Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS JOSE MIGUEL INSULZA, EN LA SESION INAUGURAL DE LA TRIGESIMA TERCERA ASAMBLEA DE DELEGADAS DE LA COMISION INTERAMERICANA DE MUJERES

13 de noviembre de 2006 - Washington, DC


Excelentísimo Señor Presidente de El Salvador Elías Antonio Saca,
Señor Presidente de la Honorable Asamblea Legislativa, Profesor Ruben Orellana,
Señor Presidente de la Honorable Corte Suprema de Justicia, Doctor Agustin Garcia Calderon,
Señora Vice-Presidenta de la Republica, Lic. Ana Vilma de Escobar
Señor Canciller de la Republica, Lic. Francisco Lainez
Señora Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, Ministra Nilcea Freire,
Señores Embajadores,
Señoras Delegadas ante la Comisión Interamericana de Mujeres,
Representantes ante la OEA,

Señoras y señores:

Me complace mucho estar en esta sesión inaugural de la XXXIII Asamblea de Delegadas de la CIM. Es una gran oportunidad para reflexionar por primera vez con todas ustedes, mujeres líderes del hemisferio, sobre la incidencia que desde la OEA debemos tener para responder a los problemas que aquejan a nuestros pueblos, especialmente en el área de los derechos humanos de las mujeres y la equidad e igualdad de género.
Nuestra responsabilidad primordial en esta Organización es no sólo la reafirmación de los principios y valores esenciales de esta comunidad hemisférica, sino también avanzar en la realización práctica de estos valores comunes, a través de políticas públicas que tengan un resultado positivo y tangible para la gente.
Para ello es imprescindible la consolidación de nuestras democracias y el fortalecimiento de la gobernabilidad; la protección de los derechos humanos; el desarrollo integral más allá del crecimiento económico, que incorpore los principios de la inclusión y la equidad e igualdad de género como base de la prosperidad; y una política de seguridad multidimensional, libre de violencia, que dé cuenta efectiva de los principales problemas de seguridad que afectan a la población del Hemisferio.
En mi entrevista con la Presidenta de la CIM y durante mi participación en la reunión del Comité Directivo en el pasado mes de mayo expresé mi gran interés en fortalecer la Comisión Interamericana de Mujeres, darle una capacidad ejecutiva mucho mayor, a fin de que tenga un papel más preponderante como el que desempeña actualmente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, las misiones de observación electoral y la labor que realiza nuestra Organización en materia de transparencia y lucha contra la corrupción. Estoy convencido que el fomento de la igualdad de genero es imprescindible para las democracias. La democracia sin mujeres es media democracia solamente.

Una de ellas es continuar llevando a la práctica los postulados del Programa Interamericano para la Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género, el PIA. Este programa es un reflejo del compromiso sostenido de los países miembros para asegurar beneficios y oportunidades iguales y equitativas a todos los habitantes de las Américas: mujeres, hombres, niñas y niños.

La OEA ha integrado la equidad de género en su agenda porque el principio básico para construir democracias más fuertes y más prósperas, es que todos los ciudadanos, sin distinción de sexo, raza u origen, tengan las mismas oportunidades para participar en la sociedad. Si nuestras mujeres del continente no tienen el mismo acceso a la vida política, social, económica y cultural, ello significa discriminar en contra de la mitad de nuestros ciudadanos. La falta de integración plena de la mujer a la economía y la sociedad crea diferencias de acceso a los servicios, hace menos competitiva la economía, priva a la sociedad de talentos esenciales y, en definitiva, retrasa el desarrollo económico y entorpece los esfuerzos de reducir la pobreza. Las políticas “neutras”, que no son sensibles al género pueden, por no reconocer las diferencias entre hombres y mujeres en la legislación y en las políticas públicas, contribuir a perpetuar las desigualdades.

Por ello, veo con satisfacción que la Agenda adoptada para esta Asamblea incluye el tema de paridad y participación política. Siento gran orgullo de estar hoy en un pais con una Vice-Presidenta y tambien de pertenecer a un país, en el cual la participación de la mujer en la vida pública ha sido menos numeroso que en otros del hemisferio, haya dado pasos tan importantes en esta dirección, como elegir a una Presidenta. Es una excepción en nuestra América que la mujer ocupe la primera magistratura de un país, que haya paridad en un gabinete de ministros, o que hayan muchas mujeres en puestos de decisión de gobierno. Por ello, como lo dijo la Presidenta Bachelet “es necesario que avancemos para que la excepción deje de ser excepción y la paridad en los diversos roles sea tan natural y balanceada como es la conformación de género en nuestras sociedades” Este tema, como todos los de género, no es un tema de mujeres, se trata de romper las barreras que históricamente impidieron que participaran plenamente, reducir la brecha entre lo que “se debe hacer” y lo que realmente se hace. Aspiramos a la inclusión como medio para reforzar la gobernabilidad democrática.

Debemos esforzarnos también por incluir la perspectiva de género en diversos aspectos del desarrollo económico y social. La situación de la mujer en el hemisferio requiere aún muchos progresos en aspectos como la incorporación plena al mercado laboral, su igualdad en materia de remuneraciones y la no discriminación en el lugar de trabajo. A pesar de que hemos hecho progresos importantes en el acceso a la educación, la mujer profesional no recibe aún el trato igualitario al que tiene derecho en una sociedad democrática.

El tema de la violencia fue recogido por nuestros gobiernos, al adoptar, primero, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convención de Belém do Pará", y luego, hace dos años, aprobar el Mecanismo de seguimiento de su implementación. Esta nueva herramienta permitirá dar seguimiento y analizar la forma en que la Convención está siendo implementada y facilitara la cooperación entre los Estados Parte entre sí y el conjunto de los Estados Miembros de la OEA, contribuyendo a la consecución de los propósitos de la misma. Nos llena de satisfacción que ya se encuentren en la mitad del primer ejercicio de evaluación multilateral y miramos con expectativa la reunión de expertas que se realizara el año próximo en Argentina. Es propicio reiterarles la necesidad de lograr que los países presten el apoyo técnico y financiero para que este Mecanismo se convierta en un verdadero centro de cooperación entre los gobiernos y de monitoreo de los avances hemisféricos en la lucha contra la violencia, como lo han hecho hasta ahora México y Brasil. La OEA ha tenido experiencias exitosas de seguimiento de convenciones y esperamos que este mecanismo logre los mismos resultados.

Se ha decidido tratar en este evento, como tema central, los aspectos de género del VIH/SIDA. Canalizar la lucha contra el VIH /SIDA se ha convertido no solo en una necesidad sino en una obligación a nivel institucional. Según la OPS, a fines de 1999, en América Latina y el Caribe, las mujeres constituían el 25% y el 30% de los adultos seropositivos, respectivamente. Actualmente, esos porcentajes han aumentado a 30% en América Latina y a 50% en el Caribe /. El Caribe es la segunda región del mundo más afectada por el VIH: más de 440.000 personas viven con esta enfermedad en esos países. Entre los adultos de 15 a 44 años de edad, el SIDA ha pasado a ser la principal causa de mortalidad /, y se estima que 36.000 personas fallecieron por su causa durante ese último año /. Se proyecta que para el 2010, la esperanza de vida al nacer será alrededor de 10 años menor en algunos paises de la Region, de la que hubiera sido en ausencia del SIDA /. En América Latina más de 1,7 millones de personas están viviendo con el VIH /. En el 2004, aproximadamente 95.000 personas fallecieron a causa del SIDA, y otras 240.000 contrajeron la infección /. Ante esta situación de pandemia y la evidente vulnerabilidad de las mujeres, es fundamental que la Comisión Interamericana de Mujeres emprenda acciones para apoyar la lucha contra este mal y desde ya cuentan ustedes con el total apoyo de la Organización para colaborar en estos objetivos en su ya sólida asociación con la OPS para el tema.

El SIDA debe ser considerado también en su relación con otros temas fundamentales de derechos humanos de la mujer y de equidad e igualdad de género. Según la OPS, diversas investigaciones han mostrado una relación perversa entre las experiencias de violencia sexual y doméstica y la infección por VIH/SIDA. Esta puede estar asociada con la violencia de género de manera directa a través de violencia sexual, y de manera indirecta, debido a la incapacidad de las mujeres para negociar las condiciones bajo las cuales las relaciones sexuales ocurren, entre otras /. Asimismo, algunos estudios revelan un incremento de la violencia en la vida de las personas VIH positivas, particularmente las mujeres, asociado a su condición de infectadas /.

La agenda hemisférica de la CIM debe incluir de manera amplia los temas de la plena participación y representación política de la mujer, del acceso a la educación y la salud, de la incorporación plena e igualitaria al mundo del trabajo, de la lucha contra la pobreza y el combate contra todas la formas de violencia hacia la mujer. Si somos capaces de coordinar los componentes que conducen al logro de una acción efectiva en todos estos planos, con principios claros, estaremos en camino para alcanzar el ansiado objetivo de la igualdad y equidad de hombres y mujeres y por ende una sociedad verdaderamente democrática.

Espero que esta Asamblea que hoy iniciamos marque rumbos en esa dirección y que vuestras deliberaciones y esfuerzos rindan frutos importantes para todas las mujeres de las Américas.

Muchas gracias.