Discursos

HUGUETTE LABELLE, PRESIDENTA DE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL
DISCURSO DE HUGUETTE LABELLE, PRESIDENTA DE TRANSPARENCIA INTERNACIONAL "MÁS ALLÁ DEL PAPEL Y LAS PALABRAS: ¿POR QUÉ LAS AMÉRICAS DEBEN ACTUAR CONTRA LA CORRUPCIÓN"

28 de noviembre de 2006 - Washington, DC


Muchas gracias por esas palabras tan gentiles, y buenas tardes a todos. Es un gran placer para mí estar aquí con ustedes hoy para abordar un tema tan importante como es la corrupción en las Américas. Siendo yo una misma ciudadana de la región, no es de sorprender que tenga un deseo muy profundo de ver la región prosperar. Reducir el impacto de la corrupción sobre la vida de las personas, las democracias, y las economías de la región es esencial para la prosperidad, estabilidad y fundamentalmente aliviar a millones de ciudadanos de la pobreza.

Déjenme darles mis observaciones de mi reciente viaje a Guatemala para la Onceaba Conferencia Internacional Contra la Corrupción. Encontré un grupo de extraordinario de alrededor de 1000 personas provenientes de casi 100 países y de más de 20 países de esta región. Seis presidentes centroamericanos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, al igual que representantes de Belice y República Dominicana, firmaron la Declaración de Guatemala comprometiendo a sus países a dar paso a la lucha en contra de la corrupción y para promover la transparencia. Esta es una señal muy poderosa que los gobiernos estén llamando a la voluntad política para dar a las regiones el esfuerzo anticorrupción y enfatizar el ímpetu necesario. Cuatro verdades simples surgieron de esta importante conferencia, y fueron fortalecidas con mis subsecuentes visitas junto con los líderes de Panamá, Perú y Chile, y estas son que los países no pueden permitir ser cómplices de la corrupción. Expresiones de voluntad política, aunque necesarias, no son suficientes. Los gobiernos deben tomar acciones concretas. Un acercamiento fraterno es requerido en esa lucha también, y se necesita incluir al poder judicial, a los parlamentos, y a los ejecutivos de gobierno para trabajar muy de cerca con la sociedad civil y con el sector de negocios. Lo más importante de todo es que la gente debe demandar la responsabilidad por parte de sus líderes.


Por medio de mis viajes a la región, he visto como la corrupción subestima a democracias, distorsiona economías y atrapa a la gente en la pobreza, y he visto esto alrededor del mundo también. La corrupción no hace a un país más pobre por sólo subestimar su economía, sino que hace al pobre más pobre porque parte de sus escasas ganancias son ingresos no disponibles frecuentemente. Tienen que pagar por los servicios básicos, los cual deberían ser gratis, o si pudieran pagarlos para tener acceso a ellos. Los bienes y servicios esenciales como comida y medicinas son a menudos intrincados por la corrupción. He visto como la medicación para la malaria o antibióticos han sido diluidos, quitándoles su potencia casi por completo, y asegurando que la gente desarrolle una baja resistencia a esto. Esto deja a las personas desesperadas y muchas veces batallando por obtener una educación y cuidado médico para ellos y para sus hijos. Por ejemplo, se reporta que la gente pobre en México gasta hasta el 17% de su ingreso anual en incentivos para obtener los servicios que mencioné, y esto no es único por supuesto en términos de muchos otros países alrededor del mundo. Pero los recursos no desaparecen por medio de la corrupción; son también intrincados por renuncias establecidas que aseguran la transparencia y responsabilidad en el gobierno desde los servicios que pueden ser proveídos a las personas de nuestro país. Y esto fomenta un círculo vicioso en donde aquellos con acceso a fondos o incentivos toman lo que pueden, porque vinieron buscando o están limitados o limitando al pobre en su pobreza. Existen muchos retos en esta región al igual que alrededor del mundo y muchos de ustedes están muy familiarizados con ellos, pero déjenme remarcar algunos.

Uno es que tenemos aun aproximadamente 220 o 224 millones de pobres en Latinoamérica, 30 países de las Américas incluidos en el indexo de las percepciones de corrupción y transparencias internacionales, temprano este mes 25 de estos anotaron por debajo de 5 en un escala de 1 al 10, significa que expertos ven la corrupción como un problema serio en estos países. Por supuesto lo peor es que más de un tercio de nuestros países anotaron por debajo de tres, significando que la corrupción se percibe como fuera de control. Esto es alarmante y es un gran recordatorio de la penetrabilidad del injerto en nuestro alrededor.

No es uno de los resultados. Hay una correlación entre nuestro indexo de percepción y corrupción y otros ejercicios más locales de medición. Los países de Latinoamérica tienen la más grande desigualdad en el mundo. Como muchos de ustedes saben, el 10% más rico en Latinoamérica gana aproximadamente el 48% del ingreso total de la región, mientras que el más pobre tiende a ganar solo 1,6% de acuerdo al Banco Mundial. Mientras las generalizaciones son a veces peligrosas y uno tiene que tener cuidado, esta cuenta una historia obligada de por qué combatir la corrupción importa mucho para el futuro de las Américas. Un 10% del PIB en las Américas es perdido anualmente por causa de la corrupción de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo y cruza las fronteras; el lavado dinero, transacciones de lavado de dinero en la región se estima que son de entre 2,5 y 6,3 % del PIB. Esto no es un pequeño efectivo, sino muchos recursos que podrían utilizarse para el desarrollo de la región. Pero la influencia no es solo ejercitada por medio de transacciones ilícitas. Financiamiento de campañas deshonesto, tráfico de influencias, control de información, y en algunas veces extorsión; son todas herramientas del poder abusivo para ganancia privada. Como resultado, las ordenes públicas son seriamente distorsionadas y los recursos mal asignados.

Mirando al lado brillante, porque hay un lado más brillante alrededor, y somos nosotros. Muchos países han establecido sistemas formales democráticos, recientemente elecciones libres han producido una nueva generación de líderes, muchos de ellos electos en plataformas anticorrupción. Esto es un gran logro después de décadas de momentos difíciles, con algunas dictaduras militares; y en esos tiempos reelegidos y después de años de recesión, mayor disciplina fiscal y tasas de inflación más bajas están produciendo un crecimiento económico, y las exportaciones están prosperando en nuestra parte del mundo. Todavía, hay una creciente preocupación acerca de la calidad y la durabilidad de estas nuevas democracias. Hemos visto en otras partes del mundo lo fácil que es moverse para atrás una vez que hemos alcanzado cierta etapa. Mi esperanza es que esto no pase, porque es muy importante que el progreso continúe, porque las instituciones que son la base de una democracia completamente funcional tienen aún que medir en ciertos países de esta región a estándares, los cuales a uno le gustaría haber logrados. El año pasado el reporte del Barómetro Global de la corrupción de transparencia internacional indicó una extensa inconformidad por parte de la gente de nuestra región, con partidos políticos e instituciones públicas. Los 15 países de Latinoamérica incluidos en el Barómetro están alineados, partidos políticos y parlamentos como los más afectados por corrupción, siguiéndoles muy de cerca la policía y el poder judicial. También encontramos resultados similares en Norteamérica. En los Estados Unidos, por ejemplo, el Congreso ha sido deslustrado por intereses políticos especiales, como lo hemos visto en casos de incitación y cabildeo tratándose de Randy Cunningham, James Traficant, y Jack Abramoff.

Me gusta siempre decir que ningún país tiene un monopolio total en transparencia y en integridad. En una molesta señal de pesimismo continuo, el Barómetro ha respondido - Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, y en Venezuela expresan la creencia de que la corrupción va a empeorar. Los nicaragüenses fueron los más pesimistas, con más de seis de diez que creen que la situación será aún peor. Sobre esta base, uno puede sumir que los residentes de la región aún no perciben cambios positivos, como resultado de los compromisos contra la corrupción de sus nuevos líderes, y nosotros continuamos sosteniendo a la transparencia internacional de que esto es solo un retraso y que el próximo año mostraremos mejores resultados. Entonces las metas gemelas de la democracia y del desarrollo económico persisten, no es coincidencia. La democracia no es un lujo o cualquiera zapatilla de ideología, es una precondición fundamental para el desarrollo económico y social. Esto está claramente reconocido en la Carta Interamericana de Democracia. Dice que la democracia, el desarrollo económico y social son interdependientes y son mutualmente reforzados, y que la democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de la gente de las Américas. Es por eso que solamente instituciones efectivas, independientes y responsables junto con la regla de la ley pueden asegurar que los órdenes públicos sean buscados en el interés público y no para juegos privados o políticos. Puedo decirles que luchar contra la corrupción no es fácil y necesitamos estresar el papel de que todos los métodos profesionales den un nivel de autenticidad, y también tratar de encontrar por nuestra experiencia que hay una flexibilidad tremenda de redes implantadas. Pero algunas veces – muchas veces – es muy difícil encontrarlas en nuestro alrededor, pero están ahí resistentes y aunque tengas un nuevo gobierno en el poder con la determinación y la responsabilidad de ser un gobierno más transparente para combatir la corrupción, éstas redes implantadas están ahí y cambian de color y de forma, y regresan a la superficie.

Nos gustaría ver a todos trabajar juntos, y trabajar para un futuro mejor; hay un progreso alentador que tenemos que tener en mente. La región ha visto bastante de ese progreso en los recientes años. La transparencia ha crecido considerablemente, reflejando la tendencia alrededor del mundo y para conocer su importancia. Muchos defensores del Estado han reconocido el desempeño de la corrupción y están participando en la lucha, cambiando sus hábitos y tomando liderazgo en sus respectivos campos. Esto incluye a compañías públicas, lideres políticos locales, periodistas, organizaciones de la sociedad civil que ayudan a generar conocimiento. La corrupción no es un tabú, podemos hablar de ella, lo cual no podíamos hace 15 años atrás, y también estas son las personas que presionan para una reforma y también continúan supervisando el progreso y reportándolo. Algunos también ponen en riesgo sus vidas al enfrentar la corrupción ante la presión de amenazas, no sólo para ellos, sino para sus familias también. Me reuní la semana pasada, de hecho hace una semana, con la doctora Ana Cecilia Magallanes Cortez, la peruana denunciante quien fue la fuerza principal en la persecución de unos 1500 miembros de la organización criminal encabezada por Vladimiro Montesinos en Perú. Ella fue honorada con el premio de transparencia e integridad internacional más temprano en este mes en Guatemala por su coraje extraordinario en perseguir estos casos. Ella recibió muchas amenazas, al igual que su familia, al igual que sus hijos adolescentes. Pero queremos sobresaltar estos actos de coraje, porque inspiran a muchos de nosotros. Este año en el décimo aniversario de la conclusión de la convención interamericana en contra de la corrupción, es una importante señal. Este marco multilateral contra la corrupción y su mecanismo supervisor juegan un papel importante asegurando que los gobiernos conviertan sus compromisos en acciones. Anteriormente hablábamos de reconocer que ésta fue la primera convención y que dio paso para envolver a la sociedad civil en su desarrollo y después de eso en la supervisión. El comité ha dado un reporte valioso del progreso en el país, incluyendo recomendaciones importantes para fortalecer sistemas nacionales para reducir la corrupción. Las implementaciones de estas recomendaciones eran críticas para el éxito de la convención, y le damos la bienvenida a la atención del comité para asegurar que la acción tome lugar.

Encontramos que en tiempos la gente se compromete pero hay una carencia entre el compromiso y la acción. Entonces nos gustaría ver a una sociedad civil más grande comprometida a desarrollar un plan de acción y un reporte más público del progreso en esa área. Estamos esperanzados que la reciente contribución del gobierno de los Estados Unidos de un millón de dólares al Fondo Interamericano contra la Corrupción, y el reciente compromiso de ayudar por parte del Banco Interamericano de Desarrollo, el Presidente Luís Alberto Moreno conducirá un compromiso civil más grande y un progreso en implementar esas recomendaciones. El verdadero reto a largo plazo claramente cae en la implementación eficaz y la ampliación, existe un alto riesgo en que la agenda anticorrupción pierda credibilidad si no demostramos que ha tenido un impacto, y desde que ésta fue la primera, nosotros en esta región optamos en dar paso a las otras convenciones para que continuemos con el importante papel que empezamos en los ‘90.

Como sea, después de diez años de concluir la convención, MESICIC ha completado la revisión de solo tres artículos, y parece que algunos países están esperando para actuar hasta que sea tiempo para ellos ser estudiados. No debemos dejar que el proceso de revisión se retrase y retrase la acción necesaria para reducir la corrupción que la convención prometió destruir años atrás. Es por esta razón que Transparencia Internacional exhortó a la Segunda Conferencia de los Partidos de Estado a reunirse aquí en Washington, D.C. la semana pasada para acelerar el paso de la revisión, y lo más importante hacer un llamado a cada partido del Estado a reportar el 27 Asamblea General en los pasos que ha tomado desde la ratificación para implementar la totalidad de la Convención. Los partidos adquirieron la obligación cuando ratificaron la Convención años atrás. Es tiempo de que esta generación de líderes latinoamericanos públicamente tomen en cuenta el progreso para realizar estas obligaciones. Haciéndolo, les aseguran a los ciudadanos de todo el hemisferio que más que palabras y papeles, ellos están actuando contra la corrupción. Esta iniciativa no debe perder el ímpetu, manteniéndola encarrilada demanda un compromiso más fuerte de las pláticas porque ninguna guerra contra la corrupción puede ser lograda sin liderazgo. También es vital que el esfuerzo anticorrupción no sea visto como competencia de otras iniciativas importantes, como el crecimiento del desarrollo económico o la lucha contra la pobreza. De hecho, combatir la corrupción es un prerrequisito para reducir la pobreza y aumentar el desarrollo económico. Uno de nuestros buenos amigos en Transparencia Internacional, John Githongo, de Kenya, siempre ha dicho que la corrupción fabrica la pobreza y lo ha visto en su país y en muchos otros países.

Entonces la implementación completa de la agenda anticorrupción implica un cambio radical en la cultura política y en prácticas. Un elemento primordial es institucionalizar una cultura de responsabilidad basada en un conocimiento total de su propósito en una sociedad equitativa y próspera. La transparencia y la responsabilidad son precondiciones para el enriquecimiento total de los ciudadanos. Responsabilidad en el sector público significa que las autoridades públicas sistemáticamente den información incluyendo ese acceso sistemático de información, administración pública transparente, ya sea en contratos públicos, financiamiento político, o una multitud de otras áreas. Notablemente, el reembolso monetario internacional examina el código de buenas prácticas en transparencias fiscales y provee que las publicaciones de información fiscal sean una obligación legal de los gobiernos. En este hemisferio, cinco países ya han perdido acceso a la información, y otros la están endorsando. La semana pasada en Guatemala, el Secretario General José Miguel Insulza habló en el plenario abierto de la Conferencia Internacional Anticorrupción y subrayó que la participación de la sociedad civil es fundamental para prevenir y denunciar la corrupción. Ustedes están en un periodo de preguntas, y él sugirió que uno debe tener una carta para acceso a la información.

La OEA ha proveído numerosas oportunidades para que la sociedad civil coopere con los esfuerzos en la lucha contra la corrupción. Muchas lecciones han sido aprendidas en esta década pasada. Lo más importante es que todos estamos juntos en esto, ya sea que hablemos de autoridades públicas, negociantes, o miembros de la sociedad civil. Debemos aceptar responsabilidad y ser responsables por nuestras acciones. Hablándole a mis colegas del sector de negocios, quienes a veces pueden decir que la corrupción es el costo de hacer negocios, mi contestación es que la corrupción en el sector de negocios significa un fondo peor; significa perder la reputación de alguien; también significa ir a la cárcel porque ahora tenemos algunas leyes en muchos países para asegurar que las injusticias no continúen rodeando al mundo, y sumen a la ecuación de la corrupción. Pedir por un acercamiento conjunto magnificará nuestro impacto, nos permitirá intercambiar experiencias, coordinar nuestro acercamiento, y promover estándares comunes, indicadores comunes y programas comunes. Esto significa trabajar juntos como organizaciones de desarrollo, organizaciones de sociedades civiles internacionales y también, lo más importante, con diversos defensores del Estado en los países.

Por medio de nuestras redes activas de capítulos en las Américas y alrededor del mundo, Transparencia Internacional produce una gama de información acerca de la corrupción para sumergirse en los esfuerzos. También producimos un número de programas, un número de herramientas para asistir a gobiernos y a negocios en el diseño de implementación de reformas concretas y en el monitoreo de su implementación. Por ejemplo, este próximo mayo, vamos a publicar la primera edición del indexo del financiamiento político de transparencia, lo cual determinará los niveles de responsabilidad y transparencia en el financiamiento político de ocho países. Esta información ayudará determinar las fortalezas y debilidades que asistirá a defensores del Estado a desarrollar reformas. Es también importante crear un conocimiento público, porque la demanda social para la transparencia es esencial si la agenda anticorrupción es sostenida. La voz crítica independiente de la sociedad civil debe ser escuchada desde el comienzo, ya que puede manejar el proceso y movilizar una amplia ayuda pública para acompañar una reforma. Es la voz del pueblo, y reuniéndome con líderes, ellos a veces me han dicho – necesito organizaciones en mi país que esperarán al otro lado de la escala en términos de presionar a nuestro gobierno en la transparencia, en responsabilidad, y para que continúen combatiendo la corrupción, porque habrán muchos que tratarán de prevenir esas reformas, y si solo tengo un lado que ver, va a ser muy difícil para yo poder hacer cambios dramáticos. Por eso, por favor estén ahí, y por supuesto estén dispuestos a ayudar.

Existe una tendencia perturbadora al respecto; una tendencia a regular la sociedad civil con un número de países, hoy en día alrededor del mundo, que actúan y proponen leyes que significativamente restringen las actividades de organizaciones de sociedad civil. Estamos profundamente consternados por esto y por la libertad y protección de la sociedad civil y su habilidad de funcionar sin la interferencia del gobierno, y estamos hablando de organizaciones de sociedad civil responsables. Dando el papel esencial de la sociedad civil en la lucha anticorrupción, es vital que la OEA tome una postura fuerte para ayudar a la sociedad civil a tener la libertad para organizar y operar sin este tipo de restricciones. Puedo decir que en un país la discusión actual es que cualquier recurso que venga de afuera sea para ayudar a las organizaciones de la sociedad civil, y estas pueden ser organizaciones humanitarias trayendo servicios. Tendrían que ser situadas en un fondo común manejado por el gobierno de ese país, y el gobierno de ese país decidiría asignar a esas organizaciones dependiendo de lo que necesiten. Al irme de aquí hoy, voy a la Primera Conferencia de los Partidos del Estado para la Convención contra la Corrupción de las Naciones Unidas – la primera y verdadera convención global anticorrupción. 140 países han firmado esta convención y 80 de estos países han ratificado hoy, incluyendo 16 naciones de las Américas. Esto es un logro con tremendo potencial, uno que puede construir en esta Convención de las Américas. Me place concluir que la luz que encendieron nuestros líderes en 1994 continúe inspirando a reformadores alrededor del mundo. Muchas Gracias por su atención y por su acogida.