Discursos

RUBÉN M. PERINA, JEFE DE MISIÓN
INFORME PRELIMINAR Y VERBAL ANTE EL CONSEJO PERMANENTE DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS - RUBÉN M. PERINA, JEFE DE MISIÓN (PROCESO ELECTORAL DE LOS COMICIOS LEGISLATIVOS Y MUNICIPALES EN REPÚBLICA DOMINICANA)

12 de julio de 2006 - Washington, DC


Respondiendo a la invitación del gobierno de la República Dominicana y de la Junta Central Electoral de dicho país, la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (MOE-OEA), se instaló en Santo Domingo el 30 de abril de 2006, para observar el proceso electoral de los comicios legislativos y municipales, que se realizaron 16 de mayo. Se eligieron en esta oportunidad 176 diputados, 32 senadores, 151 Síndicos (Alcaldes) y 756 Regidores (Concejales o Legisladores ) municipales.

Como es habitual en este tipo de misiones, el 10 de mayo de 2006, se subscribió con la Junta Central Electoral (JCE) el Acuerdo sobre Procedimientos de Observación Electoral.
Este acuerdo garantizó a la MOE pleno acceso a las autoridades y oficinas electorales nacionales y municipales, a los centros de votación y totalización, así como a la información que se pudiera requerir sobre la organización y la administración de las elecciones, y sobre la tecnología electoral utilizada. Con la firma del acuerdo se aseguró también la plena independencia y libertad de la Misión para el ejercicio de sus funciones, en el marco de la ley dominicana. Por otro lado, se firmó, con el Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, el Acuerdo Relativo a los Privilegios e Inmunidades de los Observadores.

La Misión contó con la generosa contribución financiera de los gobiernos de Brasil, Canadá, Estados Unidos y de la Unión Europea. También contó con un importante número de observadores voluntarios de las embajadas de éstos y otros países en la República Dominicana.

Como también es habitual para este tipo de Misiones, la MOE tuvo tres objetivos fundamentales: 1) demostrar con su presencia el apoyo y el compromiso de la comunidad interamericana con la democracia dominicana; 2) observar todos los actores y etapas del proceso electoral y mantener informado al Secretario General del desarrollo de éste; y 3) cooperar con todos los actores nacionales en sus propios esfuerzos por lograr la mayor integridad, transparencia y credibilidad posible de las elecciones.

Con este cometido, la MOE observó el comportamiento de todos los protagonistas del proceso electoral, así como la organización y administración del proceso, para constatar su correspondencia con las normas vigentes en la legislación electoral, la Constitución Nacional y las Resoluciones de las autoridades electorales. Otros puntos de referencia para la MOE fueron la Carta Constitutiva y la Carta Democrática Interamericana de la OEA, al igual que los acuerdos de la MOE con las autoridades electorales sobre Procedimientos de Observación Electoral.

En este marco y como es de rigor también, en la etapa pre-comicial, se cumplieron las siguientes funciones: Se analizó la normativa electoral; y se mantuvo contacto permanente con autoridades gubernamentales, electorales, partidarias y de organizaciones de la sociedad civil, con representantes de los medios de comunicación privados y públicos, con académicos y analistas independientes, tanto nacionales como locales, para explicarles las tareas de la MOE, conocer sus perspectivas y ponerse a su disposición para colaborar en el proceso.
Se recibieron algunas denuncias de irregularidades (Traslado o “dislocamiento” de electores, compra de cédulas, uso de recursos del Estado) que se transmitieron a las autoridades pertinentes.
Se observó la preparación y organización del proceso electoral, incluyendo, entre otros el cronograma electoral, y la distribución del Padrón Electoral, la designación y capacitación de autoridades de mesas y de delegados de los partidos políticos. Se analizó la tecnología electoral y los controles y blindajes existentes.

Se monitoreó el desarrollo de la campaña electoral y actividades proselitistas; y se dio seguimiento al tratamiento que los medios privados y públicos daban al proceso electoral.

En síntesis, en esta fase del proceso, la MOE no encontró irregularidades o deficiencias que pudieran empañar la validez del evento electoral.

El día de las elecciones, el 16 de Mayo, un contingente de 70 observadores, distribuidos a través de los principales distritos electorales del país, observó el proceso de apertura, votación y escrutinio, en colegios electorales (mesas de votación ) de más de 400 centros de votación (recintos electorales). Luego se observó el traslado de las valijas de seguridad que contenían los materiales y resultados electorales a las Juntas Electorales Municipales (JEMs). Allí se observó el “escaneo”, el cómputo de las actas y la transmisión de los boletines con los resultados a la Junta Central Electoral, donde se dio seguimiento a la totalización y publicación de éstos por provincia.

A partir de las observaciones realizadas, la Misión considera que los comicios se desarrollaron normalmente. En la mayoría de los lugares observados se percibió que los ciudadanos pudieron ejercer su derecho al voto en forma libre y segura.

En los recintos observados, la votación transcurrió de manera ordenada y sin mayores complicaciones. Se constató la presencia de los delegados de los partidos políticos, de los facilitadores de la JCE y de la Policía Electoral, quienes aportaron seguridad durante los comicios. Elementos estos que confieren al proceso electoral dominicano importantes mecanismos de control y seguridad que garantizan la expresión de la voluntad popular.

En los sitios visitados, no se observaron mayores irregularidades o deficiencias que pudieran invalidar o descalificar el proceso. Sólo se reportaron casos aislados de retrasos en la conformación y apertura de los colegios electorales, activismo partidario en las entradas de algunos centros de votación y, en algunas instancias, se vieron intentos de influenciar la voluntad del elector.

Vale la pena señalar que la participación de votantes estuvo alrededor del 56%, porcentaje históricamente alto para elecciones municipales y legislativas.

Por otro lado, sin embargo, la Misión también notó que el escrutinio de los votos, la transmisión, totalización y publicación de los resultados se realizaron con cierta lentitud y retraso.

Pudieron haber contribuido a esta demora factores como, por ejemplo:

La complejidad del escrutinio en las mesas, dado el alto número de puestos a elegir y las alianzas partidarias. La dificultad en la lectura de la Actas que contenían errores en el cómputo de los votos o no se encontraban debidamente completadas o redactadas. Muchas Actas eran ilegibles o no “cuadraban” por inconsistencias numéricas. (Por ejemplo, las Actas contenían más votos que el número de votantes porque se computaba dos veces las marcas en las alianzas; o tenían error en la sumatoria de los votos válidos; o se sumaban los votos preferenciales al total de los votos por partidos; o había más votos preferenciales que votos por partidos). Las deficiencias técnicas en la transmisión de las Actas (por la plastificación y “escaneo” de actas). La lentitud y desorganización en las JMEs en la recepción de las “valijas” de seguridad conteniendo las Actas provenientes de los centros de votación. La doble revisión y validación de las Actas que efectuaban los delegados de partidos en las JMEs, por la cercanía o lo ajustado de los resultados en algunas Municipalidades; por frecuentes desacuerdos entre delegados de los partidos sobre lo que figuraba en las relaciones de resultados, y, en algunos casos, por la revisión de los votos nulos y observados y hasta por la apertura de las urnas volver a contar los votos.

Mucho de lo anterior quizás se pueda explicar por la falta de suficiente conocimiento sobre los procedimientos y la aplicación de las normas que se observó en gran parte de las autoridades de mesa y de las JEMs ---lo que inevitablemente apunta a la necesidad de mejorar substancialmente la preparación y capacitación de las mismos.

Durante el día de las elecciones, la Misión recibió algunas denuncias informales sobre hechos puntuales de proselitismo, compra de cédulas, abuso de autoridad y violencia --hechos que no son generalizables ni afectaron la legitimidad de los comicios.

La Misión observó en las cercanías de algunos lugares de votación, el porte de armas y el consumo ilegal de alcohol que pudo haber generado tensión entre los votantes.

En su comunicado final, la Misión expresó que lamentaba los incidentes de violencia reportados por los medios y las consecuencias que éstos han causado en sus víctimas.

Tal como recomendó la MOE de las elecciones presidenciales de 2004, cabría aquí sugerir nuevamente un mayor esfuerzo para seleccionar, capacitar y preparar a las autoridades de mesa y de las Juntas Municipales, para que ésas puedan ejercer sus funciones adecuadamente; y considerar la posibilidad de eliminar la doble validación por parte de los delegados partidarios en las Juntas Municipales. La Misión se permite también sugerir un mayor esfuerzo por parte de las autoridades competentes para evitar el porte de armas y el consumo del alcohol el día de las elecciones.

En la fase post-comicial, la MOE continuó por una semana monitoreando el cómputo de las Actas, la transmisión de los Boletines y la publicación de los resultados provisorios por parte de las autoridades electorales municipales y nacionales.

En los primeros días de esta fase, se observó un ambiente de insatisfacción, desconfianza e incertidumbre transmitido en los medios. Este ambiente estaba marcado por la demora en la transmisión y publicación de los resultados; por acusaciones mutuas de auto-proclamación y de intentos de modificar los resultados en las Juntas Municipales, por denuncias de supuestos abusos de autoridad y militarización del proceso; así como por acusaciones o sospechas de que se pretendía modificar y demorar la publicación de los resultados. Los medios y empresarios dominicanos reclamaron públicamente la conclusión del conteo y el fin de la incertidumbre.

En ese con texto, la Misión se vio en la necesidad, junto con representantes de la comunidad internacional, de hacer un llamado público a todos los actores del proceso para que se respetasen los procedimientos, la normativa y las instituciones electorales y para que se concluyera el proceso con transparencia y sin violencia.

La Misión prestó especial atención a la revisión y escrutinio de Actas en el Municipio de San Pedro de Macorís, donde se evidenciaba cierta conflictividad por lo estrecho de los resultados que se iban conociendo.

A mediodía del lunes 22, el presidente de la JCE emitió un comunicado emplazando a las Juntas Municipales a terminar la revisión y el conteo final de las actas en las próximas 24 horas. Para el martes 23 de mayo (a 7 días de las elecciones), la JCE había logrado publicar los resultados provisorios de un 90% de los Colegios Electorales, y para el jueves 25 ya había publicado el 99.6 % de los mismos.

Para esta fecha, los ánimos ya estaban relativamente calmados. Se habían reducido los focos de tensión en las Juntas Municipales y no se reportaban incidentes ni nuevas acusaciones mutuas de manipulación del proceso. El proceso ya estaba en su ruta final y encausado en el marco de la ley y los procedimientos previstos para las impugnaciones.

Quedaba, sin embargo, la posibilidad, contemplada en la normativa electoral, de la presentación de recursos y de impugnaciones (para revisión de votos nulos, por ejemplo), que debían resolver las autoridades competentes de la JCE (Cámara Administrativa o Contenciosa). Las impugnaciones para los cargos legislativos se resolvieron para el Viernes 2 de Junio. Los resultados no variaron y se mantuvieron de acuerdo a lo publicado en el último Boletín (18) de la JCE. Las referente a los cargos municipales se resolvieron el 6 de Junio.

La Misión desea dejar constancia del esfuerzo observado en la Junta Central Electoral para facilitar el trabajo de los observadores de la OEA, para organizar y administrar adecuadamente los comicios, así como para allanar la participación de los partidos en las decisiones de la Junta --lo que permitió mayores controles y garantías en el proceso.

Finalmente, la Misión desea agradecer a las autoridades gubernamentales, electorales y partidarias, así como a los representantes de los medios y de las organizaciones cívicas y eclesiásticas y de la comunidad internacional por la amabilidad con que recibieron a sus miembros y por la colaboración prestada para ejercer su función. Se desea resaltar asimismo, el compromiso con la OEA y con la democracia de todos los observadores, quienes además se condujeron con gran profesionalismo, discreción y neutralidad.