos que concurrieron a las urnas el 4 de noviembre.

De acuerdo a la observación efectuada por la Misión, se dio cumplimiento por la autoridad electoral a la normativa electoral en las etapas de votación, conteo, escrutinio, transmisión y publicación de los resultados, tanto a nivel nacional como en los 22 departamentos del país. El proceso de transmisión de datos y de cómputo fue eficiente y estuvo adecuadamente sustentado desde el punto de vista técnico.

En nombre de la Misión deseo agradecer a las autoridades electorales, al gobierno central y y a los gobiernos locales, a los partidos y organizaciones políticas, a la sociedad civil, a los observadores nacionales e internacionales, y en especial al pueblo de Guatemala por la gran acogida que tuvieron para la Misión, sin la cual hubiese sido imposible cumplir con las metas trazadas. Asimismo extiendo un agradecimiento especial a los observadores y colegas de la OEA que nos acompañaron durante este proceso electoral. Su arduo trabajo y dedicación hicieron posible el cumplimiento de nuestro mandato y el éxito de esta Misión.

También deseo agradecer a los gobiernos de Brasil, Canadá, Corea, España, Estados Unidos, Japón, Noruega, Perú y la República Popular de China, por su valiosa contribución económica, sin la cual no hubiese sido posible la realización de esta Misión. Asimismo, al gobierno de Suiza por su colaboración con observadores voluntarios en las dos fases del proceso electoral.