Discursos

PRESIDENTE DE PANAMA MARTIN TORRIJOS
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE PANAMA MARTIN TORRIJOS DURANTE EL ENCUENTRO INTERAMERICANO DE MINISTROS DE EDUCACIÓN EN EL MARCO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA EN PANAMA

31 de mayo de 2007 - Panamá


En nombre del pueblo y del gobierno de Panamá quiero expresarles que nos sentimos muy honrados porque este Encuentro Interamericano de Ministros de Educación se celebre en nuestra tierra, en el marco de la XXXVII Asamblea General de la Organización de Estados Americanos.

Le damos a todas las delegaciones la bienvenida más fraterna y afectuosa a nuestro país. Asimismo, agradecemos muy especialmente al Instituto Interamericano de Derechos Humanos su decisiva participación y auspicio por hacer posible esta reunión en Panamá.

Quiero destacar el valor y trascendencia de este encuentro de las máximas autoridades educativas latinoamericanas y caribeñas que tiene como eje temático la enseñanza de los derechos humanos en la escuela formal y su proyección en la sociedad.

El protocolo de San Salvador constituye un mandato para incorporar los derechos humanos a los planes de estudio y a la práctica docente de nuestros sistemas educativos.

En su cumplimiento todos estamos comprometidos, y en este encuentro podremos intercambiar experiencias sobre los avances que nuestros países han tenido en este campo.

Las sociedades democráticas no pueden eludir la responsabilidad de promover una nueva y adecuada pedagogía, donde la niñez y la juventud incorporen a su educación, además de conocimientos, el ejercicio de una cultura de paz, el respeto a la diversidad étnica y cultural, la solidaridad humana y el fortalecimiento de la familia como núcleo clave de la sociedad.

La dignidad humana, la tolerancia, la igualdad y la justicia son valores que deben ser inculcados desde el aula escolar y a partir de la niñez más temprana. Por ello, la acción educativa en materia de derechos humanos es esencialmente integral y universal, ya sea como una asignatura o como un tema transversal dentro del sistema.

Educar en derechos humanos implica un enfoque eminentemente social, que tenga en cuenta el derecho ciudadano a una calidad de vida digna y aceptable; a tener resueltas las necesidades básicas de educación, salud, trabajo, agua, luz, seguridad pública y sanidad ambiental.

En consecuencia, la enseñanza corre paralela con la responsabilidad de priorizar a la población más vulnerable y de erradicar el trabajo infantil, porque constituye una forma inadmisible de explotación y una manera segura de truncarles la esperanza a los que a penas comienzan a vivir.

Señoras y señores:

Los tiempos que vivimos son los tiempos de la responsabilidad compartida, donde todos debemos estar incluidos y donde nadie debe quedarse atrás.

Tienen ustedes la extraordinaria responsabilidad de arrojar luces y madurar procesos educativos y acciones concretas a favor de las generaciones que llegan cada año al aula escolar y que no podamos dejar rezagadas.

Empeñados en procurar construir mejores sociedades, la herramienta más eficaz para las transformaciones es la educación. Educar es ganar futuro.

Con una educación profunda y vehemente en materia de derechos humanos podremos rescatar la agenda de los valores éticos, morales y espirituales; y estaremos actuando como democracias con equidad social.

Confío en que esta reunión dejará huellas duraderas en nuestros sistemas educativos y que llenará las más optimistas de nuestras expectativas.

Ministras y Ministros de Educación: Les auguro éxitos en sus debates y una grata estadía en nuestro país.

Muchas gracias.