Señor Presidente:
Hemos escuchado la detallada exposición del Jefe de la Misión de Observación Electoral de la O.E.A. durante las elecciones celebradas en mi país, el Perú, doctor Lloyd Axworthy, así como también las palabras de quien lo sustituyera transitoriamente, por razones de fuerza mayor, durante la realización de la segunda vuelta electoral llevada a cabo este pasado 4 de junio, doctor Rafael Bielsa, y ambos han concluído de manera categórica que la elección del doctor Alan García como nuevo Presidente de la República ha sido transparente y constituye el resultado de la expresión soberana y libre del pueblo peruano.
Es importante, entonces, destacar que las elecciones peruanas han sido limpias y justas y respresentan la genuina expresión de la voluntad ciudadana, motivo por el cual no cabe objeción alguna sobre sus resultados. Dichas elecciones constituyen, además, el cierre del circulo de la consolidación de la transición democrática iniciada en el año 2001.
No voy a abundar en más consideraciones de las ya señaladas por los señores Axworthy y Bielsa. Solo decirles a ambos que la Misión del Perú ante la O.E.A., que me honro en ejercer hasta este próximo 27 de julio, momento en el cual se debe proceder al relevo del mando supremo del Presidente Alejandro Toledo al Presidente electo, Dr. Alan García, cumple con hacerles presente su reconocimiento y les hace llegar las gracias por la importante función de observación electoral cumplida.
Sin embargo, señor Presidente, no quisiera concluir esta presentación sin referirme, aunque sea brevemente, a un tema de innegable relevancia para nuestra Organización y que las elecciones del Perú mantuvieron en vigente actualidad.
Se trata de los principios rectores que informan la Carta fundacional de la O.E.A, de aquellos que recoge la Carta Democrática Interamericana y que consagra el derecho internacional, y dentro de ellos, principalmente, el de no intervención en los asuntos internos de otro Estado.
Es probable que no haya existido, hasta ahora, en tiempos recientes, mejor prueba de la importancia de este foro multilateral para el debate de temas trascendentes y, al mismo tiempo –por contradictorio que sea –, mayor demostración de las limitaciones institucionales de la O.E.A., como la que se suscitó en torno a las elecciones peruanas y al principio de no intervención.
Y es que en nuestra Organización, tanto en este Consejo Permanente como en su Asamblea General, se debatió intensa y firmemente acerca de los principios de no intervención y de soberanía nacional de nuestros Estados para decidir sobre su propio destino.
No es momento, señor Presidente, de volver sobre lo mismo, ni mucho menos aludir a personas o situaciones. Las cosas están nuevamente tomando su lugar.
Solo quiero decirles, señor Presidente, apreciados colegas, que ese debate no está concluído, recién está empezando y más temprano que tarde la O.E.A. tendrá que definir una posición. Decirles, también, con certeza, que esa decisión será impostergable por mandato de nuestros propios pueblos. Y es que en el caso del Perú, la ciudadanía se sintió indignada, se sintió afectada, se sintió injustamente maltratada. Estoy seguro que ese sentimiento lo percibieron los representantes de la MOE de nuestra Organización y así lo manifestaron en su momento.
Señor Presidente:
El Perú quiere agradecer las muestras de apoyo que recibió de algunos Estados de la Región identificados con el respeto al principio de no intervención durante el desarrollo de sus elecciones; quiere renovar su reconocimiento a los países amigos que hicieron posible la presencia de una Misión de Observación Electoral de la calidad de la que tuvimos y, nuevamente, darles las gracias a los ex- Cancilleres de Canadá, Lloyd Axworthy, y de Argentina, Rafael Bielsa, por el trabajo llevado a cabo y que ahora cumplimos con declarar satisfactoriamente concluído.
Muchas gracias.